Sala de tiro y zona de entrenamiento

Por mi mente corrian pensamientos velozmente. aprete los puños con fuerza... ¿Desde cuando habia necesitado yo ayuda para defenderme? Di un par de pasos hasta situarme al lado de Adam. -Vete ahora Nokku- Dije levantando la cabeza, mis ojos rojos refulgian cual carbones en plena incandescencia. -Me estoy empezando a cansar de tanto jueguecito, y creeme, cuando el juego se acaba no es recomendable estar a mi alrededor-

Una sonrisa ironica aparecio en mi rostro. -Apartate Fraiah, no puedes salvarnos a todos.- Mire a Nokku friamente -No, no necesito a los Morgenstern para acabar contigo, porque si, he acabado con esa parte humana que quizar quedase en mi, y ahora, ahora ya no me importa acabar contigo, pude hacerlo una vez y te salvé- Recorde aquel momento. -No volvera a suceder, creeme.-

off: me tengo qu ir

Vi el repentino empanamiento de Nokku pero ya no podia parar, la ira que recorria cada parte de mi cuerpo estaba completamente descontrolada y no tardaria mucho en explotar. -Salid de aqui ahora, todos- Dije autoritaria, no sabia que podia pasar y mejor no arriesgarse estupidamente.

Estaba totalemente concentrada en no estallar.. Era algo que no iba a permitir y menos estando Adam tan cerca, cuando senti su abrazo me afrerre a el como si estuviese colgada de un precipicio y cerre los ojos intentando, de todas las maneras posibles calmarme.

Respiraba pesadamente y no conseguia articular ninguna palabra coherente ahora notaba a esos dos seres en mi cabeza, discutiendo y desatando en mi una tormenta de sensaciones que no podrian explicarse con palabras.

Note aquella tercera presencia y aquello pudo conmigo, lance un grito desgarrador y quede inerte en los brazos de Adam

Como me había dejado tirado en los jardines decidí hacerle una visita a Katrina y de paso llevarme a Fraiah, sabia que ella no sufriría daños algunos, pero esque era taaan inocente que temí que se hiciera daño ella misma, tantas armas m ponían nervioso y me excitaban a la vez. Odiaba amar tanto la batalla. La verdad es que aunque nadie lo notara Frah empezaba a dejar de ser tan pequeña pero todavía era una ñina grande.
- Oh, que sorpresa, voy paseando y de repente me encuentro con esto- fije sonriendo mientras olía a librera vampiros - Stella ya se puso bien, parece que se curo así por arte de magia, ahora mismo estaría lleno de sangre de no ser por eso- le dije a Frah con una sonrisa - y tetsuya me vendo la mano, parece que me rompí los nudillos jeje- señale mi mano derecha para que quedara claro