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Calabozos y sala de tortura
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Calabozos y sala de tortura
Recuerdo del primer mensaje :
- Katrina Darent
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Re: Calabozos y sala de tortura
Intento calmarme, apartar todo pensamiento de mi mente, pues el único impulso que siento ahora mismo es el de salir corriendo y alejarme de aquí, pero el miedo parece haber hecho mella en mi y no encuentro la forma de librarme de él. Así que sigo quieta, sentada en el suelo incapaz de hacer nada mas que escuchar, pues evito mirarles todo lo que me es posible. Soy idiota, al menos debería intentar marcharme como sea.
Mis pensamientos de huida son frustrados cuando Adam toma mi brazo, intento librarme de su agarre pero es entonces cuando Luke se acerca y detengo mi intento en cuanto escucho sus palabras. Me muerdo fuertemente el labio para no darle el gusto de oirme gritar, aún así soy incapaz de evitar soltar una exclamación de dolor. Comienzo a notar como la sangre pone perdida la manga de mi vestido. Luke se ha esmerado, duele mas de lo que esperaba.
Mis pensamientos de huida son frustrados cuando Adam toma mi brazo, intento librarme de su agarre pero es entonces cuando Luke se acerca y detengo mi intento en cuanto escucho sus palabras. Me muerdo fuertemente el labio para no darle el gusto de oirme gritar, aún así soy incapaz de evitar soltar una exclamación de dolor. Comienzo a notar como la sangre pone perdida la manga de mi vestido. Luke se ha esmerado, duele mas de lo que esperaba.
- Kairi Donovan
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Re: Calabozos y sala de tortura
Realmente estaba peor que estando en su límite. Christian no podía más. La sed le consumía, la necesidad de llevarse consigo todas las almas de esta sala era más fuerte. Las luces se tambaleaban en el techo, mientras el suelo poseía un ligero temblor. Tanta energía acumulada, tanto deseo de muerte y destrucción... Verdaderamente son sentimientos que no van con, pero a diferencia de Adam, el muchacho suele hacerlo con mayor sutileza. No necesita derramar tanta sangre, pues todita se la quedará para él.
Cuando Adam volvió a mencionar a Kairi, Christian tensó la mandíbula. Maldita sea, en verdad la quería. Y la quería tanto hasta que deseaba comérsela.
Su hermano quería que él se de por vencido, que desate su fuero interno de una vez. Y aunque se rehusase mil veces, él volvería a intentarlo, pues hace alrededor de diez años que es la misma historia. Adam es persistente, insoportable, denso... Pero más lo es este dolor que le corroe por dentro.
Al escuchar aquella orden, mira penetrantemente a los presentes. Katrina ha vuelto. Christian sonríe ligeramente. La sombra de la mujer desaparece, al igual que lo hicieron la de Adam y Luke. Sin embargo, la de Kairi aún permanecía intacta.
Cuando Luke ejecuta aquel movimiento y la sangre desciende, el muchacho se percata de que no puede más. Una necesidad es una necesidad, y él sabe perfectamente lo que necesita en este momento. Aspira el aire profundamente, cual depredador buscando la localización de su presa. Su mano tatuada, se vuelve completamente negra, como en aquella pesadilla que tuvo Kairi. Los barrotes de la celda comienzan a tensarse y a abrirse abruptamente. Las sombras de Adam, Luke y Katrina lo hacían por él, mientras miraban demencialmente -desde algún punto- a sus portadores. El clima era totalmente tenso, al igual que el ambiente era denso, pesado. Demasiada oscuridad comenzaba a acumularse en aquellas paredes.
- Realmente me has hecho enojar, Adam...- susurra guturalmente. - ¿Y sabes qué es lo peor? - Sonríe mientras se pone de pie, y de un simple movimiento las cadenas que lo apresaban se rompen en mil pedazos. - Que creo que ya no podré parar...- Murmura luego, sosteniendo la sonrisa, pero una mueca de dolor surca su semblante frío y oscuro.
Maldita sea, él y todos los infiernos. Era completamente consciente de lo que estaba a punto de hacer y que le daría el gusto a ese imbécil pero... ¿Y qué si lo hacía? Lo necesitaba, Dios, como el día a la noche.
Todo comenzó a ser corrompido por sombras que revoloteaban por toda la sala. Algunas sujetaban el cabello de Katrina, otras olfateaban desde cerca a Luke y a Adam. Todas al acecho, porque el cazador de almas iba a comérselos. Y Kairi... Kairi sería la frutilla del postre.
Cuando Adam volvió a mencionar a Kairi, Christian tensó la mandíbula. Maldita sea, en verdad la quería. Y la quería tanto hasta que deseaba comérsela.
Su hermano quería que él se de por vencido, que desate su fuero interno de una vez. Y aunque se rehusase mil veces, él volvería a intentarlo, pues hace alrededor de diez años que es la misma historia. Adam es persistente, insoportable, denso... Pero más lo es este dolor que le corroe por dentro.
Al escuchar aquella orden, mira penetrantemente a los presentes. Katrina ha vuelto. Christian sonríe ligeramente. La sombra de la mujer desaparece, al igual que lo hicieron la de Adam y Luke. Sin embargo, la de Kairi aún permanecía intacta.
Cuando Luke ejecuta aquel movimiento y la sangre desciende, el muchacho se percata de que no puede más. Una necesidad es una necesidad, y él sabe perfectamente lo que necesita en este momento. Aspira el aire profundamente, cual depredador buscando la localización de su presa. Su mano tatuada, se vuelve completamente negra, como en aquella pesadilla que tuvo Kairi. Los barrotes de la celda comienzan a tensarse y a abrirse abruptamente. Las sombras de Adam, Luke y Katrina lo hacían por él, mientras miraban demencialmente -desde algún punto- a sus portadores. El clima era totalmente tenso, al igual que el ambiente era denso, pesado. Demasiada oscuridad comenzaba a acumularse en aquellas paredes.
- Realmente me has hecho enojar, Adam...- susurra guturalmente. - ¿Y sabes qué es lo peor? - Sonríe mientras se pone de pie, y de un simple movimiento las cadenas que lo apresaban se rompen en mil pedazos. - Que creo que ya no podré parar...- Murmura luego, sosteniendo la sonrisa, pero una mueca de dolor surca su semblante frío y oscuro.
Maldita sea, él y todos los infiernos. Era completamente consciente de lo que estaba a punto de hacer y que le daría el gusto a ese imbécil pero... ¿Y qué si lo hacía? Lo necesitaba, Dios, como el día a la noche.
Todo comenzó a ser corrompido por sombras que revoloteaban por toda la sala. Algunas sujetaban el cabello de Katrina, otras olfateaban desde cerca a Luke y a Adam. Todas al acecho, porque el cazador de almas iba a comérselos. Y Kairi... Kairi sería la frutilla del postre.
