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Salón de baile
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Salón de baile
por Kaien Cross Miér Ago 14, 2013 12:00 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La enorme sala que se utiliza habitualmente para las fiestas, decorada para la ocasión con flores y guirnaldas, hay comida y bebida en los lados y sillones para sentarse a descansar.
La máscara es obligatoria, no se puede decir quien es aquel que la lleva, independientemente de que sea alguien conocido o no.
La enorme sala que se utiliza habitualmente para las fiestas, decorada para la ocasión con flores y guirnaldas, hay comida y bebida en los lados y sillones para sentarse a descansar.
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Re: Salón de baile
por Evan Darkness Lun Ago 26, 2013 9:46 pm
Prefirió no contestar a su comentario. Simplemente recibió el mensaje y este lo respondió con un movimiento de cabeza con una discreta sonrisa.
Un placer... "Fra"-soltó con tono enigmático.
Se estaba alejando poco a poco hasta darse la vuelta y perderse entre la multitud, pero Fraiah, quien había mostrado una actitud de preocupación hacia Evan, lo agarró del brazo, impidiendo que se marchara. El se detuvo pero dándole la espalda. Al parecer, la chica confiaba en sus sospechas sobre él. Y más aun si sabía que conocía su nombre. Hubo unos segundos en el que tiempo se detuvo, en el que solo el típico rumor de la fiesta y la tranquila música sonaban en el espacio. Tú eres... soltó la chica con cierto tono de extrañeza. El vampiro aun permanecía dado la vuelta, hasta que correspondió a su mensaje. Giró, no del todo, su cabeza en dirección a la chica de negro, mostrando un perfil de su rostro. La miraba fijamente. Tanto era la fuerza que trasmitía su mirada, que si se hubiese tratado de una espada en vez de eso, la hubiera ensartado, como un aguja introduciéndose en una de sus pupilas. Fue un instante, pero también fue otro instante el brillo morado que relució en su ojo. Y a continuación, Evan se quitó la mascara, pero no del todo. Solo lo suficiente para que la chica, quien sospechaba de él, tranquilizara su sed de inquietud y duda.
Hasta la vista.-dijo mostrando un tono divertido y dejando relucir una risa cercana a lo macabro. Y como despedida, levantó la mano sujetada por la chica y la puso frente a su rostro, aun agarrada. Después, chasqueo sus dedos.
- Las luces de toda la sala se apagaron durante unos pocos segundos -
Y cuando eso ocurrió, Evan desapareció, dejando vacia la mano de Fraiah. A los pocos segundos, la luz volvió. Había provocado que los presentes en la fiesta se asustaran, incluso haciendo soltar gritos de los más asustadizos.
Evan se había ocultado entre la multitud, pero ahora tanto su camisa, como su máscara habían cambiado de color. Esperaba que con eso, ella no pudiera encontrarlo.
Un placer... "Fra"-soltó con tono enigmático.
Se estaba alejando poco a poco hasta darse la vuelta y perderse entre la multitud, pero Fraiah, quien había mostrado una actitud de preocupación hacia Evan, lo agarró del brazo, impidiendo que se marchara. El se detuvo pero dándole la espalda. Al parecer, la chica confiaba en sus sospechas sobre él. Y más aun si sabía que conocía su nombre. Hubo unos segundos en el que tiempo se detuvo, en el que solo el típico rumor de la fiesta y la tranquila música sonaban en el espacio. Tú eres... soltó la chica con cierto tono de extrañeza. El vampiro aun permanecía dado la vuelta, hasta que correspondió a su mensaje. Giró, no del todo, su cabeza en dirección a la chica de negro, mostrando un perfil de su rostro. La miraba fijamente. Tanto era la fuerza que trasmitía su mirada, que si se hubiese tratado de una espada en vez de eso, la hubiera ensartado, como un aguja introduciéndose en una de sus pupilas. Fue un instante, pero también fue otro instante el brillo morado que relució en su ojo. Y a continuación, Evan se quitó la mascara, pero no del todo. Solo lo suficiente para que la chica, quien sospechaba de él, tranquilizara su sed de inquietud y duda.
Hasta la vista.-dijo mostrando un tono divertido y dejando relucir una risa cercana a lo macabro. Y como despedida, levantó la mano sujetada por la chica y la puso frente a su rostro, aun agarrada. Después, chasqueo sus dedos.
- Las luces de toda la sala se apagaron durante unos pocos segundos -
Y cuando eso ocurrió, Evan desapareció, dejando vacia la mano de Fraiah. A los pocos segundos, la luz volvió. Había provocado que los presentes en la fiesta se asustaran, incluso haciendo soltar gritos de los más asustadizos.
Evan se había ocultado entre la multitud, pero ahora tanto su camisa, como su máscara habían cambiado de color. Esperaba que con eso, ella no pudiera encontrarlo.
- Evan Darkness
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Re: Salón de baile
por Roger Anderson Lun Ago 26, 2013 11:08 pm
El tipo ya estaba en la sala desde hace un rato, pero estaba entretenido en beber y beber todo el alcohol que había en la mesa, y ya de paso, "cortejar" a alguna chiquilla inocente presente en la reunión. Era partidario de pasarlo bien en las fiestas. Roger era un tipo fiestero, incluso en sus tiempos más antiguos, y siempre disfrutaba de estas cosas. Pero nada era tan bueno e intenso como una masacre y deseaba con toda su alma, amor y lo que tuviera ese desalmado en su interior que la hubiera ya.
Allí, sentado frente el piano, estaba su hermano, aunque no un hermano de sangre y prácticamente, ni sabía su nombre. Ciertamente, había estado ausente durante meses, perdido en la bebida, en el sexo y en la violencia, y a los únicos que recordaba era a esa chiquilla llamada Chie y a Padre. Si bueno, y a Marcus, que lo consideraba un payaso, con ese traje y esa cara estúpida.
De repente, la sala se oscureció por completo, pero Roger no le dio importancia alguna. Es más, probablemente, ni se daría cuenta del suceso y siguió bebiendo de su copa.
Aun permanecía apoyado en las mesas, con esa mascara que le encantaba, una máscara kabuki, ni más ni menos. Lo que no sabía era lo que los demás pensaban de ella... No se había percatado de que estaba junto a un tipo alto (Nokku Damaru). Presentía una gran energía, pero estaba algo borracho como para deducir que provenía de ese tipo. En ese rato, se tambaleó para dirigirse tras una bonita falda y chocó ligeramente a ese chico, de lo que, probablemente, ni se daría cuenta. Prosiguió de frente.
Aun esperaba si iba a ver una especie de señal para montarla parda o si uno ya podía pulsar el botón cuando lo deseara.
Allí, sentado frente el piano, estaba su hermano, aunque no un hermano de sangre y prácticamente, ni sabía su nombre. Ciertamente, había estado ausente durante meses, perdido en la bebida, en el sexo y en la violencia, y a los únicos que recordaba era a esa chiquilla llamada Chie y a Padre. Si bueno, y a Marcus, que lo consideraba un payaso, con ese traje y esa cara estúpida.
De repente, la sala se oscureció por completo, pero Roger no le dio importancia alguna. Es más, probablemente, ni se daría cuenta del suceso y siguió bebiendo de su copa.
Aun permanecía apoyado en las mesas, con esa mascara que le encantaba, una máscara kabuki, ni más ni menos. Lo que no sabía era lo que los demás pensaban de ella... No se había percatado de que estaba junto a un tipo alto (Nokku Damaru). Presentía una gran energía, pero estaba algo borracho como para deducir que provenía de ese tipo. En ese rato, se tambaleó para dirigirse tras una bonita falda y chocó ligeramente a ese chico, de lo que, probablemente, ni se daría cuenta. Prosiguió de frente.
Aun esperaba si iba a ver una especie de señal para montarla parda o si uno ya podía pulsar el botón cuando lo deseara.
- Roger Anderson
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Re: Salón de baile
por Fraiah B. Eslin Mar Ago 27, 2013 5:19 am
"Un placer, Fra". Luego de aquellas palabras, la joven se quedó anonadada. Entonces, sus sospechas eran ciertas. Ambos se conocían. Aún no podía deducir de dónde ni quién era él, pero al menos ya tenía una certeza en medio de tanto misterio. Aún sujetaba su muñeca. No pensaba dejarlo ir sin que le dijera la verdad. Ya se sabe que últimamente se puede confiar en muy pocas personas, y sinceramente Fraiah quería adivinar de qué bando estaba su enmascarado compañero. Si bien era evidente que se conocían, no era evidente que él fuera o no problemático.
Su mirada se clavó en ella como un aguijón. No obstante, ella no retrocedió ni un solo paso. Lo miró de frente, con los ojos fijos en él y en aquel momentáneo resplandor. No puede decir que no se sobresaltó un poco, pero el sobresalto mayor vino a continuación. Él elevó su mano y cubrió su rostro. Fraiah, debido al movimiento, dio dos pasos al frente. Había apartado su atención de aquella figura enmascarada que había visto más atrás, pues debía completar la frase que había comenzado.
- Tú eres...
Pero desapareció. La luz se apagó y él ya no estaba allí. La chica, confundida y exaltada, giró sobre su propio cuerpo y miró a su alrededor. No había rastros de él, pero ahora lo sabía. Estaba segura que se trataba de el único muchacho en todo este pueblo que puede tener una mirada tal y ocultar otra tras el oscuro misterio de sus ojos: Evan Darkness o, mejor dicho, Astrid Bermillion.
Fraiah, sin otro remedio que salir del centro de la pista y, por ende, del centro de atención, caminó velozmente hacia un extremo del salón. Se quedó allí por unos momentos, pensativa, pero rápidamente su mirada se clavó en el mismo hombre enmascarado que había llamado su atención momentos antes. Parpadeó un par de veces y se encaminó hacia él. Debía verlo de cerca. Debía cerciorarse de que aquello era cierto. Una sonrisa instantánea surcó su rostro. Por un momento, olvidó la preocupación que le había generado ver allí a Evan. Ciertamente, no era el mismo de la fiesta anterior, donde intentó echar todo a perder más de lo que estaba. Aunque su mente siguiera pensando en ello, tras ver a esa persona, no podía hacer otra cosa más que sentirse feliz por la dicha. En el trayecto que hizo para llegar a él, se encontró de lleno a un borracho bastante extraño. Fraiah lo esquivó y se lo quedó mirando unos segundos. Frunció el ceño y continuó avanzando. Finalmente, llegó frente al misterioso hombre trajeado en cuero.
- Disculpe, pero algo me dice que usted y yo ya nos conocemos y que estas máscaras no son suficiente motivo para ocultarlo -susurró suavemente, estirando su mano y sujetando la suya con delicadeza. Podía confundirse en muchas cosas durante la vida, pero jamás podría confundir la esencia y presencia de esa persona. Entonces, simplemente, se quedó observándolo con una sonrisa luego de emitir aquellas palabras. Realmente, no tenía motivos para pensar que esta fiesta terminaría mal.
Su mirada se clavó en ella como un aguijón. No obstante, ella no retrocedió ni un solo paso. Lo miró de frente, con los ojos fijos en él y en aquel momentáneo resplandor. No puede decir que no se sobresaltó un poco, pero el sobresalto mayor vino a continuación. Él elevó su mano y cubrió su rostro. Fraiah, debido al movimiento, dio dos pasos al frente. Había apartado su atención de aquella figura enmascarada que había visto más atrás, pues debía completar la frase que había comenzado.
- Tú eres...
Pero desapareció. La luz se apagó y él ya no estaba allí. La chica, confundida y exaltada, giró sobre su propio cuerpo y miró a su alrededor. No había rastros de él, pero ahora lo sabía. Estaba segura que se trataba de el único muchacho en todo este pueblo que puede tener una mirada tal y ocultar otra tras el oscuro misterio de sus ojos: Evan Darkness o, mejor dicho, Astrid Bermillion.
