Casa de Nokku Damaru

por **Nokku Damaru** Lun Sep 13, 2010 8:32 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Casa de Nokku Damaru - Página 29 Casa-elmolinu

por **Fraiah B. Eslin** Jue Dic 06, 2012 5:56 pm

Quedó bastante impactada ante aquellas sombras. De todos modos, reconoció al instante que provenían del poder de su hermano. Al visualizar aquellas imágenes, observó a Nokku. Escuchó sus palabras y miró sus propias manos. Parecían brillar ligeramente. ¿Cómo podía hacer todos esos trucos con el cristal?

Acto seguido, se dispusieron a salir de allí rumbo al territorio de Katrina.

por **Rido Blood** Jue Dic 13, 2012 4:11 pm

Trajo a Chiara de la mano. Parecía que Damaru no se encontraba en el lugar por el momento, sería mala idea ir a buscarlo alla a donde sea que había ido, podrían meterse en problemas. Suspiró. Habría que esperarle ahi, delante de su casa, vendría tarde o temprano. Rido se acercó al tronco de un árbol y se sentó bajo su amparo. Miró a Chiara y la sonrió, ahora solo quedaba ver como se lo tomaba Nokku. Si no se lo tomaba bien se irían lo más rápido que podrían, si se lo tomaba bien pues perfecto.

por **Chiara Di Moncalieri** Jue Dic 13, 2012 4:21 pm

Llego allí de la mano de Rido mirando a los lados. ¿ Aquí vivía el presidente de la asociación? Chiara observo la pequeña casita, se esperaba algo mas... ostentoso. chiara siguió a Rido hasta un árbol y se sentó en la hierba frente a el. El aire estaba fresco y la hierba algo húmeda, cosa que no la importaba en exceso.

Se dejo caer de espaldas y tumbada miro las nubes del cielo, un cielo tan azul... Cerro los ojos y suspiro delicadamente.

Se sentó de nuevo pasados unos instante y miro a Rido con una sonrisa. -¿Crees que tardara mucho?- Pregunto.

por **Nokku Damaru** Sáb Dic 15, 2012 4:10 pm

fondo:
Finalmente llegué. Con Fraiah en brazos. Todo mi cuerpo temblaba. Tenía miedo. Miedo de perderla. Ví a Rido y a Chiara. No les presté atención. Abrí la puerta tembloroso, con la pierna y subí las escaleras con cuidado, temiendo que le pasara algo.

Todo había ocurrido muy rápido. Bien cierto era que había mantenido una actitud muy fría, quizas demasiado. Era el presidente de la asociación, pero cada día sentía que odiaba más y más mi trabajo. Demasiada sangre, demasiadas muertes. Y por otro lado, no podía evitarlo, si no estuviera en mi puesto la masacre sería mucho mayor.

Suspiré mientras dejaba a Fraiah sobre la cama, con sumo cuidado, tenía muchos rasguños y una herida algo profunda en la espalda. La tumbé boca abajo y miré detenidamente la herida, estaba sangrando. Me llevé una mano a la boca y después me di cuenta de que mis guantes olían a sangre. Arrugué la nariz y me los quité inmediatamente, tirándolos a la mesita. Había que sanar eso de alguna manera. Me incliné sobre el cuerpo de Fraiah. Estaba muy delgada, a este paso se moriría por no ingerir alimentos. Con decisión, sin dudarlo siquiera, rompí su vestido usando ambas manos, provocando un característico sonido. Chasqueé los dedos y en mi mano derecha apareció una pequeña toalla de seda. Limpié la espalda de Fraiah de sangre y cuando ya podía ver los límites de su corte claramente tiré la toalla al suelo. Acto seguido, entre mis dedos se materializó un algodoncillo con alcohol. Si Fraiah estuviera consciente seguro de que se quejaría mucho. Froté suavemente el algodón contra la herida, desinfectándola.

Todo esto era una locura ¿Acaso nunca tendría una vida normal? Me sentía como un lobo, perseguido por una manada de cazadores. Constantemente tenía que escabullirme, arreglar todos los problemas, evitar que se vertiera más sangre sobre la nieve, y la verdad es que me estaba cansando. Pero ¿Qué más daba eso? Haría todo lo que estuviera en mis manos por los demás, mi propia salud e integridad no importaban.

Abrí la palma de mi mano y en esta aparecieron una aguja e hilo. La verdad es que no estaba acostumbrado a realizar ese tipo de cosas, pero antaño, cuando Black todavía estaba vivo, me habían cosido varias veces, así que estaba familiarizado con el tema. Con sumo cuidado, cosí su herida, punto por punto. Cuando termine, diez minutos después, mordí la cuerda y observé mi trabajo, sanaría en poco tiempo, al fin y al cabo por la sangre de Fraiah seguían corriendo mis genes, si ella había podido mantenerse de pie en los terrenos era por esa misma razón ¿O piensas que un humano normal hubiera aguantado sin desmayarse después de que su cuerpo no recibiera nutrientes por tanto tiempo y en tan pocas cantidades? No, Fraiah lo conseguiría. Acaricié su cabello.

Alcé un poco ambas manos y cree unas suaves y delicadas vendas. Le dí de nuevo la vuelta a su liviano cuerpo. La expresión de su cara era muy dulce, inocente. Levanté ligeramente su torso, hasta que se quedó en una posición sentada, con los pelos colgado por ahí y por allá. Cerré los ojos y su vestido desapareció. Menos mal que estaba inconsciente, ya casi podía sentir la bocetada de su mano en mi cara. Con gestos gráciles pero rápidos, vendé su torso. Cuando acabé abrí los ojos e hice que un nuevo vestido, blanco, largo y ligero apareciera en su figura. La tumbé.

Tenía un pequeño arañazo en la cara y además estaba llena de polvo y suciedad. Me fui al baño un momento y volví a los pocos segundos con una toalla mojada. Acaricié su rostro y limpie suavemente los restos de tierra que habían quedado en sus mejillas, después del ataque del vampiro, y los rasguños que tenía por doquier. No sonreí, no me sentía bien ¿Qué clase de protector era? Solo había que mirar el estado de Fraiah para darse cuenta de que era un pésimo amigo y "guardaespaldas". Había calculado mal, ella todavía no había podido despertar su poder. Suspiré ¿Cuanto más tendría que esperar?

