Habitacion de Kasha

Bajé el puño cerrado de la puerta poco a poco, cuando ella sujetó mi cara. La miré a los ojos, mientras la marca de mi ojo, parecía intentar devorar sus pupilas. Sonreí sin embargo, independientemente del comportamiento de ese ojo, en el momento que las lágrimas fueron quitadas de mis ojos.
-Nunca te vas a quitar ese gesto protector, ¿verdad? - Dije en una pequeña risa, antes de rodearla y fundirme con ella en un abrazo. Puede que uno de estos fuera el último. Tal vez porque Nokku realmente tiñera su jardín del rojo de mi sangre, o puede que por el propio Marcus. Pero dudaba que el último derrochara la sangre de mis venas así como así. Era demasiado codicioso con ella, como para desperdiciarla.

Cerré los ojos, apretándola con fuerza cuando el dolor mi ojo volvió a invadirme tan agresivamente. - Sabía que jamás me harías caso en eso. Aunque me alegra escucharlo. - Confesé. Al menos ella era la razón por la que volvería, pese a que ahora fuera un fugitivo, pese a que la Asociación estuviera detrás de mi cabeza o la de Marcus. - Tampoco intentaré darte razones para ello. Puede que ahora me esté convirtiendo en un fugitivo y que sea un simple humano, Bella. Y que puede que ahora no pueda verte tanto como antes o abrazarte como ahora, pero hay algo que solo tú tienes. Mi promesa. Volveré. Aunque sea del Más Allá. - Si tenía que volver de la eternidad del alma, volvería. Haría hasta lo imposible por volver a verla. Aunque quisiera olvidarme y realmente lo hiciera, seguiría yendo a verla a escondidas. Porque en el fondo no podía ser igual de depredador que el cazador, ni que Marcus, tal vez incluso que ni como Kasha o Kai. Tenía una debilidad demasiado grande por ella. Al igual que Nokku la tenía por Fraiah.

La separé de mí, para mirarla a los ojos. Asentí levemente. - Este hombre nunca encuentra satisfacción a sus colmillos. Maldito lascivo. - Comenté girando la mirada con una pequeña risa. Quité por milésima vez, el pequeño mechón de su cara, aguantando hasta todo lo que podía ese dolor que contagiaba mi ojo. Su aura verde empezó a cubrirme de nuevo por completo, empezando a notar mejoría desde el primer momento. - Bella, no tenías por qué hacerlo. Si me ayudas, también irán a por ti. - Suspiré. No quería que por mi culpa, ella también se viera afectada como un exiliado.

No cambiaría. Ella jamás cambiaría. Y eso era lo que más parecía tranquilizarme. Que ella seguiría estando ahí, dándome las fuerzas para soportar lo que fuerza. Aunque temía que vaya a ser demasiada la distancia. Sacudí la cabeza. No. Lo nuestro no podría borrarse de un plumazo. Tampoco podía ser borrado por amenazas baratas. No. Resistiríamos, ambos. Por el bien del otro. Sonreí albergando este pensamiento, antes de cerrar los ojos con fuerza frente a otra "llamada" de mi Amo. Llevé una mano al ojo, frotándola contra mi mejilla, intentando calmarla de alguna forma. Aunque no habría más calma que ir a su lado. Eso ya lo había aprendido.

Mis párpados se relajaron, pero siguieron cerrados. Dejando que ella acariciara mi pálido rostro, cual muñeca.
-Pronto lo seré. Ya has oído a Nokku. En el momento que abandone esta casa, ya estaré en su lista. - El ojo volvió a dar otra llamada de atención. Reclamaba a su otra parte ya. Apreté a Bella otra vez, relajándome a medida que iba relajándose el dolor de la marca. Pese a que el dolor y el quemazón no desapareciera del todo. Bajé los brazos finalmente, dejando que solamente ella me rodeara con los brazos. Suspiré. Habían sido demasiadas emociones y experiencias en un solo día. Abrí los ojos, encontrando la escasa distancia entre ambos. Apoyé mi frente contra la suya, mostrando una pequeña sonrisa. - Tranquila, no me pasará nada. Sé cuidarme solo en algunas ocasiones. - Dije entre una pequeña risa.