- Christian Blade
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Re: Calabozos y sala de tortura
Perfecto. Sabía que eso era lo que necesitaba. La desbordante sangre de Kairi liberaría la verdadera esencia de Christian. Todo comenzó a sacudirse en penumbras, pues los barrotes que encerraban al vampiro eran moldeados rápidamente en una ruta de escape. Ya no habría a donde correr o donde esconderse, pues cada vez que Christian se revelaba, algo se llevaba.
Él jamás se quedaba con las manos vacías.
- Aquí tienes a tu caballero, dulzura. - Dijo a Kairi, observándola con desprecio claramente, y con una alta ironía en cada palabra.
Cuando las sombras comenzaron a rodearlos, él supo lo que debía hacer. Era el momento.
- Luke, Katrina, afuera. Vamos. - Sentenció, en una orden clara y pasiva, pero que no tenía intenciones de no ser acatada. - Deja a la muchacha aquí. - Ordenó a Luke, mirándolo fijamente y pegando un suave tirón de su brazo, a la vez que avanzaba hacia la salida.
En el trayecto, sujetó a Katrina suavemente de la mano, llevándola delante de sí para poder protegerla mejor.
Si bien ninguno de ellos sabía lo que realmente ocurría, Adam no tenía intenciones de revelarlo. Y aunque quisiera hacerlo, no había tiempo.
- Por favor, cierra las puertas con el mejor de todos tus sellos. - Pidió a Katrina rápidamente, mirándola fijamente. Él conocía los trucos de su pareja, y sabía que podía contar con ella en esta ocasión.
Él jamás se quedaba con las manos vacías.
- Aquí tienes a tu caballero, dulzura. - Dijo a Kairi, observándola con desprecio claramente, y con una alta ironía en cada palabra.
Cuando las sombras comenzaron a rodearlos, él supo lo que debía hacer. Era el momento.
- Luke, Katrina, afuera. Vamos. - Sentenció, en una orden clara y pasiva, pero que no tenía intenciones de no ser acatada. - Deja a la muchacha aquí. - Ordenó a Luke, mirándolo fijamente y pegando un suave tirón de su brazo, a la vez que avanzaba hacia la salida.
En el trayecto, sujetó a Katrina suavemente de la mano, llevándola delante de sí para poder protegerla mejor.
Si bien ninguno de ellos sabía lo que realmente ocurría, Adam no tenía intenciones de revelarlo. Y aunque quisiera hacerlo, no había tiempo.
- Por favor, cierra las puertas con el mejor de todos tus sellos. - Pidió a Katrina rápidamente, mirándola fijamente. Él conocía los trucos de su pareja, y sabía que podía contar con ella en esta ocasión.
- Adam Blade
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Re: Calabozos y sala de tortura
Miraba toda aquella escena con mucha curiosidad, sobretodo por Christian. de pronto noto algo en falta, ¿mi sombra? genial.. empezaba a comprender de que se trataba todo esto cuando de pronto la voz de adam me saca de mis pensamientos, notando como me arrastraba de alli. Escucho con cuidado sus palabras mientras pienso que sello hacer.
Al llegar a la puerta me deshize con suavidad de Adam y lo mire serenamente.
Salid de aqui, no me espereis, puede que esto tarde un poco. Dije sin dejar de mirar ni por un segundo a Adam, mi orden no admitia replica, lo mismo qeu la suya no la habia admitido, si se quedaban la cosa podria ponerse fea. Empuje a ambos muchacho por las escaleras hacia ariba y baje de nuevo para contemplar la gran puerta metalica que tantos fuertes sellos que ya se habian ocupado de contener a tanto vampiros. Suspire con pesadez.
Cerre la puerta con fuerza y en un instante todas las cerraduras de sangre se cerraron, haciendose impenetrables, pero sabia qeu no iba a ser suficiente, sombras, si no hay luz tampoco hay sombras...
Con un ademan de la mano se apagaron todas las luces dejando los calabozos en las mas densa oscuridad, el ambiente se volvia pesado por momentos y lo notaba en cada uno de mis poros, tenia qeu hacer esto rapido y lo mas efectivo posible...
Poder, necesitaba poder... un poder como el de.. me mire la mano izquierda la del sello, en el estab concentrado gran parte de mi poder y el de Angelique, si tan solo... Una idea vino a mi mente como un relampago. Saque de debajo de mi falda un pequeño punzon y repase el sello con cuidado, dejando que la sangre sustituyera a la marca, cerre los ojos con fuerza y serenidad y note como la mano comenzaba a brillar.
*Gracias Angelique* Pense burlona.
Estampe mi mano contra el suelo y toda la sala retumbo en la oscuriad, notaba cmo el sello se hacia fuerte, mucho mas fuerte de lo que jamas hubiera soñado, era imposible salir de ahi, a menos que yo, y solo yo deshiciese el sello. Comprobe una decena de veces que seria suficiente, y no me equivocaba, tras eso sali de alli en pos de Adam.
Al llegar a la puerta me deshize con suavidad de Adam y lo mire serenamente.
Salid de aqui, no me espereis, puede que esto tarde un poco. Dije sin dejar de mirar ni por un segundo a Adam, mi orden no admitia replica, lo mismo qeu la suya no la habia admitido, si se quedaban la cosa podria ponerse fea. Empuje a ambos muchacho por las escaleras hacia ariba y baje de nuevo para contemplar la gran puerta metalica que tantos fuertes sellos que ya se habian ocupado de contener a tanto vampiros. Suspire con pesadez.
Cerre la puerta con fuerza y en un instante todas las cerraduras de sangre se cerraron, haciendose impenetrables, pero sabia qeu no iba a ser suficiente, sombras, si no hay luz tampoco hay sombras...
Con un ademan de la mano se apagaron todas las luces dejando los calabozos en las mas densa oscuridad, el ambiente se volvia pesado por momentos y lo notaba en cada uno de mis poros, tenia qeu hacer esto rapido y lo mas efectivo posible...
Poder, necesitaba poder... un poder como el de.. me mire la mano izquierda la del sello, en el estab concentrado gran parte de mi poder y el de Angelique, si tan solo... Una idea vino a mi mente como un relampago. Saque de debajo de mi falda un pequeño punzon y repase el sello con cuidado, dejando que la sangre sustituyera a la marca, cerre los ojos con fuerza y serenidad y note como la mano comenzaba a brillar.
*Gracias Angelique* Pense burlona.
Estampe mi mano contra el suelo y toda la sala retumbo en la oscuriad, notaba cmo el sello se hacia fuerte, mucho mas fuerte de lo que jamas hubiera soñado, era imposible salir de ahi, a menos que yo, y solo yo deshiciese el sello. Comprobe una decena de veces que seria suficiente, y no me equivocaba, tras eso sali de alli en pos de Adam.