Fraiah, sin otro remedio que salir del centro de la pista y, por ende, del centro de atención, caminó velozmente hacia un extremo del salón. Se quedó allí por unos momentos, pensativa, pero rápidamente su mirada se clavó en el mismo hombre enmascarado que había llamado su atención momentos antes. Parpadeó un par de veces y se encaminó hacia él. Debía verlo de cerca. Debía cerciorarse de que aquello era cierto. Una sonrisa instantánea surcó su rostro. Por un momento, olvidó la preocupación que le había generado ver allí a Evan. Ciertamente, no era el mismo de la fiesta anterior, donde intentó echar todo a perder más de lo que estaba. Aunque su mente siguiera pensando en ello, tras ver a esa persona, no podía hacer otra cosa más que sentirse feliz por la dicha. En el trayecto que hizo para llegar a él, se encontró de lleno a un borracho bastante extraño. Fraiah lo esquivó y se lo quedó mirando unos segundos. Frunció el ceño y continuó avanzando. Finalmente, llegó frente al misterioso hombre trajeado en cuero.
- Disculpe, pero algo me dice que usted y yo ya nos conocemos y que estas máscaras no son suficiente motivo para ocultarlo -susurró suavemente, estirando su mano y sujetando la suya con delicadeza. Podía confundirse en muchas cosas durante la vida, pero jamás podría confundir la esencia y presencia de esa persona. Entonces, simplemente, se quedó observándolo con una sonrisa luego de emitir aquellas palabras. Realmente, no tenía motivos para pensar que esta fiesta terminaría mal.
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Re: Salón de baile
por Kai Olivier Mar Ago 27, 2013 3:06 pm
Por fin llegue a la fiesta, crei que nunca lo conseguiria, no encontraba nada que ponerme, eso de llevar trajes no era lo mio, por eso a penas tenia un par de trajes.
Esta vez me tocaba un traje negro entero, exceptuando la corbata, que era blanca, rezaba para que no se me manchara, sino Kasha me mataria porque era un regalo de ella. Mi mascara era sencilla, tapaba la mitad de la cara, hasta la nariz y era blanca, razon por la que se podia confundir con mi pelo blanco.
Nada mas entrar mire hacia todas partes en busca de alguien que se supone que tendria que haber llegado ya. Y asi era, alli estaba, en una esquina, observandolo todo a traves de esa mascara de gata que habia comprado esta mañana junto a la mia. Meti las manos en los bolsillos con media sonrisa de felicidad dibujada en la cara y me dirigi hacia donde ella se encontraba.
- Hola gatita- seguramente, al llamarla asi, me fulminaria con la mirada, odiaba que la llamara asi o de cualquier forma que no fuera su nombre; eso formaba parte de su encanto y su especial mal genio
Esta vez me tocaba un traje negro entero, exceptuando la corbata, que era blanca, rezaba para que no se me manchara, sino Kasha me mataria porque era un regalo de ella. Mi mascara era sencilla, tapaba la mitad de la cara, hasta la nariz y era blanca, razon por la que se podia confundir con mi pelo blanco.
Nada mas entrar mire hacia todas partes en busca de alguien que se supone que tendria que haber llegado ya. Y asi era, alli estaba, en una esquina, observandolo todo a traves de esa mascara de gata que habia comprado esta mañana junto a la mia. Meti las manos en los bolsillos con media sonrisa de felicidad dibujada en la cara y me dirigi hacia donde ella se encontraba.
- Hola gatita- seguramente, al llamarla asi, me fulminaria con la mirada, odiaba que la llamara asi o de cualquier forma que no fuera su nombre; eso formaba parte de su encanto y su especial mal genio
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Re: Salón de baile
por Nokku Damaru Miér Ago 28, 2013 10:13 pm
Nokku, deambulando en sus pensamientos reparaba una y otra vez en cada uno de los presentes de la fiesta, pero había demasiada gente, y además, los vampiro podrían ocultarse fácilmente, ni siquiera merecía la pena intentar buscar a esos asesinos. El chico cerró los ojos, todo parecía estar en perfectas condiciones, aunque su instinto gritaba por dentro, advertiendo de un inminente peligro cercano y eso nunca le fallaba.
Vio como una mujer de negro entraba en la sala y se ponía en una esquina, con la misma actitud que mantenía Damaru en ese momento, igual que solía hacer Kasha, aunque podría confundirse fácilmente asi que no intento adivinar si se traba realmente de su compañera de trabajo.
De repente un hombre aparentemente borracho choco con el presidente de la asociación. Instintivamente Nokku enseño los colmillos y exhalo un gruñido que fue sofocado por la orquesta. Aquel tipo no iba a irse de rositas, si pensaba que podía ir empujando a la gente sin más estaba muy equivocado. Nokku se crujió los huesos del cuello y los hombros, como preparándose para su próximo movimiento.
El cazador comenzó a alargar su brazo para agarrar del hombro a aquel extraño impertinente cuando el aroma de Fraiah lo paralizó, literalmente. Nokku se quedó en el sitio sin llegar a tocar al enmascarado mientras ella se acercaba a el. Hacía muchísimo tiempo que no la veía, por lo menos en condiciones, ni siquiera habían podido hablar ¿Qué clase de novio era el?
La chica lo agarró de la mano y Nokku dedujo que le había descubierto, al parecer su diversión con aquel muchacho no había durado mucho. Damaru sonrió de lado mientras se acercaba al cuerpo de la muchacha, hasta que los dos se quedaron prácticamente pegados. Nokku se agachó lentamente y acercó los labios a los oidos de Frah, para que solo ella pudiera oírlo.
Soy un peligroso vampiro señorita, esta cometiendo un error, y ahora tendré que morderla y beberme su sangre por cometer tan terrible equivocación
Dijo el mientras esbozaba una sonrisa divertida y volvia a levantar la cabeza. Era evidente que no podía engañarla, pero ese extraño juego que se acababa de inventar le resultaba sumamente divertido y, porque no decirlo, un tanto morboso, teniendo en cuenta que los vampiros les habían causado tantos problemas a los dos y que ahora se estaba haciendo pasar por uno.
Nokku se relamió mostrando sus colmillos, como si estos fueran realmente de vampiro, aunque realmente, cabría decir que eran bastante más anchos y resistentes. Los dientes del cazador estaban hechos para desgarrar la carne, no para sorber sangre.
Fraiah realmente lucía muy bien con ese vestido y el detalle de las máscaras despertada en el presidente alguna clase de lujuria que escapaban a la lógica de la razón. Era como si no se conocieses y a la vez como si lo supieran todo el uno del otro mientras jugaban papeles imaginarios, y eso, por alguna razón, resultaba muy atractivo. Los contrastes casi siempre lo son.
Nokku volvió a mirar a Fraiah, olvidándose del individuo que le empujo, esta vez con una mirada lasciva que se ocultaba detrás de la máscara pero que podría adivinarse debido a que ella le conocía lo suficiente como para imaginarse su expresión en ese momento
Vio como una mujer de negro entraba en la sala y se ponía en una esquina, con la misma actitud que mantenía Damaru en ese momento, igual que solía hacer Kasha, aunque podría confundirse fácilmente asi que no intento adivinar si se traba realmente de su compañera de trabajo.
De repente un hombre aparentemente borracho choco con el presidente de la asociación. Instintivamente Nokku enseño los colmillos y exhalo un gruñido que fue sofocado por la orquesta. Aquel tipo no iba a irse de rositas, si pensaba que podía ir empujando a la gente sin más estaba muy equivocado. Nokku se crujió los huesos del cuello y los hombros, como preparándose para su próximo movimiento.
El cazador comenzó a alargar su brazo para agarrar del hombro a aquel extraño impertinente cuando el aroma de Fraiah lo paralizó, literalmente. Nokku se quedó en el sitio sin llegar a tocar al enmascarado mientras ella se acercaba a el. Hacía muchísimo tiempo que no la veía, por lo menos en condiciones, ni siquiera habían podido hablar ¿Qué clase de novio era el?
La chica lo agarró de la mano y Nokku dedujo que le había descubierto, al parecer su diversión con aquel muchacho no había durado mucho. Damaru sonrió de lado mientras se acercaba al cuerpo de la muchacha, hasta que los dos se quedaron prácticamente pegados. Nokku se agachó lentamente y acercó los labios a los oidos de Frah, para que solo ella pudiera oírlo.
Soy un peligroso vampiro señorita, esta cometiendo un error, y ahora tendré que morderla y beberme su sangre por cometer tan terrible equivocación
Dijo el mientras esbozaba una sonrisa divertida y volvia a levantar la cabeza. Era evidente que no podía engañarla, pero ese extraño juego que se acababa de inventar le resultaba sumamente divertido y, porque no decirlo, un tanto morboso, teniendo en cuenta que los vampiros les habían causado tantos problemas a los dos y que ahora se estaba haciendo pasar por uno.
Nokku se relamió mostrando sus colmillos, como si estos fueran realmente de vampiro, aunque realmente, cabría decir que eran bastante más anchos y resistentes. Los dientes del cazador estaban hechos para desgarrar la carne, no para sorber sangre.
Fraiah realmente lucía muy bien con ese vestido y el detalle de las máscaras despertada en el presidente alguna clase de lujuria que escapaban a la lógica de la razón. Era como si no se conocieses y a la vez como si lo supieran todo el uno del otro mientras jugaban papeles imaginarios, y eso, por alguna razón, resultaba muy atractivo. Los contrastes casi siempre lo son.
Nokku volvió a mirar a Fraiah, olvidándose del individuo que le empujo, esta vez con una mirada lasciva que se ocultaba detrás de la máscara pero que podría adivinarse debido a que ella le conocía lo suficiente como para imaginarse su expresión en ese momento
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Re: Salón de baile
por Fraiah B. Eslin Jue Ago 29, 2013 2:57 am
Se encontraba frente a él. Sus ojos violáceos lo observaban detenidamente. Impacientes, anhelaban observar algún gesto suyo que le transmitiese la seguridad y la tranquilidad de siempre. Había pasado mucho tiempo y debían hablar. Fraiah quería preguntarle cómo estaba, si las misiones fueron duras; quería decirle que ahora ya podía descansar, que ella le haría su plato favorito para la cena y que lo había echado de menos. Sin embargo, este no era el momento para aquellas palabras. Esta era una fiesta que poseía sus propias leyes, y ellos debían obedecerlas.
Cuando sus cuerpos se encontraron, la joven solo pudo sonreír. Los bucles de su cabello castaño ondearon en el aire ante el movimiento. Una fina y delicada sonrisa surcó sus labios. Estaba allí, junto a ella otra vez. Realmente era él. Cerró los ojos mientras sentía su cálido aliento junto a su oído. Al concluir sus palabras, Fraiah abrió los ojos y se apartó de él, veloz pero elegante, mirándolo a los ojos. ¿Cómo podía ser tan morboso? Pero era típico de él, y daba una pauta más acerca de la identidad que se encontraba tras la máscara. Ella visualizó aquellos colmillos tras su sonrisa. ¿Desde cuándo eran así? Si no fuera porque lo conocía, podría creer que él era en verdad un vampiro. Y, sinceramente, no podía imaginar a Nokku siendo uno.
Finalmente, tras el impacto que le provocó aquella imagen seductora pero, a la vez, terrorífica de él, dispuso todos sus sentidos para responder:
- ¡Oh! Entonces debería alejarme de usted. Si lo que dice es cierto, debería tener más aprecio por mi vida -susurró teatralmente. Se llevó una mano al pecho, sujetando su colgante. Retrocedió unos cuantos pasos-. Será mejor, entonces, que me pierda entre la multitud... -arrastró las palabras, aún sonriendo, pero esta vez haciéndolo de un modo inocentemente atrevido, único de un ser como ella.
La música invadía el ambiente y Fraiah detectaba cada nota con facilidad. Balanceó levemente su cabeza, para luego clavar sus aparentemente ingenuos ojos en él. Nunca había creído que una fiesta de máscaras fuera tan divertida y perfecta. Aún creía que se encontraba en un sueño. Aunque sabía, por un lado, que no debía desorientar a Nokku de su trabajo, quería que al menos por una noche lo olvidara. Si bien él tenía que vigilar el lugar y mantener el orden ante cualquier improvisto, Fraiah quería volverlo descuidado y despistado por algunas veces.
- Será mejor que vaya en búsqueda de mi pareja, pues usted me ha engañado y no es a quien yo busco -susurró, mostrándose afligida y desviando su mirada hacia el suelo. Sin embargo, de reojo pudo percatarse de su expresión. Definitivamente, no podía ser otra persona más que él. Reconocería ojos tan intensos y apasionados en cualquier parte, incluso en otra vida.