-Demasiado diría yo. - A veces incluso me preocupaba que quisiera otra cosa más que mi sangre. Me llenaba de naúseas el pensarlo. Sujeté su rostro con ambas manos. - No quiero que hagas nada imprudente, Bella. Aunque ellos te lo ordenen. - Señalé la puerta con la cabeza. Esos cazadores seguro que intentaban usarla de escudo. Los mataría uno por uno, me volvería un verdadero asesino si llegaban a hacerle algo.
Volví a cerrar los ojos, bajando la cabeza, soportando el intenso dolor que iba progresivamente creciendo a medida que se retrasaba el reencuentro. - Entonces si te importo no quiero que te separes de ellos. Tienes que quedarte por el bien de todos. Ellos te necesitarán más que yo. No sabemos lo que vendrá de aquí en adelante. Ya sabes como es Marcus. - Aunque ahora estuviera en el bando contrario, seguí sin querer un derramamiento de sangre. Confiaba todavía en los valores del Director, en la convivencia pacífica entre humanos y vampiros. Pero... ¿y, qué? ¿Acaso tampoco la necesitaba yo? Estaba por eso exprimiendo mis últimos minutos con ella, aclarando las cosas antes de la verdadera despedida.

Sin embargo a cada segundo, la marca me dolía más y más por la llamada de mi Amo, y también se me hacía más doloroso irme y dejarla sola con la duda de mi bienestar en la cabeza. No. Tenía que marcharme antes de cambiar de idea, o acabar de nuevo arrastras por el dolor. Suspiré, cerrando los ojos. Limpié todo rastro de lágrimas en mis ojos e hinqué una rodilla en el suelo para levantarme.
-Debería marcharme ya. - Comenté girando la cabeza.

Vamos Ziel, esto es una casa de cazadores. Tiene que haber armas o algo con lo que defenderme. Rodé la mirada, mirando toda la habitación mientras seguía prestando atención a las palabras de Bella. Fui hasta la coqueta despacio, con una mano sellando mi ojo. Abrí un cajón, encontrando algunos papeles que no llamaban a mi interés. Abrí el siguiente, encontrando más y más papeles. ¿Dónde guardarían los cazadores sus armas? Me giré a Bella.
-A mí no me da igual, Bella. Y no quiero que tu nombre también aparezca. Puedo llegar a quedarme con Marcus, pero dudo que él te acepte. - Al ser su siervo tendría que protegerme. Él mismo había dicho que mitigaría todo dolor que no fuera provocado por él o sus colmillos. Por eso mismo ahora era también algo imprescindible que fuera con él. La miré, dejando de buscar un momento. - Confío en esa comprensión también. Y tampoco lo sé, Bella. Si supiera te diría. - Aunque lo supiera, dudo que se lo contara igualmente. Todo había sido demasiado raro y extraño como para expresarlo con palabras. Aquello quedaría entre Fraiah y yo solamente. A menos que ella abriera la boca para cantar.

Apreté la mano de mi ojo frente al dolor. Ya quedaba poco. Suspiré, volviendo mi atención hacia los cajones. Nuevamente rebusqué en los cajones hasta que encontré un doble fondo en uno de ellos. Ahí estaba, premio gordo. Levanté la ropa que se encontraba en él y ahí encontré un cuchillo antivampiros. Sonreí satisfecho. Al menos podría servirme para defenderme de los vampiros y a su vez de los humanos. Seguía siendo un cuchillo al fin y al cabo. Lo guardé en un bolsillo de los pantalones que le cogí anteriormente a Kai. Me acerqué a ella de nuevo, pegando su frente a la mía.
-Exactamente Bella. Protégelos. Es lo que mejor sabes hacer, proteger a la gente. - Sonreí cuando besó mi mejilla y la abracé lo más fuerte que pude también. El aura verde de antes me había devuelto las fuerzas suficientes. Jamás podría pagarla por todas las cosas que había hecho por mí. Besé su pelo en una despedida, embriagándome un poco más por su olor; intentando guardarlo en mi memoria para cuando quisiera recordarla.
- Lo haré. - Susurré en su oído, apretándola todo lo que podía contra mi pecho. Miré la puerta, todavía cerrada. - Si Kasha te pregunta, dile que he ido a por el pan. - Dije con una pequeña risa, restándole importancia a la despedida, para que a ambos nos costara menos.