- Katrina Darent
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Re: Calabozos y sala de tortura
Sonrió ampliamente al ver que su acción había tenido el efecto deseado, continuó observando con creciente curiosidad, cada vez veía aquello mas interesante.
Lamentó el tener que marcharse de allí y no poder presenciar el resto en directo, pero la verdad es que consideraba bastante importante su vida y no quería perderla.
-Es una lástima no poder ver como terminará esto -dijo mirando a su hermana con una irónica sonrisa.
Guardó la daga en el bolsillo antes de apresurarse a seguir a Adam.
off: Perdonar la cutrez, ando sin inspiración :_D
Lamentó el tener que marcharse de allí y no poder presenciar el resto en directo, pero la verdad es que consideraba bastante importante su vida y no quería perderla.
-Es una lástima no poder ver como terminará esto -dijo mirando a su hermana con una irónica sonrisa.
Guardó la daga en el bolsillo antes de apresurarse a seguir a Adam.
off: Perdonar la cutrez, ando sin inspiración :_D
- Luke Donovan
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Re: Calabozos y sala de tortura
Se marchan. Parece que aquella era su intención desde el principio. Soy consciente de que mi vida corre peligro en estos momentos e intento apartar de mí el miedo para tener al menos una oportunidad de alejarme. No sin esfuerzo dejo la mente en blanco, procurando no pensar en el dolor causado por la herida y en ese miedo que tanto me está costando alejar. Me pongo en pie lo mas rápido que puedo, alejandome de allí rápidamente. Mientras tanto, busco alguna fisura, algún fallo en el sello de Katrina, pero nada, no encuentro manera de romperlo y aquí no parece haber nada que pueda ayudarme a defenderme, teniendo en cuenta que el brazo tardará un rato en curarse también me resultaria dificil usarlo, tendré que usar mis poderes para ello, pero ¿Acaso me veo capaz de herirlo?
No, ahora no tengo tiempo de dudar, tengo que buscar alguna manera de salir de aquí rápido. ¿Romper las paredes serviría? Quizá debería intentarlo. Miro a Christian un momento, hasta ahora lo había evitado, noto como el miedo regresa con fuerza y lo reprimo como puedo. Es igual que mi pesadilla, solo que esta vez es real.
No, ahora no tengo tiempo de dudar, tengo que buscar alguna manera de salir de aquí rápido. ¿Romper las paredes serviría? Quizá debería intentarlo. Miro a Christian un momento, hasta ahora lo había evitado, noto como el miedo regresa con fuerza y lo reprimo como puedo. Es igual que mi pesadilla, solo que esta vez es real.
- Kairi Donovan
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Re: Calabozos y sala de tortura
Todos se marchan. Era de esperarse, pues no querrían perder sus vidas ahora. Adam había estado buscando esto desde un principio, pero esperaba que no olvidasen que Christian aún tenía posesión de sus sombras, por lo que una parte de ellos ahora le pertenecía a él.
Todo quedó en penumbras, más de lo que ya estaba, mientras la habitación sucumbía bajo su poder demencial. Sólo Kairi y él habían quedado. O mejor dicho, sólo la Bella y la Bestia.
El vampiro caminó, traspasando el límite de los barrotes de acero, e incluso su propio límite interior.
Ya nada podría pararlo, y aunque fuese consciente de lo que ocurriría, no podía evitarlo.
- Recuerdas cuando supliqué tu perdón tantas veces... ¿Verdad? - Susurró, con signos claros de tristeza, pero que su voz tajante y mortífera impedían identificar con claridad. - Era porque sabía que esto iba a ocurrir, tarde o temprano, por culpa de ellos o con tan sólo mis errores. - Prosiguió, mientras su mirada oscura calaba la penumbra penetrante con total claridad.
Podía ver cada uno de los movimientos de Kairi. Ella no podría escapar.
Cada vez se aproximaba más a ella, hasta el punto de que se encontró detrás, mientras intentaba ferozmente encontrar una manera de escapar.
- No te resistas, porque sólo lo harás más doloroso. - Murmuró, mientras apoyaba suavemente la mano tatuada sobre su hombro, y una punzada eléctrica le recorría.
Definitivamente le quería. Y le quería en todos los sentidos habidos y por haber.
Ningún rastro de hostilidad en sus gestos, pero su mirada lo delataba. Tenía la faceta letal de un asesino en serie, pero lo de él era un trabajo mucho más fino y sofisticado.
El ardor en su garganta perduraba, le quemaba, le asfixiaba.
De un simple movimiento, volteó a Kairi para que quede frente a él, acorralada entre uno de los muros y su cuerpo. La miró fijamente, inspeccionando cada uno de sus rasgos gráciles.
Las sombras recorrían toda la sala. Era como estar en el infierno.
- Tantas veces intenté alejarme... ¿Pero ahora comprendes por qué no puedo estar lejos de ti? - Murmuró, acercando su rostro al suyo, mientras con la mano libre de oscuridad le sostenía el mentón.
Todo quedó en penumbras, más de lo que ya estaba, mientras la habitación sucumbía bajo su poder demencial. Sólo Kairi y él habían quedado. O mejor dicho, sólo la Bella y la Bestia.
El vampiro caminó, traspasando el límite de los barrotes de acero, e incluso su propio límite interior.
Ya nada podría pararlo, y aunque fuese consciente de lo que ocurriría, no podía evitarlo.
- Recuerdas cuando supliqué tu perdón tantas veces... ¿Verdad? - Susurró, con signos claros de tristeza, pero que su voz tajante y mortífera impedían identificar con claridad. - Era porque sabía que esto iba a ocurrir, tarde o temprano, por culpa de ellos o con tan sólo mis errores. - Prosiguió, mientras su mirada oscura calaba la penumbra penetrante con total claridad.
Podía ver cada uno de los movimientos de Kairi. Ella no podría escapar.
Cada vez se aproximaba más a ella, hasta el punto de que se encontró detrás, mientras intentaba ferozmente encontrar una manera de escapar.
- No te resistas, porque sólo lo harás más doloroso. - Murmuró, mientras apoyaba suavemente la mano tatuada sobre su hombro, y una punzada eléctrica le recorría.
Definitivamente le quería. Y le quería en todos los sentidos habidos y por haber.
Ningún rastro de hostilidad en sus gestos, pero su mirada lo delataba. Tenía la faceta letal de un asesino en serie, pero lo de él era un trabajo mucho más fino y sofisticado.
El ardor en su garganta perduraba, le quemaba, le asfixiaba.
De un simple movimiento, volteó a Kairi para que quede frente a él, acorralada entre uno de los muros y su cuerpo. La miró fijamente, inspeccionando cada uno de sus rasgos gráciles.
Las sombras recorrían toda la sala. Era como estar en el infierno.
