Re: Terrenos

por **Kai Olivier** Dom Mayo 08, 2011 9:48 pm

Recuerdo del primer mensaje :

-no se lo que ha pasado entre las dos, pero seguro que tiene arreglo, te he visto matar vampiros y salir de lios completamente ilesa, se que esto lo podras hacer, y con lo de ser bueno..., basicamente es, porque me importas-sonrie y le acaricia la mejilla con cariño

por **Kasha Oskan** Dom Jun 09, 2013 5:16 pm

Llegue arrastrando a Kai, llegando a ver como Alec cogia a Ziel de rehen, eso no me hacia ninguna gracia, mi mision era protegerlo de cualquiera incluso de un aliado, aunque aun no estaba convencida de que fuera un aliado. Solte a Kai y desapareci de su lado apareciendo al lado de Alec mirandolo de manera amenazadora, con la cadena en mi brazo bueno y estirando mi mano herida hacia el vampiro.
- Si no tienes mucha molestia, devuelveme a mi cuñado, el no es el malo en este asunto, asi que damelo, o te atacare a ti tambien- no estaba bromeando, si tocaba un solo pelo a Ziel, se las veria conmigo. Mire al vampiro con mis extraños y oscuros ojos mientras que de reojo seguia los movimientos de Marcus, aunque con Kai cerca, no me preocupaba, con sus flechas no dejaria que se acercara a nosotros

por **Ziel A. Carphatia** Dom Jun 09, 2013 5:38 pm

¿Por qué había preguntado? ¿Por qué no habría sido mejor morderse la lengua? Ahora jamás sabría quién fue el causante, a menos que nuevamente estuviera ocultándome la información. Sin embargo la duda estaba haciéndose cada vez más y más grande. ¿Y si realmente él había estado ahí todo este tiempo? ¿Y si me había equivocado de víctima, cuando él ha sido quien realmente peor lo pasó? Quería hacerle mil preguntas y llegar al final de todo esta gran incógnita que no lograba resolver.
Al mismo tiempo que crecían las dudas, ese muro que estaba construyendo iba deshaciéndose como el barro con la humedad.

-Nadie ha dicho que no quiera hacer esto. Sí que intento curar tu herida. - Porque quiero que después vuelvas a marcharte y te alejes de un crío inestable, al que has abandonado hace unos meses. Seguí hablando, mientras gota a gota iba derritiéndose mi hostilidad. ¿Podría ser que Marcus se hubiera dado cuenta de que esto estaba resultando más difícil de lo que creí? O, ¿quizá sí que podían entrar sentimientos de piedad en su negro corazón?[ No. Basta Ziel. No podría ser algo así. /i] - No... Volverías a alcanzarme. Así que alguna vez tendría que enfrentarte cara a cara, ¿no? - [i]Mis piernas tenían un límite, las suyas no. De modo que era mejor atajar cuanto antes el problema y librarme de él lo más pronto posible. Además... - ... me cansé de huir... - Comenté al aire, sin ton ni son. Estaba cansado de ir de un lado a otro como un fugitivo, y quería acabar con todas esas persecuciones; ya fueran de los cazadores, como las suyas.

-Como quieras. - Asentí. Los cazadores no estarían a faltar después de saber que Marcus se estaba moviendo por la Academia. ¿Y quién les llevaría hasta él? Exacto, el perro pastor; es decir, yo. En el fondo los cazadores lo único que querían era seguirme y encontrar a Marcus. Nada más. Otra vez, me convertía en el primer peón en caer. Como en los viejos tiempos, tomé la mano de Marcus para que él guiara. Un fuerte latido encerró mi corazón. Cerré los ojos. Ziel, serénate.
Al golpe de algo contra el suelo, abrí los ojos rápidamente, buscando a Marcus. Por un momento había pensado que él... Pero no. Un hombre de expresión amable estaba apuntando a ambos con una katana. ¿Un cazador? No, para nada. Esos colmillos fueron descubiertos en cuanto hizo ese gesto, tal y como Marcus hacía normalmente. Quedé atrapado por los ojos de ese nuevo desconocido, quedándome sin muro, y sin capacidad de reacción. Por una vez en tanto tiempo: tenía miedo. Aquel hombre no me resultaba para nada de fiar. Retrocedí un par de pasos, tirando del brazo de Marcus para que también lo hiciera. Vamos, vamos, Marcus vámonos. Él estaba herido y no podía dejarlo allí.

Antes de que pudiera parpadear dos veces, Amo y Siervo estábamos separados. Grité viendo cómo la distancia entre ambos crecía a mares.
-¡No! ¡Suéltame, suéltame! - Intenté forcejear, hasta que el metal cogió mi cuello sin aviso. Miré hacia arriba, hacia aquel hombre que había aparecido de la nada y que parecía conocer a Marcus. Marcus... Dirijí la vista hacia él, desvalido y herido a unos cuantos metros. Mi cabeza bajó todo lo que pudo sin que la katana presionara más mi cuello, dándome por rendido. El pelo caía sobre los ojos, que empezaban a envidriarse. Ziel, imbécil, tonto, estúpido, ignorante. Ahora Marcus estaba herido y no quería que entrara en batalla con este tipo. Daba igual lo que pasara después. Mis labios deletrearon algo que solamente él podría leer: "Véte. Márchate".
Levanté la mirada para encontrar su figura otra vez. Y tras mucho tiempo, encontré esos ojos que me hicieron perder. Marcus no tenía ira en la mirada, ni odio, ni venganza. Tampoco brillaban como cuando sentía que jugaba conmigo. No... En él veía la misma decepción que la mía, el dolor infringido durante estos meses y los cristales rotos de algo que yo mismo había machado. Nuevamente, mis labios volvieron a moverse insonoramente: "Perdóname."
Sonreí infantilmente, recuperando todo lo que antes tenía. Quería llorar. Quería ir y preguntarle todo lo que no sabía, obtener respuestas. Pero si delataba mis emociones otra vez, el raptor sabría donde estaba la yaga que más sangraba. Y no deseaba algo así para Marcus.

Alcé la cabeza, poniéndola en el hombro de aquel hombre, mirando hacia arriba.
-¿Qué es lo que quieres? - Pregunté sin rodeos. Me daba igual quién fuera. Solamente necesitaba esa información. E informados o no, Kai y Kasha aparecieron en el mismo terreno. Miré a Kasha, ese brazo entablillado que le había causado sin querer.
-Kasha, no seas imbécil. ¡No estás en condiciones de luchar! - Intenté zafarme de su mano, teniendo cuidado del filo de la katana. Un movimiento de más y no volvería a contarlo. Observé a Kasha. Loca. Maldita loca degenerada.

por **Marcus O'Conell** Dom Jun 09, 2013 5:46 pm

Y tan cerca estuvo su mano, y tan cerca estuvo el paraíso...