Cuando ella se separó, un trozo de mi pecho se quedó con ella. Tapé de nuevo mi ojo derecho con el parche, como había hecho anteriormente, acercándome hacia la ventana. La abrí y volví a girarme hacia atrás. Moví la mano a modo de despedida, aguantando el dolor del ojo y las ganas de ir de nuevo a ella. Pero no pude reprimir las ganas de esto último. Recuperé en unos pasos la distancia entre ambos otra vez, para tomar su rostro con ambas manos y besarla efusivamente. No podía negarme que la quería como a nada en el mundo.

En la cabeza no tenía otra cosa que su triste mirada cuando casi había salido. Sentí que no podía dejarla allí con toda esa manada de cazadores y la extraña de Fraiah. Pero no tenía más remedio. Lo aparqué todo a un lado, olvidándome por un momento de todo. Cerré el ojo que me quedaba libre. Quería aprovechar esos últimos segundos pegado a sus labios en ese beso. Fundiéndome con ella en ese beso de apresurado de despedida, de añoranza por ambas partes, de amor. Porque ahora ya no quedaban tapujos entre los dos. Este era un romance entre un vampiro y un humano condenado. Algo prohibido para ambas partes, pero era lo que parecía tener más atractivo de todo esto.

Bajé una mano a su cuello, mientras la otra la llevaba a su cintura, accelerado por ser descubierto. Parecía que incluso mi corazón palpitaba de la emoción por ese beso prohibido. Aunque Kasha podría entrar en cualquier momento y encontrarse, lo primero en aquella escena y lo segundo, sería pillado antes de marcharme de aquella casa. Me separé de ella unos centímetros, todavía con la respiración accelerada, rozando sus labios. La miré a los ojos con ese brillo azulado en el iris. Sonreí sin poder evitarlo. "Estaré aquí antes de que puedas notarlo." Pensé en mi cabeza para que ella leyera claramente en mi mente. Volví a besarla una vez más contagiado de esa adicción de sus labios, subiendo la mano de su cuello a la nuca de la chica. Disfruté todo lo que pude, me entregué a ella como un verdadero esclavo de sus labios, de su rojizo pelo, de su cuerpo, de su sonrisa, de su calidez o su ternura. Pero todo tenía un fin y tenía que dejarla por ir a los brazos de Marcus. Me separé de ella, ladeando la cabeza. La abracé una vez más, recostando mi frente en su cuello. No quería ir con Marcus. Quería quedarme con Bella una noche más. Al menos una. Aunque mi ojo negaba semejante petición. Ahora sí, tenía que irme.
La abracé todo lo fuerte que pude y besé su frente antes de soltarla con una sonrisa entre los labios. "Sonríe por mí, Bella." Hablé en mi mente mirándola, acariciando su mejilla con la mano. No quería irme así, viéndola mirar hacia otro lado. Y una vez conseguí esa imagen, la grabé en mi cabeza para el resto de vida que me quedaba. Me acerqué de nuevo a la ventana, girándome una vez más.
-Bella, te quiero. - Dije moviendo los labios, sin efectuar sonido alguno, antes de saltar por la ventana a la oscuridad de la noche.

Entré en la habitación por la ventana, nada más llegar, deje en la cama a los dos, enganche de nuevo en el brazo de Ziel una via con sangre para que se recuperara, a continuacion, le quito la ropa rota y ensangrentada a Kasha y con gasas y vendas tape los cortes.
Mis manos estaban llenas de sangre y la verdad no queria saber si era de Kasha o de otra persona. Cuando terminé con los cortes, gire a Kasha para ver su espalda, me quedé en estado de shock, tenia toda la espalda desgarrada.
Tsk- Kasha adoraba esa dichosa arma, era cierto que era letal para todos sus enemigos, pero tambien para ella si se descuidaba. No sabia que hacer con esa herida, pero de primeras lo que hizo fue taparla con gasas para frenar la emorragia.