Cuando sus cuerpos se encontraron, la joven solo pudo sonreír. Los bucles de su cabello castaño ondearon en el aire ante el movimiento. Una fina y delicada sonrisa surcó sus labios. Estaba allí, junto a ella otra vez. Realmente era él. Cerró los ojos mientras sentía su cálido aliento junto a su oído. Al concluir sus palabras, Fraiah abrió los ojos y se apartó de él, veloz pero elegante, mirándolo a los ojos. ¿Cómo podía ser tan morboso? Pero era típico de él, y daba una pauta más acerca de la identidad que se encontraba tras la máscara. Ella visualizó aquellos colmillos tras su sonrisa. ¿Desde cuándo eran así? Si no fuera porque lo conocía, podría creer que él era en verdad un vampiro. Y, sinceramente, no podía imaginar a Nokku siendo uno.
Finalmente, tras el impacto que le provocó aquella imagen seductora pero, a la vez, terrorífica de él, dispuso todos sus sentidos para responder:
- ¡Oh! Entonces debería alejarme de usted. Si lo que dice es cierto, debería tener más aprecio por mi vida -susurró teatralmente. Se llevó una mano al pecho, sujetando su colgante. Retrocedió unos cuantos pasos-. Será mejor, entonces, que me pierda entre la multitud... -arrastró las palabras, aún sonriendo, pero esta vez haciéndolo de un modo inocentemente atrevido, único de un ser como ella.
La música invadía el ambiente y Fraiah detectaba cada nota con facilidad. Balanceó levemente su cabeza, para luego clavar sus aparentemente ingenuos ojos en él. Nunca había creído que una fiesta de máscaras fuera tan divertida y perfecta. Aún creía que se encontraba en un sueño. Aunque sabía, por un lado, que no debía desorientar a Nokku de su trabajo, quería que al menos por una noche lo olvidara. Si bien él tenía que vigilar el lugar y mantener el orden ante cualquier improvisto, Fraiah quería volverlo descuidado y despistado por algunas veces.
- Será mejor que vaya en búsqueda de mi pareja, pues usted me ha engañado y no es a quien yo busco -susurró, mostrándose afligida y desviando su mirada hacia el suelo. Sin embargo, de reojo pudo percatarse de su expresión. Definitivamente, no podía ser otra persona más que él. Reconocería ojos tan intensos y apasionados en cualquier parte, incluso en otra vida.
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Re: Salón de baile
por Kasha Oskan Jue Ago 29, 2013 10:28 am
Me gire cuando me llamaron gatita con muy malas pulgas, pero cuando me percate de quien era, no me sorprendi, el era la persona que mas conseguia sacarme de mis casillas.
Sin que nadie se diera cuenta, le di un codazo en las costillas lo suficientemente fuerte como para que protestara un rato.
- Ni se te ocurra volver a llamarme asi- le dije seria, pero al segundo sonrei y le bese en la mejilla; cualquiera que viera ese momento pensaria que soy bipolar, pero la verdad era que llevaba demasiado tiempo sin verlo como para enfadarme con el mas de cinco minutos seguidos, lo habia echado demasiado de menos.
- Llegas tarde, pense que llegarias tu primero- le reproche un poco por hacerme esperar
Sin que nadie se diera cuenta, le di un codazo en las costillas lo suficientemente fuerte como para que protestara un rato.
- Ni se te ocurra volver a llamarme asi- le dije seria, pero al segundo sonrei y le bese en la mejilla; cualquiera que viera ese momento pensaria que soy bipolar, pero la verdad era que llevaba demasiado tiempo sin verlo como para enfadarme con el mas de cinco minutos seguidos, lo habia echado demasiado de menos.
- Llegas tarde, pense que llegarias tu primero- le reproche un poco por hacerme esperar
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Re: Salón de baile
por Nathan Hawthorne Jue Ago 29, 2013 6:36 pm
La orquesta continuaba con la música. El pianista, que jamás había levantado su vista de aquel piano, esta vez lo hizo al detectar una presencia moviéndose de forma extravagante entre la multitud danzante. El joven clavó sus oscuros y púrpuras ojos en él. Ya lo tenía en su campo de visión, borracho y delirante. Al cabo de unos segundos, bajó otra vez su mirada. Justo cuando acabó la pieza musical, sonrió. Nadie haría ningún movimiento esta noche si él no lo solicitaba. Nadie podía salirse de su papel.
Un nuevo músico subió al escenario y se sentó frente a una batería. La función debía continuar y los invitados debían disfrutar.
Y así, relajados y elegantes, los músicos dieron paso a la próxima melodía: ~♫~
Un nuevo músico subió al escenario y se sentó frente a una batería. La función debía continuar y los invitados debían disfrutar.
Y así, relajados y elegantes, los músicos dieron paso a la próxima melodía: ~♫~
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Re: Salón de baile
por Nokku Damaru Vie Ago 30, 2013 7:08 pm
Nokku no pudo evitar reírse un poco de la reacción de Fraiah. EL chico había echado a perder la actuación, pero ella era tan carismática que simplemente se quedaba anonadado. Damaru se acercó de nuevo a Fraiah y suspiro entre risas ahogadas.
Te he echado mucho de menos pequeña, me hubiera gustado poder volver más pronto, pero ya sabes... hay ciertos asuntos que están por encima de mis necesidades.
Dijo como disculpándose por el tiempo que había pasado fuera, al fin y al cabo tampoco podía hacer otra cosa que disculparse. Nokku deslizó su brazo y agarró gentilmente la mano de Fraiah, solo quería sentirla cerca de el. Nada más parecía importarle ¿Porqué debería de preocuparse por otra cosa que no fuera su pareja? El era joven y apasionado y a pesar de que tenía una gran responsabilidad sobre sus hombros no podía evitar eso.
Cuando tuvo su mano sonrió y la besó, como si eso fuera un saludo formal. Al fin y al cabo ellos "no se conocían".
Nokku cerró los ojos por un momento y se dejó llevar por sus emociones, pero no por su instinto, que le decía que debían de salir de allí de inmediato. Simplemente agarró ligeramente a Fraiah de la cintura con su mano libre y extendió la otra, preparándose para un tranquilo baile con su pareja. Esta vez el ritmo de los dos estaba totalmente coordinado y Nokku creyó que aunque Fraiah intentara tropezar o caerse no podría porque los movimientos de su chico se lo impedirían rápidamente. La pareja se movía a la vez, como si fueran dos gotas de agua deslizándose por la pista con gracilidad.
¿Sabes? Yo solo quiero que estes bien Fraiah, y de verdad, lo siento si algunas veces hago que te preocupes o que te sientas incomoda. Realmente, si pudiera dejaría todo esto y me iría contigo a algún lugar lejano.. si pudiera.
Finalizó el presidente con una mirada un tanto melancólica y con una sonrisa amarga que aceptaba la fatalidad de su destino. Al fin y al cabo, había sido el mismo la persona que había elegido seguir por ese camino, aunque claro, cuando lo hizo Nokku no tenía a nadie. Había estado tan solo... Un escalofrío recorrió su columna vertebral cuando su cerebro recompuso algunos de los recuerdos que había intentado enterrar durante años, su familia, sus amigos... era como si estuviera maldito, como si su verdadera pareja fuera la misma muerte, que lo acompañaba a todas partes, jugando con el, esperando el momento idóneo para azotarle una vez más, pero... sin llevárselo con ella ¿Sería ese su pecado? ¿Su existencia?
Pero el aroma de Fraiah le despertó de su oscuro mundo para hacer que sucumbiera ante la presencia de la mujer que le hacía tan feliz. En ese momento el solo pudo pensar una cosa "no dejaré que nada la pase, cueste lo que cueste".
Te he echado mucho de menos pequeña, me hubiera gustado poder volver más pronto, pero ya sabes... hay ciertos asuntos que están por encima de mis necesidades.
Dijo como disculpándose por el tiempo que había pasado fuera, al fin y al cabo tampoco podía hacer otra cosa que disculparse. Nokku deslizó su brazo y agarró gentilmente la mano de Fraiah, solo quería sentirla cerca de el. Nada más parecía importarle ¿Porqué debería de preocuparse por otra cosa que no fuera su pareja? El era joven y apasionado y a pesar de que tenía una gran responsabilidad sobre sus hombros no podía evitar eso.
Cuando tuvo su mano sonrió y la besó, como si eso fuera un saludo formal. Al fin y al cabo ellos "no se conocían".
Nokku cerró los ojos por un momento y se dejó llevar por sus emociones, pero no por su instinto, que le decía que debían de salir de allí de inmediato. Simplemente agarró ligeramente a Fraiah de la cintura con su mano libre y extendió la otra, preparándose para un tranquilo baile con su pareja. Esta vez el ritmo de los dos estaba totalmente coordinado y Nokku creyó que aunque Fraiah intentara tropezar o caerse no podría porque los movimientos de su chico se lo impedirían rápidamente. La pareja se movía a la vez, como si fueran dos gotas de agua deslizándose por la pista con gracilidad.
¿Sabes? Yo solo quiero que estes bien Fraiah, y de verdad, lo siento si algunas veces hago que te preocupes o que te sientas incomoda. Realmente, si pudiera dejaría todo esto y me iría contigo a algún lugar lejano.. si pudiera.
Finalizó el presidente con una mirada un tanto melancólica y con una sonrisa amarga que aceptaba la fatalidad de su destino. Al fin y al cabo, había sido el mismo la persona que había elegido seguir por ese camino, aunque claro, cuando lo hizo Nokku no tenía a nadie. Había estado tan solo... Un escalofrío recorrió su columna vertebral cuando su cerebro recompuso algunos de los recuerdos que había intentado enterrar durante años, su familia, sus amigos... era como si estuviera maldito, como si su verdadera pareja fuera la misma muerte, que lo acompañaba a todas partes, jugando con el, esperando el momento idóneo para azotarle una vez más, pero... sin llevárselo con ella ¿Sería ese su pecado? ¿Su existencia?
Pero el aroma de Fraiah le despertó de su oscuro mundo para hacer que sucumbiera ante la presencia de la mujer que le hacía tan feliz. En ese momento el solo pudo pensar una cosa "no dejaré que nada la pase, cueste lo que cueste".
- Nokku Damaru
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Re: Salón de baile
por Fraiah B. Eslin Vie Ago 30, 2013 7:36 pm
Cuando él rió, ella mezcló su risa con la suya. La confluencia de ambos sonidos era perfecta. En sí, era perfecto estar allí con él. Quería atesorarlo si fuera capaz de ello, para que jamás alguien le hiciera daño, para poder cuidarlo con lo poco que ella tenía para eso, pues siempre que intentaba dar lo mejor de sí, acababa siendo una tragedia. Pero, por una vez en la vida, era optimista de verdad. Por una vez, confiaba en que podría anteponerse a cualquier adversidad y enfrentar ese destino trágico al cual parecía estar condenada. A estas alturas casi parecía cómico el hecho de que cada persona que la rodeara y ella apreciara acabara en las peores condiciones, por no llegar al extremo de decir que acababa muerto.
La joven suspiró y sonrió, borrando aquellos pensamientos de su mente. Esta fiesta marchaba bien, entonces, ¿por qué no disfrutarla? Miró a Nokku cuando él besó su mano y se inclinó un poco, haciendo una pequeña reverencia antes del baile. Cuando su mano se posó en su cintura se sintió plena. ¿Cuánto tiempo había anhelado tener una mínima caricia de su parte? Ella conocía sus obligaciones y por eso no tenía nada que culpar. Era su trabajo, y gracias a él ella podía vivir otra vez.
- No te preocupes por eso. Lo sé. Y no te lo echo en cara. Siempre estaré para ti, acompañándote, y te esperaré el tiempo que sea necesario, aunque deba estar sola por años -sonrió, cerrando los ojos, alegre pero conmovida. Entretanto, ambos comenzaron a danzar sobre la pista.