- Tantas veces intenté alejarme... ¿Pero ahora comprendes por qué no puedo estar lejos de ti? - Murmuró, acercando su rostro al suyo, mientras con la mano libre de oscuridad le sostenía el mentón.
- Christian Blade
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Re: Calabozos y sala de tortura
Sabía que podía confiar en Katrina, y de echo, estuvo más que acertado. Ella había logrado sellar la habitación de manera perfecta. Nada entraría ni saldría de allí dentro, a menos que ella así lo dictaminase.
Una vez fuera, Adam sonrió como un niño con juguete nuevo. Miró a Luke e hizo un ademán para que caminasen y lo siguiesen.
- Será mejor que nos alejemos, aunque... Quizás quieras escuchar los gritos. - Dijo al muchacho, sonriendo perversamente.
Tras unos momentos, desvió su vista a Katrina.
- Gracias. - Susurró, observándola seriamente.
Aún recordaba aquella pequeña discusión, y de la cual aún no tuvieron tiempo de aclarar nada. Por eso se comportaba tan seco con ella. Simplemente, quería mantener su orgullo masculino en alto, al menos hasta que llegue el instante en donde ella le abrace simplemente y él se vuelva un idiota enamorado otra vez.
Una vez fuera, Adam sonrió como un niño con juguete nuevo. Miró a Luke e hizo un ademán para que caminasen y lo siguiesen.
- Será mejor que nos alejemos, aunque... Quizás quieras escuchar los gritos. - Dijo al muchacho, sonriendo perversamente.
Tras unos momentos, desvió su vista a Katrina.
- Gracias. - Susurró, observándola seriamente.
Aún recordaba aquella pequeña discusión, y de la cual aún no tuvieron tiempo de aclarar nada. Por eso se comportaba tan seco con ella. Simplemente, quería mantener su orgullo masculino en alto, al menos hasta que llegue el instante en donde ella le abrace simplemente y él se vuelva un idiota enamorado otra vez.
- Adam Blade
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Re: Calabozos y sala de tortura
Definitivamente no hay manera de salir de aquí. Katrina se ha esmerado con ese sello, no creo que sea capaz de hacer nada, dudo que funcionara mi idea de echar abajo la pared. Intento calmarme de nuevo, aunque no me vaya ser demasiado útil ya.
Escucho lo que dice y noto que cada vez está mas cerca, no le miro, a pesar de saber que es prácticamente imposible, sigo tratando de econtrar alguna manera de salir.
-También dijiste que confiara en ti, que esto no sucedería nunca -replico intentando que no me tiemble la voz.
Detengo mis esfuerzos, aquel intento habia sido en vano. Aún asi, procuro mantenerme todo lo relajada que me es posible, que apenas es un poco, se que a la mínima esa aparente relajación se romperá en pedazos, pero aunque tan solo sea unos segundos, quiero dejar de pensar.
Doy un respingo al notar su mano sobre mi hombro, abro mucho los ojos. Toda aquella intención mia de mantenerme tranquila y defenderme cuando fuera necesario sucumbe ante el miedo de nuevo. Siempre me las he dado de valiente, pero no se donde ha quedado todo eso.
Cuando me da la vuelta aparto la mirada de él, evitando el mirarle y siendo incapaz de decir nada. Es entonces cuando me percato de que estoy temblando.
Escucho lo que dice y noto que cada vez está mas cerca, no le miro, a pesar de saber que es prácticamente imposible, sigo tratando de econtrar alguna manera de salir.
-También dijiste que confiara en ti, que esto no sucedería nunca -replico intentando que no me tiemble la voz.
Detengo mis esfuerzos, aquel intento habia sido en vano. Aún asi, procuro mantenerme todo lo relajada que me es posible, que apenas es un poco, se que a la mínima esa aparente relajación se romperá en pedazos, pero aunque tan solo sea unos segundos, quiero dejar de pensar.
Doy un respingo al notar su mano sobre mi hombro, abro mucho los ojos. Toda aquella intención mia de mantenerme tranquila y defenderme cuando fuera necesario sucumbe ante el miedo de nuevo. Siempre me las he dado de valiente, pero no se donde ha quedado todo eso.
Cuando me da la vuelta aparto la mirada de él, evitando el mirarle y siendo incapaz de decir nada. Es entonces cuando me percato de que estoy temblando.
- Kairi Donovan
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Re: Calabozos y sala de tortura
Escuchó sus palabras y sucumbió interiormente. Apretó la mandíbula con fuerza, pero los colmillos crecían desmesuradamente, y con una aterradora rapidez.
- Kairi, yo... Te necesito. - Murmuró pausadamente, con un dolor que le cortaba la voz de momento.
La furia, el fuego, la ira en su interior. El hambre, la necesidad de aniquilar cuantas vidas efímeras pudiese... Todo eso sumado a Kairi: su más maldita tentación.
La mano que sostenía su mentón se alejó. Él intentó alejarse. Sólo se movió unos pasos hacia atrás, cuando creyó que verdaderamente todo era inútil.
Ellos supieron elegir muy bien la manera de arruinarle la vida. Tanto a él como a esa pobre muchacha.
Él la mataría. Aquí y ahora. No había duda. Su instinto era más fuerte que su razón o corazón, aunque supierta que cometería un error tenaz, no podía evitarlo. De otro modo, no sabía hasta qué instancia podría llegar.
¿Y se justifica, acaso, la vida de Kairi a cambio de muchas otras?
No, no y no. Él daría cualquier cosa por no hacer esto. No interesaba si debía llevarse al mundo entero consigo.
Pero no pudo más. Sus pasos volvieron a adelantarse y, por consecuente, a aprisionar a Kairi. La mano tatuada ascendió hasta la base de su cuello, acariciando suavemente su piel, pero apretando un poco, y provocando que la sangre se acelere y se concentre con mayor fuerza en su yugular. A la vez, la oscuridad que destilaba el cuerpo de Christian comenzaba a provocar un efecto adormecedor, asfixiante, doloroso...
El alma de Kairi pendía de un hilo.
Suavemente, ladeó su cabeza, asegurándose de que ella no tuviera escapatoria, pues con la otra mano la sujetó de la cintura con fuerza.
Ella era su presa, y él el cazador.
Sólo un instinto más de mirarla a los ojos, cuando en una mordida feroz, clavó sus colmillos en la suave y blanca piel de su cuello.
Este era el fin.
Y cómo hubiera deseado que ella se defienda. Pero era inútil. Todo era inútil.
- Kairi, yo... Te necesito. - Murmuró pausadamente, con un dolor que le cortaba la voz de momento.
La furia, el fuego, la ira en su interior. El hambre, la necesidad de aniquilar cuantas vidas efímeras pudiese... Todo eso sumado a Kairi: su más maldita tentación.
La mano que sostenía su mentón se alejó. Él intentó alejarse. Sólo se movió unos pasos hacia atrás, cuando creyó que verdaderamente todo era inútil.