Me acerqué a la ventana. La abrí con pereza y asomé la cabeza. Con la mirada cansada y con gestos de vaguería los miré. A Rido y a Chiara.
Podeis pasar...
Dije con voz apagada mientras me volvía a meter para a dentro y bajaba las escaleras. Abrí la puerta y esperé a la pareja, Rido tendría muchas cosas que explicarme, por suerte para esos dos no estaba sediento de sangre, en el sentido metafórico de la palabra claro... no era como ellos.

por **Chiara Di Moncalieri** Sáb Dic 15, 2012 4:20 pm

Observo como Nokku apareció con una muchacha en brazos, se levanto inmediatamente preocupada por la chica, ¿Que habría pasado? ¿Por que tanta muerte? ¿Por que tanta violencia? Chiara miro a Rido preocupada. Había un olor de sangre en el ambiente pero estaba demasiado absorta en sus pensamientos para darse cuenta de la picazón de su garganta.

Observo como Nokku abría la ventana y los invitaba a pasar, tenia que hacer algo por esa pobre chica, paso por delante de Nokku sin mirarlo y subió lentamente las escaleras hasta llegar a donde se encontraba la chica inerte, la miro un par de segundos y tras eso se acerco, se arrodillo al lado de la cama y observo las vendas de su pecho. -Permiteme.- Musito a la muchacha con dulzura, aunque sabia que no podía oírla, en teoría.

Puso la mano sobre su espalda y de ella comenzó a salir una tenue luz rosa pálido que comenzó a sanar sus heridas casi al instante, no era la primera vez que Chiara había usado ese poder, al igual que no era la primera vez que veía a un humano en ese estado de inconsciencia que hacia que se le hiciera un nudo muy desagradable en el pecho. Las heridas de la muchacha no eran muy graves por lo que no tardaron demasiado en sanar por completo. Chiara la miro con detenimiento, estaba completamente anémica.

Se levanto, la muchacha necesitaba descansar. Se giro y se dirigió con los muchachos.

por **Rido Blood** Sáb Dic 15, 2012 4:57 pm

Rido observó la escena algo atónito ¿Acaso Nokku no podía volver a su casa si no traía a una mujer malherida en brazos? Se levantó y entró en la casa con Chiara, pero esta, en vez de quedarse en el piso de abajo subió al de arriba ¿Qué demonios hacía? Era la casa del presidente y ella como si nada.
Miró a Nokku y decidió sentarse antes de que Chiara bajara. El sofa era bastante cómodo
¿Que le iba a decir ahora?¿Qué la cazadora dejaría de serlo pronto y que Rido se quedaría a su lado? Porque claro, el no iba a dejar que Chiara se separara de el así por así.
~Yo soy su pura sangre, ya no es un problema
Dijo tranquilamente después de meditar por unos segundos. La casa de Nokku era muy acogedora, pero... era algo pequeña. Estaba claro que el presidente de la asociación de cazadores no era en absoluto un hombre ni materialista ni ambicioso. Se cruzó de brazos mientras esperaba una respuesta y la llegada de Chiara, ella también tendría que decir lo que piensa.
La tensión se notaba en el ambiente, por lo menos por parde de Rido, el cazador parecía tranquilo, no, más bien demasiado cansado como para ponerse a discutir, aunque en el fondo, se veía en su mirada, fría y calculadora, que todavía le sobraban fuerzas para aniquilar a medio ejercito de vampiros si algo le hacía enfadar. Que situación más comprometida. Se crujió los dedos

por **Nokku Damaru** Sáb Dic 15, 2012 5:22 pm

En cuanto abrí la puerta Chiara pasó de mi y subió las escaleras ¿Que hacía? La miré algo extrañado hasta que desaparecía detrás de la puerta de Fraiah y sentí como usaba un poder. Fuí a subir, pero al momento me dí cuenta de que se trataba de una habilidad curativa. No estaba mal, así no tendría que preocuparme más por la herida de la pequeña, aunque mirándolo por otro lado, todo lo que había echo había sido un poco inútil, pero seguro que así le había sido mucho más fácil sanar la herida de Fraiah que si estuviera como hace unos minutos.

Escuché atentamente a Rido. El vampiro se había tomado su tiempo en contestar. Se notaba que estaba nervioso... ¿Qué el era su pura sangre? No, ni hablar, eso era demasiada casualidad... pero era cierto. Mi mirada se tornó algo más violenta y apreté mi mandibula, me costaba contenerme. El había masacrado a la familia de Chiara, el había asesinado a cada uno de sus miembros sin piedad, sus manos..., no, todo su ser estaba bañado en sangre ¿Y podía sentarse en mi sofa, delante de mi, en mi casa y decírmelo como cualquier cosa?

Chasqueé los dedos de mis nudillos ¿Qué quería decir con eso? ¿Que iba a llevarse a mi cazadora como si nada, porque había aniquilado a su familia? El no tenía ningún derecho, de echo, debería de matarlo, o mejor, encerrarle de por vida en un calabozo.
Tienes suerte de que hoy haya cubierto mi cupo de vampiros muertos~
Dije acercándome poco a poco a Rido, esquivando gentilmente cada uno de mis muebles. Cuando estuve a su altura, con un movimiento rápido y desmedido le agarré de la camisa, a la altura del cuello. Lo levanté sin problemas y los músculos de mi brazo se resintieron contra el cuero de mi chaqueta, apretándolo casi hasta sus límites, mientras se entreveía mi ahora roja piel, al descubierto en la zona de las mangas. Estampé a Rido contra la pared sin soltarlo, elevandolo a unos cuatro pies del suelo y le gruñí mirándolo a la cara.
¿Crees que puedes venir aquí y decirme eso cabrón? Has aniquilado a su familia entera. No tienes siquiera el derecho de mirarla a la cara
Finalicé golpeándolo de nuevo con la nuca contra la pared, separándolo de esta para volver a estrellar su cuerpo contra de nuevo contra la madera. Mi casa tembló con cada golpe.
Estaba un poco cabreado a causa del cansancio, era mejor no enfadarme cuando estaba cansado, no sabía controlarme.

por **Chiara Di Moncalieri** Sáb Dic 15, 2012 5:32 pm

En cuanto salio de la habitación donde estaba la chica observo la escena desde las escaleras. La tensión se podía cortar con un cuchillo y Chiara la sentía en cada poro de su piel. Cuando vio los movimientos de Nokku salto al piso de abajo por la barandilla interponiéndose entre ambos. -No, por favor.- Suplico a Nokku mirándole a los ojos directamente.