Lo sabía. Sabía que tenían que irse antes de que ellos aparecieran, pero se demoraron demasiado en decidirse. Ahora, ya era demasiado tarde.

Un vampiro emergió de entre los árboles, cayendo directamente ante ellos. Marcus le clavó la mirada en menos de un segundo, amenazante y determinante. Él no se acercaría a Ziel, y tampoco tendría oportunidad contra él. ¿Quién era más que un simple vampiro a punto de consumirse en su propia sed inhumana? Nadie. Marcus conocía muy bien a los de su calaña, y este vampiro era justamente uno de esos miserables que apenas llegaban a Nobles. Sin embargo, algo en su mirada le llamó la atención. Una fuerza extraña emitía a través de esas pupilas. Marcus se quedó extrañado e impactado. Por unos instantes, creyó conocerle de algún sitio. Pero, aquella sensación duró demasiado poco, puesto que el vampiro se le echó encima y lo apartó de Ziel con un fuerte golpe.

Marcus amenazó con caerse al suelo, pero se mantuvo en pie. Escondió su mano ensangrentada poniéndose nuevamente el guante negro que había dejado caer al suelo. Aunque el aroma a sangre resultaba insoportable, podría esconderlo un rato más y luchar como se debe. Y más aun en cuando vio lo que hizo el vampiro. Los colmillos de Marcus crujieron y su semblante denotó la mayor de las amenazas. De reojo vio a aquel cazador con su arco y luego cómo Kasha iba a recuperar a Ziel. Las palabras de aquel vampiro le enervaron la sangre. Marcus clavó su mirada en él y provocó una profunda herida en la mano que sostenía la katana sobre el cuello de Ziel. Seguidamente, dio un salto y se escondió entre las ramas de los árboles, de modo que las flechas no podrían alcanzarlo, pues utilizaría el ramaje como escudo. Y, de ese modo, avanzó a gran velocidad, centrando su mirada en Kai y proporcionándole a este múltiples heridas en sus brazos. No le sería tan fácil continuar apuntándolo de aquel modo. Y así continuó avanzando, esta vez centrándose en el vampiro. Cuando llegó a estar sobre él, saltó en su dirección con la fiereza de un animal más que salvaje y violento. Gruñó en el aire y su cabello azabache fue abatido por la brisa, permitiendo que sus rojos ojos sobresaltasen en el rostro pálido. Estaba a punto de caer sobre el vampiro, obligándole a soltar a Ziel y dispuesto a atravesar su abdomen con la fiereza de su mano vuelta garra.

Nadie se atrevería a tocar a Ziel otra vez. Estaban gravadas a fuego en sus ojos aquellas palabras encubiertas que el pequeño crío le había dicho con tan solo el movimiento de sus labios.
- No seas estúpido y maricón ahora, Ziel -gruñó justo en el instante en que caía sobre ellos. En su expresión había cierta extraña sonrisa. Se llevaría al chico de allí a como dé lugar.

por **Kai Olivier** Dom Jun 09, 2013 5:55 pm

Empalideci al ver esa imagen, pero sabia que Kasha se ocuparia de Ziel, apunte a Marcus con el arco, esta vez no se escaparia.
Dispare, pero los movimientos de Marcus fueron demasiado rapidos, tan rapidos que no pude escapar de su poder, siendo herido en los brazos. Tsk, ahora me era imposible manejar el arco con precision, no me quedaba otra que usar las pistolas.
Pude ver sus movimientos, y mientras que el saltaba hacia ellos, saque con rapidez mi pistola de tres cañones y dispare a apenas unos centimetros de Alec y Ziel, si le daba a Marcus seria perfecto, pero sino le daba, al menos conseguiria frenarlo lo suficiente como para que ellos pudieran reaccionar. Hoy Marcus no escaparia, y mucho menos con mi hermano pequeño.

por **Nathan Hawthorne** Dom Jun 09, 2013 6:04 pm

Alec miraba al vampiro seriamente. Sus ojos verdes eran letales cuando se clavaban en alguien. Y mientras examinaba el accionar de aquel ser nocturno, percibió a la cazadora a su lado. La miró de reojo y se percató de que le extendía aquel brazo herido. Pero justo en ese momento su mano comenzó a sangrar. Emitió un quejido pero no soltó la katana. Maldita sea. Cómo detestaba cuando hacían eso, aunque en el fondo Vladimir se divertía.

- No voy a lastimarlo. Solo pretendo... -y no pudo concluir la frase. Aquel vampiro comenzó a moverse y estaba a punto de caer sobre él en ese mismísimo instante. Alec miró a la cazadora seriamente y le arrojó a Ziel encima, al mismo tiempo que la empujaba lejos a ella también, pero con cuidado de no hacerle daño, aunque su fuerza comparada a la de ella, era brusca.

Marcus cayó sobre él y Alec tocó el suelo con su espalda. La mano de Marcus había aprisionado su abdomen y comenzaba a avanzar dentro de él. Toció y un hilo de sangre manó hacia el exterior, manchando sus labios. Los ojos que eran verdes, comenzaban a teñirse de carmesí. Observó la expresión de Marcus y clavó su mirada en él. Apenas por un instante, permitió que el vampiro se diese cuenta de que si fuera por él, su cabeza estaría rodando ahora mismo y su diversión con aquel crío llegaría a su fin. Un poco de poder, el suficiente para que solo un vampiro de los suyos se percatase de quién era él en verdad; de quién era "Alec" en verdad.

Su expresión se tornó seria y vacía de significado. Aquella expresión solo podía ser la de Alguien más. Dejó caer la katana a su lado, dejando fluir su propia sangre y sintiendo cómo su cuerpo podría desvanecerse si no fuera porque él era un vampiro poderosos que jugaba a ser un vampiro común y corriente.

Esta era la oportunidad de Marcus para huir. Su Padre se lo estaba permitiendo, siempre y cuando no olvidase el por qué de su existencia.

Alec ladeó el rostro y miró fijamente a Ziel, quien se encontraba en la misma dirección en la cual había dejado caer su katana. Luego, observó a Kasha y se armó de valor para empuñar la katana y poder atacar a Marcus, pero el dolor no se lo permitió. La mano de Marcus lo estaba atravesando por completo. Sin embargo, flexionó sus piernas y golpeó a Marcus, enviándolo lejos de una fuerte patada. Con rapidez, Alec se puso de pie emitiendo un grito feroz de dolor. Se llevó una mano al abdomen.