La emorragia parecia parar con lentitud, despacio, aparte las gasas ensangrentadas que tire al suelo de la habitacion, ahora que no habia tanta sangre, podia ver hasta que punto estaba desgarrada la carne de Kasha.
La piel estaba destrozada, pero por suerte, no habia desgarrado ningun musculo, pero aun asi, iba a tener que coserle esa herida, porque sino no se curaria nunca.
En ese momento, Ziel volvio en si haciendo preguntas a las que no podia contestar para su desgracia.
- No se que ha pasado, os encontre dentro de un hotel donde parecia que algun vampiro se lo habia pasado muy bien, y donde estas, es en la habitacion de Kasha- dije mientras que iba al botiquin y cogia lo necesario para coser a Kasha, odiaba tener que hacer algo como eso, pero no tenia otra opcion, Bella estaba cuidando de Chloé, no podia pedirle mas.
- Procura no moverte mucho, te he puesto una via para que recuperaras la sangre- dije agotado y con el estomago revuelto por lo que iba a tener que hacer en breves instantes

Moví la cabeza, completamente desorientado. Un mareo me aplacabla por completo. Encontré en mi brazo la vía nuevamente. Ya tenía el brazo que parecía un verdadero queso: lleno de agujeros. Normal... con tanta vía arriba, vía abajo... Lo raro es que no lo tuviera así. Suspiré, incorporándome un poco en la cara. Puse una mano sobre el ojo derecho, agachando un poco la cabeza. Por más que intentaba recordar, solo llegaba hasta un cierto lugar: el armario del pasillo. A partir de ahí había cosas difuminadas que no lograba ver bien. Tal vez sería la pérdida de sangre.

-Eh... - Intenté hablar, tratando de recordar algo más. A ver. Hotel, vampiro... Marcus. Sí, Marcus estaba allí conmigo. Pero seguramente él no fue quien me dejó inconsciente, ¿o sí? Con la mano que no tenía la vía, la desplacé hasta el cuello. Encontré la marca de dos perfectas y sanguinarias heridas, propias de unos colmillos. - Ah... maldita sea. - Musité. ¿Qué había ocurrido en ese intervalo de tiempo que no recordaba? Rodé la mirada, encontrando a Kasha en un estado prácticamente inerte. Sangraba sin parar. Ah, Kasha también estuvo allí, es cierto. Miré a Kai, desviando los ojos al instante hacia la bolsa de sangre. ¿Por qué se estaba tomando tantas molestias después de todo lo que le había dicho y hecho? No podía creer que Kai me sacara del hotel inconsciente y que todavía tuviera la decencia de ponerme una vía para que no me quedara seco como la mojama. Era increíble.
-No, tranquilo. Ya estoy acostumbrado a estas cosas. - Dije con una sonrisa. Negué con la cabeza seguidamente. La costumbre de ser la cena de un vampiro, era que ya me hacía inmune a las agujas y a estas cosas de las vías y demás. Puse una mano en su hombro. - Ahora Ella es tu prioridad. No te preocupes.

Mire a Ziel muy perdido, despues de mirar la aguja y el hilo que tenia en las manos.
- Realmente no se como hacer esto...- dije a punto de llorar, el vaso ya estaba practicamente desbordado, estaba llegando al limite.
Normalmente, era Kasha la que se encargaba de las heridas porque ella casi nunca sali mal herida, pero esta vez se encontraba solo en esta situacion.
- Igual te da un poco de asco ver esto..., asi que no mires...- le dije a Ziel intentando protegerlo.
Cogi aire y con las manos temblorosas y aun muy perdido, empece a coser la piel desgarrada de Kasha aguantando las arcadas que me producian lo que estaba haciendo

Miré a Kasha y luego a Kai con el hilo y la aguja entre las manos. ¿Iba a coser esa herida tan profunda? Tragué saliva. No podía parar de mirar esa herida tan grande en su espalda. En algunos instantes, tenía que bajar la cabeza porque ciertamente me ponía mal cuerpo. La sangre y yo nunca nos llevamos bien. Sin embargo Kai seguía de pie, con la intención de sanar su herida con una costura. Mi pecho se cerró tras escucharle. Quise abrazarlo, igual que abrazaba a Bella o a Marcus, cuando ambos se sentían del mismo modo. En cambio, no me sentía con el valor de hacerlo. Le había hecho demasiado daño a Kai como para ahora intentar enmendar un error. Igualmente, terminé sonriéndole de buena manera.