No podía permitir que Nokku le hiriera, no podía simplemente. Ayudo a Rido a levantarse tras los golpes y se situó frente a Nokku con Rido a su espalda. -No le hagas daño, por favor.- Suplico de nuevo. No sabia como iba a reaccionar el presidente pero sabia, a ciencia cierta que no iba a permitirle volver a tocar a Rido. El pasado era pasado y no había que darle mas vueltas.

por **Fraiah B. Eslin** Sáb Dic 15, 2012 10:48 pm

Click~

Fraiah estaba hecha un desastre. Sin embargo, no tenía aún la capacidad para divisarlo, pues sus sentidos continuaban adormilados y nublados. Nokku la trajo en brazos hasta su casa. Su cabello, largo y manchado de lodo y sangre, se mecía suavemente a cada paso. La expresión de su rostro era apacible, pues su mente inconsciente no podía recordar ahora mismo todo lo acontecido. ¿Qué ocurriría cuando despertase? Las posibilidades eran tan amplias que era imposible identificar cuál sería la opción correcta.

Nokku recostó el cuerpo de la joven sobre la cama, con suma delicadeza. Se ocupó de sus heridas, de limpiarla un poco... Sí, aunque haya tenido que rajar su vestido y desnudarla incluso. Menos mal que Fraiah estaba inconsciente, pues de otro modo, lo hubiera asesinado a collejas. Sin embargo, cuando se despertara advertiría ese curioso cambio de ropa y moriría del pudor.

Moriría al saber todo los problemas que le ha dado.

Al pasar unos segundos de dolor que, debido a su inconsciente ser no sintió, una joven entró en la habitación y aplicó sus propiedades curativas sobre ella. Fraiah continuaba con un semblante suave, casi angelical, como si todos los demonios que tenía dentro decidieran tomarse unas pequeñas vacaciones. La herida más grave que tenía, aquella que se encontraba en su espalda, se curó por completo, dejando las vendas allí como si estuvieran de más. Cuando la muchacha se retiró, las voces en la sala de abajo comenzaron a oírse.

Se removió un poco en la cama. Estaba anémica, adolorida, cansada y shockeada. Todo aquello junto era demasiado para ella. ¿Cuánto tiempo hacía que no vivía algo como eso? Hace dos años atrás, antes de que Sebastian la convirtiese, debía pasar las mismas situaciones horrendas. Debía correr por su vida y depender todo el tiempo de los demás, que eran más fuertes, para asegurar su bienestar. Lo único que agradeció al ser un vampiro fue no volver a depender de nadie; no volver a complicarle la vida a nadie con la suya. Pero ahora...

Ahora el pasado volvía a latir en sus venas.

Un bosque. Una persecución. Un vestido blanco manchado de sangre. Alguien corría, gritaba, suplicaba por su vida. Muchas sombras se avecinaban, persiguiendo cual bestias a aquella figura blanquecina que se escabullía desesperadamente entre árboles. Pero, de un momento a otro, la figura frenó sus pasos ante una silueta mucho mayor. Un perfil se divisó, tal vez una lágrima. El rostro de Sebastian se alzaba ante ella; ante Fraiah. Su corazón se aceleró y gritó, gritó tan fuerte como pudo. Pero él la elevó sujetándola del cuello y la sangre comenzó a descender por su clavícula, marcando un demencial sendero a través de sus brazos, finalizando el recorrido en sus manos y, desde allí, cayendo en gotas al suelo. Y, de repente, en medio de sus gritos de agonía, el rostro de Sebastian se convierte en el rostro entristecido y cansado de Nokku. Ya no podía gritar. En su sueño, ella ya estaba muerta.

Los gritos pudieron oírse en toda la casa. Fraiah se revolvía en aquella cama, entre aquellas blancas sábanas. Las lágrimas descendían por sus mejillas. Y, de pronto, tan agitada como estaba, abrió los ojos y se sentó en la cama con suma rapidez, sujetando su cuello con una de sus manos, sintiendo aquella asfixia que había soñado. Porque todo fue una pesadilla. Sebastian no volvería a aparecer en su vida y Nokku jamás la mataría.

¿Verdad?

Miró sus manos y a su alrededor. Estaba en la habitación de Nokku, nuevamente. Era curioso como terminaba allí siempre. Se miró entera y descubrió el cambio de ropa y los vendajes. Pudo percibir los rasguños y los moretones que tenía por todo el cuerpo. Se abrazó a sí misma, y las palabras de Katrina aquella tarde volvieron a su mente. ¿Ella realmente iba a morir? ¿Y por qué el destino se tardaba tanto y sólo continuaba torturándola?

Rozó con la yema de sus dedos un rasguño de su mejilla. Cerró los ojos con fuerza, descubriendo la imagen siniestra de aquel Nivel E aprisionándola y acercando sus colmillos malditos a ella. Sacudió la cabeza y se tocó el rostro y el cuello consecutivas veces, con asco, con horror. Aborrecía aquellas imágenes, que ellos la hubiesen tocado. Se sentía sucia, ultrajada. Se llevó ambas manos a la cabeza, cerrando los ojos nuevamente, hasta que las lágrimas continuaron descendiendo. ¿Todo aquello había ocurrido? Sí, no había dudas de que fue real. Y lo más triste de todo, es que fue por su culpa, por sus descuidos e impulsos.

por **Nokku Damaru** Dom Dic 16, 2012 2:26 pm

Tan pronto como solté a Rido Chiara se interpuso entre los dos. Lo protegía. Enarqué una ceja al escuchar sus palabras. No tenía tiempo para todo eso. Miré hacia ambos ¿Qué pasaba entre ellos dos?
Bien... no importa
Suspiro. Miro hacia el techo ¿Qué iba ha hacer con ellos? La situación era algo complicada, Chiara no se podía ir así sin más, pero tampoco iba a obligarla a quedarse, al fin y al cabo ella se estaba convirtiendo y Rido era el pura sangre que había mancillado su cuerpo de cazadora. Era una pena, su cuerpo moriría, su piel palidecería y no volvería a ser humana. Pero tal vez fuera mejor así, si ella era feliz con ese vampiro no me interpondría en su camino.
Vale, ahora que ya lo se podéis iros, no os perseguiré, podéis hacer lo que os dé la gana, pero los dos moriréis si asesináis a algún humano.
Dije antes de darme lentamente la vuelta. No discutiría si esa era la decisión de los dos. Subí las escaleras pacientemente, con la cabeza gacha y apoyé la mano en mi puerta, empujándola poco a poco, abriéndola con cuidado. Fraiah estaba despierta. Su expresión me dejó algo atónito. Me acerqué a ella. Estaba llorando. No dije nada, no hacía falta estropear el silencio con palabras inútiles.
Me arrodille, incando primero una rodilla y luego la otra, en frente de ella. La abracé y cerré los ojos. Me hubiera gustado que al abrirlos todo se arreglara, pero eso era imposible. Ni siquiera sabía donde estaría al día siguiente con tantos problemas a nuestro alrededor. La pobre parecía aterrada, y no me hacía falta usar mi habilidad ocular para comprobar sus sensaciones.

por **Fraiah B. Eslin** Dom Dic 16, 2012 2:50 pm

Su cuerpo temblaba levemente. Intentaba comprender, tranquilizarse, pero todo intento era en vano. Sus emociones estaban sobrepasando los límites de su coraje. Y lo único que necesitaba era algún milagro que la sacara de aquella pesadilla; alguna luz de esperanza, pues parecía que para ella ya no habría fe que valga.