- Maldito seas. Por qué no me cuentas dónde está ese Padre al que tanto veneran -dijo con odio y rencor, lanzando la katana hacia él.

por **Kasha Oskan** Dom Jun 09, 2013 6:14 pm

Antes de que pudiera responder una de mis habituales borderias a Ziel, me lo lanzo encima y me empujo para apartarme del camino, rodee a Ziel con mis padres y lo gire para caer yo sobre el suelo con el encima y asi evitar que se hiciera daño. Pero tuve la malisima suerte de caer sobre una piedra, golpeandome la espalda y cortandome la respiracion por unos segundos. Me force a coger aire mientras que me levantaba sin soltar a Ziel, era cierto que ya me sacaba media cabeza, pero eso no implicaba que pudiera con el.
- Kai!, llevate de aqui a Ziel, llevalo con Bella!!- le grite desde donde estaba mientras que soltaba un poco mas la cadena de puas y empezaba a girarlo delante mia y de Ziel para evitar que Marcus se acercara a Ziel.

por **Ziel A. Carphatia** Dom Jun 09, 2013 6:29 pm

No podía hacer nada. Otra vez era la presa fácil para esta clase de gente. Lo único que podía hacer era mirar a Marcus, esquivando las flechas que Kai iba lanzándole. En varias ocasiones me removía en el cerco que tenía mi raptor. No conseguía nada, claro estaba. La sangre brotó de la mano que tenía la katana, desviando mi cabeza hacia el lado contrario. Volví a mirar a Marcus. Sí, de alguna forma, él había vuelto. Y esperaba que consiguiera quitarme estos malditos brazos de este malnacido. Él no tenía nada que hacer contra Marcus. Ni los tres podrían con él. Porque tenía mi total confianza puesta encima del vampiro que intentaba salvarme.

Todo pasó muy rápido.

Marcus avanzaba hacia ambos sin dudar, con la venganza corriéndole entre las venas. Esta era la oportunidad para salir de estar pared y la katana. Cerré los ojos casi esperando el golpe, pero concienciándome de lo que tenía que hacer a continuación.
-No lo haré. - Sonreí a su propuesta. Habían vuelto los despectivos, en cambio, me daba igual. Lo primero que teníamos que hacer era apoyarnos el uno en el otro, para escapar de esta. Después el tiempo y las palabras dirían entre nosotros. En cuanto Marcus cayó encima, tomé mi pequeño halo de libertad. Sin embargo, todo giró hasta encontrar a Kasha delante de mis narices. Otra vez ella. Llegué hasta el suelo otra vez, aunque logré levantarme sin daño alguno.
-Kasha, ¡suéltame! Tengo derecho a decidir por mí mismo. - Giré la cabeza hacia Marcus y después miré a Kai. No podía obligarme a nada, lo sabía. Volvería a escaparme las veces que hicieran falta para reunirme con mi Amo. - Cuida a Kai, Kasha. Y... pérdoname. - Musité en un susurro, casi inaudible. La empujé hacia atrás, apretando cruelmente la herida de su brazo para que parara de hacer ese círculo en torno a ambos.

Salí de su "protección", volviendo a estar más indefenso que un conejo. Al salir completamente su arma rozó mi brazo, me daba igual. El principal objetivo era escapar de los brazos de cualquiera que hubiera en el campo. Empecé a correr en dirección contraria a la cazadora. De reojo miré a Marcus lidiar con ese vampiro raptor. Paré de avanzar, viendo a mi Amo. Estaba preocupado por huir solamente yo y dejarlo allí vendido. No, también estaría de su parte. Se lo debía. La última vez me protegió igual de los cazadores, como ahora.
Tapé mi boca de un grito cuando Marcus salió despedido. No había olvidado que estaba herido. Y esto no favorecía la balanza de su lado.
Miré al vampiro tendido en el suelo y la katana que había a escasos metros. Quise cogerla y atrevesarle el corazón en ese instante. Sin embargo, él fue más rápido. La katana salió en dirección de Marcus. Grité con todas mis fuerzas, saliendo corriendo hacia el susodicho.
-¡MARCUS! - No alcanzaría mi objetivo antes de que la katana llegara hasta él, aunque estiré el brazo para alcanzarlo. Los ojos ya estaban deslizando las lágrimas por las mejillas sin que me diera cuenta.

"Oh indigno amante, no podrás alcanzar al destino con esas manos."

por **Marcus O'Conell** Dom Jun 09, 2013 6:56 pm

Estaba bajo su poder ahora. Ambas manos estaban ensangrentadas, sólo que una con su propia sangre y otra con la ajena. No iba a permitir que nadie se acercase a Ziel y, mucho menos, que alguien le pusiese el filo de una katana sobre su cuello; sobre aquel pulcro y pálido cuello de cisne. Nadie podía ser tan descarado y temerario como para hacer aquello en su presencia. Este vampiro no conocía nada acerca de lo que Marcus podía hacer. No conocía nada acerca del material con el que estaba hecho.

O tal vez sí.

Presionó en la herida, abriéndose camino en el interior del abdomen de aquel ser. La mirada de Marcus poseía el poder de mil demonios. Sus colmillos, relucientes, eran visibles gracias a una sonrisa burlona y sarcástica. ¿Qué clase de vampiro era este? Inútil, torpe y con un exceso de confianza en sí mismo. Presionó aún más en la herida, pero en ese instante algo más percibió. Un tinte de aquella energía sobrenatural y poderosa tiñó el cuerpo de aquel ser. Marcus abrió los ojos de par en par, intentando comprender lo que allí ocurría. En ese momento, observó su rostro con mayor detenimiento. Ya lo había visto antes. Y junto con el poder que emanaba, el cual sólo era capaz de ser percibido por un vampiro de los suyos, terminó por encontrarle un sentido a todo esto. Esa apariencia era una de las que pertenecían a su Creador. El día de la fiesta, se mostró con ella, sólo que con algunos cambios. Entonces... ¿cómo era posible que nadie recordara aquello? ¿Cómo era posible que él estuviera de su lado, y hasta los estuviese engañando sin que ellos se diesen cuenta de la verdad? Pero algo muy oscuro había detrás de todo esto, y se trataba de cómo él fingía dolor, siendo que aquella herida solo era una cosquilla en su abdomen. Marcus quiso alejarse, pues quiera o no, se había atrevido a herir a su Padre, pero no podía hacerlo. Y en cuanto quiso recobrar fuerzas, en medio de aquella incoherencia, volvió a observar la seguridad de aquella mirada profunda, severa e inexpresiva; regresó a perder sus ojos en el vacío de los ojos de Vladimir D' Shaitis.

Se oyó un disparo y Vladimir lo alejó de una patada. Marcus cayó a unos metros, lejos, y la bala apenas rozó su brazo herido. Continuaba sin entender nada de lo que allí ocurría, pero si de algo estaba seguro, era que Padre le estaba dando la oportunidad de huir. Padre lo había puesto a prueba y ahora le permitía alejarse de allí, aunque no estaba seguro acerca de lo que consistía esa prueba.