-Tranquilo Kai. Ella seguramente confía en ti. - Puse una mano sobre la suya, inspirándole ánimo. Aunque mentalmente no veía demasiado preparado al cazador. Sí, pero tampoco podíamos estándonos con chiquitas y ponernos a estudiar medicina ni dejar que se desangrara. Cerré los ojos con un suspiro. Sí, realmente la sangre siempre me ponía mal cuerpo.
- Kai, para. Estás demasiado nervioso como para curarla. Podrías coser mal. - Lo miré preocupado. El pobre no podía parar de mover las manos por la tensión acumulada. Puse ambas manos sujetando las suyas, cogiendo el hilo y la aguja. - Deja que lo haga yo. Los médicos nunca pueden operar a sus familiares, ¿sabías? - Comenté con una sonrisa. Tenía que tranquilizarlo con algún comentario, no podía dejar que entrara en un estado de pánico.

Antes de que pudiera hacer nada, Ziel me quito la aguja y el hilo, iba a coserla el.
- Pero..., tu no aguantas la sangre Ziel...- dije con un hilo de voz mientras que aguantaba una arcada y agarraba mis rodillas con las manos intentando frenar aquel temblor.
- No quiero forzarte a hacer algo que no quieres...- sabia que Ziel no podia aguantar a Kasha desde el minuto uno en el que se conocieron, por eso sabia que lo ultimo que queria hacer él era curarla.
Ademas... aun estas algo debil...- en vez de tranquilizarme, me puse mas nervioso, ninguno de los dos estaba en condiciones de ponerse a coser la espalda desgarrada de una chica con muy mal genio y que seguramente habia perdido la cabeza por completo

Encogí los hombros, mirándole con una sonrisa. Casi era lo mínimo que podía hacer por él. Aunque eso no quitaría todo lo que había dicho o hecho. E incluso, lo que todavía le estaba haciendo pasar seguramente. No tiene que ser fácil ver cómo tu hermano se va a los brazos de un vampiro, ni cómo hace un pacto con él. Suspiré bajando la cabeza. Nadie dijo que ninguna de las dos vidas de ambos, fueran fáciles. Pero todavía seguíamos siendo hermanos, lo quisiera o no. Aunque todavía no aceptaba este hecho.

-¿Y acaso tú sí? - Pregunté, mirando cómo también le daban arcadas por el tan fuerte olor a sangre. Puse una mano en mis labios, evitando que se notara que a mi tampoco es que me agradara. - Hay otras cosas que se aprenden cuando estás con un vampiro, Kai. - Dije con una sonrisa, tocando con las yemas de forma delicada, la herida de Kasha. Sería complicado, pero no imposible. Empecé a coser lentamente, sabiendo por dónde metía la aguja y por dónde la sacaba. - Tengo la sangre conectada en el brazo por algo. Además, no es de las peores cosas que he aguantado. - Volví a sonreír, mirándolo de reojo.

-Kai... ¿sabes dónde está Bella? - Pregunté preocupado. No la había visto desde que había llegado a casa de Kai y estaba preguntándome dónde estaría. Ella dijo que vendría hacia acá...Temía que hubiera hecho alguna locura, la verdad.