Escuchó pisadas en la escalera y rápidamente comenzó a secar sus lágrimas. Fuera quien fuese, no quería que la viera así. Pero, en cuando observó su figura entrar, los esfuerzos de Fraiah por no llorar, gritar y sentirse una débil idiota, se desvanecieron como el sol al anochecer. Mordió su labio inferior, intentando contenerse. Y, cuando Nokku se arrodilló a su lado para abrazarla, ella saltó de la cama, prácticamente, sobre él, abrazándolo con fuerza, rodeando su cuello con sus delgados brazos. Las lágrimas resbalaban sin remedio. Había tantas cosas que necesitaba decirle; había tantas disculpas que perdonar. Al final, ¿qué era ella para él? Siempre creería que era un obstáculo, que lo estaba cansando y complicando la vida. ¿Por qué él seguís insistiendo en su bienestar?

Se aferró al cabello de su nuca con sus manos, sintiéndolo cerca, creyendo que aquello era real. Porque él estaba allí, por lo que no debería sentirse insegura ahora. ¿Verdad?

por **Rido Blood** Dom Dic 16, 2012 3:11 pm

Rido sabía que acabaría por tomárselo mal, pero no tan mal. No habían pasado ni diez segundos y su cuerpo ya estaba estampado contra la pared. Intentó esforzarse no entablar un combate, porque realmente, si no fuera por Chiara ya le habría propinado un buen puñetazo. Cuando lo soltó calló al suelo, de pie. Se ajustó tranquilamente la camisa y escuchó lo que decía Nokku. Al menos no habia decidido matarlos a los dos ahí mismo. Rido lo miró con cara de desagrado hasta que se dió la vuelta y subió las escaleras, seguramente para cuidar de la persona que hace tan solo unos días era una vampiresa. Cogí gentilmente a Chiara de la mano y la miré.
Tsk... vámonos de aquí, ya no tenemos nada de lo que hablar con este hombre
Abrió la puerta y salió con la cazadora que hacía solo unos momentos había protegido al vampiro que había asesinado a su familia. Lo se, nada tiene sentido últimamente.

por **Nokku Damaru** Dom Dic 16, 2012 3:42 pm

Podía sentirlo, podía sentirlo perfectamente. Ese dolor, esa inseguridad, esa forma de pensar tan característica de Fraiah. Ella solo no quería ser una carga, y en realidad para mi nunca lo fue ¿O acaso puedes decir que una hermana pequeña es una carga cuando vas con ella a algún sitio? Tampoco puedes decir que una persona a la que quieres es una carga. Ella no podía evitar ser lo que era y no me importaba en absoluto que ella se considerara una carga, yo siempre la vería como mi suporte sicológico más importante, sin ella yo no podría proteger a nadie más, ni siquiera a mi mismo. Si la protegía a ella podría proteger a todos.
Lo sentía, sentía mucho tener que ser tan frío, tan mordaz a veces, pero era necesario, no había otra forma de lograr los objetivos que me había propuesto para Fraiah de otra manera. Lo conseguiría, nunca me rendiría, ni ante la muerte me caería.

Mis pupilas se tornaron rojas de repente, no podía resistirlo, tenía que hacerlo para poder meterme en la piel de Fraiah. Al instante, pude sentir una cascada de sentimientos pesimistas. Dolor, amargura, preocupación, inseguridad, verguenza, la tentación de la muerte, la sed... lo estaba sintiendo todo a la vez en mi propio cuerpo. No me apetecía usar las palabras, eran muy superficiales, demasiado artificiales, se las llevaba el viento. Abracé un poco más fuerte a Fraiah, hundiendo mi cabeza en su cabello mientras su olor invadía toda mi mente.

Poco a poco, como quién va entrando en unas aguas termales demasiado calientes, fuí descubriendo mi interior a la muchacha. Mi forma de ser, de pensar, mis preocupaciones, mis sentimientos hacia ella, hacia los demás, mis quebraderos de cabeza, mis placeres, mi emoción, mi instinto... todo lo necesario para que ella no tuviera que preguntarse de nuevo porque yo hacía lo que hacía. Me preocupaba por ella y quería estar con ella, esa persona que me había salvado del inframundo, por eso no me importaba tener que protegerla, de echo era algo que me hacía sentirme bien cuando lo hacía. Me rompería cada hueso si hacía falta, moriría y volvería a la vida si era necesario, y esque cuando me proponía hacer algo no había quien me sacara la idea de la cabeza, Fraiah sería humana, tendría poder para proteger a los demás y no volvería a sentirse mal, no había nada que discutir sobre eso. Si ella necesitaba una rosa roja para sobrevivir y en el jardín solo hubiera rosas blancas entonces teñiría el jardín entero con mi sangre.

por **Fraiah B. Eslin** Dom Dic 16, 2012 3:57 pm

Las vendas que cubrían su torso y aprisionaban su piel se tensaron ante varios movimientos espasmódicos de Fraiah debido al llanto. Sentía a Nokku cerca de ella, podía abrazarlo nuevamente, sentir su aroma suave y enérgico; podía ver ese rostro de nuevo, aquella sonrisa optimista que siempre procuraba hacerla sentir mejor y ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío. Él, simple y únicamente, el único capaz de sostenerla en momentos como aquel. Y siempre estuvo para ella, desde el primer día, cuando la hirió sin querer, sin apenas conocerla, y se ocupó de ella. Él, a quien había atacado infinidad de veces en medio de su salvaje instinto vampírico. Incluso él, a quien le había arrebatado su sangre por no poder frenar su sed. Tantas cosas le había hecho, tanto tiempo lo estuvo lastimando, pero él seguía firme, allí, para protegerla.

