Casa de Nokku Damaru

-Todos hemos hecho algo malo alguna vez... (murmuro) y no por ello debemos derrumbarnos

-La verdad es que me encantaría que me enseñaras, te lo agradecería mucho-respondo eufórica a Kairi.
Luego escucho que en el piso de arriba se ha despertado Fraiah asi que sigo los pasos de Kairi.
Miro a Fraiah-Hola Frah-digo sonriente. Mejor plantar una sonrisa que una mirada de preocupación.
Me acerco a la cama y la agarro de la mano-Tranquila

-Escucha Fra, en esos momentos era tu cuerpo pero no tu mente, creeme, llevo tiempo trabajando en ello y el Dr. Reid, uno de los mejores analistas de la Unidad de Análisis de Conducta del FBI, me confirmó que quien hizo eso no era él mismo en ese momento, así que haz el favor de calmarte, ¿Quieres?. Si hubieses sido tú, en estos momentos estarías encerrada en una jaula.

Veo salir corriendo a Fraiah y por unos momentos me sentí identificado... yo nunca maté porque tuviera sed de verdad pero esos momentos en los que el sentido salvaje y corrupto que todos escondemos sale al exterior no somos conscientes de lo que hacemos, no en cierto modo. Las hormonas que provocan ese estado controlan la mente y acto seguido nuestros movimientos haciendonos creer que es eso lo que realmente queremos hacer... es como una droga.

Fraiah se enferro en el baño y suspiré, me daba pena. Sabía por lo que estaba pasando. Era irónico, hacía unas horas yo mismo le dije a Fraiah que se alejara de mi porque me auntoconsideraba un mostruo. Aquella inocente y adorable Fraiah se había convertido ella misma en uno por unos minutos y sembró el caos y el terror en el parque, ahora simplemente todos sus actos pesaban sobre sus hombros. Tení que quitarselos de encima, pero no sabía como hacerlo, y tampoco sabía si ella quería que lo hiciera

Ya se me había pasado la tristeza que sentía por Fraiah, así que decidí volver a la habitación de Fraiah.
Para cuando llegué, ella ya no estaba y me sorprendí un poco.
-¿Dónde esta Fraiah?-pregunté.

-Adivina (digo sarcástico indicando la puerta del baño)

Miro a la puerta y oigo el sonido de una ducha.
Al darme cuenta, enarqué las cejas y afirmé.
-Eso es que está mejor, ¿no?-pregunté como temiendo una respuesta que podía recibir.

-En cierto modo sí, en cierto modo no, supongo que necesitará tiempo para asimilarlo
Respondo encogiéndome los hombros. De todos modos, si Fra intentase cualquier tontería, siempre podía derrumbar la puerta de una patada.

-Ya veo... supongo que... lo superara. Como ya dijimos antes, ella no es ninguna dibilucha..-dije seriamente.
Seguía bastante preocupado por ella.
-Pero se ha levantado en plan cabreada, ¿no? Supongo que no serán tonterías para ella lo que le ha ocurrido.-la comprendía perfectamente. A mi también me pasaba lo mismo. Aunque no por que estubiera sediento de sangre.

-Ni para ella ni para nosotros (comento amargamente, recordando mi trabajo en el parque)

-Ya...-contesto a Tedsuya.
Después, noto que el sonido de la ducha cesa. Fraiah venía pa' ca. Antes de que ella saliera, me acerco a Nokku y le susurro.
-Tenemos que hablar de una cosa. Es sobre Fraiah. No me has contado algo que creo que tienes que contarme.-le dije en bajito, para que nadie lo oyera.

-Tranquilo, sólo se estaba duchando, pero si quieres que abra la puerta dímelo

Me contesta seriamente Nokku. Claramente, entendía la situación perfectamente, pero me quedaba vacio en una cosa. Como si todos supieran que yo no se. Y me reventaba por dentro.
-Pero tienes que contármelo. Cuando la situación esté bajo control. ¿Vale?-le susurré a Nokku.
Después, Nokku se acerca a la buerta del baño y Fraiah abrió la puerta de repente y abrazo a Nokku. Ella parecía abatida, dado que estaba llorando mucho.
-Fraiah-dije en bajito...

Suspiré, ya parecía estar recuperandose. De repente sentí una punzada en mi corazón. *Mierda, ahora no cabrón* Pensé mientras apretaba los dientes. Me picaba el pecho, me abrí la camisa con cuidado, como si estuviera poniendome bien la corbata y lo ví. *Mierda, el tatuaje... ya no esta* Cerré de nuevo la camisa y tragué saliva. *No puedo seguir aqui por mucho tiempo.
-Fraiah... devo- a punto estuve de tambalearme y caer. Apoyé con fuerza mi pie derecho y conseguí disimular bastante bien mi estado.- quedaros aqui con ella... no me sigais- cada vez me era más dificil contener mi lado salvaje, ¿Seria contagioso lo de Fraiah? Eso no importa, cuanto más lo pensaba peor me encontraba... definitivamente devía de encontrar un estado mental lo suficientemente estable para no tener que perder el control... y encima no he podido descansar nada desde que cambie.

Salí de mi propia casa abriendo la puerta de una patada y gruñi por lo bajo... algunos vampiros ivan a morir... y si, me hacía totalmente responsable de ello, que me llamen mostruo si quieren pero mi rencor hacia ellos todavía era demasiado grande como para olvidar aquella fatídica noche... suerte de aquellos que pasaron de ser vampiros a personas y que ahora se encuentran en mi casa... mala para aquellos que rondan en el bosque afechando a cualquier presa inofente... por unos momentos pensé que la sangre que cubría a Fraiah no sería nada en comparación a la sangre que sería vertida en el bosque... y no, no usaría mis poderes, solo la katana y los puños... ¿A que venía tanta pensamiento sádico por mi parte?¿De donde profedía aquella sed de sangre?

Fraiah se separó de Nokku y se disculpó. Yo me acerqué a ella lentamente.
-Tú no te preocupes por nosotros. Tu procura ser la de siempre, ¿vale?-dije con una leve sonrisa y acariciando su mejilla con mi dedo indice.
Después, Nokku se comportaba de manera extraña, pero sin exagerar y rapidamente, pidiendonos que no le siguieramos, se marchó. Me quedé un tanto sorprendido. Ante de que se fuera:
-Hey, ¿a dónde vas?-pero se fue antes de que me pudiera contestar.