Era ahora o nunca. Miró a todos, uno por uno, pero no encontraba a Ziel. Sin embargo, en cuanto lo vio, oyó sus gritos junto con el aire siendo cortado por aquella katana filosa. Miró a Vladimir sin comprender lo que continuaba ocurriendo allí, pero la esquivó y salvó su cabeza, corriendo a velocidad considerable y sujetando a Ziel entre sus brazos. Lo sujetó brúscamente mientras lo rodeaba y miró a Kasha fijamente.
- Si quieres morir, puedes perdírmelo directamente y dejar de arrojarme indirectas -siseó, mostrando sus colmillos y una sonrisa encantadora.

Dichas aquellas palabras, miró a Ziel y sujetó el cuello de su camisa con la misma brusquedad anterior. Lo acercó a él y lo miró a los ojos. Acercó su boca a su rostro, y olfateó su esencia. Se relamió los labios mientras escuchaba el grito del vampiro. Tomó a Ziel en brazos y lo miró fijamente. ¿Qué responder a eso?
- Ahora mismo tengo bastante apetito, tal vez otro día -sonrió fríamente, sin dejar de mirarlo, pero se dio prisa y comenzó a alejarse de allí.

Mientras desaparecía entre las sombras junto a Ziel, su semblante se tornó serio de repente. Un halo oscuro cubría su mirar.

por **Kai Olivier** Dom Jun 09, 2013 7:24 pm

Empece a correr en direccion a Ziel para sacarlo de alli, pero antes de llegar a el, Marcus lo atrapo, o mas bien Ziel fue a su encuentro.
- Ziel no!!- le grite para que volviera, ahora no podia disparar a Marcus, porque si lo hacia, dañaria a Ziel.
Porque pasaba siempre lo mismo?, porque siempre tenia que ir Ziel detras de ese ser inmundo?, me sentia tan inutil..., tan inutil de no poder salvar a lo unico que tenia a parte de Kasha. Desde que empezo todo este lio, habia podido comprender un poco la razon por la que Kasha era asi con los demas, era doloroso ver como las personas que quieres se desvanecen sin poder evitarlo, sin poder protegerlas.
Me quede paralizado observando como Ziel escapaba de alli en brazos de Marcus, con impotencia, como iban a acabar con todo aquello??

por **Nathan Hawthorne** Dom Jun 09, 2013 7:28 pm

Observó la escena y gruñó. ¿Cómo se atrevía a burlarse así de él? Alec cerró los ojos y emitió un quejido. Cayó de rodillas, y apoyó la mano que tenía libre en el suelo, ya que la otra sujetaba su abdomen. Unas gotas de sangre se deslizaron por sus labios antes de caer. La furia y el odio lo corroían por dentro.
- ¡Maldita sea! -gritó con furia, golpeando el suelo. Sin embargo, en su interior, se encargaba de analizar el comportamiento de Marcus. Así que parece que es capaz de atacar a quien sea por su vasallo. Pero lo que Vladimir se preguntaba era: ¿por qué? Esperaba que no olvidase su cometido en este pueblo, pues de lo contrario él mismo se encargaría de eliminar ese obstáculo humano de su camino, y así liberar a su Hijo otra vez.

Intentó ponerse de pie y miró hacia delante. Su katana estaba clavada en un árbol. Respiró hondamente y comenzó a caminar hacia allí, buscando tener en su poder nuevamente aquel arma tan preciada.

por **Kasha Oskan** Dom Jun 09, 2013 7:43 pm

- Ziel vuelve aqui!!- le grite desprendiendo ira a traves de mis palabras, es que es idiota?, como siempre, no usa la cabeza, a quien tengo que proteger es a el, no a Kai.
Observe como se iba Marcus con Ziel, de momento lo dejaria marchar, sola no podria con el, necesitaba a Kai y ahora estaba herido. Estaba que bufaba, razon por la que mi aura era bastante agresiva y contenia demasiada ira y ganas de venganza por las estupidas palabras de Marcus
Me acerque a el corriendo y examine sus heridas, no eran demasiado graves, tan solo unos rasguños un tanto dolorosos.
En cambio, el vampiro era el que peor parado habia acabado, le mire de arriba abajo mientras que se movia, el poder que desprendia no era el de un pura sangre por lo que si me mordia no era peligroso para mi. No tenia ganas de hacerlo, la verdad, pero podia usar a ese vampiro para enfrentarnos a Marcus.
- Eh, Alec- lo llame- No es que me agrade la idea, pero es mejor que nada, bebe un poco de mi sangre, eso te ayudara a curar la herida con mayor rapidez- le dije mientras que cerraba los ojos y arrugaba la nariz pensado lo repugnante que me parecia la idea recordando la vez que aquella vampira empatica me mordio dejando esas cicatrices que asomaban en mi cuello y que tanto martirizaban a Kai

por **Kai Olivier** Dom Jun 09, 2013 7:54 pm

Escuche las extrañisimas palabras de Kasha, es que se habia vuelto loca??, desde cuando dejaba que un vampiro la mordiera?.
- Kasha, pero que estas diciendo?- definitivamente, le pasaba algo, ese ofrecimiento era algo que jamas podria escuchar de ella. Porque esa extraña obsesion por acabar con la vida de Marcus?, sabia que lo estaba haciendo todo por mi, pero no debia llegar hasta esos extremos, era demasiado y no se lo iba a permitir, ella sola no podia cargar con esa responsabilidad.
- Kasha, que te ocurre??, desde aquella vez que te rescate medio muerta de Marcus, no eres la misma, que te hizo?- le pregunte entristecido y desesperado queriendo que Kasha respondiera y se quitara esa carga que poco a poco la estaba consumiendo

por **Nathan Hawthorne** Dom Jun 09, 2013 8:04 pm

Sacó la katana del árbol y cerró los ojos, manteniendo la compostura. Dejó caer ambos brazos a cada lado de su cuerpo. Es cierto que con el viaje que había hecho para llegar aquí, no había probado una gota de sangre para alimentarse, por lo que su regeneración era lenta, muy lenta. Al menos así era para Alec, pues Vladimir podía decidir regenerarse con la rapidez de un rayo sin el mínimo esfuerzo.