De repente, millares de sensaciones invadieron su ser. Sentía que por los poros de su piel se colaban sentimientos que no eran suyos, pero que lo parecían. Fraiah se separó un poco, dejando el llanto a un lado. Colocó ambas manos sobre las mejillas del joven cazador. Lo miró a los ojos, profundamente, como si intentase ver su alma a través de ellos. Negó suavemente con la cabeza.
- Perdóname -susurró, a duras penas, con la garganta aprisionada por su llanto rebelde. Aquella palabra ya parecía bastante reiterativa, ¿pero qué iba a decir al respecto? No había otro modo de disculparse, y si lo hubiera, estaría empeñada en llevarlo a la práctica. Cualquier cosa que Nokku le pidiera, ella lo haría, sin importar qué. Y lo único que pensaba en este instante, era que no quería morir sin poder decirle tantas cosas que estaban guardadas en su interior, pero que siempre, por temor o vergüenza, se negó a dejarlas fluir.

- ¿Por qué siempre eres tú? -susurró luego, dejando caer su cabeza sobre su hombro, deslizando suavemente sus manos por sus mejillas, hasta dejarlas reposar sobre su pecho.

¿Por qué siempre es él, quien viene a rescatarla, quien va a buscarla, quien salva su vida infinidad de veces? ¿Por qué siempre es él quien la entiende, quien la saca del abismo de su vida? Aún no encuentra un modo de remunerar todo aquello, si es que existe una forma adecuada de devolver el favor. Y por más que sus sentimientos estaban siendo transmitidos a través de aquel extraño poder de Nokku, ella aún no podía evitar formular todas esas preguntas en su mente.

¿Por qué ella, de entre tantos seres, había sido bendecida con semejante milagro de persona a su lado?

por **Nokku Damaru** Dom Dic 16, 2012 4:43 pm

Mantuve los ojos cerrados. Esos gestos, esas palabras. No me gustaba ver a Fraiah en ese estado, pero por otro lado era muy tierna. Deslizó sus manos por mis mejillas y mi pecho mientras su cabeza descansaba sobre mi hombro. Su cuerpo, delgado y frágil. Acaricié lentamente su cabello con una mano. Sus disculpas... no necesitaba perdonarla por nada, no sentía ningún tipo de rencor hacia a ella. Su pregunta, parecía algo que le vino a la mente sin más, pero me hizo reflexionar por unos momentos. No era difícil deducir el porque de tal cuestión.
Porque te necesito
Dije lentamente, susurrando en su oído, respondiendo a sus palabras. La verdad es que estábamos perdiendo un tiempo precioso, ella necesitaba comer y descansar. Pero dejarla en la cama sin más sería demasiado estúpido y además, no me apetecía. Entreabrí un ojo y sonreí levemente. Estábamos pasando por un momento de crisis, y sin embargo podíamos apoyarnos el uno en el otro para sobrepasar las dificultades que nos brindaba la vida, ¿Quién sabe? Tal vez, en un futuro podríamos tener una vida normal y feliz, tal vez no habría más muerte ni sangre, solo sonrisas. Aunque, que bobo fui al pensar aquellas cosas tan inalcanzables, algo dentro de mí me decía que tendría que luchar por siempre y que después de mi muerte alguien más vendría y las luchas continuarían ¿Había alguna forma de acabar con esa agonía? Tal vez...

Roce suavemente mi cabeza contra la de Frah y suspiré con lentitud, tendríamos que seguir hacia delante, nos gustara o no. Había más personas que dependían de nosotros, ya sea directa o indirectamente. En el fondo también sentía el haber sido tan rudo con Katrina, ella se preocupaba mucho por Frah, pero estaba seguro de que ella no podía comprenderla, me recordaba a la típica madre que ve sufrir a su hija pero no sabe como ayudarla, sintiéndose culpable y a la vez frustrada. Aunque por otro lado, tampoco me tendría que preocupar demasiado por el momento de las continuas luchas de fuera, Yagari había sido nombrado sub-lider y estaba seguro de que realizaría su trabajo como nadie sabría hacerlo. Lo único que nublaba mi visión del futuro eran esos extraños vampiros con poderes sobrenaturales. Me abracé un poco más a Fraiah ante el pensamiento de que en realidad, me costaría mucho protegerla ante el ataque de uno de ellos, y que podría morir a manos de esos seres sin escrúpulos. No, claro que no, no lo permitiría, pero aún así, no quería ni pensar en ello.

por **Chiara Di Moncalieri** Dom Dic 16, 2012 5:48 pm

Escucho lo que dijo Nokku y se deshizo de un gran peso. Escucho un grito proveniente del piso de arriba, la muchacha debía de haber despertado, tenia ganas de subir a ver si estaba bien, pero no era el momento. Cuando Rido hablo asintió y se fue con el mirando a la ventana donde debía estar la habitacion.

por **Fraiah B. Eslin** Dom Dic 16, 2012 6:55 pm

Al oír aquellas palabras, susurradas tiernamente en su oído, un escalofrío recorrió su cuerpo. Sintió estremecerse. Él la necesitaba, ¿verdad? Eso había dicho. Y ella, simplemente, había querido abandonar este mundo. ¿Cuán egoísta puede ser una persona? Se maldecía interiormente por eso. Había sufrido un retroceso en su vida. Volver a su pasado, a su naturaleza pasada, sólo traía consigo aquellos pensamientos donde sentía ser una debilucha buena para nada. Pero es necesario aclarar que, pese a ello, en aquellos tiempos, ella sabía cómo robarle sonrisas a las personas. Ahora, era simplemente esto, un ente desesperanzado que buscaba la muerte de una vez por todas. Había perdido su magia, quizás.