No me hacia mucha gracia hablar de vampiros en ese momento y mucho menos del que creia causante de esto, Marcus, pero aun asi, no dije nada, tan solo me quede observando como Ziel cosia la espalda de Kasha.
- Gracias Ziel..., gracias por hacer esto- dije en un susurro aun con arcadas.
En ese momento escuche la pregunta de Ziel y le mire a la cara.
- Bella?, esta en el salon, con Chloé, vino aqui huyendo de un vampiro que la perseguia, llego con hipotermia y la esta cuidando- dije mientras que limpiaba con gasas la sangre que habia alrededor de la herida de Kasha

Negué con la cabeza. Era la primera vez que me sentía tan útil en esta casa. Siempre era Bella la que estaba haciendo estas cosas, aunque ella se ahorrara coser a lo vivo a la gente; en eso la envidiaba. Sonreí escuchando a Kai. Limpié el sudor de mi frente con la manga de la chaqueta que todavía llevaba puesta. Sí, era de Marcus, pero prefería no hacer referencia al dato. Tampoco estaba la cosa para empezar a inculparlo. Más que nada, porque hay trozos sueltos que no recuerdo y prefería no meter la pata con abrir la boca de más.

-No tienes que dármelas. Si no hubieras llegado y me hubieras enchufado esto, ahora estaría en ese hotel desangrado por algún nivel E. Sólo quiero que no le digas que yo lo hice. No quiero que me llene de besos y abrazos, ¿sabes? Me pondría enfermo. - Volví a negar con la cabeza. Mientras, intentaba recordar los trozos que me faltaban de recuerdos. Marcus y yo... pasamos la noche y después él... Kasha... "Ahora, voy a ayudarte, Joven Ziel", resonó en un recuerdo. Estiré el hilo, tirando de la piel de Kasha, parando un segundo. Marcus, ¿ayudarme a qué? ¿por qué? Cerré los ojos con fuerza, aguantando el olor de sangre. Ahora no podía ponerme a investigar, tenía que terminar de coser la herida. Volví a abrirlos, reanundando la costura. Suerte que en este tiempo Bella me había enseñado indirectamente algunas cosas como estas. Y que mi madre siempre quería que fuera un "señor de mi casa". Reí recordándola.

Miré a Kai de reojo. Bella estaba aquí. Suspiré tranquilo.
-Vale, gracias Kai. Luego... - No terminé la frase. Sabía que ella estaba al otro lado, marchando por el pasillo hasta llegar al salón. Estábamos otra vez tan cerca... aunque sentía que había un abismo entre ambos, que no sabía del todo a qué se debía. Giré la cabeza hacia la puerta de la habitación. Además, ¿podría mirar a Bella a la cara después de la extraña noche de ayer?

Me rei de aquellas palabras.
- Eso es lo ultimo que Kasha haria, te daria las gracias a regañadientes como mucho, se enfadaria consigo misma por haber sido tan debil para perder con un vampiro y tener que coserla alguien mas pequeña y debil que ella- dije pensando en como reaccionaria si se enterase.
- Ella es muy dura consigo misma, no puede cometer errores de novato y mas todavia despues de la penultima fiesta a la que fuimos, por eso es especialmente borde contigo, piensa que lo que estas haciendo es el mayor erros que podrias hacer en tu vida, pero estoy seguro de que si se viera en la misma situacion que tu, haria lo mismo- dije a Ziel, desde que llevaba unos dias solo en casa, habia pensado en las razones por las que Ziel habia hecho el trato, le conocia ya muy bien, habiamos crecido juntos y comprendia sus razones

No pude evitar reír con ese comentario. Kasha, ¿dando las gracias? Por favor. Parecía algo turbio y demasiado imposible como para que fuera realidad. Asentí, casi dándole la razón como a los burros; riéndome.
-Sí, claro. Kasha dando las gracias a un... ¿cómo me llamaba? Niño malcriado, sí, eso. Na... Prefiero que piense que fuistes tú, Kai. No quiero que me deba nada ni que me agradezca nada. Tómatelo como algo personal. - dije negando con la cabeza. Si hacía esto por ella era por dos motivos: por Kai y porque no sabía si Marcus era quién había hecho esto. Si era así, estaba yo como Siervo quitándole culpa. Estaba seguro que aunque me faltaran trozos de memorias, él había cambiado.

-Todos tenemos que ser duros con nosotros mismos. Aunque la verdad, es que antes también pensaba que ese trato era uno de los peores errores y decisiones que había tomado. Pero... Kai, cuanto más conozco a Marcus, más me doy cuenta de que no se diferencia tanto de nosotros. Él también lo ha pasado mal. - Terminé diciendo, bajando el tono de voz. Sus petrificantes palabras eran todavía como hielo para mi pecho: Está muerta. Mientras seguía cosiendo a Kasha, mirando de reojo la botella de sangre que corría por mi brazo. A cada minuto me sentía mejor.

