Índice
|
|
|
Bienvenidos a Vampire Knight: Academia Cross. Esperamos realmente que los usuarios y también los personajes, disfruten la estadía en el foro y sobre todo, participen en esta comunidad. ¡Diviértanse por encima de todo!
|
|
Conectarse
Últimos temas
|
Foros Hermanos
|
Afiliados de élite
|
Créditos
|
|
  
|
|
Anuncios
No hay anuncios disponibles.
|
|
Despacho de Katrina Darent
Página 5 de 5. • Comparte
Página 5 de 5. • 
1, 2, 3, 4, 5
- Katrina Darent
Cantidad de envíos :
3098
Localización : Si no estoy muerta aun.... en cualquier parte
Empleo /Ocio : Lider del Consejo de Ancianos.
Humor : Cambiante
Re: Despacho de Katrina Darent
por Adam Blade Jue Dic 31, 2015 7:49 pm
Aquella llamada telefónica junto a aquella presencia nueva pero tan conocida que inundaba el aire invernal del pueblo, lo dejaron petrificado. ¿Se trataba, acaso, de otra mentira, de otra ilusión? Adam no sabía qué pensar o hacer, por eso mismo se limitaba a quedarse sentado en el cómoda sala de estar de la mansión. Podía oír cómo arriba, en las habitaciones, Alexander causaba alboroto. Su mirada se perdía, mientras tanto, en el escenario lleno de muebles que se presentaba ante sus ojos. Balanceaba con suavidad una copa de whiskey.
La impaciencia acabó por ganarle. Se puso de pie de un solo impulso, rápido y seco. Su mirada era gélida. La elevó hacia arriba y respiró levemente. Caminó y se puso su abrigo, abrochando cuidadosamente cada botón. Al cabo de unos segundos, cerró la puerta de un modo sutil, desapareciendo del lugar. Si había algo de lo que tuviera que enterarse, lo haría por sus propios medios.
No le tomó demasiado tiempo llegar hasta el Consejo, aquel Consejo que tanto le había brindado a él y a su familia... y tanto le había quitado. Cuando lo vieron llegar, los vampiros que se encontraban presentes se hicieron a un lado. Adam aún estaba disconforme con la presencia de Yuuko como Líder, pues si alguien la merecía en ausencia de su esposa... Ese era él. No obstante, no había tenido ganas de pelear ni discutir. Prefería no involucrarse, pues cuidar de Adam había sido su prioridad. Y ahora.. Ahora ya no sabía cuáles eran sus prioridades. Si esta noticia era cierta, no sólo ella había regresado, sino que también su hija Megan.
Cuando se aproximó a la puerta del que fue el despacho de Katrina Darent, oyó la voz de la secretaria. Esperó a que ella pasara y se alejara por el pasillo. Adam le dedicó una sutil falsa sonrisa a modo de saludo, y al asomarse a la puerta, el deseo de que la noticia fuera mentira quizás lo hubiera hecho más feliz. Sus dorados iris se clavaron en la figura que yacía sentada en aquel sofá. La mirada penetrante estudió cada centímetro de la silueta, hasta detenerse en su rostro. No había desconcierto en la mirada de Adam. Tal vez aún no creyera lo que sus ojos veían, o quizás lo creía pero deseaba que no estuviera allí.
- Supongo que tendrás mucho para decir -determinó, en tono seco y determinante. Su mirada recorrió el lugar. No veía a Megan por ninguna parte. Adam esperaba hacía años una respuesta, alguna pista que le indicase por qué Katrina se había ido de aquel modo, sin avisar, y por qué se había llevado con ella a Megan. Adam conocía los peligros y los riesgos que afrontaba la familia por ese entonces, pero siempre habían estado de acuerdo en algo: lo afrontarían juntos. Sin embargo, de la noche a la mañana las cosas cambiaron, ¿y cómo reparar un jarrón que acaba de estrellarse contra el suelo sin que quede ninguna marca, ningún indicio, de todo el tiempo que llevó hecho añicos?
La impaciencia acabó por ganarle. Se puso de pie de un solo impulso, rápido y seco. Su mirada era gélida. La elevó hacia arriba y respiró levemente. Caminó y se puso su abrigo, abrochando cuidadosamente cada botón. Al cabo de unos segundos, cerró la puerta de un modo sutil, desapareciendo del lugar. Si había algo de lo que tuviera que enterarse, lo haría por sus propios medios.
No le tomó demasiado tiempo llegar hasta el Consejo, aquel Consejo que tanto le había brindado a él y a su familia... y tanto le había quitado. Cuando lo vieron llegar, los vampiros que se encontraban presentes se hicieron a un lado. Adam aún estaba disconforme con la presencia de Yuuko como Líder, pues si alguien la merecía en ausencia de su esposa... Ese era él. No obstante, no había tenido ganas de pelear ni discutir. Prefería no involucrarse, pues cuidar de Adam había sido su prioridad. Y ahora.. Ahora ya no sabía cuáles eran sus prioridades. Si esta noticia era cierta, no sólo ella había regresado, sino que también su hija Megan.