Pero no. No podía continuar pensando en ello. Arrugó la chaqueta de cuero de Nokku con sus manos, tal como había hecho en el bosque aquel día, donde todo comenzó nuevamente. Alzó su rostro, dejándolo muy cerca del de Nokku. Lo miró a los ojos, y apenas pudo dejar escapar una pequeña sonrisa melancólica. Sus iris violáceos reflejaban el rostro del cazador con un perfecto contorno. Acarició suavemente su mejilla con una mano, hasta depositarla cerca de sus labios. Allí, otorgó un suave tacto sobre su labio inferior con uno de sus dedos.
- Yo también te necesito, y no imaginas cuánto -susurró, mirándolo profundamente, como si el tiempo se hubiese detenido en ese instante, para que ambos pudieran aprovechar el mísero momento de calma que parecía rodearlos-. Y no quiero morir sin poder decirte lo mucho que significas para mí -murmuró luego, negando con la cabeza suavemente. Algunos mechones de su cabello caían sobre su rostro y se mecían delicadamente.

por **Nokku Damaru** Dom Dic 16, 2012 11:57 pm

Dejé que los delicados dedos de Fraiah acariciaran mi mejilla hasta que su mano se deslizó hasta mis labios, realizando un pequeño gesto detallado al jugar con el labio inferior de esa forma tan sutil. Con las primeras palabras que surgieron de su boca sufrí una sensación de calidez y un nerviosismo esporádico. Con su segunda frase mis ojos fueron directamente a observar los suyos, esos ojos grandes, violáceos, humanos. Podía ver mi silueta en ellos, podía ver esperanza.
Yo... yo simplemente no quería perderla. No quería que me volviera a pasar lo mismo, ya fue demasiado doloroso cuando me arrebataron a Stella sin que pudiera hacer nada. Mi respiración se aceleró un poco. Mi cabeza parecía una oficina de correos por dentro, un desorden total, un caos indescriptible. La información iba y venía por todos lados mientras poco a poco, mis instintos se iban adueñando de mis movimientos. Al principio dejé de pensar, poco después dejé de percatarme de lo que había a mi alrededor y finalmente, mirando tiernamente a Fraiah dejé de existir por unos momentos.
Con un movimiento delicado aparté un rebelde mechón de pelo que se había quedado en el rostro de la muchacha. Me incliné lo justo y necesario y, apoyándome con las manos en el suelo junté mis labios con los suyos.
Fue algo diferente, era como una caricia, un toque gentil con la parte interior de mi labio superior en su labio inferior, rozando fugazmente sus dientes. Mis pupilas se dilataron y la organización desapareció de mi mente, me había convertido, sin quererlo ni saberlo, por esos instantes, en el Nokku de hacía tres años, aquel alocado e impulsivo muchacho que a la vez podía mostrarse tierno y romántico.
Como un cambio de estación repentino la habitación empezó a llenarse de copos de nieve, que al entrar en contacto con las superficies de los objetos, muebles y las paredes, formaban unas delicadas y frágiles rosas de color blanco que a medida que florecían se iban volviendo rojas.
Me separé unos centimetros de su piel y levanté la mirada lentamente.
No me lo digas... no permitiré que mueras
Susurré en respuesta a sus últimas palabras mientras mi rostro esbozaba una sonrisa al tiempo que, la respiración acalorada que desprendía mi boca se chocaba contra la piel del cuello de Fraiah, calentándolo ligeramente.

por **Fraiah B. Eslin** Lun Dic 17, 2012 12:18 am

Observó sus ojos. Luego, vislumbró su boca y el temblor de sus labios. Acarició aquellas facciones con suavidad. Él... ¿Qué era él exactamente para ella? Había dicho, hacía un tiempo, que significaba un padre, un hermano, un amigo... ¿pero no le había faltado aclarar algo más, acaso? Nokku no era simplemente un amigo más en su vida. Con el tiempo, se había apoderado de gran parte de su corazón, arrebatándole sus más ocultos y preciados sentimientos. ¿Qué debía hacer justo ahora? ¿Dejar que la muerte se la llevara? ¿Abandonarlo?

No, imposible. Ya había tenido este debate hace unos días atrás, cuando la humanidad volvió a su ser. Entonces, ¿por qué dudar otra vez?

Y, de repente, Nokku se sostuvo con las manos en el suelo. Sus ojos se clavaron en los suyos. Fraiah quiso realizar un movimiento hacia atrás, pero sus vendas se tensaron alrededor de su torso y optó por quedarse quieta. El cabello le caía con suavidad sobre los hombros descubiertos. Lo observó acercarse, con lentitud, pero jamás podría haber prevenido aquello.

Y tampoco hubiese querido hacerlo.

Sus labios se unieron, como el día y la noche, el sol y la luna. Fraiah sintió un escalofrío adueñándose por completo de su cuerpo. Los labios de Nokku, cálidos, húmedos, acariciaban con extrema suavidad los suyos. La joven cerró los ojos el tiempo que duró aquel preciado momento, el cual atesoraría siempre en los confines de su corazón. Cuado él se alejó levemente, pudo sentir su acalorada respiración rebotando contra la piel de su cuello. Fraiah abrió los ojos, observándolo. Tomó coraje y sujetó su rostro entre sus manos. Lo miró por unos segundos. Estaba a punto de decir aquellas palabras. Un leve temblor la recorrió por completo.
- Te quiero, gracias por todo -susurró, casi contra sus labios, pues ella acercó su rostro con delicadeza, depostando sobre sus labios otro sutil beso. Por instantes sentía que podía percibir el dulce sabor de aquel momento. Con excesiva calma, mordió levemente su labio inferior. No había existencia de colmillos, pero sí sus pequeños dientes se encargaron de capturar una parte de la boca del joven.

por **Nokku Damaru** Lun Dic 17, 2012 12:58 am

Esas palabras, simplemente no podía procesarlas con claridad. Los labios de Fraiah ¿Desde cuando eran tan carnosos, dulces y calientes? Estúpido de mí, ella ya no poseía el cuerpo frio de un vampiro, ahora era una humana. Mis ojos quedaron como platos ante las breves palabras de la chica y fueron aplacados por su rápida y calculada reacción . Un beso, fugaz, salvaje, rebelde. Todo lo que necesitaba. Un pequeño escalofrío recorrió mi columna cuando los dientes de ella agarraron mi labio. Ya no eramos unos críos y ya no nos bastaba con un simple juego de niños. Mi corazón. Se sentía extraño. Pensé que iba a estallar, era como si Fraiah me hubiera clavado una jeringuilla de adrenalina en el pecho. Podía darme cuenta de cada detalle en la habitación dadas las pulsaciones por minuto que llegaban a mi cerebro. El olor de esa mujer, sus ojos, su cabello, sus gestos, su respiración, era como una mezcla de todo lo que quería domar en ese momento, de todo con lo quería descontrolarme.
Cerré los ojos. Acaricié su cuello, deslizando suavemente la llema de mis dedos por su cuerpo. Me tensé, se me puso la piel de gallina, supongo que la droga de las hormonas ya estaba en mi torrente sanguíneo, tendrían que cortarme la cabeza si querían pararme. Me incliné un poco más sobre Fraiah, dejando mi cuerpo un poco por encima del suyo, desafiándola con los gestos.
Ella me había dicho que me quería y parecía que finalmente había podido digerir el significado de esa simple frase. Todo ese dolor, esa tensión, preocupación, los llantos, las lágrimas. Quería llevármelo todo. No la iba a permitir volver a llorar.
Deslicé lentamente mi labio por la comisura de su boca, liberándome. Ladeé la cabeza y, con mi mano en su nuca, debajo de su cabello, junté mis labios con los suyos de nuevo, esta vez en una mezcla de euforia y pasión. El sentimiento que había resentido dentro de mi por demasiado tiempo salía ahora al exterior como un geiser.
Los copos de nieve iban intensificando su ida y venida, sincronizados con mis emociones. Las rosas, ahora completamente rojas, soltaron algún que otro pétalo y mi habitación se convirtió en un verdadero espectáculo de nieve y flores, con sus dos figuras de mármol en el centro.