- A este paso comenzarán a verme mal. Cada vez que aparezco en la pista estoy bailando con un hombre diferente -susurró, riendo sin poder evitarlo, pero recordó que debía aferrarse a ciertos códigos. Ellos, aparentemente, no se conocían. La chica volvió sus ojos a él, pero entonces habló. Su expresión se volvió seria. No le agradaba la melancolía que podía ver a través de sus intensos ojos. Negó suavemente con la cabeza.
- No digas esas cosas, N.. -se abstuvo de decir su nombre-, sabes que soy feliz contigo, que estoy bien gracias a ti. Tienes un destino que cumplir, tienes una meta. Recuerda lo que siempre dijimos: cuando todo acabe, podremos irnos a donde queramos. Pero, primero a lo primero -sonrió otra vez, guiñándole un ojo tras la máscara. Sabía que por dentro Nokku estaba devastado y exhausto, pero ella debía apoyarlo y ser su pilar cuando él sintiera derrumbarse.
La joven suspiró y sonrió, borrando aquellos pensamientos de su mente. Esta fiesta marchaba bien, entonces, ¿por qué no disfrutarla? Miró a Nokku cuando él besó su mano y se inclinó un poco, haciendo una pequeña reverencia antes del baile. Cuando su mano se posó en su cintura se sintió plena. ¿Cuánto tiempo había anhelado tener una mínima caricia de su parte? Ella conocía sus obligaciones y por eso no tenía nada que culpar. Era su trabajo, y gracias a él ella podía vivir otra vez.
- No te preocupes por eso. Lo sé. Y no te lo echo en cara. Siempre estaré para ti, acompañándote, y te esperaré el tiempo que sea necesario, aunque deba estar sola por años -sonrió, cerrando los ojos, alegre pero conmovida. Entretanto, ambos comenzaron a danzar sobre la pista.
- A este paso comenzarán a verme mal. Cada vez que aparezco en la pista estoy bailando con un hombre diferente -susurró, riendo sin poder evitarlo, pero recordó que debía aferrarse a ciertos códigos. Ellos, aparentemente, no se conocían. La chica volvió sus ojos a él, pero entonces habló. Su expresión se volvió seria. No le agradaba la melancolía que podía ver a través de sus intensos ojos. Negó suavemente con la cabeza.
- No digas esas cosas, N.. -se abstuvo de decir su nombre-, sabes que soy feliz contigo, que estoy bien gracias a ti. Tienes un destino que cumplir, tienes una meta. Recuerda lo que siempre dijimos: cuando todo acabe, podremos irnos a donde queramos. Pero, primero a lo primero -sonrió otra vez, guiñándole un ojo tras la máscara. Sabía que por dentro Nokku estaba devastado y exhausto, pero ella debía apoyarlo y ser su pilar cuando él sintiera derrumbarse.
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Re: Salón de baile
por Nathan Hawthorne Vie Ago 30, 2013 8:19 pm
El joven pianista, el cual continuaba tocando apasionadamente cada acorde, levantó sus ojos al divisar en la pista la misma pareja de antes. Tras fijarse mejor, se percató de que el hombre era otro. Sonrió débilmente y regresó sus ojos al piano, continuando con la melodía. Sin embargo, en un momento, se puso de pie y se inclinó respetuosamente hacia el público, excusándose, y descendiendo lentamente los escalones. Caminó de forma elegante y suave entre los presentes, hasta que desapareció detrás de una puerta. Mientras tanto, la orquesta continuaba deleitando a los invitados.
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Re: Salón de baile
por Nokku Damaru Sáb Ago 31, 2013 12:16 am
Y la imaginación de Nokku voló con solo pensar que algún día se irían...lejos, a algún lugar sin tantos problemas ¿Sería eso posible? El chico deseaba con todo su corazón que así fuese. Siguió bailando con la enmascarada desconocida mientras no podía parar de sonreír. En parte odiaba estar en una fiesta porque, evidentemente se tenía que refrenar en cuanto a sus impulsos, pero por otra lo agradecía, no quería acosar a Frah (?). Simplemente disfrutó del momento.
El pianista se levanto, dejando de tocar esa pomposa melodía y se fue, ocultándose tras una puerta. Ese tio era muy sospechoso. Esa actitud, esa seguridad en sus movimientos, y más importante, esa mirada que le dirigió a Nokku. No se trataba de una mirada de curiosidad, era como si aquel tipo mirase al presidente desde una posición demasiado alta como para considerarlo un igual, como si Damaru no fuera más que un peón en un juego suyo, y eso no pudo pasarlo por alto.
Tenía que proteger a Fraiah de cualquier cosa que esos idiotas estuvieran planeando hacer, fuera lo que fuese: Nokku los detendría como siempre ¿O no? Esa frialdad, tenacidad y fiereza típicas de el ya habían conseguido ayudar a solucionar problemas grabes en otras fiestas ¿Porque iba a ser diferente en esta? Sin embargo, Nokku sentía como si todo estuviera demasiado tranquilo, como si aquellos vampiros lo tuvieran todo planeado, como si supieran por adelantado cuales serían las acciones de Damaru en cuanto este fuera a actuar.
Aquella voz, aquel ser que Nokku había derrotado hacía tiempo, su oscuridad empezaba a latir en lo más profundo de su ser, adviertiendole de nuevo. Eso, o simplemente quería salir para divertirse, y eso era algo que no iba a permitir, ni de broma.
Una meta... si, tienes razón pequeña, haré todo lo que este en mis manos y más por y para nuestro futuro. Tengo tantas cosas en mente para ti...
Dejó la frase en el aire con una mirada entre perdida y divertida mientras mantenía una sonrisa todavía un tanto apagada. La cicatriz le dolió un poco más. Al parecer no había sido un corte con un simple filo, no, Jack se lo había hecho con algo más, ese enorme corte en su pecho lo había provocado un único ataque que atravesó todas y cada una de las defensas del presidente y aunque ya hubiese sanada era como si la esencia latente del muchacho que se la había hecho siguiera latente en la rosada cicatriz que atravesaba el pectoral y parte del torso de Nokku. En parte era culpa de Nok, por pensar que podría parar ese golpe sin problemas como había hecho con otros. En fin, no valía la pena pensar más en ello, su misión en el extranjero había dado sus frutos, tal y como el esperaba.
Bailas muy bien ¿Has estado practicando?
Dijo divertido mientras volvía a sonreirla a la vez que giraban el uno sobre el otro.
El pianista se levanto, dejando de tocar esa pomposa melodía y se fue, ocultándose tras una puerta. Ese tio era muy sospechoso. Esa actitud, esa seguridad en sus movimientos, y más importante, esa mirada que le dirigió a Nokku. No se trataba de una mirada de curiosidad, era como si aquel tipo mirase al presidente desde una posición demasiado alta como para considerarlo un igual, como si Damaru no fuera más que un peón en un juego suyo, y eso no pudo pasarlo por alto.
Tenía que proteger a Fraiah de cualquier cosa que esos idiotas estuvieran planeando hacer, fuera lo que fuese: Nokku los detendría como siempre ¿O no? Esa frialdad, tenacidad y fiereza típicas de el ya habían conseguido ayudar a solucionar problemas grabes en otras fiestas ¿Porque iba a ser diferente en esta? Sin embargo, Nokku sentía como si todo estuviera demasiado tranquilo, como si aquellos vampiros lo tuvieran todo planeado, como si supieran por adelantado cuales serían las acciones de Damaru en cuanto este fuera a actuar.
Aquella voz, aquel ser que Nokku había derrotado hacía tiempo, su oscuridad empezaba a latir en lo más profundo de su ser, adviertiendole de nuevo. Eso, o simplemente quería salir para divertirse, y eso era algo que no iba a permitir, ni de broma.
Una meta... si, tienes razón pequeña, haré todo lo que este en mis manos y más por y para nuestro futuro. Tengo tantas cosas en mente para ti...
Dejó la frase en el aire con una mirada entre perdida y divertida mientras mantenía una sonrisa todavía un tanto apagada. La cicatriz le dolió un poco más. Al parecer no había sido un corte con un simple filo, no, Jack se lo había hecho con algo más, ese enorme corte en su pecho lo había provocado un único ataque que atravesó todas y cada una de las defensas del presidente y aunque ya hubiese sanada era como si la esencia latente del muchacho que se la había hecho siguiera latente en la rosada cicatriz que atravesaba el pectoral y parte del torso de Nokku. En parte era culpa de Nok, por pensar que podría parar ese golpe sin problemas como había hecho con otros. En fin, no valía la pena pensar más en ello, su misión en el extranjero había dado sus frutos, tal y como el esperaba.
Bailas muy bien ¿Has estado practicando?
Dijo divertido mientras volvía a sonreirla a la vez que giraban el uno sobre el otro.
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Re: Salón de baile
por Fraiah B. Eslin Sáb Ago 31, 2013 9:13 am
En cuanto el pianista se levantó, Fraiah miró hacia el escenario. El grupo de músicos continuaba tocando. La chica sonrió suavemente. Nada podía salir mal esta noche. Todo era demasiado perfecto. Fraiah se sentía, una vez en su vida, segura junto a la persona que ama. ¿Por qué habría de pensar tan negativamente? Ahora tenía muchos motivos más para vivir y dar lo mejor de sí. Al escuchar las palabras de Nokku, lo miró a los ojos sonriendo con calidez. Apretó suavemente su mano mientras bailaban.
- Yo también tengo planes para ti. Empezando porque limpies la casa y arregles el jardín. No he podido con todo en tu ausencia, y hay cosas que prefiero no tocar -rodó los ojos, haciendo alusión a toda la ropa interior que dejó sucia arrojada por el suelo y otros sitios recónditos de la casa. Sin poder evitarlo, se echó a reir con ganas. Con solo su presencia, lograba que ella se sintiera como en su hogar, aunque se encontraba en el pueblo más terrorífico y atroz sobre la faz de la tierra.
Continuaron danzando y ella dio un giro sobre sí misma. Volvió a quedar frente a Nokk y sus labios quedaron muy cerca de los suyos, aunque ella era mucho más baja que él. Sonrió ante el acercamiento y el brillo de la sonrisa de él. Ladeó suavemente la cabeza ante su comentario.
- La verdad es que no. Puedes confirmar eso si viste cuando casi cometo el papelón de mi vida tropezando con ese muchacho -dijo entre risa y resignación. Negó con la cabeza y luego lo observó otra vez-. Por cierto, ¿sabías que él era Evan? No pude reconocerlo en el momento adecuado, pero sí luego... Me pregunto qué haría aquí. No parecía el ser sanguinario de siempre. El haberlo visto me recuerda que tengo promesas pendientes con Astrid. Me dije a mí misma que lo liberaría de ese monstruo... -arrastró las últimas palabras y miró a Nokku. Sacudió la cabeza-. Lo siento, me dejé llevar por mis pensamientos y también me prometí que esta sería una noche sin preocupaciones. No lo estoy cumpliendo -dijo, reprochándoselo a sí misma, y luego sonrió, estrechando sus brazos alrededor de su cuello y acercándose. Cerró los ojos y acercó su rostro al suyo, rozando sus narices-. No sabes cuánto esperé por este momento -susurró, deseando que él no se alejara nunca de ella. Quería vivir con él, pensar por fin en un futuro amable para ambos. Sus ojos, antaño violáceos, se volvieron de un ligero color rojizo, y se perdieron entre los iris oscuros de él, simplemente albergando cada segundo más sueños y promesas.
- Yo también tengo planes para ti. Empezando porque limpies la casa y arregles el jardín. No he podido con todo en tu ausencia, y hay cosas que prefiero no tocar -rodó los ojos, haciendo alusión a toda la ropa interior que dejó sucia arrojada por el suelo y otros sitios recónditos de la casa. Sin poder evitarlo, se echó a reir con ganas. Con solo su presencia, lograba que ella se sintiera como en su hogar, aunque se encontraba en el pueblo más terrorífico y atroz sobre la faz de la tierra.
Continuaron danzando y ella dio un giro sobre sí misma. Volvió a quedar frente a Nokk y sus labios quedaron muy cerca de los suyos, aunque ella era mucho más baja que él. Sonrió ante el acercamiento y el brillo de la sonrisa de él. Ladeó suavemente la cabeza ante su comentario.