Cuando se aproximó a la puerta del que fue el despacho de Katrina Darent, oyó la voz de la secretaria. Esperó a que ella pasara y se alejara por el pasillo. Adam le dedicó una sutil falsa sonrisa a modo de saludo, y al asomarse a la puerta, el deseo de que la noticia fuera mentira quizás lo hubiera hecho más feliz. Sus dorados iris se clavaron en la figura que yacía sentada en aquel sofá. La mirada penetrante estudió cada centímetro de la silueta, hasta detenerse en su rostro. No había desconcierto en la mirada de Adam. Tal vez aún no creyera lo que sus ojos veían, o quizás lo creía pero deseaba que no estuviera allí.
- Supongo que tendrás mucho para decir -determinó, en tono seco y determinante. Su mirada recorrió el lugar. No veía a Megan por ninguna parte. Adam esperaba hacía años una respuesta, alguna pista que le indicase por qué Katrina se había ido de aquel modo, sin avisar, y por qué se había llevado con ella a Megan. Adam conocía los peligros y los riesgos que afrontaba la familia por ese entonces, pero siempre habían estado de acuerdo en algo: lo afrontarían juntos. Sin embargo, de la noche a la mañana las cosas cambiaron, ¿y cómo reparar un jarrón que acaba de estrellarse contra el suelo sin que quede ninguna marca, ningún indicio, de todo el tiempo que llevó hecho añicos?
- Adam Blade
Cantidad de envíos :
1337
Localización : Matando inútiles por ahí..
Empleo /Ocio : Me verás en el Consejo, salvándole el culo a todos nuestros vampiros problemáticos.
Humor : Ácido y negro.
Re: Despacho de Katrina Darent
por Katrina Darent Jue Dic 31, 2015 8:18 pm
Ella le escucho llegar antes siquiera que pisara el consejo, había revuelo, era normal, se había ido y había vuelto sin ninguna explicación, no creía que tuviera que darlas. No se movió mientras él recorría los pasillos, ni siquiera alzo la mirada mientras se sentía observada, solo cuando escucho su voz, le miro.
Sus ojos se perdieron un instante en la nada, habían pasado un par de años desde que se llevo a Megan, le porque lo hizo, solo ellas lo sabían. -Llegara en unas horas, no has de inquietarte por ella- Contesto a la pregunta que no se había formulado pero que exigía tantas respuestas como la que le iba a formular ella. -¿Como esta Alexander?- Pregunto mirándolo fijamente.
Si, ella los había abandonado, pero tenia un motivo, un motivo que ni siquiera fue capaz de contarle a Adam, no por gusto, sino porque no había tenido mas remedio.
Lo miro largamente a los ojos pero pasados unos minutos no pudo aguantar mas. Apretó los dientes y los puños y bajo la mirada cerrando los ojos con fuerza reprimiendo las lagrimas que luchaban por salir. -Nunca fue mi intención abandonaros- Musito entre dientes. -Pero no tuve mas remedio- Levanto la vista ya sin tratar de ocultar su llanto. -He deseado volver a verte desde el segundo en el que me di cuenta de que no podía volver con vosotros- Apretó tanto los puños que en su palma salieron heridas producidas por las uñas. -He pasado los ultimos años escondida con el único deseo de volver...- Dijo esto ultimo con la voz rota, mirando fijamente su mano ensangrentada para volver a mirarle. -Tenia que protegerla- Concluyo dejándose caer de nuevo en el sillón, totalmente derrumbada.
Sus ojos se perdieron un instante en la nada, habían pasado un par de años desde que se llevo a Megan, le porque lo hizo, solo ellas lo sabían. -Llegara en unas horas, no has de inquietarte por ella- Contesto a la pregunta que no se había formulado pero que exigía tantas respuestas como la que le iba a formular ella. -¿Como esta Alexander?- Pregunto mirándolo fijamente.
Si, ella los había abandonado, pero tenia un motivo, un motivo que ni siquiera fue capaz de contarle a Adam, no por gusto, sino porque no había tenido mas remedio.
Lo miro largamente a los ojos pero pasados unos minutos no pudo aguantar mas. Apretó los dientes y los puños y bajo la mirada cerrando los ojos con fuerza reprimiendo las lagrimas que luchaban por salir. -Nunca fue mi intención abandonaros- Musito entre dientes. -Pero no tuve mas remedio- Levanto la vista ya sin tratar de ocultar su llanto. -He deseado volver a verte desde el segundo en el que me di cuenta de que no podía volver con vosotros- Apretó tanto los puños que en su palma salieron heridas producidas por las uñas. -He pasado los ultimos años escondida con el único deseo de volver...- Dijo esto ultimo con la voz rota, mirando fijamente su mano ensangrentada para volver a mirarle. -Tenia que protegerla- Concluyo dejándose caer de nuevo en el sillón, totalmente derrumbada.
- Katrina Darent
Cantidad de envíos :
3098
Localización : Si no estoy muerta aun.... en cualquier parte
Empleo /Ocio : Lider del Consejo de Ancianos.