por **Fraiah B. Eslin** Lun Dic 17, 2012 1:14 am

Él. Sí. Ahora lo comprendía. Los copos de nieve, brillantes como el cristal; las rosas, refulgentes en su color carmín. Ahora todo tenía sentido. Tanto tiempo reteniendo aquellos sentimientos, aquellos deseos, aquellos impulsos. Ahora comprendía por qué, cuando era un vampiro, la sangre de Nokku era el elixir que más la descontrolaba. Sus emociones se habían intensificando, provocando que ella quisiera todo de él, hasta el punto de arrebatarle el último aliento de su vida. Pero ahora... ahora ya no era un monstruo sediento de destrucción y muerte. Ella, ahora, podía ser consciente de que deseaba todo lo contrario, aunque una parte dormida de su ser quisiera arrebatarle todo a este maldito mundo. Quisiera arrebatar cada vida sobre la tierra, pero ella, su verdadera esencia, no era sencillamente aquella. Ese deseo de venganza y odio no podía simplemente aflorar, porque la verdadera Fraiah se lo impedía con furia, cubriéndolo completamente de este amor, de esa característica luz suya.

Un beso suyo; otro de ella; y así prosiguieron. Se había generado una cadena de adicción. ¿Cuándo terminaría? Por su parte, deseaba que este instante fuera eterno. Ahora, comprendía más que nunca, que Nokku era quien se había llevado su corazón hace tiempo. Pese a haber estado con otros hombres, nunca se había sentido de este modo. ¿Por qué? ¿Qué tenía él? Quizás fuese porque él jamás la había abandonado, siempre había cuidado de ella, protegiéndola incluso a costa de su propia vida... Pero no, era mucho más que aquel sentimiento de agradecimiento. Nokku era el hombre con el cual quería estar, aquí y ahora, aquí y siempre. Nada había vuelto a ser igual desde que sus miradas se cruzaron por primera vez. Pero le atemorizaba el final; siempre le atemorizaron los finales. Y tal y como estaban las cosas...

Pero debía disfrutar del momento. Debía aprovechar el poder demostrarle todo lo que llevaba sellado en su interior hace tiempo.

Su mano en su nuca, aprisionó su cabello con suavidad. Fraiah lo miró a los ojos, siendo capaz de percibir cierto brillo en ellos. Él volvió a guiar sus labios hacia los suyos, pero esta vez, el beso inocente poseía otra fuerza, otra energía. Estaba repleto de una pizca de contenida pasión. Fraiah aceptó aquel gesto con gracilidad y suavidad. Rodeó su cuello con ambos brazos, aferrándose a él con delicadeza, sintiendo el palpitar de su corazón, en compás con el suyo. Él era mucho más que un humano de buen corazón, que un cazador poderoso, que un Presidente que tenía miles de obligaciones que atender.

Él la había salvado en todos los sentidos que alguien puede salvar a una persona.

- ¿Es esto real...? -se atrevió a susurrar en medio de aquel beso, sin separarse un milímetro de su cuerpo. Temía que fuese sólo una ilusión, un desvarío de su mente afiebrada por aquella noche siniestra y casi mortífera.

por **Nokku Damaru** Lun Dic 17, 2012 5:17 pm

Mis sentidos, poco a poco, empezaron a verse mermados, mientras que, por otro lado, sentí como si una corriente eléctrica recorriera mis músculos, como el dulce fluir de un poder puro. Se trataba sin duda, de la sensación por la que todo el mundo lucha por tener, aunque no quieran reconocerlo. Era la felicidad en su grado más elevado. No se podía comparar con la euforia o la alegría. Era simplemente un momento en el que ni siquiera podía controlar mi cuerpo, y tampoco sentía la necesidad de hacerlo, lo único que no hacía era pensar, disfrutaba de cada segundo, de cada instante, de cada pizca de esa locura desmedida.
Al escuchar su delicado susurro sonreí levemente. Todo podría ser solo una fantasía, pero mis sentidos me decían lo contrario y era demasiado bueno como para dejarlo escapar. Acaricie levemente mi nariz contra la suya, dejando que nuestros labios se rozaran.
~Tan real como mis sentimientos~
Pronuncie prácticamente sin separar nuestros labios . Con un movimiento delicado y lento me levanté sin problemas, ya que estaba de rodillas y cogiendo a Fraiah de la mano me senté sobre la cama, mostrándola una faceta mía que solo ella podría ver. Con una mirada provocadora, sugerente y seductora a la vez recorrí el contorno de su cuerpo. Mis ojos podían denotar muchos aspectos de mi interior con una sola mirada.
Los pétalos, posándose sobre el suelo, los muebles, el alfeizar y la cama tiñeron la habitación de rojo al mismo tiempo que lancé una fugaz sonrisa, cargada de felicidad y confianza a Fraiah.
Todo estaba pasando en un momento de crisis y alerta. Tal vez eso era lo que necesitábamos para llegar a nuestro límite. Mi corazón seguía latiendo a mil, pero por alguna extraña razón, dejé de sentir esa presión sobre mi pecho, pasando a percibir un cierto picor en toda la columna vertebral, como si fuera una caricia, lo que hizo que los pelos de mis brazos se erizaran.

por **Fraiah B. Eslin** Lun Dic 17, 2012 5:29 pm

"Tan real como mis sentimientos", él dijo. Entonces, ¿en verdad esto no era un sueño? ¿En verdad estaban viviendo tal momento de extrema felicidad? Él... ¿él la quería? ¿Y no la dejaría sola nunca? Las inseguridades de Fraiah siempre estuvieron latentes, pero ahora mismo quería arrojarlas lejos, y que Nokku las pisoteara con cada uno de sus dulces gestos y palabras. No quería que este instante se terminara. Sólo quería apreciar su mirada, su silueta, sus delicados y apasionados gestos. Otro escalofrío se apoderó de su cuerpo cuando sus narices se rozaron. ¿Qué era todo este sentimiento que la envolvía?