- La verdad es que no. Puedes confirmar eso si viste cuando casi cometo el papelón de mi vida tropezando con ese muchacho -dijo entre risa y resignación. Negó con la cabeza y luego lo observó otra vez-. Por cierto, ¿sabías que él era Evan? No pude reconocerlo en el momento adecuado, pero sí luego... Me pregunto qué haría aquí. No parecía el ser sanguinario de siempre. El haberlo visto me recuerda que tengo promesas pendientes con Astrid. Me dije a mí misma que lo liberaría de ese monstruo... -arrastró las últimas palabras y miró a Nokku. Sacudió la cabeza-. Lo siento, me dejé llevar por mis pensamientos y también me prometí que esta sería una noche sin preocupaciones. No lo estoy cumpliendo -dijo, reprochándoselo a sí misma, y luego sonrió, estrechando sus brazos alrededor de su cuello y acercándose. Cerró los ojos y acercó su rostro al suyo, rozando sus narices-. No sabes cuánto esperé por este momento -susurró, deseando que él no se alejara nunca de ella. Quería vivir con él, pensar por fin en un futuro amable para ambos. Sus ojos, antaño violáceos, se volvieron de un ligero color rojizo, y se perdieron entre los iris oscuros de él, simplemente albergando cada segundo más sueños y promesas.
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Re: Salón de baile
por Nathan Hawthorne Sáb Ago 31, 2013 9:28 am
Las luces parpadearon. La orquesta comenzó a tocar una nueva melodía, con un pequeño coro de mujeres tras de sí: ~♫~
Pronto comenzaría una nueva sorpresa para los invitados, por lo tanto los mismos hombres enmascarados en blanco y negro de hace un rato, salieron a danzar nuevamente, con el fin de hacer entrar toda la gente que se encontraba afuera al salón. El pianista no había regresado, pero los músicos continuaban con su labor musical. Las luces, brillantes y parpadeantes, iluminaban cada sitio recóndito de la sala.
Pronto comenzaría una nueva sorpresa para los invitados, por lo tanto los mismos hombres enmascarados en blanco y negro de hace un rato, salieron a danzar nuevamente, con el fin de hacer entrar toda la gente que se encontraba afuera al salón. El pianista no había regresado, pero los músicos continuaban con su labor musical. Las luces, brillantes y parpadeantes, iluminaban cada sitio recóndito de la sala.
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Re: Salón de baile
por Chlóe Crosszeria Sáb Ago 31, 2013 9:37 am
Había ingresado en el salón luego de aquel encuentro con ese vampiro demente. Varios escalofríos recorrían el cuerpo de Chlóe, pero creía que podía tranquilizarse. Miró a su alrededor y no observó ningún rastro de la presencia de aquella niña fantasmal. Aún se preguntaba quién era y por qué había aparecido allí. Sus palabras retumbaban en su mente: "Mira lo que me ha hecho".
La chica cerró los ojos y sacudió la cabeza. Basta. No podía seguir pensando. Ya habían colapsado sus emociones un momento antes y ahora lo único que quería era encontrar la serenidad. Unos hombres enmascarados que parecían bufones estaban anunciando por todas partes que habría una sorpresa para los invitados. Se preguntaba qué sería.
Chlóe se acercó a una mesa y elevó una copa de vino. Probó un poco e hizo una mueca de agrado. No estaba mal. Nada mejor que un poco de bebida para calmar sus impulsos. No estaba demasiado acostumbrada a beber, pero sabía que esa copa no le afectaría. Era una joven con un metabolismo bastante resistente. Sonrió para sí y bebió otro poco, intentando quitar de sus pensamientos lo sucedido en la terraza.
La chica cerró los ojos y sacudió la cabeza. Basta. No podía seguir pensando. Ya habían colapsado sus emociones un momento antes y ahora lo único que quería era encontrar la serenidad. Unos hombres enmascarados que parecían bufones estaban anunciando por todas partes que habría una sorpresa para los invitados. Se preguntaba qué sería.
Chlóe se acercó a una mesa y elevó una copa de vino. Probó un poco e hizo una mueca de agrado. No estaba mal. Nada mejor que un poco de bebida para calmar sus impulsos. No estaba demasiado acostumbrada a beber, pero sabía que esa copa no le afectaría. Era una joven con un metabolismo bastante resistente. Sonrió para sí y bebió otro poco, intentando quitar de sus pensamientos lo sucedido en la terraza.
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Re: Salón de baile
por Nokku Damaru Sáb Ago 31, 2013 11:32 am
Bailaba, se reía y no cabía en su gozo, aquel chico por primera vez en mucho tiempo estaba disfrutando como era debido. Después de decir aquellas palabras Fraiah se acercó aun más a Nokku. El chico sentía la respiración de su pareja, sus ojos eran como dos grandes lunas y su nariz rozaba la de el. En solo unos instantes el presidente de la asociación se ruborizó enormemente bajo su máscara. Sus manos temblaban ligeramente y su sonrisa se volvió algo nerviosa. Definitivamente, independientemente de todas las experiencias había tenido Nokku Fraiah era capaz de acabar con todas sus resistencias, se sentía como un niño pequeño con ella.
Yo...
Su pulso se aceleraba a cada segundo que pasaba, no sabía que decir, ni que hacer, no tenía ni idea de como reaccionar. Ella simplemente estaba tan cerca que le paralizaba. Si su simple aroma había sido suficiente para detener a esa bestia de cabellos azulados justo antes de una batalla solo habría que imaginarse lo que esa cercanía podía causar en su interior. Era como si todo a su alrededor fuera demasiado rápido y demasiado lento a la vez. Su corazón latía como si quisiera escaparse de su pecho y sin embargo su cerebro reaccionaba con una torpeza dignas de mención.
Las manos de ella rodeando su cuello lo adormecían como la canción de cuna de una madre y el contacto de su rostro lo impactaba como una gran bofetada en toda la mejilla. Nokku sonrió para sus adentros, se había dado cuenta del efecto que tenía Fraiah sobre el y eso le hizo gracia, no importa lo poderoso que pudiera llegar a ser, ella siempre podría hacerle sentir como el ser más indefenso de todos.
No había nada que Nokku pudiera decir en ese momento, estaba demasiado confuso y estar confuso era una de las cosas que más odiaba en el mundo, no podía actuar como el quería cuando le confundían. Durante los momentos en los que se encontraba cerca de esa mujer dejaba de ser dueño de sus acciones, no podía evitarlo, su instinto lo invadía por completo, ofuscando cualquier pensamiento racional que el presidente pudiera tener. En realidad eso era más peligroso, era como dejar que Damaru se convirtiera en una gran y peluda bestia que defendería a su chica de cualquiera que se la acercase, porque a pesar de encontrarse tan distraído con cada detalle del cuerpo de Fraiah estaba más que seguro que si alguien osaba interrumpirlos le arrancaría la cabeza de un manotazo si no de un bocado. Así era el, y no podía evitarlo. Se había criado en cierta forma como un animal salvaje y ese era el resultado.
Yo...
Ya no podía aguantarlo más, cuanto más intentaba resistirse el a sus impulsos más sentía que se estaba volviendo loco. Las manos de Nokku dejaron de temblar por unos momentos, una infinita seguridad lo invadió como por arte de magia. La pareja había dejado de bailar, estaban quietos mirándose el uno al otro mientras su respiración se aceleraba y su temperatura corporal se elevaba a velocidad vertiginosa.
Sus manos ascendieron hasta encontrarse con las mejillas de Fraiah, las cuales acarició con cuidado. Acto seguido giró la cabeza un poco hacia la derecha y se inclinó para depositar sus labios sobre los de ella.
Una descarga de electricidad recorrió toda su columna vertebral y cada uno de sus músculos. Se le puso la piel de gallina como si le hubieran pasado un cubito de hielo por la espalda y sintió como todo en su interior se volvía loco. Ya no sabía si su corazón se había parado o iba tan rápido que podría estallar, su cabeza no era capaz de profesar nada, sus ojos no veían, pues el los había cerrado, su olfato no percibía más que el olor de su pelo y sus sentidos del tacto solo le aseguraban de que los labios de aquellos dos seres se habían fusionado bajo aquella melodía que poco a poco se apagaba, como el resto del mundo a su alrededor.
Yo...
Su pulso se aceleraba a cada segundo que pasaba, no sabía que decir, ni que hacer, no tenía ni idea de como reaccionar. Ella simplemente estaba tan cerca que le paralizaba. Si su simple aroma había sido suficiente para detener a esa bestia de cabellos azulados justo antes de una batalla solo habría que imaginarse lo que esa cercanía podía causar en su interior. Era como si todo a su alrededor fuera demasiado rápido y demasiado lento a la vez. Su corazón latía como si quisiera escaparse de su pecho y sin embargo su cerebro reaccionaba con una torpeza dignas de mención.
Las manos de ella rodeando su cuello lo adormecían como la canción de cuna de una madre y el contacto de su rostro lo impactaba como una gran bofetada en toda la mejilla. Nokku sonrió para sus adentros, se había dado cuenta del efecto que tenía Fraiah sobre el y eso le hizo gracia, no importa lo poderoso que pudiera llegar a ser, ella siempre podría hacerle sentir como el ser más indefenso de todos.
No había nada que Nokku pudiera decir en ese momento, estaba demasiado confuso y estar confuso era una de las cosas que más odiaba en el mundo, no podía actuar como el quería cuando le confundían. Durante los momentos en los que se encontraba cerca de esa mujer dejaba de ser dueño de sus acciones, no podía evitarlo, su instinto lo invadía por completo, ofuscando cualquier pensamiento racional que el presidente pudiera tener. En realidad eso era más peligroso, era como dejar que Damaru se convirtiera en una gran y peluda bestia que defendería a su chica de cualquiera que se la acercase, porque a pesar de encontrarse tan distraído con cada detalle del cuerpo de Fraiah estaba más que seguro que si alguien osaba interrumpirlos le arrancaría la cabeza de un manotazo si no de un bocado. Así era el, y no podía evitarlo. Se había criado en cierta forma como un animal salvaje y ese era el resultado.
Yo...
Ya no podía aguantarlo más, cuanto más intentaba resistirse el a sus impulsos más sentía que se estaba volviendo loco. Las manos de Nokku dejaron de temblar por unos momentos, una infinita seguridad lo invadió como por arte de magia. La pareja había dejado de bailar, estaban quietos mirándose el uno al otro mientras su respiración se aceleraba y su temperatura corporal se elevaba a velocidad vertiginosa.
Sus manos ascendieron hasta encontrarse con las mejillas de Fraiah, las cuales acarició con cuidado. Acto seguido giró la cabeza un poco hacia la derecha y se inclinó para depositar sus labios sobre los de ella.
Una descarga de electricidad recorrió toda su columna vertebral y cada uno de sus músculos. Se le puso la piel de gallina como si le hubieran pasado un cubito de hielo por la espalda y sintió como todo en su interior se volvía loco. Ya no sabía si su corazón se había parado o iba tan rápido que podría estallar, su cabeza no era capaz de profesar nada, sus ojos no veían, pues el los había cerrado, su olfato no percibía más que el olor de su pelo y sus sentidos del tacto solo le aseguraban de que los labios de aquellos dos seres se habían fusionado bajo aquella melodía que poco a poco se apagaba, como el resto del mundo a su alrededor.
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Re: Salón de baile
por Nathan Hawthorne Dom Sep 01, 2013 5:34 pm
Las luces aún parpadeaban al compás de la música pero, de repente, la melodía vigente se quebrantó por otra. Lenta y solitaria; triste y extrañamente lejana. La nueva canción comenzó a invadir el espacio, con una voz masculina pronunciando cada verso: ~♫~
Las luces se apagaron completamente. Apenas podían los invitados ver lo que sucedía a su alrededor. La luz de la luna, que ya se encontraba alta en el cielo, invadía lentamente el lugar con su tenue resplandor. El pianista, que ya no era aquel muchacho joven y de aspecto inofensivo, ingresó nuevamente en la sala. Acompañándolo, se encontraban otros cuatro hombres. El vampiro murmuró unas palabras y dio unas órdenes. Su apariencia ya no era tan pacífica. A decir verdad, no lo era en absoluto.