Sintió unos pasos detrás de sí y observó a la cazadora. Escuchó sus palabras y se volteó para mirarla fijamente. ¿Qué estaba haciendo? ¿Le estaba ofreciendo su sangre? ¿Así que de este modo actúan los "buenos", derrochando sangre y fuerzas por los heridos y los débiles?
- ¿Qué estás diciendo? No lo haré, puedo curarme solo. Mejor ve con él, te necesita más que yo -dijo seriamente, mirándola a los ojos y desviando por unos momentos su vista hacia su fina piel. Sus ojos se tiñeron levemente de carmesí-. ¡Vete! -le gritó, volteándose y guardando su katana-. Será mejor que vaya a investigar al pueblo, y será mejor que tú le hagas caso a él, algún día acabarás muerta, cazadora -murmuró luego, bajando el tono de voz, arrepintiéndose de haberla tratado así, pero él es un vampiro, y no puede evitar reaccionar de aquel modo ante semejante propuesta. Sangre fresca...

Sacudió la cabeza levemente y comenzó a caminar en dirección al pueblo.

por **Kasha Oskan** Dom Jun 09, 2013 8:15 pm

No iba a contarle nada a Kai, lo sentia por el, pero era mejor asi, si se enterara, sabria que mis intenciones eran un suicidio.
- Me conoces, sabes lo orgullosa que soy, el es mi presa, una presa que solo hace escapar y escapar, y conseguire atraparlo igual que sus hermanos y a su queridisimo Padre- dije seria, despues me volvi a mirar al vampiro, no era la primera vez que rechazaban beber su sangre, asi que no le sorprendio su reaccion, pero que hiciera lo que quisiera, de este modo yo escapaba de pasar un mal rato.
- Toda persona muere, le guste o no, y la vida de un cazador esta siempre repleta de muerte, asumi hace mucho tiempo que moriria joven, de hecho deberia de estar muerta desde hace años, podria decirse que seguir viva y ver como las personas que hay a mi alrededor desaparecen, es mi castigo por ser como soy- observe como se marchaba y volvi al lado de Kai para curarlo, y como sabia que haria, le caeria una buena reprimenda.

por **Kai Olivier** Dom Jun 09, 2013 8:22 pm

Nada mas escuchar sus palabras, le levante la mano a Kasha, con intencion de darla, pero me contuve y la mire con lagrimas en los ojos.
- Porque dices eso Kasha!!, porque estas haciendo todo esto?, antes me contabas las cosas, me tenias en cuenta para tus planes, no estas sola, sabes?, es que ya no significo nada para ti?, te echo de menos, echo de menos a mi pequeña cazadora escurridiza, por favor..., vuelve a ser tu... te lo pido...- me daba igual quien estuviera delante, estaba cansado de que Kasha me dejara fuera, estaba cansado de ser tan solo un observador, queria respuestas y sobre todo, queria recuperar a la chica de la que me enamore, aquella chica fria, segura de si misma, borde, pero no al extremo y muy cariñosa en el fondo de su corazon. Esa chica habia desaparecido desde hacia 6 meses, y no sabia las razones

por **Kasha Oskan** Dom Jun 09, 2013 9:11 pm

ME encogi asustada al ver como Kai me levantaba la mano, pero no llegaba a darme, paralizada, escuche como decia todo aquello, realmente habia cambiado tanto??
Yo tan solo queria acabar con todo para poder olvidar a Alec y estar con Kai, ademas, sabia que si esos vampiros no desaparecian, tarde o temprano irian tras los cazadores, y eso significaba que acabarian con Kai y era algo que no podia permitir.
Sin previo aviso, abrace a Kai con fuerza por la cintura, sentia tanto haberle provocado todo ese dolor... aunque sabia que no tenia otro remedio.
- Perdoname Kai..., lo siento mucho... yo tan solo quiero que todo esto se acabe, desde que llegue aqui lo unico que he hecho ha sido toparme con vampiros que quieren acabar con todo y con muerte y soledad..., mataron a Jasper, mataron a Itachi, intentaron acabar con Fra, asesinaron a Alec y a sus hermanos..., no quiero perderte a ti tambien..., porque ya no lo soporto mas, todos los que estan a mi alrededor acaban muertos y por eso no te cuento nada, porque yo me estoy metiendo en la boca del lobo y su tu tambien te metes, te podria perder, y te necesito...- era la verdad, no podia dejar que Kai desapareciera, y en extension, su hermano, por eso queria deshacerse de Marcus en primer lugar.
- Me perdonas?- despues de haberlo dejado de lado todo este tiempo, cualquier persona la hubiera dejado, pero Kai no lo habia hecho- a partir de ahora intentare contar mas contigo y te contare lo que tu quieras, volvere a ser tu pequeña Kasha

por **Kai Olivier** Lun Jun 10, 2013 12:35 am

Correspondi al abrazo y enterre mi cara en el pelo de Kasha, sabia que todo lo que estaba haciendo era por una buena razon, ella nunca hacia nada sin ninguna razon aparente.
- Se que me quieres proteger Kasha, y cada vez entiendo mas y mas la razon por la que lo haces, pero no puedes cargar con todo tu sola, no puedes protegerme a mi, salvar a Ziel y matar a Marcus, necesitas ayuda, no me importa las razones por las que estas obsesionada con acabar con ellos, bueno, realmente si me importa porque no eres capaz de contarmelo, tu obsesion ha pasado de querer matar a Katrina a querer matar a esos lunaticos....- antes queria matar a Katrina por matar a Alec, porque ahora ignoraba completamente su existencia?, porque ahora se centraba en esos vampiros?
Estaba demasiado cansado de toda esta situacion como para percatarme de ese hecho que escondia la perdida de interes de Kasha por Katrina, pero al final, acepto sus disculpas.
- Claro que te perdono mi vida..., siempre lo hago, pero prometeme que no volveras a dejarme de lado...- le dije en un susurro al oido

por **Kasha Oskan** Lun Jun 10, 2013 1:17 am

Deje que me abrazara, sabia que lo necesitaba, hacia demasiado tiempo que lo habia alejado de mi, y como era normal, se sentia solo.
Escuche sus palabras, no queria hacerlo, pero no tenia otra opcion, a partir de ahora debia contar con la ayuda de Kai, no le iba a hacer gracia, pero igual asi tenia mas posibilidades de acabar con todo rapido.
- Te lo prometo Kai, acabemos con Marcus juntos, que te parece?- me aparte de el y le sonrei, me resulto extraño, hacia tiempo que no sonreia de verdad, pero en el fondo lo agradeci.
Pero antes de nada, queria confirmar algunas cosas sobre aquel vampiro al que le habia ofrecido su sangre y queria pasar por cierto lugar a recoger algunas cosas.
- Pero hoy no, dejemos a Ziel estar con Marcus por hoy, por culpa de los cazadores no ha estado muy a gusto con nadie, mañana lo buscaremos, te parece?- le volvi a abrazar con infinito cariño- ademas, deberia curarte esas heridas, sino no me seras de mucha ayuda, ve a casa, yo pasare un momento por la asociacion a buscar unas cosas- dicho eso, le bese en los labios con suavidad y sali de alli