Ellos supieron elegir muy bien la manera de arruinarle la vida. Tanto a él como a esa pobre muchacha.
Él la mataría. Aquí y ahora. No había duda. Su instinto era más fuerte que su razón o corazón, aunque supierta que cometería un error tenaz, no podía evitarlo. De otro modo, no sabía hasta qué instancia podría llegar.
¿Y se justifica, acaso, la vida de Kairi a cambio de muchas otras?
No, no y no. Él daría cualquier cosa por no hacer esto. No interesaba si debía llevarse al mundo entero consigo.
Pero no pudo más. Sus pasos volvieron a adelantarse y, por consecuente, a aprisionar a Kairi. La mano tatuada ascendió hasta la base de su cuello, acariciando suavemente su piel, pero apretando un poco, y provocando que la sangre se acelere y se concentre con mayor fuerza en su yugular. A la vez, la oscuridad que destilaba el cuerpo de Christian comenzaba a provocar un efecto adormecedor, asfixiante, doloroso...
El alma de Kairi pendía de un hilo.
Suavemente, ladeó su cabeza, asegurándose de que ella no tuviera escapatoria, pues con la otra mano la sujetó de la cintura con fuerza.
Ella era su presa, y él el cazador.
Sólo un instinto más de mirarla a los ojos, cuando en una mordida feroz, clavó sus colmillos en la suave y blanca piel de su cuello.
Este era el fin.
Y cómo hubiera deseado que ella se defienda. Pero era inútil. Todo era inútil.
- Christian Blade
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Re: Calabozos y sala de tortura
Justo antes de irme escuche los pensamientos de ambos y pare en seco, gire la cabeza. ¿Y si ellos fuésemos Adam y yo? ¿Que pasaría entonces? Era realmente necesario todo esto? Di un par de pasos quedando en frente de la puerta, mirando hacia adentro. Mi cabeza y mi instinto me rugían que debía salir de allí, pero algo en mi corazón me exigía que quitase el sello y sacase de allí a la chica.
- Katrina Darent
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Re: Calabozos y sala de tortura
Al escucharle le miro de nuevo, aunque apenas es por unos segundos, pues de nuevo aparto la mirada asustada. Cada vez veo mas difícil el salir viva de este lugar y ese pensamiento solo causa que el miedo aumente, no quiero morir, a pesar de los muchos años que teno a mis espaldas, estos nome parecen suficientes.
Él se aleja, no mucho, pero ese espacio quiza hubiera sido suficiente para escapar. Pero no lo se, no me veo capaz de intentarlo. La oportunidad pasa y aquella posibilidad se desvanece tan rápido como llegó. Al notar su mano en mi cuello me arrepiennto profundamente de no haber intentado huir cuando tuve la ocasión, tambien deberia haber intentado defenderme.
Poco a poco comienzo a sentir como el aturdimiento se apodera de mi. Lucho contra él como puedo pero con poco éxito. De nuevo le miro y esta vez no aparto la mirada como las veces anteriores. Es entonces cuando sus colmillos se clavan en mi cuello. Duele. Pero estoy demasiado aturdida como para reaccionar, aunque mi instinto intenta que le aparte como pueda, antes de que sea demasiado tarde.
Se me nubla la vista y pierdo el sentido.
Él se aleja, no mucho, pero ese espacio quiza hubiera sido suficiente para escapar. Pero no lo se, no me veo capaz de intentarlo. La oportunidad pasa y aquella posibilidad se desvanece tan rápido como llegó. Al notar su mano en mi cuello me arrepiennto profundamente de no haber intentado huir cuando tuve la ocasión, tambien deberia haber intentado defenderme.
Poco a poco comienzo a sentir como el aturdimiento se apodera de mi. Lucho contra él como puedo pero con poco éxito. De nuevo le miro y esta vez no aparto la mirada como las veces anteriores. Es entonces cuando sus colmillos se clavan en mi cuello. Duele. Pero estoy demasiado aturdida como para reaccionar, aunque mi instinto intenta que le aparte como pueda, antes de que sea demasiado tarde.
Se me nubla la vista y pierdo el sentido.
- Kairi Donovan
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Re: Calabozos y sala de tortura
Adam miró a Luke en el instante en que el aroma de la sangre de Kairi se hizo perceptible. Aún ellos no poseían sus sombras, y probablemente no las recuperaran.
Rió ante eso. Rió ante todo. La situación era perfecta.
Pero algo le desconcertó, y es cuando ve a Katirna observando la puerta fijamente.
- ¿Qué haces? Apártate de ahí. - Murmuró, tajante, entre una mezcla de precaución y una orden de que no hiciera lo que estaba pensando.
Rió ante eso. Rió ante todo. La situación era perfecta.
Pero algo le desconcertó, y es cuando ve a Katirna observando la puerta fijamente.
- ¿Qué haces? Apártate de ahí. - Murmuró, tajante, entre una mezcla de precaución y una orden de que no hiciera lo que estaba pensando.
- Adam Blade
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Re: Calabozos y sala de tortura
Su sangre, su esencia, su espíritu... Todo fluía lentamente hacia él, brindandole calma, alivio. Todo su fuero interno se había calmado con ese simple contacto; simple y mortífero. Y será que lo único que necesitaba y quería, desde un principio, era ella.
Abrazó su menudo cuerpo con más fuerza, sujetándola firmemente. Cada ínfima gota, podía sentirla como un elixir prohibido. Una tentación maldita y deseada.
Poco a poco, el alma de Kairi pretendía abandonar su cuerpo. Segundo a segundo, su esencia amenazaba con desaparecer de la faz de la tierra.
Y es entonces cuando Christian abre los ojos. No puede permitir eso. Jamás.
Se obligaba a sí mismo a detener su instinto, a comportarse como el caballero que siempre fue con ella, pero... ¿Cómo hacerlo, si en verdad es una bestia? Una bestia que no conoce más que su propio instinto destructivo. ¿Acaso todos en la familia Blade estan condenados a sufrir?
Su existencia es maquiavélica.
Él estaba satisfecho. Debía pensar eso. Debía creerlo.
Con un esfuerzo sobrehumano, separó sus labios del cuello de Kairi, impidiendo llevarse su vida, pero sí que se había llevado su sangre, casi hasta la última gota. Y su alma, ah... Era una pena, pues había llegado a robarle un poco de su espíritu, y se sentía tan bien.
Y se odiaba por eso.
Si Kairi vivía, estaría incompleta. Y todo... Por su culpa. Por lo que él le había quitado contra su voluntad.
Sintió, entonces, que la joven estaba inconsciente. La sostuvo entre sus brazos. La mano tatuada ya abandonaba su color oscuro, y volvía a formar sus dedos en vez de garras. Los ojos de Christian, sin embargo, continuaba oscuros, pero con un brillo carmesí terrorífico.