En cuestión de segundos, los vampiros que lo acompañaban se dispersaron. En sus manos aparecieron arcos y, en cada flecha lista para disparar, había veneno en su extremo, listo para invadir cada cuerpo que encontrase. Vladimir D'Shaitis estaba a punto de realizar su próximo movimiento. Las flechas se dispararon en dirección a varios de los presentes. Una se dirigió hacia una cazadora, Chlóe Crosszeria. Otras dos, hacia otros dos cazadores: Kai Olivier y Yagari Touga. Primero, había que dejarlos fuera de juego. Además, ellos tenían cosas que al vampiro soberbio le interesaban. Giró su cuerpo hacia la entrada, justo cuando vio ingresar a Yuuki Kuran junto a aquel híbrido de cazador y vampiro, Zero Kiryuu. Sonrió de lado y envió una orden: también los quería a ellos para sus ambiciones. Las flechas salieron, entonces, en la dirección de ambos, con objetivo de incrustarse en lo más profundo de sus cuerpos, llenándolos de aquell veneno, al igual que a los demás, y poder anular sus sentidos lentamente hasta que no pudieran moverse. No por nada Vladimir era un excelente científico. Había muchas cosas que le interesaba saber acerca de estos seres. Se volteó y clavó sus ojos en el Presidente de la Asociación, Nokku Damaru. Ese era un espécimen interesante, más aún por la nueva información acerca de él que había llegado a sus oídos, pero no podía obtenerlo así como así. Primero, lo dejaría solo, y que observase lentamente como uno a uno sus seres queridos caían en un profundo sueño y desaparecían de su vista. Al fin y al cabo, él había matado a uno de sus hijos hace un tiempo, ¿no? Entonces, ¿por qué no devolverle el favor? Entre sus brazos, llevaba a una joven que claramente podría contribuir a sus experimentos también. ¿Cómo demonios había vuelto humano a un vampiro? Vladimir no lo dudó ni dos segundos. Chasqueó los dedos y el arco de uno de sus súbditos se tensó. Una flecha ponzoñosa fue en dirección a Fraiah B. Eslin. Lentamente, aquel pueblo sería suyo. Lentamente, todo lo conquistaría y crearía la legión más poderosa de vampiros que pudieron pisar la faz de la tierra alguna vez.
No había salida. Todas las puertas estaban cerradas. Ya nadie podía salir del interior. Esto sería una auténtica lluvia de sangre para ellos y de gloria para él. Los humanos presentes no eran capaces de ver nada en aquella oscuridad, pero pronto verían otra clase de oscuridad: la mismísima esencia de la Muerte. ¿Para qué quería él seres tan débiles? Los asesinaría allí mismo. Solo era cuestión de segundos..
Las luces se apagaron completamente. Apenas podían los invitados ver lo que sucedía a su alrededor. La luz de la luna, que ya se encontraba alta en el cielo, invadía lentamente el lugar con su tenue resplandor. El pianista, que ya no era aquel muchacho joven y de aspecto inofensivo, ingresó nuevamente en la sala. Acompañándolo, se encontraban otros cuatro hombres. El vampiro murmuró unas palabras y dio unas órdenes. Su apariencia ya no era tan pacífica. A decir verdad, no lo era en absoluto.
En cuestión de segundos, los vampiros que lo acompañaban se dispersaron. En sus manos aparecieron arcos y, en cada flecha lista para disparar, había veneno en su extremo, listo para invadir cada cuerpo que encontrase. Vladimir D'Shaitis estaba a punto de realizar su próximo movimiento. Las flechas se dispararon en dirección a varios de los presentes. Una se dirigió hacia una cazadora, Chlóe Crosszeria. Otras dos, hacia otros dos cazadores: Kai Olivier y Yagari Touga. Primero, había que dejarlos fuera de juego. Además, ellos tenían cosas que al vampiro soberbio le interesaban. Giró su cuerpo hacia la entrada, justo cuando vio ingresar a Yuuki Kuran junto a aquel híbrido de cazador y vampiro, Zero Kiryuu. Sonrió de lado y envió una orden: también los quería a ellos para sus ambiciones. Las flechas salieron, entonces, en la dirección de ambos, con objetivo de incrustarse en lo más profundo de sus cuerpos, llenándolos de aquell veneno, al igual que a los demás, y poder anular sus sentidos lentamente hasta que no pudieran moverse. No por nada Vladimir era un excelente científico. Había muchas cosas que le interesaba saber acerca de estos seres. Se volteó y clavó sus ojos en el Presidente de la Asociación, Nokku Damaru. Ese era un espécimen interesante, más aún por la nueva información acerca de él que había llegado a sus oídos, pero no podía obtenerlo así como así. Primero, lo dejaría solo, y que observase lentamente como uno a uno sus seres queridos caían en un profundo sueño y desaparecían de su vista. Al fin y al cabo, él había matado a uno de sus hijos hace un tiempo, ¿no? Entonces, ¿por qué no devolverle el favor? Entre sus brazos, llevaba a una joven que claramente podría contribuir a sus experimentos también. ¿Cómo demonios había vuelto humano a un vampiro? Vladimir no lo dudó ni dos segundos. Chasqueó los dedos y el arco de uno de sus súbditos se tensó. Una flecha ponzoñosa fue en dirección a Fraiah B. Eslin. Lentamente, aquel pueblo sería suyo. Lentamente, todo lo conquistaría y crearía la legión más poderosa de vampiros que pudieron pisar la faz de la tierra alguna vez.
No había salida. Todas las puertas estaban cerradas. Ya nadie podía salir del interior. Esto sería una auténtica lluvia de sangre para ellos y de gloria para él. Los humanos presentes no eran capaces de ver nada en aquella oscuridad, pero pronto verían otra clase de oscuridad: la mismísima esencia de la Muerte. ¿Para qué quería él seres tan débiles? Los asesinaría allí mismo. Solo era cuestión de segundos..
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Re: Salón de baile
por Fraiah B. Eslin Dom Sep 01, 2013 5:53 pm
Nokku no era capaz de completar una frase. Todos sus intentos comenzaban y acababan en aquel "yo" indeciso. Fraiah ladeó la cabeza, muy cerca de él, y clavó sus persuasivos ojos en sus pupilas. ¿Estaba nervioso? Ella, una joven tan tímida, ¿estaba logrando dejar al Jefe de los cazadores en tal estado? ¿Estaba dejando fuera de juego al pervertido de Nokku Damaru? Aún no podía creerlo, pero le daba mucha gracia la situación. Sin poder evitarlo, se echó a reir suavemente ante el ligero temblor de sus manos y el rubor de sus mejillas.
- ¿Qué ocurre, cazador? ¿Estás siendo cazado? -susurró rozando sus labios y, justo en ese momento, para su sorpresa, él la besó. Sus suaves y fuertes manos sujetaron su rostro y sus labios por fin se encontraron. Fraiah sonrió mientras aquel beso la recorría de pies a cabeza. La joven se aferró a él aún más. No quería separarse de él. Ahora, en su interior, millones de sueños crecían. Quería continuar junto a él, hasta el fin de sus días. Sin embargo, tales deseos no pueden ser concebidos por los Dioses. Ellos jamás permitirían que un ser humano alcanzase la máxima felicidad. Seres mortales jamás podían alcanzar tal dicha. Eso sería cometer lo que en griego se denomina Hybris, es decir, ofener a los dioses pretendiendo imitar su grandeza. Pero, ¿era tanto pecado conseguir, por un día, un poco de aquella felicidad absoluta?
Aquel beso adormecedor continuaba invadiendo cada espacio del alma y corazón de Fraiah. Sin embargo, en medio del ensimismamiento y la distracción, un fuerte dolor punzante se apoderó de abdomen, justo del lado izquierdo, atravesando sus costillas. Apenas interrumpió aquella muestra de amor. Se separó un poco de él y frunció el ceño levemente. Descendió una de sus manos y las llevó a su costado. Sintió la humedad de la sangre. Miró a Nokku a los ojos, sin separarse de él.
- Nokk... -susurró de un modo preocupante pero apenas audible, en modo de alerta. Algo estaba ocurriendo. Algo horrible y desagradable. Un adormecimiento amenazaba con adueñarse de su cuerpo. La chica flexionó las rodillas, pero luchaba por no caer. ¿Qué estaba ocurriendo? Sus manos se aflojaron y se vio obligada a soltar a Nokku. Cerró los ojos, pero los abrió al instante. No... Esta noche no podía terminar mal. Esto... Esto no podía ser real.
- ¿Qué ocurre, cazador? ¿Estás siendo cazado? -susurró rozando sus labios y, justo en ese momento, para su sorpresa, él la besó. Sus suaves y fuertes manos sujetaron su rostro y sus labios por fin se encontraron. Fraiah sonrió mientras aquel beso la recorría de pies a cabeza. La joven se aferró a él aún más. No quería separarse de él. Ahora, en su interior, millones de sueños crecían. Quería continuar junto a él, hasta el fin de sus días. Sin embargo, tales deseos no pueden ser concebidos por los Dioses. Ellos jamás permitirían que un ser humano alcanzase la máxima felicidad. Seres mortales jamás podían alcanzar tal dicha. Eso sería cometer lo que en griego se denomina Hybris, es decir, ofener a los dioses pretendiendo imitar su grandeza. Pero, ¿era tanto pecado conseguir, por un día, un poco de aquella felicidad absoluta?
Aquel beso adormecedor continuaba invadiendo cada espacio del alma y corazón de Fraiah. Sin embargo, en medio del ensimismamiento y la distracción, un fuerte dolor punzante se apoderó de abdomen, justo del lado izquierdo, atravesando sus costillas. Apenas interrumpió aquella muestra de amor. Se separó un poco de él y frunció el ceño levemente. Descendió una de sus manos y las llevó a su costado. Sintió la humedad de la sangre. Miró a Nokku a los ojos, sin separarse de él.
- Nokk... -susurró de un modo preocupante pero apenas audible, en modo de alerta. Algo estaba ocurriendo. Algo horrible y desagradable. Un adormecimiento amenazaba con adueñarse de su cuerpo. La chica flexionó las rodillas, pero luchaba por no caer. ¿Qué estaba ocurriendo? Sus manos se aflojaron y se vio obligada a soltar a Nokku. Cerró los ojos, pero los abrió al instante. No... Esta noche no podía terminar mal. Esto... Esto no podía ser real.
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Re: Salón de baile
por Chlóe Crosszeria Dom Sep 01, 2013 6:06 pm
Todo parecía demasiado tranquilo. Tanto, que ella debió percatarse de que aquello era malo. De un momento a otro, los gritos de terror se complementaron con aquella melodía en una perfecta combinación mortífera. Chlóe miró hacia todas partes. Estaba demasiado oscuro. Sin embargo, podía divisar a su lado al pequeño espíritu de la niña otra vez. Chlóe no había divisado aquella flecha envenenada, pero la niña sí. Se interpuso entre su cuerpo y el objeto punzante, y este cayó al suelo antes de tocar su cuerpo. Chlóe, impresionada y confundida, se escabulló entre las mesas y se escondió debajo de una de ellas. ¿Qué estaba ocurriendo? Pero fuera lo que fuese, debía actuar y rápido. Había muchas vidas allí dentro. ¿Otra vez una fiesta acabaría en una masacre? No podía permitirlo.
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Re: Salón de baile
por Nokku Damaru Dom Sep 01, 2013 6:55 pm
El beso era demasiado placentero para ser real, el contacto con la piel de Fraiah lo transportaba a un mundo donde los problemas no existían. Pasó como una eternidad hasta que ella se separó, pero algo pasaba. La luz se había atenuado y Fraiah estaba frunciendo el ceño como disgustada. De repente se llevó una mano al abdomen y pronunció debilmente su nombre. El olor de la sangre invadió el lugar. Sangre. Sangre inocente que se derramaba poco a poco. La cara de Nokku comenzó a tomar un tono pálido antes de que sus sentidos le advirtieran de nuevo del peligro. Gruño con ira infinita. Damaru se giró con asombrosa velocidad y atrapó esa flecha que se dirigía hacia el. Apretó un poco los músculos de su brazo y partió en dos aquella saeta, tirándola al suelo. Se disponía a lanzarse a por los vampiros que estaban realizando tan terrible acto cuando se detuvo a si mismo. Fraiah. Nokku se arrodilló rápidamente a su lado y la sujetó. Unas lágrimas empezaron a surcar su rostro mientras negaba fuertemente.