"Por haber sido tan debil para perder con un vampiro", me repetí mentalmente. Sí, claro. La sonrisa se esfumó de mi rostro, pensando en todavía en las razones de Marcus por haberme dejado inconsciente. Sus palabras no se iban de la cabeza y su razón tampoco. Ahora, si había una cosa que tenía clara, es que él no había matado a toda esa gente.
-Kai... Quiero que sepas algo. Marcus no mató a toda esa gente del hotel. Ya estaban allí cuando llegamos. - Giré la cabeza hacia otro lado.

- Lo se...- Como cualquier persona Marcus podria haber sufrido, pero eso no le redimia por lo que estaba intentando hacer con sus hermanos.
Escuche los intentos de Ziel de defenderlo y exculparlo de aquella masacre, pero eso no estaba en mi mano, puesto que realmente, yo no tendria que haber estado alli, yo debia estar en la casa vigilando a Ziel y a Bella.
- Eso deberas aclararlo con Kasha, era su mision averiguar lo ocurrido alli y acabar con el culpable o culpables de ese destrozo, pero aun asi, el ya esta en las listas, lo unico que le pasaria seria que su nombre pasara a la lista de los vampiros mas peligrosos, que es la lista favorita de Kasha, y debido a su rango, la mayoria de las misiones que hace, son de esa lista- explique a Ziel, Marcus ya no tenia muchas salidas y sus hermanos tampoco.

Volví a limpiar el sudor de mi frente con la manga. Cada vez que echaba la vista hacia la chaqueta, me acordaba de él. Y detrás, había algo que se ataba a mi estómago sin poder evitarlo. Sacudí la cabeza, terminando de coser la herida de Kasha. Hice un nudo y mordí el hilo, quitando todo sobrante. Ahora solamente quedaba que no fuera demasiado bestia y se saltara los puntos. Quedaría una fea cicatriz, sin embargo, pese a que me había tomado la molestia de hacer los puntos más juntos para evitar esto.

Miré a Kai a los ojos. - No, no lo sabes. No sabes lo que él ha pasado. Y jamás le desearía algo así a nadie, Kai. Jamás. - Elevé un tanto la voz. Él no sabía lo que Marcus había pasado. Ni siquiera podía imaginárselo. Al igual que yo no podía imaginarme ponerme en su lugar y que fuera Bella la que estuviera muerta. Se me empañaron los ojos de pensarlo.
-Lo aclararé con ella cuando despierte. No voy a dejar que lo haga, Kai. Él seguro no quería hacer algo como eso, creéme. Así que no voy a dejar que su nombre aparezca en esas listas. Aunque tenga a toda la Asociación detrás de mis pasos, me da igual. Voy a defenderlo hasta el final, de eso no te quepa duda. - Mis ojos tenían la determinación de hacer lo que había dicho. Lo haría. Salvaría a Marcus y también a Bella. A los dos. No importaba qué. - Hasta la muerte si es necesario. - Terminé bajando el tono otra vez, girando la cabeza hacia otro lado. En el fondo, aunque ahora pareciera que se respiraba amor, tranquilidad y compasión entre las paredes; Kasha y Kai estaban en un bando y yo estaba totalmente en el opuesto con Bella y Marcus.

Tape con gasas limpias la herida, seguramente quedaria cicatriz, pero seria una mas para su coleccion, como se podia ver en las viejas marcas que habia por toda la espalda, la tripa y el pecho de Kasha. Negue con la cabeza, seguia sin comprender como funcionaban las cosas.
- Sigues sin comprender Ziel, Kasha no es la que apunta los nombre en las listas, ni yo tampoco- no sabia como explicarselo para que lo entendiera.
- Kasha tan solo es la esclava que hace lo que pone en las listas, al igual que el resto de cazadores, es lo malo de pertencer a la Asociacion, y la razon por la que procuramos no hacernos amigos de los vampiros, porque un dia puedes llevarte bien con uno de ellos, y al dia siguiente aparece en las listas y tienes que matarlo- cogi otra via y se la puse a Kasha, ella tambien habia perdido mucha sangre.
- Lo siento Ziel, pero por mucho que discutas con ella, no esta en su mano, ella tan solo cumplira ordenes, para que Marcus no este en esas listas, tendrias que hablar con el jefe y por lo que tengo entendido, tambien desea matarlo y lo hara con ayuda o sin ella- de una forma o de otra, Marcus estaba condenado y si Ziel se interponia en su camino tambien