por **Kai Olivier** Lun Jun 10, 2013 1:34 am

Asenti con la cabeza cuando dijo de acabar con Marcus juntos, eso era lo que deseaba escuchar desde hacia ya muchos meses. Pero lo que mas me sorprendio fue escuchar esas palabras, yo queria ir ya a por Marcus, pero en parte tenia razon, estaba herido, y ella tambien, asi que no eran de mucha utilidad.
- Esta bien, que vas, a confirmar lo que dijo Alec?- no sabia para que preguntaba, conocia ya la respuesta-Entonces te espero en casa, pero no tardes demasiado
Recibi su beso con ganas, hacia tanto tiempo que Kasha no me besaba que ya casi lo habia olvidado. Observe como se marchaba y me aleje de los terrenos con rapidez

por **Marcus O'Conell** Vie Jun 21, 2013 1:28 am

Lo había arrebatado. Se había apropiado de él, y poco le importaba lo que dijera el mundo. No había logrado reprimir lo que sentía, y tenía que exteriorizarlo de algún modo. Era esto o arrancar corazones inocentes de sus respectivos pechos. Era estar con Ziel, decirle lo mucho que lo añoraba, o perecer en las sombras nuevamente.

Lo había llevado a la Academia Cross. Exactamente, ese fue el lugar. Allí podría ponerlo a salvo ante cualquier cosa, y él también podría sentirse seguro. Basta de lugares lúgubres y de tristes sonrisas. Quería lo mejor para Ziel, pero sabía a duras penas que lo mejor era estar con ambos: tanto con Bella, como con él. Sin embargo, la paradoja se debatía en su interior: quería lo mejor, y le otorgaba lo peor.

Ingresó a la Academia por aquel extenso camino, arrasntrando a Ziel consigo. Su andar era acelerado, por lo que el muchacho tendría que seguirle el paso. Unas gotas de sangre de la mano de Marcus cayeron al suelo, dándole un toque tétrico a las claras baldosas. Sujetaba a Ziel de la muñeca con firmeza, y se detuvo en los terrenos. Allí, en un rápido movimiento, lo puso espalda contra un árbol colmado de verdes hojas. El sonido del roce entre estas era fantasmagórico en aquella noche. Lo miró a los ojos profundamente y puso cada mano a cada lado de su pequeña cabeza mortal.
- No puedo más -murmuró, apretando la mandíbula y acercando su rostro al del muchacho-. No puedo más -repitió, diciendo cada palabra lentamente, resaltando cada una de las sílabas. Incluso, un toque de rudeza invadió su voz. Cerró los ojos y golpeó el tronco del árbol, embistiendolo con cuidado de no golpear a Ziel-. ¡No puedo más! -gritó con furia.

por **Ziel A. Carphatia** Vie Jun 21, 2013 4:30 pm

No había entendido nada. Marcus se había marchado hecho una furia, apartándome de su camino. Y no sólo él se había quedado molesto, porque reconozco que yo también. Bastante, la verdad. Tras su marcha había lanzado todo tipo de cosas por donde desapareció. En cambio, a las horas había vuelto y me había retirado de Bella, sacándome del panteón. Miraba hacia atrás y luego hacia Marcus. Sucesivamente y sin parar. ¿A dónde me llevaba? ¿Qué era lo que quería? Su paso además, era rápido, tanto que a veces tenía que correr un par de metros para alcanzarlo y así, que mi muñeca no se resintiera de su agarre.

Abrí los labios para querer preguntar el motivo. Pero el golpe contra el árbol, interrumpió antes de que pudiera decir nada. Lo miré sin entender nada de lo que estaba haciendo. Mi cabeza iba velozmente sopesando algunas ideas, aunque ninguna demasiado concisa. Él se había molestado porque le robé la fotografía, porque casi había obligado a que bebiera mi sangre, por acercarme y besarle...
Giré la cabeza hacia un lado, cerrando los ojos, creyendo que el golpe iba hacia mi mejilla. Para mi suerte, se estrelló contra el tronco. El pulso empezó a moverse. ¿Por qué estaba tan enfadado? ¿Era por lo que había hecho? ¿Eso era lo que estaba molestándole? ¿La sed, quizá?

Retrocedí todo lo que podía contra la madera, nervioso; arrinconándome solo, y haciendo toda la posible distancia entre ambos. Bajé la cabeza con temor, clavando los ojos en mis pies. Todo parecía como la última vez en aquel oscuro callejón. Por mucha vez en mucho tiempo, le tenía miedo. No sabía por dónde saldría; si me golpearía a la próxima vez, si volvería a marcharse, si quería mi sangre... Durante todo este tiempo, todavía no comprendí lo que podía pasarse por su cabeza. Aunque, visto cómo había estado de alterado, creía comprender su molestia. Era yo. Y eso, me dolía más que cualquier cosa.

-De acuerdo, Marcus. Tranquilízate - Hice una pequeña pausa para encontrar las palabras adecuadas, viendo cómo mi vista iba empañándose. Todo lo que recorrimos, se volvía cenizas de nuevo. Puse la palma de las manos en su pecho e hice una pequeña sonrisa, restándole limaduras. - No volveré a tocar tus cosas sin tu consentimiento, no volveré a acercarme sin tu permiso, no volveré a gritar, ni a golpearte y controlaré mejor mi humor. Prometo hacer lo que me digas como un buen Siervo. Lo siento, "Amo". - Me disculpé como buen Lacayo, bajando las manos antes de que dijera nada. Doblé las rodillas, cayendo hacia delante; mostrándole respeto. Él era el Señor y yo el esclavo. Nada de estar parejos, Ziel. Marcus estaba dos escalones más arriba del máximo que podría alcanzar. Olvidé mi papel en esto, olvidé el trato y tal vez quería algo de Marcus que no podría obtener. Eso resultaba lo más doloroso. Creer en la Gloria y caer al mar. Incluso hacía tanto que no le decía "Amo", que hasta sonó extraño en mis oídos. Cerré los ojos, esperando que cayeran sus duras palabras y quién sabe si golpes. Está bien. No lo tocaría, no volvería a ofenderlo. Él era quien había estado alejándose, marcando la distancia y no necesitaba un tercer rechazo de su parte para darme cuenta del problema. Al menos lo había intentado y pedí perdón. Lo siguiente vendría dado de su mano.

por **Marcus O'Conell** Vie Jun 21, 2013 8:00 pm

Casi quiso reír, pues Ziel no tenía la menor idea acerca de lo que sucedía.