Acarició suavemente su mejilla, y en medio de su inexpresividad, una lágrima cayó sobre los labios de la chica.
- Kairi...- Murmuró, cerrando los ojos suavemente, eternamente dolido. Realmente creía que había sido un milagro el hecho de que pudiese parar justo en el momento más oportuno.
Se dejó caer contra una pared, abatido, sin expresión alguna en su rostro. Él los haría pagar por esto. A cada uno de ellos. Sin embargo... ¿En verdad habían tenido la culpa esos bastados? Al fin y al cabo, si bien tentaron al demonio, él fue el único ejecutor del acto. Tranquilamente, en ese instante en que se marcharon y los dejaron solos, él podría haberse estado quieto, tranquilo, soportando el dolor en su interior por no poder tener lo que tanto anhelaba. Pero ella estaría bien, y no tendría aquella marca aterradora y brutalmente morada en su fino cuello.
Este poder era una maldición. Él siempre lo supo. Y más cuando la conoció.
Aún con Kairi en brazos, decidió recomponerse. Era un cazador lamentándose por su presa.
Qué patético.
Se dejó caer, finalmente, en el suelo, con Kairi encima suyo, depositándola suavemente sobre sus piernas y sosteniéndola con una mano debajo de su espalda.
La fuerza de voluntad que había implementado había sido increíble... ¿Pero ha sido suficiente para que ella sobreviva?
Abrazó su menudo cuerpo con más fuerza, sujetándola firmemente. Cada ínfima gota, podía sentirla como un elixir prohibido. Una tentación maldita y deseada.
Poco a poco, el alma de Kairi pretendía abandonar su cuerpo. Segundo a segundo, su esencia amenazaba con desaparecer de la faz de la tierra.
Y es entonces cuando Christian abre los ojos. No puede permitir eso. Jamás.
Se obligaba a sí mismo a detener su instinto, a comportarse como el caballero que siempre fue con ella, pero... ¿Cómo hacerlo, si en verdad es una bestia? Una bestia que no conoce más que su propio instinto destructivo. ¿Acaso todos en la familia Blade estan condenados a sufrir?
Su existencia es maquiavélica.
Él estaba satisfecho. Debía pensar eso. Debía creerlo.
Con un esfuerzo sobrehumano, separó sus labios del cuello de Kairi, impidiendo llevarse su vida, pero sí que se había llevado su sangre, casi hasta la última gota. Y su alma, ah... Era una pena, pues había llegado a robarle un poco de su espíritu, y se sentía tan bien.
Y se odiaba por eso.
Si Kairi vivía, estaría incompleta. Y todo... Por su culpa. Por lo que él le había quitado contra su voluntad.
Sintió, entonces, que la joven estaba inconsciente. La sostuvo entre sus brazos. La mano tatuada ya abandonaba su color oscuro, y volvía a formar sus dedos en vez de garras. Los ojos de Christian, sin embargo, continuaba oscuros, pero con un brillo carmesí terrorífico.
Acarició suavemente su mejilla, y en medio de su inexpresividad, una lágrima cayó sobre los labios de la chica.
- Kairi...- Murmuró, cerrando los ojos suavemente, eternamente dolido. Realmente creía que había sido un milagro el hecho de que pudiese parar justo en el momento más oportuno.
Se dejó caer contra una pared, abatido, sin expresión alguna en su rostro. Él los haría pagar por esto. A cada uno de ellos. Sin embargo... ¿En verdad habían tenido la culpa esos bastados? Al fin y al cabo, si bien tentaron al demonio, él fue el único ejecutor del acto. Tranquilamente, en ese instante en que se marcharon y los dejaron solos, él podría haberse estado quieto, tranquilo, soportando el dolor en su interior por no poder tener lo que tanto anhelaba. Pero ella estaría bien, y no tendría aquella marca aterradora y brutalmente morada en su fino cuello.
Este poder era una maldición. Él siempre lo supo. Y más cuando la conoció.
Aún con Kairi en brazos, decidió recomponerse. Era un cazador lamentándose por su presa.
Qué patético.
Se dejó caer, finalmente, en el suelo, con Kairi encima suyo, depositándola suavemente sobre sus piernas y sosteniéndola con una mano debajo de su espalda.
La fuerza de voluntad que había implementado había sido increíble... ¿Pero ha sido suficiente para que ella sobreviva?
- Christian Blade
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Re: Calabozos y sala de tortura
Aferre uno de los barrotes con fuerza, esto era demasiado, ella no se merecía eso, Luke quería entrar en el consejo? Lo metería si era necesario pero esto no podía continuar. Cuando escuche los últimos pensamientos de Kairi antes que quedara inconsciente se me escapo una lagrima. Justo escuche a Adam. Gire la cara para poder observarlo, ¿Por que todo esto? No hacíamos mas que crearnos enemigos, y, justo en este momento no era lo mas indicado. Negué con la cabeza a su orden y volví a mirar al interior. ¿Que podría mas, mi amor por Adam o mi propia libertad de accionar?
Sacudi la cabeza y me seque la lagrima, no, definitivamente no podia permitirlo, solo tenia que abrir la puerta y entrar ellos no podrian seguirme.. Lo siento. Musite entristecida, quiza no volveria a ser lo mismo de antes pero era algo que tenia que hacer. Abri la puerta de un fuerte tiron y penetre en la oscuridad, la puerta se cerro y se sello de nuevo. Llegue hasta donde estaban Christian y Kairi. Di un chasquido y una pequeña bola de fuego completamente blanco y muy luminosos se encendió sobre mi cabeza permitiéndome ver la escena. Christian... Comencé, ¿que debía decirle? Sacudí la cabeza y me arrodille junto a ellos, Kairi seguía viva, pero por poco. Puedo salvarla, ¿quieres que viva? Le pregunte aun a sabiendas que su respuesta seguía positiva.
Sacudi la cabeza y me seque la lagrima, no, definitivamente no podia permitirlo, solo tenia que abrir la puerta y entrar ellos no podrian seguirme.. Lo siento. Musite entristecida, quiza no volveria a ser lo mismo de antes pero era algo que tenia que hacer. Abri la puerta de un fuerte tiron y penetre en la oscuridad, la puerta se cerro y se sello de nuevo. Llegue hasta donde estaban Christian y Kairi. Di un chasquido y una pequeña bola de fuego completamente blanco y muy luminosos se encendió sobre mi cabeza permitiéndome ver la escena. Christian... Comencé, ¿que debía decirle? Sacudí la cabeza y me arrodille junto a ellos, Kairi seguía viva, pero por poco. Puedo salvarla, ¿quieres que viva? Le pregunte aun a sabiendas que su respuesta seguía positiva.
- Katrina Darent
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Re: Calabozos y sala de tortura
El deleitable sonido de la desesperación... Cómo le gustaba. Pero ahora, en este mismísimo momento, lo único que podía hacer era mantener clavados sus ojos en Katrina.