¡¡Fraiah!!
Exclamó en un inútil intento de que ella respondiera, pues se estaba desmayando irremediablemente. Sus lágrimas comenzaron a empañar su vista mientras sus temblorosas manos se deslizaban hasta la flecha que se había clavado en el cuerpo de su amada. No había sido una herida demasiado profunda, la única explicación para su repentino desfallecimiento era el veneno. Esos bastardos habían envenenado aquellos pequeños y mortíferos proyectiles.
Mientras decenas de flechas más silbaban a su alrededor, sesgando a los humanos, Nokku solo se concentraba en aquella chica. Le sacó con un movimiento rápido la punta de la flecha con un gruñido que le dolió a el más que a ella por tener que hacerle eso. Tiró la flecha todo lo lejos que pudo y esta se estrelló contra el suelo, rodando y llenando el suelo con diminutas gotas de la sangre de Fraiah.
Los iris de Nokku estaban empezando a brillar, no podía contener su poder, se empezaba a descontrolar, una bestia, furiosa e incontrolable estaba rugiendo dentro de el con el poder de diez soles, intentando romper con rabia las cadenas con las que Nokku la había sujetado.
Rasgó un cacho del vestido de Fraiah, ya que la ropa de el era de cuero y vendó rápidamente la herida, acto seguido tomó su pulso. Seguía viva, pero estaba profundamente dormida.
Entre todo ese caos que se estaba formando Nokku sonrió aliviado y con un gesto paternal le quitó su mascara a la chica, quería ver su cara, algo en su interior le decía que tenía que observar esa preciosidad por lo menos una vez más. Ella realmente se veía tan tranquila mientras dormía. La cara de Nokku, con los ojos llorosos adquirió el aspecto de alguien que se alegra por ver su objetivo cumplido después de haber dado prácticamente su vida. Alargó su mano y acarició uno de los cabellos de la joven mientras un humano caía a su lado. Todo estaba pasando como a cámara lenta para Nokku, otra vez, la bestia que Fraiah había logrado encerrar, salvando la vida del presidente, estaba ahora despertándose para, irónicamente, defender a aquella persona que la había encarcelado.
Nokku tomó el cuerpo de Fraiah entre sus manos y con pasos lentos pero decididos comenzó a caminar hacia uno de los sofás que había distribuidos por todo el lugar. Esquivo un par de flechas que venían hacia el moviéndose ligeramente hacia un lado y hacia otro sin prestarlas atención. Su capa empezaba a ondear detrás de el como si de un demonio, o de un ángel, se tratase, como un misterioso ser que camina entre un mar de dolor, portando con él a la única persona que le importa.
Depositó a Fraiah gentilmente sobre uno de esos muebles, sonrió y finalmente volvió a acariciar su cara.
No dejaré que nada te pase pequeña...lo juro
Susurró mientras empezaba a darse la vuelta. Su expresión empezó a tornarse agresiva y enfadada conforme le daba la espalda a Fraiah. El sello que mantenía todo su poder encerrado empezó a romperse. Eso realmente se pondría peligroso para todos, incluso para Nokku si liberaba todo eso de golpe.
El presidente rápidamente adoptó su papel de jefe y comenzó a dar ordenes a los miembros de la organización, que, aunque no supiera donde estaban sabía perfectamente estaban ahí, en algún lado, preparándose para pelear.
¡Atención! ¡A todos los miembros de la Asociación, comenzar a evacuar a la gente, encontrar una manera de salir de aquí! ¡Es una orden!
Rugió entre todo ese alboroto por encima del ruido de la gente para asegurarse de que todos le oían, sabía que "padre" podría haber ideado algo para que no pudiese salir nadie del recinto, pero estaba seguro de que si ese era el caso sus chicos sabrían encontrar la manera de salvar al máximo de presentes posibles.
Poco a poco los pensamientos de Nokku volvían a tener importancia. "Esta bien, solo cálmate, recuerda tu entrenamiento, si lo liberas tu cuerpo no lo soportará" Se dijo a si mismo, pero el dolor en su pecho era tan grande y su ira tan abrasadora que le era casi imposible frenarse a si mismo. Apretó los puños y rechino los dientes hasta hacerse daño. Había jurado matar a ese bastardo, y ese era el momento de cobrarse su venganza por todo el dolor que ese vampiro había causado.
Esta vez la expresión de Nokku comenzó a volverse fría de nuevo, pero bajo esa refrenada frialdad se podía observar perfectamente una sed de sangre demencial y totalmente incontrolable. Con un movimiento casi imperceptible Nokku desenfundó su espada, produciendo un ruido metálico muy molesto. Cerró los ojos, tomó aire con fuerza. Uno, dos, tres. Expiró. Abrió los ojos repentinamente y desapareció para cualquier ojo no entrenado. El frió filo de su espada ni siquiera se manchó de sangre cuando la cabeza del vampiro que había disparado la flecha a Fraiah rodó por el suelo. No era difícil adivinar cual de todos esos vampiros había sido pues su olor les delataba, y la flecha apestaba a ese decapitado trozo de carne inútil.
Damaru apoyó la planta de su pié en el inerte cuerpo del vampiro y lo empujó para que se cayera al suelo, recibiendo un golpe seco y ruidoso antes de deshacerse en cenizas.
En unos instantes todo el lugar se agitó por un fuerte viento que surgió del cuerpo de Nokku cuando este volvió a desaparecer, volviendo a aparecer a diez metros del pianista. Los cuerpos del resto de los vampiros caían desmembrados al suelo al mismo tiempo que Nokku dirigía una gélida mirada llena de odio y rencor hacia aquel individuo. No había palabras que pudieran expresar sus emociones y sentimientos así que no le dijo nada a aquel tipo, su mirada lo decía todo. Su mirada gritaba a los cuatro vientos " Te destruiré por todo lo que has hecho".
Nunca le perdonaría lo que le había hecho a Fraiah y a todos los inocentes que estaban siendo heridos si no, asesinados. Solo un poco más y Damaru estallaría, y eso era lo último que quería.
Decenas de imágenes de Fraiah comenzaban a cruzar su mente fugazmente. Momentos de felicidad, mementos de tristeza. Ella siempre estuvo ahí. Y el estaba dispuesto a dar todo por ella, absolutamente todo, pues el la pertenecía.
¡¡Fraiah!!
Exclamó en un inútil intento de que ella respondiera, pues se estaba desmayando irremediablemente. Sus lágrimas comenzaron a empañar su vista mientras sus temblorosas manos se deslizaban hasta la flecha que se había clavado en el cuerpo de su amada. No había sido una herida demasiado profunda, la única explicación para su repentino desfallecimiento era el veneno. Esos bastardos habían envenenado aquellos pequeños y mortíferos proyectiles.
Mientras decenas de flechas más silbaban a su alrededor, sesgando a los humanos, Nokku solo se concentraba en aquella chica. Le sacó con un movimiento rápido la punta de la flecha con un gruñido que le dolió a el más que a ella por tener que hacerle eso. Tiró la flecha todo lo lejos que pudo y esta se estrelló contra el suelo, rodando y llenando el suelo con diminutas gotas de la sangre de Fraiah.
Los iris de Nokku estaban empezando a brillar, no podía contener su poder, se empezaba a descontrolar, una bestia, furiosa e incontrolable estaba rugiendo dentro de el con el poder de diez soles, intentando romper con rabia las cadenas con las que Nokku la había sujetado.
Rasgó un cacho del vestido de Fraiah, ya que la ropa de el era de cuero y vendó rápidamente la herida, acto seguido tomó su pulso. Seguía viva, pero estaba profundamente dormida.
Entre todo ese caos que se estaba formando Nokku sonrió aliviado y con un gesto paternal le quitó su mascara a la chica, quería ver su cara, algo en su interior le decía que tenía que observar esa preciosidad por lo menos una vez más. Ella realmente se veía tan tranquila mientras dormía. La cara de Nokku, con los ojos llorosos adquirió el aspecto de alguien que se alegra por ver su objetivo cumplido después de haber dado prácticamente su vida. Alargó su mano y acarició uno de los cabellos de la joven mientras un humano caía a su lado. Todo estaba pasando como a cámara lenta para Nokku, otra vez, la bestia que Fraiah había logrado encerrar, salvando la vida del presidente, estaba ahora despertándose para, irónicamente, defender a aquella persona que la había encarcelado.
Nokku tomó el cuerpo de Fraiah entre sus manos y con pasos lentos pero decididos comenzó a caminar hacia uno de los sofás que había distribuidos por todo el lugar. Esquivo un par de flechas que venían hacia el moviéndose ligeramente hacia un lado y hacia otro sin prestarlas atención. Su capa empezaba a ondear detrás de el como si de un demonio, o de un ángel, se tratase, como un misterioso ser que camina entre un mar de dolor, portando con él a la única persona que le importa.
Depositó a Fraiah gentilmente sobre uno de esos muebles, sonrió y finalmente volvió a acariciar su cara.
No dejaré que nada te pase pequeña...lo juro
Susurró mientras empezaba a darse la vuelta. Su expresión empezó a tornarse agresiva y enfadada conforme le daba la espalda a Fraiah. El sello que mantenía todo su poder encerrado empezó a romperse. Eso realmente se pondría peligroso para todos, incluso para Nokku si liberaba todo eso de golpe.
El presidente rápidamente adoptó su papel de jefe y comenzó a dar ordenes a los miembros de la organización, que, aunque no supiera donde estaban sabía perfectamente estaban ahí, en algún lado, preparándose para pelear.
¡Atención! ¡A todos los miembros de la Asociación, comenzar a evacuar a la gente, encontrar una manera de salir de aquí! ¡Es una orden!
Rugió entre todo ese alboroto por encima del ruido de la gente para asegurarse de que todos le oían, sabía que "padre" podría haber ideado algo para que no pudiese salir nadie del recinto, pero estaba seguro de que si ese era el caso sus chicos sabrían encontrar la manera de salvar al máximo de presentes posibles.
Poco a poco los pensamientos de Nokku volvían a tener importancia. "Esta bien, solo cálmate, recuerda tu entrenamiento, si lo liberas tu cuerpo no lo soportará" Se dijo a si mismo, pero el dolor en su pecho era tan grande y su ira tan abrasadora que le era casi imposible frenarse a si mismo. Apretó los puños y rechino los dientes hasta hacerse daño. Había jurado matar a ese bastardo, y ese era el momento de cobrarse su venganza por todo el dolor que ese vampiro había causado.
Esta vez la expresión de Nokku comenzó a volverse fría de nuevo, pero bajo esa refrenada frialdad se podía observar perfectamente una sed de sangre demencial y totalmente incontrolable. Con un movimiento casi imperceptible Nokku desenfundó su espada, produciendo un ruido metálico muy molesto. Cerró los ojos, tomó aire con fuerza. Uno, dos, tres. Expiró. Abrió los ojos repentinamente y desapareció para cualquier ojo no entrenado. El frió filo de su espada ni siquiera se manchó de sangre cuando la cabeza del vampiro que había disparado la flecha a Fraiah rodó por el suelo. No era difícil adivinar cual de todos esos vampiros había sido pues su olor les delataba, y la flecha apestaba a ese decapitado trozo de carne inútil.
Damaru apoyó la planta de su pié en el inerte cuerpo del vampiro y lo empujó para que se cayera al suelo, recibiendo un golpe seco y ruidoso antes de deshacerse en cenizas.
En unos instantes todo el lugar se agitó por un fuerte viento que surgió del cuerpo de Nokku cuando este volvió a desaparecer, volviendo a aparecer a diez metros del pianista. Los cuerpos del resto de los vampiros caían desmembrados al suelo al mismo tiempo que Nokku dirigía una gélida mirada llena de odio y rencor hacia aquel individuo. No había palabras que pudieran expresar sus emociones y sentimientos así que no le dijo nada a aquel tipo, su mirada lo decía todo. Su mirada gritaba a los cuatro vientos " Te destruiré por todo lo que has hecho".