Luego de golpear con fiereza el árbol, observó los ojos cristalizados del joven humano. No sabía qué sentir ante esa expresión angustiada y temerosa. Podía oler el miedo, el terror. Podía hacerlo al igual que otras tantas veces en el pasado. Sin embargo, ya no le deleitaba. Ya no le excitaba ni le invitaba a sucumbir en placeres enfermos. Tan solo le provocaba remordimiento, tristeza y amargura. "No, Ziel. No es eso lo que deseo", pensó para sus adentros.

Bajó un instante la mirada, intentando buscar la suya nuevamente. El chico se encontraba intimidado por su presencia y comenzaba a adjudicarse culpas que no merecía. ¿Qué culpa tenía él al caer en el amor por dos personas? ¿Quién era Marcus, vampiro deplorable y despreciable, para culparlo por ello, si después de todo él fue el culpable de esta situación? Porque, evidentemente, era así: Ziel era feliz con Bella, hasta que Marcus apareció. Maldito tercero en discordia. ¿Y él creía que eso solo surgía a causa de sentimientos humanos incongruentes? Imbécil; ingenuo al creer en semejante tontería.

Ziel acabó de rodillas en el suelo antes de que él pudiese decir algo. Su expresión se había vuelto menos rígida, y sus ojos turbios poseían un brillo particularmente dócil. Cuando observó a Ziel y escuchó sus palabras, se quedó inmóvil con las manos aún puestas sobre el árbol. Las deslizó suavemente, a medida que él mismo iba descendiendo. Acabó arrodillado frente a él, ensuciando sus pantalones negros con musgo. Nuevamente, a su altura. Otra vez, iguales pese a la mortalidad de uno y la inmortalidad del otro.

Encerró al chico entre su cuerpo y el árbol, aunque jamás lo había liberado del todo. Sus brazos poseían cierto temblor. Negó con la cabeza varias veces y clavó sus ojos carmesí en el mar profundo que representaban los de Ziel.

- No entiendes nada, como siempre, humano ingenuo y despreciable -susurró, acudiendo a palabras que él mismo había utilizado en un pasado no muy lejano para dirijirse al chico. Sonrió levemente, de un modo casi impersceptible, y aferró su gélida mano a la nuca de Ziel. En un veloz movimiento, se inclinó sobre él. Sus labios se unieron en medio de un arrebato pasional por parte del vampiro. Había ansiado este momento. Había ansiado tenerlo así, solo para él. El perfume de su piel le llegaba con mayor claridad, agobiando sus sentidos. La presión que Marcus ejercía sobre los labios ajenos, provocaría que dejase a su rival sin respiración.

¿Rival? Sí, pues Ziel era aquel enemigo que reflejaba todas las cualidades que el propio Marcus quisiera poseer. Él constituía el reflejo innato de aquel oponente que siempre resiste, que nunca se cansa, pues desde el primer día, jamás se rindió con él. Jamás se rindió intentando buscar una pizca de humanidad en su agrio corazón. Y ahora, ya no había vuelta atrás. Marcus había caído completamente en la perdición que él mismo había sembrado. Había sido atrapado por su peor y mayor enemigo, quien ahora más que nunca constituía su más profunda debilidad. ¿Debería eliminarlo? Tal vez, pues de ese modo no tendría ningún talón de Aquiles que pudiera romperlo en mil pedazos. Pero, como bien se sabe, jamás fue decisión sencilla arrancarle el corazón del pecho a quien se ama.

por **Ziel A. Carphatia** Vie Jun 21, 2013 8:40 pm

¿Quién sino había caído en el brillo rojizo de unos oscuros ojos? Yo. Exactamente. Había caído en la perdición Inmortal. Era verdad que aquel color cautivaba a cualquier humano, pues mismamente resultaba el claro ejemplo de ello. Consiguieron irme enredando poco a poco, lentamente, hasta provocar que no quisiera vivir sin ver esos ojos de nuevo. Una de las más extrañas torturas, en cambio.

Giré la cabeza hacia un lado, viendo otro trozo de césped. De reojo observaba el negro pantalón de Marcus, certificando que continuaba allí. Y, ¿qué más, Ziel? No, no hay nada. Creí muchas veces en él y ya no sabía si levantaría la bandera blanca. Ya no sabía qué más hacer por él y por Bella. Las ideas se habían agotado. Tal vez también fuera por el insomnio de los últimos meses. Pero, desde luego, ahora mismo estaba vacío. No tenía ninguna otra excusa para ponerle a Marcus para que se apiadara, ni tampoco encontraba forma de volver a pedir perdón. Manipuladora redención. Sin embargo, no quería que él volviera a su estado de ira de aquella vez. Aún me daba escalofríos pensarlo.

Pasé una mano por la cabeza, echando el pelo hacia atrás. Dejé la mano puesta sobre la cabeza, por si Marcus decidiera golpearme. Aprendí eso mismo de los cazadores. Justamente en el momento más tranquilo, después de las palabras y cuando el silencio se armaba, venía el golpe. Y detrás de ese, venían el resto de tratos. Cerré los ojos, negando hacia un lado. Al menos, esperaba que doliera menos de lo que estaba aguantando mi pecho. Levanté los ojos, viendo cómo él se había arrodillado también. ¿Qué estaba haciendo? Un Señor no se pone a la misma altura de su Siervo.

La espalda regresó al tronco, igual que antes; medio sentándome en el suelo. Podía sentir la respiración de Marcus rasgando mi piel. Dulzor de veneno, que me ciega sin pensarlo. Mis ojos se cerraron, concediéndome el más grato recuerdo de él.
"Humano ingenuo y despreciable". Sonreí irónicamente, abriendo los ojos y mirándole de reojo. Ya conocía eso desde hace tiempo. Sin duda, regresamos a los viejos tiempos. Aunque una ínfima parte rebosara parte de esperanza.
Alcé las manos hacia arriba, impidiendo que su cuerpo se juntara con el de su Lacayo. "No, no me hagas esto, Marcus"; pensaba. La única separación entre ambos eran estas manos frías. Estiré el cuello hacia uno de los lados para que así fuera más difícil encontrar sus ojos y así lograr no perderme de nuevo. No quería que me tocara. Entonces, si él no quería esto ¿por qué lo hacía? ¿Para rabiarme más?

-Mm... - No terminé de decir su nombre. Aquel beso me pilló desprevenido. De repente, él estaba mostrando la verdad de aquello. Una verdad que pensé imaginaria. Mis labios deseaban a los suyos más que nunca, aceptados. Me había preocupado tanto por esta tontería... Exactamente, era un humano ingenuo y despreciable. Quise reír por dentro.
Y el mar en calma de los ojos, volvió a desaparecer bajo los párpados. Marcus volvía a quitarme todo sentido y razón; dejando mi mente completamente en blanco. El aire quedó falto en los pulmones y tuve que reclinar la cabeza levemente hacia atrás. Ya tenía el ritmo cardíaco accelerado. Un día de estos moriría por infarto o asfixia, por su culpa. Sin embargo, prefería morir por ello a no sentirme tan vivo.