Y en cuanto escuchó su "lo siento" supo que todo se echaría a perder.
- Katrina, ¿qué demonios crees que haces? - Dijo avanzando de repente, hacia la puerta, pero ésta se cerró justo antes de que pudiera penetrar en el interior de la sala.
Continuaba sellada. Maldita sea. ¿Qué se supone que iba a hacer ella ahí dentro?
- ¡Katrina! ¡ Sal inmediatamente de ahí! - Gritó, mientras forcejeaba con la cerradura con toda la fuerza que le era posible. Pero si confiaba en los sellos de Katrina, era porque estaba enteramente seguro de que nadie excepto ella podría abrirlos.
Y maldice la hora en que le confió este trabajo.
Ahora, realmente, no sabía si sentía desesperación por la vida de ella, o impotencia por su traición.
- ¡Katrina! - Gritó de nuevo, dándole un ínutil golpe a la puerta con una embestida de su cuerpo.
- ¡Maldición! - Rugió furioso, pegando propiciando, esta vez, un golpe de puño a la entrada.
Y en cuanto escuchó su "lo siento" supo que todo se echaría a perder.
- Katrina, ¿qué demonios crees que haces? - Dijo avanzando de repente, hacia la puerta, pero ésta se cerró justo antes de que pudiera penetrar en el interior de la sala.
Continuaba sellada. Maldita sea. ¿Qué se supone que iba a hacer ella ahí dentro?
- ¡Katrina! ¡ Sal inmediatamente de ahí! - Gritó, mientras forcejeaba con la cerradura con toda la fuerza que le era posible. Pero si confiaba en los sellos de Katrina, era porque estaba enteramente seguro de que nadie excepto ella podría abrirlos.
Y maldice la hora en que le confió este trabajo.
Ahora, realmente, no sabía si sentía desesperación por la vida de ella, o impotencia por su traición.
- ¡Katrina! - Gritó de nuevo, dándole un ínutil golpe a la puerta con una embestida de su cuerpo.
- ¡Maldición! - Rugió furioso, pegando propiciando, esta vez, un golpe de puño a la entrada.
- Adam Blade
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Re: Calabozos y sala de tortura
Escuchaba los gritos y risotadas desde el exterior, y no podía sentirse más miserable.
Sus músculos se tensaron al momento que una fuerza de llanto lo abatió desde adentro. Dejó caer la cabeza hacia delante, contemplando el rostro sumiso de Kairi. ¿Cómo podía tener el valor de sostenerla entre sus brazos? Él era... aterrador.
Y entonces la puerta se abrió. Oyó perfectamente el sonido seco de las bisagras oxidadas. El aroma le indicaba que era una mujer, Katrina, más precisamente. Tensó la mandíbula, y cuando esa pequeña luz se encendió, sus ojos oscuros, rojos y amenazantes, indicaban que ella debia conservar una distancia prudencial. Porque a diferente de Kairi, con ella no iba a contenerse ni un poquito.
Sin embargo, le sorprendió su gesto y sus palabras. Pero aún así, aquel mirar voraz no cambiaría.
- ¿Crees que te confiaré a Kairi? - Murmuró, sécamente. Y se puso a pensar: ¿Acaso creía que él mismo podría confiársela?
Se mordió el labio inferior, con furia, con bronca. Tras suspirar un momento, observó a Katrina de manera más penetrante y amenazadora.
Depositó a Kairi suavemente en el espacio que había entre ellos.
- Sólo me pregunto qué pasaría si los roles se intercambiasen y él tuviera que vivir con este dolor. - Murmuró luego, más para sí mismo que otra cosa, refiriéndose a Adam.
Christian se puso de pie, sombrío. Todas las heridas que poseía en su torso y espalda descubiertos, habían sido curadas del simple hecho de obtener la sangre de Kairi. Al fin y al cabo, además de ser su sangre predilecta, ella era un Pura Sangre.
Lo que había hecho no tenía perdón alguno. Incluso el Consejo le perseguiría por atentar contra la vida de un vampiro como ella.
- Rompe el sello. - Ordenó, y no precisamente para que le desobedezca. - No tengo nada más que hacer aquí. - Masculló luego, echándole una mirada devoradora.
Apretó los puños y comenzó a caminar hacia la puerta.
- Y me quedaré con lo que les quité. - Dijo refiriéndose a las sombras de Katrina, Adam y Luke. - Si algo le pasa a ella dejándola en tus manos, créeme que lo sabré y me lo cobraré. - Murmuró sombríamente.
Sus músculos se tensaron al momento que una fuerza de llanto lo abatió desde adentro. Dejó caer la cabeza hacia delante, contemplando el rostro sumiso de Kairi. ¿Cómo podía tener el valor de sostenerla entre sus brazos? Él era... aterrador.
Y entonces la puerta se abrió. Oyó perfectamente el sonido seco de las bisagras oxidadas. El aroma le indicaba que era una mujer, Katrina, más precisamente. Tensó la mandíbula, y cuando esa pequeña luz se encendió, sus ojos oscuros, rojos y amenazantes, indicaban que ella debia conservar una distancia prudencial. Porque a diferente de Kairi, con ella no iba a contenerse ni un poquito.
Sin embargo, le sorprendió su gesto y sus palabras. Pero aún así, aquel mirar voraz no cambiaría.
- ¿Crees que te confiaré a Kairi? - Murmuró, sécamente. Y se puso a pensar: ¿Acaso creía que él mismo podría confiársela?
Se mordió el labio inferior, con furia, con bronca. Tras suspirar un momento, observó a Katrina de manera más penetrante y amenazadora.
Depositó a Kairi suavemente en el espacio que había entre ellos.
- Sólo me pregunto qué pasaría si los roles se intercambiasen y él tuviera que vivir con este dolor. - Murmuró luego, más para sí mismo que otra cosa, refiriéndose a Adam.
Christian se puso de pie, sombrío. Todas las heridas que poseía en su torso y espalda descubiertos, habían sido curadas del simple hecho de obtener la sangre de Kairi. Al fin y al cabo, además de ser su sangre predilecta, ella era un Pura Sangre.
Lo que había hecho no tenía perdón alguno. Incluso el Consejo le perseguiría por atentar contra la vida de un vampiro como ella.
- Rompe el sello. - Ordenó, y no precisamente para que le desobedezca. - No tengo nada más que hacer aquí. - Masculló luego, echándole una mirada devoradora.
Apretó los puños y comenzó a caminar hacia la puerta.
- Y me quedaré con lo que les quité. - Dijo refiriéndose a las sombras de Katrina, Adam y Luke. - Si algo le pasa a ella dejándola en tus manos, créeme que lo sabré y me lo cobraré. - Murmuró sombríamente.