Me dejé caer en la cama, cansado. Miré mis manos llenas de la sangre de Kasha. Al final terminé por coserla sin tener que parar para ir a vomitar. Aunque el mal cuerpo no se me iba mirando esa imagen. Y hablando de imágenes, al ver esa sangre, los trozos perdidos de mis recuerdos, empezaron a volver. Como si de un río desbocado se tratara, empezó a salir todo en mi cabeza; obligándome a cerrar los ojos del aturdimiento que me provocaban. Todas y cada una de esas memorias completaban la gran laguna que me llenaba hacía rato. Pero seguí hablando con Kai, aun con los ojos cerrados.

-Me da igual. Entonces los cazadores no tenéis principios. Sois unos desalmados que pudiendo matar a vuestro mejor amigo, amante, esposa o hijo; de un día para otro. Cada día me sorprendo más de cómo pude confiar en la Asociación. - Y más Bella, quien era la más perjudicial en algo así. Su nombre podría aparecer ahora que había desobedecido a Nokku. Sin embargo, ella seguía creyendo en que el cazador era amigo suyo y sabría contenerlo. Sí, claro, antes de que la mataran. - ¡Maldita sea! ¡Esos cazadores me persiguieron y golpearon como si fuera un maldito perro! Dime, ¿acaso tendría que tener yo ahora piedad con ellos? - Contesté elevando el tono. Pero suspiré, calmándome. No quería perder los estribos otra vez. No quería que viera esa "otra perversa mitad" que todavía dormía en mi pecho. - ¿Habrías hecho tú lo mismo, Kai? ¿Me matarías ahora que estoy indefenso sin él? ¿O dejarás que me escape como si hubiera sido un fallo por tu parte?

Finalmente, abrí los ojos, mirando al techo. - Pues que él perezca bajo tierra. - Dije tajante, prácticamente enfadado. El mismo Nokku había dictado también mi propia sentencia de muerte, así que ahora ambos estábamos en lo mismo: buscar la muerte del otro. El rival más débil. Y no pensaba rendirme así como así. Marcus viviría la vida que realmente debería estar disfrutando, libre de todo temor. Me aseguraría de ello antes de marcharme, si es que caía primero.

- Somos asesinos Ziel, asesinos de vampiros, acabamos con aquellos que ponen en peligro a la raza humana, somos despiadados, si, es cierto, unos mas que otros, pero eso no significa que lo que hagamos este mal. Protegemos a la vida humana y por eso Nokku se las apañara para mantenerte a ti a salvo y acabar con Marcus. Y yo... jamas te mataria Ziel, haria todo lo posible para que no te marcharas, pero no te mataria, porque yo no mato personas y mucho menos mataria a mi propio hermano, aunque no me aceptes como tal- no soportaba que Ziel se pusiera asi, todo el mundo estaba intentando rescatarlo de alguien que lo que deseaba era acabar con los humanos y el solo supiera quejarse, a veces hay que renunciar a la felicidad por un bien mayor, y sobre eso, sabia mucho.
- Hay muchos cazadores que por ser cazadores, se comportan de ese modo, pero eso no significa que seamos todos asi, mira a Yagari, o a Nokku, no te levantarian la mano al no ser que fuera para evitar que hiceras una estupidez, y aunque no te lo creas, Kasha tampoco seria capaz de matarte, ella sabe muy bien lo que es perder la familia y la gente querida, y no quiere que me ocurra eso, por eso se las apañara para mantenerte vivo- sabia que todo lo que decia, no serviria para nada, Ziel era demasiado cabezota para eso, aun era un niño