Agarré con firmeza su chaqueta y lo acerqué. Lo suficiente como para dejar, tentadoramente, los labios a escasa distancia de los suyos. Miré sus ojos, retándole. Que me besara otra vez; demostrándome que esto no había sido simplemente una ilusión de un humano ingenuo y pecador.

por **Marcus O'Conell** Vie Jun 21, 2013 9:29 pm

Él en verdad creía que Marcus iba a maltratarlo.
¿Él en verdad era tan estúpido?

Sus labios no se habían separado desde ese momento sagrado. Marcus podía sentir la entrecortada respiración de Ziel. Un poco más de presión y acabaría por lastimar la rosada piel que ofrecía ese dulce néctar embiagador. Ziel se aferró a su chaqueta y tiró de él, de modo que quedó aún más cerca del muchacho. Aquellos pares de ojos estaban muy próximos. Era increíble, pero admitiría que cada uno podía ver en el interior del otro. Del mismo modo, sus bocas continuaban tan próximas. Unos segundos duró aquella mínima lejanía. Solo unos segundos, pues Marcus se había rendido ante los latidos de su corazón sin vida.

Nuevamente, unió sus labios a los suyos. Recordaba aquella "M" del inicio de su nombre, la cual Ziel apenas pudo pronunciar a causa de la sorpresa que se llevó por la acción repentina del vampiro. Y Marcus también debía admitir que estaba sorprendido, pues jamás hubiese hecho algo semejante, ni en mil años. Y mucho menos con un humano como él, tan sensible y caprichoso, pero con un corazón tan grande y bondadoso. ¿Por qué estos sentimientos lo consumían todo en su interior? De a poco sentía que todo el sufrimiento y el odio se evaporaban como agua estancada de una tempestad pasajera. Quería que este momento perdurase. Quería que no concluyera nunca, pues si lo hiciese, esos sentimientos ponzoñosos regresarían.

Marcus descendió el brazo que aún tenía sobre el tronco, y lo pasó alrededor de la cintua de Ziel. De ese modo, lo aferró aún más a él. No se escaparía. No podía huir. En un veloz movimiento, Ziel acabó de espaldas en el suelo, y el vampiro sobre él, encarcelándolo aún más. Sus labios se habían separado otra vez, pero continuaban al acecho de su objetivo. Sus ojos rojos, apacibles como nunca, recorrían el contorno del rostro de porcelana de su muñeca preferida..

Y la única.

- No puedo vivir sin ti, Ziel. Ya no puedo soportar compartirte. Ya no puedo soportar no tenerte -susurró, recorriendo suavemente con la punta de su dedo índice la piel clara que recubría el cuello de Ziel. Allí, abrió la mano y la posó delicadamente sobre la base de su cuello-. ¿Alguna vez... la Muerte te ha dicho que también se enamora? -agregó luego, acercando más y más sus labios a los suyos, rosándolos con cuidado a medida que articulaba cada palabra.

por **Ziel A. Carphatia** Vie Jun 21, 2013 10:11 pm

Me perdí. Me perdí en el color de sus ojos. Paradójicamente podría hasta decirse que había abandonado mi cuerpo unos segundos, para introducirme en el suyo por los ojos. Frío. Tan frío que podría morir congelado. Pero añoraba tanto ese frío, que aborrecía completamente el calor, pues quería tener siempre esa sensación sobre la piel; recorriéndose en una descarga por la columna vertebral. Y en cuanto él volvió a cerrar la distancia, el corazón se desenfrenó, enloquecido. ¿Qué era esta sensación tan extraña sino cariño?

¿Por qué sus labios son pura droga para los míos?
Porque están prohibidos.

Tiré más de su chaqueta hacia abajo, de manera posesiva; para que no lograra escapar. Ahora había conseguido lo que llevaba todo el día intentando obtener. Quería su veneno, que quemara mi piel con el frío de sus dedos y besara allá donde ni siquiera Bella había llegado. Ladeé la cabeza, encajando los labios de cada uno en este ferviente deseo de ambos. ¿Por qué había llegado a caer frente a él? ¿Por qué me había atado pese a que fuera un hombre? No lo sabía. Tampoco quería la respuesta a esa pregunta. Simplemente dejaba que el derroche que me quemaba dentro, saliera todo. Poco me importaba que Marcus fuera un asesino, que fuera un vampiro, que hubiera maltrado este frágil cuerpo hasta hacerlo pedazos, o que fuera un hombre; me daba igual. Lo único que cegaba mi cabeza era que lo quería, que amaba a quel que me besaba en este instante, y que no podría arrancármelo del pecho ni a tiros.

Una de mis manos bajó al mismo tiempo que la suya agarraba mi cintura. La otra fue a refugiarse en su nuca, tomando aquel pelo que tan absorto dejaba a este indigno olfato.
La espalda acabó encontrando el suelo, como aquella última vez. Ambas manos descendieron de su cuerpo hasta mi vientre, soltando levemente las correas de Humanidad. Entreabrí los labios, mirándole; tomando aire de manera agitada. Sin darse cuenta, estaba quemándome. Irónico, ¿verdad? Pero así era, pues mi temperatura había encendido varios grados; generándose una diferencia de temperatura mayor.
-Entonces no me dejes irme. - Contesté con una sonrisa. Yo tampoco podía pensar en separarme de sus brazos, de olvidar sus caricias y ocultar las marcas de sus labios sobre la piel. Era imposible borrarle de mi cabeza. Se había llevado hasta ésta misma. Clavé los codos en el suelo, levantándome levemente.

- No. - Susurré, rozando sus boca al hablar. Lo miré a los ojos, pasando una mano por su mejilla. - ¿Y acaso le está vedado a la Muerte enamorarse? - Pregunté antes de volver a besarle. Generé el paso en su boca, rozando su lengua en esta danza de pasión. Pero cruel de mis actos, quería dejarle la miel puramente en los labios; y nunca mejor dicho. Desde la cintura empezó a caminar la otra mano, subiendo por su torso e intentando que algún botón de su camisa lograra salirse de su hojal.

Con suavidad, me acerqué a su oído.
-Bésame donde jamás lo hayan hecho. - Susurré. Marcus, declárate el único dueño y señor de allá donde la carne de tus labios, hecha hiedra, se pose. Él todavía tenía oportunidad de obtener los trozos sueltos de la porcelana de mi cuerpo. Solamente tenía que aprender a recogerlos antes que Bella.
Nuevamente, dejé que mi cuerpo se recostara en el suelo. Estiré el cuello y abrí el primer botón de mi camisa. Parecía que estuviera drogado, como un anestesiante en la garganta al hablar: Él.

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