- Ahora lo comprendo -susurró lentamente, mientras él la tomaba de la mano y se sentaba a su lado. Sus ojos penetraban sus pupilas como dos dagas-. Siempre fuiste tú -agregó luego, con los ojos brillantes y una sonrisa casi impersceptible, pero que no cesaba de ser tierna. Alzó una mano para poder acariciar su rostro otra vez, mientras con la otra apretaba la mano de Nokku-. Ni siquiera sé si esto está bien, pero... -suspiró y rió con suave sinceridad-. Pero creo que no me importa.

Unas lágrimas de felicidad y emoción se deslizaron por sus mejillas. Qué tonta, estaba llorando. Se las secó con rapidez, sin querer mirarlo, pues estaba algo avergonzada. ¿Qué harían ahora? ¿Era esto correcto? Las preguntas asaltaban su mente, aunque había dicho que no le importaba. Tenía miedo de estorbarlo con sus sentimientos. ¿Y si todo era una equivocación? No, no podía ser eso cierto. Esto no podía ser una mentira. Ella se sentía liberada, como si un gran peso hubiera abandonado su corazón. Al fin lo comprendía. Esto era lo que tanto tiempo la había tenido mal y deprimida. Pero ahora...

Ahora este sentimiento era libre.

Miró a Nokku de nuevo y se encogió de hombros con gracilidad. Ladeó un poco el rostro, dejando mecer su cabello, y sonrió angelicalmente. Al cabo de unos segundos, sintió que el cansancio se apoderaba de ella y su pequeño cuerpo. Comenzó a cerrar los ojos y cayó sobre Nokku completamente dormida. Casi al instante, él se durmió también.

~~~~~~

Abrió los ojos y miró a su alrededor. La luz que provenía del exterior provocaba que le ardieran los ojos. Se restregó uno de ellos y, entonces, se percató de que Nokku yacía dormido a su lado. Dio un pequeño salto, sorprendida. No recordaba haber terminado dormida aquí con él. Sin embargo, los recuerdos de lo sucedido con anterioridad vinieron a su cabeza y sonrió con calidez. Se inclinó sobre él y le dio un suave beso en la frente. Parecía un niño durmiendo de aquella forma. Se levantó con sumo sigilo y buscó algo de ropa en sus armarios. Debería ir a buscar su valija, pero... ¿Dónde la había dejado? La última vez estaba en el bosque, pero... ¿La había traído hacia aquí, acaso? Se rascó la nuca, confundida, y revolvió su cabello.

Se acercó, finalmente, al armario de la habitación y le robó a Nokku una remera negra y unas calzas negras. ¿Por qué Nokku tendría calzas? Enarcó una ceja. Tal vez las utilizara para entrenar o algo. Lo miró y sonrió, volviendo hasta su lado y dejándole una nota de papel sobre su pecho. Esta decía: "He salido a buscar mi valija, pues no sé dónde la he dejado. De paso, daré un paseo. Y sí, estaré bien, no te preocupes". Tras hacer aquello, depositó un suave beso sobre sus labios y se fue de allí. También necesitaba hablar con sus hermanos para conseguir un lugar donde vivir. Sería mejor que vaya a averiguar a alguna inmobiliaria para ver si podía conseguir alguna casa a un precio razonable.

por **Nokku Damaru** Mar Ene 01, 2013 9:38 pm

Me estiré aun con los ojos cerrados. Me había dormido con Fraiah y ni me había enterado. Intenté buscarla con las manos, tenía que estar por ahí cerca. Alargué los brazos. No la encontraba.
¿Fraiah?
Seguí tanteando el terreno y finalmente cuando quise abrir los ojos me caí de la cama. Me pareció que el suelo había crugido con el contacto de mi cuerpo. Sacudí la cabeza y me incorporé confuso. Miré hacia los lados con los pelos despeinados y con unos ojos que se resignaban a permanecer abiertos.
Vi la nota que había dejado. Me levanté y la leí. Así que estaba fuera. Bostece.Vale, iría a buscarla entonces. Me vestí rápidamente y sin siquiera arreglarme salí por la puerta.

por **Fraiah B. Eslin** Dom Jul 07, 2013 5:32 am

Llegó a la casa de Nokku junto a él. Entró y cuidadosamente lo guió hasta su habitación. No le permitió decir ni una palabra. Era agradable el silencio, el cual estaba recubierto por sus intensas ansias de verle de nuevo. Se llevó el dedo índice a los labios y, tras obsequiarle una agradable y misteriosa sonrisa, le indicó que guardase silencio. Lo recostó en la cama y acarició su cabello con suavidad. Ya habría tiempo para las palabras. Ya habría tiempo para saber qué había sido de él y el por qué de esas nuevas cicatrices que podían vislumbrarse. Y, entre todas esas cicatrices, su sagaz mirada pudo percibir una en particular, que se mostraba débilmente emergiendo desde la piel de la base de su cuello, casi rozando el hombro. Frunció el ceño y, cuidadosamente, le quitó la sudadera. Entreabrió los labios a causa de la impresión que le provocó. Era una cicatriz enorme que surcaba su pecho. Se llevó una mano a la boca, ocultando su impresión, y negó suavemente con la cabeza. Él siempre poniéndose en peligro. A veces creía que no podía soportarlo, pero debía asumir que ese era su labor, que aquella era su vida... Lo había asumido desde el primer día en que lo vio, cuando casi acaba medio muerta por aquel ataque suyo que provocó que ella se cayera de un árbol. De tan solo recordarlo, una fina risa se apoderaba de ella.

Al cabo de un rato, se dirigió al armario y sacó de allí vendas y sustancias que podría utilizar para efectuar adecuadamente la curación de sus heridas. Lentamente, así lo hizo. Ya faltaban unos pocos minutos para la media noche y la luna yacía alta en el cielo. Fraiah concluyó su trabajo de enfermería y lo observó tiernamente: se había quedado dormido. Acarició su frente con sumo sigilo y se acomodó un poco a su lado. Estaría en vela toda la noche si fuera necesario. Lo haría, por si él llegaba a necesitar algo. Sin embargo, sus párpados cedieron al cabo de unos instantes, por lo que acabó allí dormida, sujetando una de las cálidas manos del chico.

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