Nunca le perdonaría lo que le había hecho a Fraiah y a todos los inocentes que estaban siendo heridos si no, asesinados. Solo un poco más y Damaru estallaría, y eso era lo último que quería.
Decenas de imágenes de Fraiah comenzaban a cruzar su mente fugazmente. Momentos de felicidad, mementos de tristeza. Ella siempre estuvo ahí. Y el estaba dispuesto a dar todo por ella, absolutamente todo, pues el la pertenecía.
- Nokku Damaru
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Re: Salón de baile
por Ziel A. Carphatia Dom Sep 01, 2013 8:15 pm
- OFF:
- OOOOOOOH SÍ, NOKKU DAMARU SE HA CONVERTIDO EN UN
POWER RANGERSUPER SAIYAN DE NIVEL 4. ¡ONDA VITAL PARA TODOS!
.Lo siento, muy bonito el post Nokk, pero TQD xDDDDDDDDDDDDDD *desaparece fugazmente*
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Re: Salón de baile
por Yagari Touga Dom Sep 01, 2013 8:27 pm
Los signos de advertencia se habían alineado. Yagari apagó el cigarro que acababa de encender. Una pena desperdiciarlo, la verdad, pero la luna, alta en el cielo sereno, advertía al cazador, que velaba por las vidas de los presentes cual lobo solitario.
Un objeto punzante se dirigió hacia él. Su mano, ágil y audaz, sujetó aquel artefacto en el aire. Dicen que cuando eres privado de alguno de tus sentidos, los otros se intensifican. Yagari había sido privado de uno de sus ojos, y he aquí el resultado. Era un cazador antiguo, veterano, pero era veloz y para nada incompetente. Lo que en verdad cuenta es la experiencia, y él tenía muchos años de ella.
- Bueno, se podría decir que ya estaba esperando un momento como este -murmuró, partiendo la flecha en dos y arrojándola al suelo. Con rapidez, se puso en marcha. Había logrado divisar un cabello rosado a la lejanía. Estaba seguro de quién era, pero no sabía si se encontraba en condiciones de dar batalla. Sabía que esa chica no trabajaba más en la Asociación, pero sería crucial que colaborara. Mientras más personas ayudaran, mejor.
Yagari comenzó a correr entre los humanos, sujetándolos y agrupándolos cerca de él. No permitiría que otro mortal pereciera bajo su protección, nunca más. Entre el revuelo, pudo oír la voz del Presidente. "Ya era hora", pensó. Sonrió de lado y se arrancó la máscara de un tirón. Aquel traje elegante no era muy cómodo para pelear, pero daría lo mejor de sí con más razón.
- ¡Ya lo oyeron, sabandijas! No saldrán vivos esta noche -rugió, cargando su escopeta y apuntando firmemente a los arqueros. Logró derribar a la mayoría de ellos. Tan solo quedaban unos cinco más dispersos por la sala. Era solo cuestión de tiempo para que los encontrara. De todos modos, había que estar alerta. Ese vampiro loco algo pretendía, y no creía que fuese simplemente "sangre".
Off: Eso fue demasiado, Ziel xDDDDDDDDDDDD
Un objeto punzante se dirigió hacia él. Su mano, ágil y audaz, sujetó aquel artefacto en el aire. Dicen que cuando eres privado de alguno de tus sentidos, los otros se intensifican. Yagari había sido privado de uno de sus ojos, y he aquí el resultado. Era un cazador antiguo, veterano, pero era veloz y para nada incompetente. Lo que en verdad cuenta es la experiencia, y él tenía muchos años de ella.
- Bueno, se podría decir que ya estaba esperando un momento como este -murmuró, partiendo la flecha en dos y arrojándola al suelo. Con rapidez, se puso en marcha. Había logrado divisar un cabello rosado a la lejanía. Estaba seguro de quién era, pero no sabía si se encontraba en condiciones de dar batalla. Sabía que esa chica no trabajaba más en la Asociación, pero sería crucial que colaborara. Mientras más personas ayudaran, mejor.
Yagari comenzó a correr entre los humanos, sujetándolos y agrupándolos cerca de él. No permitiría que otro mortal pereciera bajo su protección, nunca más. Entre el revuelo, pudo oír la voz del Presidente. "Ya era hora", pensó. Sonrió de lado y se arrancó la máscara de un tirón. Aquel traje elegante no era muy cómodo para pelear, pero daría lo mejor de sí con más razón.
- ¡Ya lo oyeron, sabandijas! No saldrán vivos esta noche -rugió, cargando su escopeta y apuntando firmemente a los arqueros. Logró derribar a la mayoría de ellos. Tan solo quedaban unos cinco más dispersos por la sala. Era solo cuestión de tiempo para que los encontrara. De todos modos, había que estar alerta. Ese vampiro loco algo pretendía, y no creía que fuese simplemente "sangre".
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- Yagari Touga
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Re: Salón de baile
por Kasha Oskan Dom Sep 01, 2013 8:37 pm
Las luces se apagaron y oi como se disparaban arcos, en apenas medio segundo, mis ojos estaban listos bajo aquella mascara, tener linea de sangre tenia sus ventajas, divise como una flecha iba directa a Kai, razon por la que lo tire al suelo de un empujon.
Justo despues, oi la voz de Nokku, y mientras que sacaba mis cuchillos escondidos entre mi ropa, me quite de un tiron los zapatos para ir mas comoda y hacer menos ruido todavia.
Justo despues, oi la voz de Nokku, y mientras que sacaba mis cuchillos escondidos entre mi ropa, me quite de un tiron los zapatos para ir mas comoda y hacer menos ruido todavia.
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Re: Salón de baile
por Kai Olivier Dom Sep 01, 2013 8:39 pm
No me dio tiempo a responder a Kasha, las luces se apagaron y senti un empujon mientras que oia las ordenes de Nokku se escucharon muy altas, como ya esperaba, problemas en la fiesta, habia que evacuar, y eso empece a hacer.
- Kasha, protege la salida de los que puedas, se que llevas armas encima, yo me encargare de hacer mas salidas de emergencia- dicho eso, cogi un extintor que encontre a ciegas y empece a romper ventanas para que pudieran salir por mas sitios y no se colapsara aquello.
- Kasha, protege la salida de los que puedas, se que llevas armas encima, yo me encargare de hacer mas salidas de emergencia- dicho eso, cogi un extintor que encontre a ciegas y empece a romper ventanas para que pudieran salir por mas sitios y no se colapsara aquello.
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Re: Salón de baile
por Nathan Hawthorne Dom Sep 01, 2013 8:45 pm
La ira.. La ira es un veneno dulce y certero. Se propaga por el interior al igual que un veloz rayo mortífero. ¿Cuánto le duraría la esperanza a Damaru? Vladimir, con sus ojos rojos inyectados en sangre, aguardaba por el momento de dar su golpe final. Todos en esta fiesta le pertenecerían. Absolutamente todos. No habría nada que ellos pudieran hacer, pues Vladimir tenía el poder y la fuerza de mil mares en plena tempestad. Y ahora, simplemente, estaba mostrándoles un poco de gratitud por apreciar tan fielmente su música. Una fría sonrisa surcó sus labios. El momento había llegado.
El vampiro se volteó. Su cabello castaño ondeó debido al viento que emanaba del cuerpo del cazador. Ladeó la cabeza y observó a la chica que se encontraba inconsciente en el sofá.
- Ah, tengo tantas preguntas que hacerles a todos ustedes. Resultan tan interesantes -murmuró, agudizando la mirada-. Pero empecemos por usted, Presidente de la Asociación -siseó, burlón y perverso-. Cuénteme, ¿cómo lo ha conseguido? No debe resultar tarea sencilla dominar la esencia de un vampiro. Al menos eso quiero imaginar... -avanzó unos pasos y desenvainó la katana. Su brillo aterrador iluminó el rostro de ambos contrincantes-. Dígame, ¿acaso usted cree que puede dominarme a mi también? ¿Acaso no ve la muerte a su alrededor? Debo admitir que tal espectáculo es digno de admirar en un evento tan elegante como este... ¿Cuánto cree que soportarán esos infelices con mis flechas en sus cuerpos? Ese veneno, si no se trata pronto, acabará durmiéndolos para siempre... -continuó, hablador, colmando lentamente un poco más aquel vaso de paciencia e imperturbabilidad. Sabía muy bien acerca de las habilidades de ese cazador, así como conocía muy bien que si liberara todo su poder todo se volvería aún más interesante de lo que era. Entonces, ¿por qué no cabrearlo un poco más?
Un grito de una joven humana se escuchó a sus espaldas. Vladimir, sorprendido, se llevó la mano libre que no sostenía la katana al oído.
- Oh, ¿oyes eso? Es el grito de la Muerte, y ha llegado para buscar sus nuevos trofeos -dijo entre dientes, hasta que acabó por echarse a reír. Velozmente, arrojó una mirada agresiva a uno de sus súbditos. El arquero, que aún no había caído, se dirigió al centro del salón y continuó disparando. Seguidamente, otro de sus hombres se acercó a la mesa donde había visto esconderse una muchacha. Los humanos, ingenuos, solo sabían gritar y quedar paralizados ante la adversidad. Los cazadores, daban sus mejores esfuerzos. Pero si eso era lo mejor, entonces podrían ya rendirse ante los pies de Vladimir. Dos vampiros amenazantes se interpusieron entre la labor que Kai Olivier y Kasha Oskan emprendían. No les sería tan sencillo evacuar a las personas. Primero, deberían derribar a aquellos dos poderosos seres que los doblaban en fuerza y velocidad.
Ninguna melodía podía ser más deliciosa que aquel cantar diabólico de cientos de cuerpos en agonía.
El vampiro se volteó. Su cabello castaño ondeó debido al viento que emanaba del cuerpo del cazador. Ladeó la cabeza y observó a la chica que se encontraba inconsciente en el sofá.
- Ah, tengo tantas preguntas que hacerles a todos ustedes. Resultan tan interesantes -murmuró, agudizando la mirada-. Pero empecemos por usted, Presidente de la Asociación -siseó, burlón y perverso-. Cuénteme, ¿cómo lo ha conseguido? No debe resultar tarea sencilla dominar la esencia de un vampiro. Al menos eso quiero imaginar... -avanzó unos pasos y desenvainó la katana. Su brillo aterrador iluminó el rostro de ambos contrincantes-. Dígame, ¿acaso usted cree que puede dominarme a mi también? ¿Acaso no ve la muerte a su alrededor? Debo admitir que tal espectáculo es digno de admirar en un evento tan elegante como este... ¿Cuánto cree que soportarán esos infelices con mis flechas en sus cuerpos? Ese veneno, si no se trata pronto, acabará durmiéndolos para siempre... -continuó, hablador, colmando lentamente un poco más aquel vaso de paciencia e imperturbabilidad. Sabía muy bien acerca de las habilidades de ese cazador, así como conocía muy bien que si liberara todo su poder todo se volvería aún más interesante de lo que era. Entonces, ¿por qué no cabrearlo un poco más?
Un grito de una joven humana se escuchó a sus espaldas. Vladimir, sorprendido, se llevó la mano libre que no sostenía la katana al oído.
- Oh, ¿oyes eso? Es el grito de la Muerte, y ha llegado para buscar sus nuevos trofeos -dijo entre dientes, hasta que acabó por echarse a reír. Velozmente, arrojó una mirada agresiva a uno de sus súbditos. El arquero, que aún no había caído, se dirigió al centro del salón y continuó disparando. Seguidamente, otro de sus hombres se acercó a la mesa donde había visto esconderse una muchacha. Los humanos, ingenuos, solo sabían gritar y quedar paralizados ante la adversidad. Los cazadores, daban sus mejores esfuerzos. Pero si eso era lo mejor, entonces podrían ya rendirse ante los pies de Vladimir. Dos vampiros amenazantes se interpusieron entre la labor que Kai Olivier y Kasha Oskan emprendían. No les sería tan sencillo evacuar a las personas. Primero, deberían derribar a aquellos dos poderosos seres que los doblaban en fuerza y velocidad.
Ninguna melodía podía ser más deliciosa que aquel cantar diabólico de cientos de cuerpos en agonía.
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