Humor : Cambiante
Re: Despacho de Katrina Darent
por Adam Blade Mar Ene 26, 2016 4:02 pm
Incrédulo, indignado, negaba con la cabeza ante sus palabras. Lo único que le había brindado una mínima tranquilidad era saber que Megan estaba bien. Eso, claro, si ella decía la verdad. La mirada de Adam, mientras tanto, era absolutamente fría. La verdad era que no sabía si la mujer que tenía en frente era realmente Katrina o un fantasma de lo que fue. Al oír sus palabras, al sentir su arrepentimiento y divisar cómo trataba de reprimir el llanto, se volteó y le dio la espalda. Se pasó la mano por la barbilla, nervioso, para luego deslizar su dedo índice, el cual portaba un anillo, por sus propios labios. Sus ojos se perdieron en la distancia a través de una ventana. La rabia que lo invadía era tan intensa... ¿acaso sería más intenso su amor por ella, su anhelo?
- Siempre hay una forma, Katrina. Si en verdad hubieras pensado en nosotros, hubieras hallado la manera -se dio vuelta con brusquedad-. ¡Como yo la hallé siempre en medio de toda la mierda que vivimos años atrás con la molestia de mi familia siguiéndonos los pasos! -gritó, alzando ambas manos, para luego volver a voltearse, intentando calmarse. Pero su mirada continuaba igual de gélida. El dorado de sus iris distaba mucho del dorado del sol-. Alexander está bien; su padre se ha encargado de él, no te preocupes -espetó con sequedad-. Y lo hubiera hecho igualmente con Megan, ¡porque es eso lo que hacen los padres! -se volteó a verla de nuevo-. Dime, ¿de qué nos sirven los títulos, de qué nos sirve todo este poder, si no podemos ocuparnos de ellos y garantizarles la seguridad que necesitan? Porque Alexander vivió todos estos años creyendo que su madre lo había abandonado, ¿y qué pretendías que le dijera si todo era tan evidente? Ni siquiera sé si alguna vez me creyó alguna palabra cuando le juraba todas las malditas noches que su madre volvería para arroparlo y darle un beso de buenas noches. Y Megan... ¿qué le has inventado a ella ante mi ausencia? Porque si llega a pensar que yo la abandoné, que los abandoné a ambos... -tensó la mandíbula y se acercó unos pasos a ella, obligándola a mirarlo a los ojos-... te juro que jamás te lo perdonaré -sentenció, soltando su mentón despectivamente. Era demasiado el rencor, demasiado el dolor, como para poder manejarlo. Quizás Adam se estaba equivocando con su forma de actuar, dándole rienda a sus impulsos, pero todo este tiempo trató de hallar inútilmente un culpable, y ahora parecía tenerlo, de repente, delante de sus ojos y en la forma de la mujer que más había amado.
- Siempre hay una forma, Katrina. Si en verdad hubieras pensado en nosotros, hubieras hallado la manera -se dio vuelta con brusquedad-. ¡Como yo la hallé siempre en medio de toda la mierda que vivimos años atrás con la molestia de mi familia siguiéndonos los pasos! -gritó, alzando ambas manos, para luego volver a voltearse, intentando calmarse. Pero su mirada continuaba igual de gélida. El dorado de sus iris distaba mucho del dorado del sol-. Alexander está bien; su padre se ha encargado de él, no te preocupes -espetó con sequedad-. Y lo hubiera hecho igualmente con Megan, ¡porque es eso lo que hacen los padres! -se volteó a verla de nuevo-. Dime, ¿de qué nos sirven los títulos, de qué nos sirve todo este poder, si no podemos ocuparnos de ellos y garantizarles la seguridad que necesitan? Porque Alexander vivió todos estos años creyendo que su madre lo había abandonado, ¿y qué pretendías que le dijera si todo era tan evidente? Ni siquiera sé si alguna vez me creyó alguna palabra cuando le juraba todas las malditas noches que su madre volvería para arroparlo y darle un beso de buenas noches. Y Megan... ¿qué le has inventado a ella ante mi ausencia? Porque si llega a pensar que yo la abandoné, que los abandoné a ambos... -tensó la mandíbula y se acercó unos pasos a ella, obligándola a mirarlo a los ojos-... te juro que jamás te lo perdonaré -sentenció, soltando su mentón despectivamente. Era demasiado el rencor, demasiado el dolor, como para poder manejarlo. Quizás Adam se estaba equivocando con su forma de actuar, dándole rienda a sus impulsos, pero todo este tiempo trató de hallar inútilmente un culpable, y ahora parecía tenerlo, de repente, delante de sus ojos y en la forma de la mujer que más había amado.
- Adam Blade
Cantidad de envíos :
1337
Localización : Matando inútiles por ahí..
Empleo /Ocio : Me verás en el Consejo, salvándole el culo a todos nuestros vampiros problemáticos.
Humor : Ácido y negro.
Página 5 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Temas similaresPágina 5 de 5.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
» Plaza del pueblo
» Define en una palabra.
» Que harias con el de arriba si se quedaran en cerrados en un habitación.
» Edificios abandonados
» Calles
» El que llegue a 100 gana
» ¿Roleas?
» ¿Qué estás escuchando?