- Christian Blade
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Re: Calabozos y sala de tortura
Escuchaba los gritos de Adam y sabia que no era precisamente por mi vida sino por su plan frustrado, me rompia el alma pero no podia mostrar debilidad y ahora mucho menos. Cuando el se levanto yo tambien lo hice, tense el rostro. No iba a acatar sus ordenes ni mucho menos sabiendo que Adam y Luke estaban en la mismisima puerta, esperando su salida, no queria ni imaginar loq ue podria suceder entonces. Escucho sus palabras y se encogio de hombros. Seguramente hubiera pasado lo mismo dije mirandolo fria. No podia matarme, pues, si me mataba quedarian encerrados por todo el resto de eternidad, sin posibilidad de salir ni de que nadie entrase. No vas a salir de aqui Chistian. Dije entonces. La sacare a ella. Dije finalmente.
- Katrina Darent
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Re: Calabozos y sala de tortura
Al escuchar sus palabras, giró el rostro para verla sobre su hombro.
- Abre la maldita puerta, Katrina. - Ordenó nuevamente, de manera pasiva pero determinante. - Yo soy el que va a irse. ¿O pretendes que me quede cerca de ella? Antes muerto. - Siseó, cada una de las palabras con una convicción exuberante.
- Si temes dejarme salir por la vida de esos dos, tranquila, no los mataré. - Hace una pausa y suspira tranquilamente. - Al menos no de momento. - Sonríe melancólicamente, mientras se lleva una mano al rostro, reflejando el brillo de sus ojos entre sus dedos.
- Abre la maldita puerta, Katrina. - Ordenó nuevamente, de manera pasiva pero determinante. - Yo soy el que va a irse. ¿O pretendes que me quede cerca de ella? Antes muerto. - Siseó, cada una de las palabras con una convicción exuberante.
- Si temes dejarme salir por la vida de esos dos, tranquila, no los mataré. - Hace una pausa y suspira tranquilamente. - Al menos no de momento. - Sonríe melancólicamente, mientras se lleva una mano al rostro, reflejando el brillo de sus ojos entre sus dedos.
- Christian Blade
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Re: Calabozos y sala de tortura
Me temo que no Christian, no asumiré ese riesgo, tienes razon, no permitire que se cambien los roles. No tenia mas que hablar con el. Me agache de nuevo hacia Kairi. Vi uno de los cuchillos tirados por el suelo y lo recogi. hice un pequeño corte en la muñeca y la puse sobre su boca mientras la levantaba, viviria, no tenia ninguna duda. Pase por el lado de Christian y atravese la puerta con calma. Mira a Adam a los ojos, no sentia pena, sino determinacion, era mi decision, y punto. Sali de alli con Kairi en brazos.
- Katrina Darent
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Re: Calabozos y sala de tortura
Escuchó sus palabras y gruñó, apretando los colmillos con fuerza. Vio lo que hacía y la culpa le arrebató el aliento. Lo único que quería era que Kairi viva, pero... ¿Cómo podría compensar todo su dolor? Aún cuando prometió protegerla...
Se quedó callado, con la mirada vacía, oculta detrás de su cabello oscuro. Katrina pasó por su lado, y simplemente la observó, hasta que la puerta se cerró.
- Idiota.
Y las sombras seguían abatiendo los calabozos. Él era el más peligroso de los prisioneros en este momento. Y el único, claro. ¿Qué pretendía? ¿Tenerlo allí por el resto de la eternidad, cual mascota?
Se quedó callado, con la mirada vacía, oculta detrás de su cabello oscuro. Katrina pasó por su lado, y simplemente la observó, hasta que la puerta se cerró.
- Idiota.
Y las sombras seguían abatiendo los calabozos. Él era el más peligroso de los prisioneros en este momento. Y el único, claro. ¿Qué pretendía? ¿Tenerlo allí por el resto de la eternidad, cual mascota?
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Re: Calabozos y sala de tortura
Se apartó de la puerta en cuanto ésta se abrió y salió de allí Katrina con Kairi en brazos. Frunció el ceño terriblemente, mientras observaba con cierto regocijo la agresiva marca que tenía la chica en el cuello.
La puerta volvió a cerrarse y Katrina, al parecer, se aseguró de que Christian no saliera de allí. Estupendo, ¿eh?
Cuando vio que ella se iba caminando, miró a Luke y le hizo una ceña, para que los siguiera.
La puerta volvió a cerrarse y Katrina, al parecer, se aseguró de que Christian no saliera de allí. Estupendo, ¿eh?
Cuando vio que ella se iba caminando, miró a Luke y le hizo una ceña, para que los siguiera.
- Adam Blade
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Re: Calabozos y sala de tortura
Habían transcurrido los días. ¿Cuánto tiempo ya? Imposible recordarlo. En medio de esta oscuridad, sólo podía sentir que los días eran eternos, indescifrables, sin límites...
Christian estaba totalmente estable, recuperado, pero las ansias de sangre se habían incrementado al probar la de Kairi. Hacía mucho tiempo que no daba rienda suelta a su instinto, y maldecía esta situación.
Cada día sentía como aquel sello de Katrina perdía fuerza. ¿Por qué será..? Además, el aún posee su sombra, una parte de ella, y no piensa devolvérsela. Podrá usarla a su favor, sin duda. ¿Cómo no lo pensó antes?
Se pudo de pie y caminó hasta la puerta. Posó su mano sobre la cerradura. Sus ojos se volvieron negros como la noche mientras pequeños halos oscuros desaparecían entre el cerrojo. Cada vez se debiliraba más el sello. Esta era su oportunidad para largarse de aquí para siempre.
Tras unos segundos, un golpe seco proporcionado por su pie bastó. La puerta cayó al suelo, despehándose de la pared en la cual estaba emplazada. Una sonrisa ladeada apareció.
Salió caminando de allí, con paso desafiante y amenazador.
Christian estaba totalmente estable, recuperado, pero las ansias de sangre se habían incrementado al probar la de Kairi. Hacía mucho tiempo que no daba rienda suelta a su instinto, y maldecía esta situación.
Cada día sentía como aquel sello de Katrina perdía fuerza. ¿Por qué será..? Además, el aún posee su sombra, una parte de ella, y no piensa devolvérsela. Podrá usarla a su favor, sin duda. ¿Cómo no lo pensó antes?
Se pudo de pie y caminó hasta la puerta. Posó su mano sobre la cerradura. Sus ojos se volvieron negros como la noche mientras pequeños halos oscuros desaparecían entre el cerrojo. Cada vez se debiliraba más el sello. Esta era su oportunidad para largarse de aquí para siempre.
Tras unos segundos, un golpe seco proporcionado por su pie bastó. La puerta cayó al suelo, despehándose de la pared en la cual estaba emplazada. Una sonrisa ladeada apareció.
Salió caminando de allí, con paso desafiante y amenazador.
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