Re: Zona abandonada

por **Fraiah B. Eslin** Mar Mayo 10, 2011 4:12 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Suspiré sintiéndome segura luego de tanto tiempo. Siempre me había sentido en una cuerda floja. Muchas personas me ayudaban, pero yo no conseguía aferrarme a ellas. Quizás fuera por no querer representar una carga o un problema más para ellos.
Sonreí levemente ante aquel "jamás" que me reconfortó, ciertamente.
- A veces quisiera saber por qué me trata de ese modo - mencioné refiriéndome a Crash. Es que cada vez que él aparecía, con una simple mirada me arrojaba al abismo más oscuro. Yo quería salir de eso, necesitaba alejarme de esa oscuridad a la que jamás pertenecí.
- Eres demasiado bueno conmigo - dije luego, refiriéndome a Nokku.

por **Kai Olivier** Jue Ene 17, 2013 2:44 am

De repente partes de su cuerpo estallaron, haciendo que soltara el arco y las flechas y que cayera de lado, no emitio sonido alguno, ¿para que iba a hacerlo?, ahora mismo, su corazon estaba destrozado, su familia habia quedado completamente destruida en unos pocos minutos.
No se movio del sitio, tampoco es que le importara, tan solo queria llorar y desaparecer del mundo, hacer que todo volviera a ser normal, que aquellos vampiros no hubieran matado a sus amigos, no haberse convertido en cazador, desconocer que Ziel fuera su hermano, entonces el podria seguir con su vida feliz, y no con todo ese sufrimiento que le invadia.
Ahora ya, lo unico que le quedaba era Kasha, era lo unico bien que habia hecho en este tiempo, habia conseguido que volviera a sonreir, era de lo unico que no podia dejar, si la perdia a ella, entoces no le quedaria nada

por **Kasha Oskan** Jue Ene 17, 2013 4:01 pm

Kasha aparecio en la zona abandonada, donde empezaron a aparecer muchos niveles E, saco sus cuchillos de las botas militares y se puso en posicion de ataque con un cuchillo delante de la cara y el otro en la espalda, dio un salto girando sobre si misma en el aire como si estuviera bailando y al caer al suelo mato a dos y con suma facilidad se deshizo de los otros dos que habia.
Pronto encontro a Kai en el suelo, tirado sin moverse, estaba muy mal herido, las heridas eran caracteristicas del poder de Marcus.
- oh, Kai...- lo giro para poderle ver la cara- yo cuidare de ti, yo arreglare esto por ti...- le dijo acariciandole la cara- matare a Marcus y liberare a Ziel, Marcus pagara por esto, te lo prometo...- se preparo para cargar con Kai, iba a resultar complicado, pero lo conseguiria. Kasha apenas pesaba 50 kilos, mientras que Kai, por su altura y musculatura, pesaba cerca de los 90 kilos, casi el doble que Kasha.
Con cuidado, lo levanto y lo saco de alli, disparando con las armas que habia comprado con Fraiah a todo vampiro demasiado idiota como para acercarse.

por **Kai Olivier** Jue Ene 17, 2013 4:11 pm

Kasha aparecio al rescate, Kai ni se movio, aun no era capaz de asimilar todo lo que habia visto hacia apenas unos momentos.
Escucho a Kasha decir aquellas palabras, ella no tenia por que hacerlo, no era habitual hacer eso, pero no lo rechazaria, el solo no podia hacer esto, necesitaba ayuda.
Dejo que cargara con el sin fuerzas para moverse, si no fuera por ella, se hubiera dejado morir, pero sabia que su pequeña se hubiera vuelto loca, aunque Ziel ya no estaba, aun tenia que cuidar de otra persona, tenia que cuidar de su pequeña Kasha.

por **Nathan Hawthorne** Miér Jun 19, 2013 5:43 am

Alec, o mejor dicho, Vladimir, se había alejado de los terrenos con rapidez. Ya había pasado por la Asociación para dejar cierto documento de relevancia en los archivos. Si bien había dejado un rastro de sangre por todo el trayecto realizado hasta llegar a la zona abandonada, procuró no derramar ni una gota en torno a la Asociación. Él jamás había estado allí después de todo, ¿cierto?

Ingresó en un edificio corroído por el tiempo y sacó unos vendajes de su pequeña mochila viajera. ¿Por qué se esmeraba en pasar desapercibido de aquel modo? ¿Por qué no continuaba asesinando como había hecho aquella noche que retornó al pueblo con nuevos planes? Debería haber realizado una masacre esta tarde con esos dos cazadores, pero sin embargo decidió continuar simulando a que era uno de los suyos; incluso descubrió a Marcus con aquel joven humano. Así que esa era la razón por la cual uno de sus Hijos estaba bastante ausente y no asistía a las reuniones con seguimiento.

Se quitó la chaqueta y la sudadera y las dejó a un lado. Su torso desnudo apenas era visible en aquella oscuridad. Además, si cualquier ente -humano o vampiro- apareciese con intenciones de acabar con él en tal estado, se llevaría con una sorpresa: por más que estuviese herido, aquello era sólo una farsa. Continuaría ocultando su aura poderosa por más tiempo. Continuaría conservando esta imagen y esta nueva personalidad que estaba creando. No sabía por qué, pero le agradaba pensar hasta dónde podía llegar. Los recuerdos de esta tarde donde aquella cazadora quiso darle su sangre, acudieron a su mente. ¿Por qué haría eso una mujer como ella? Además, él mismo la había visto en la fiesta y era bastante reacia a acercarse a un vampiro por plena voluntad bondadosa. Algo extraño había ocurrido, y hasta le entusiasmaba pensar qué era lo que se había cruzado por su mente en ese momento. Seguramente, si ella supiese quién era él en verdad, lo hubiera querido ver desangrarse ante sus ojos.

Vladimir sonrió levemente y miró las paredes demacradas del lugar. Bajó la mirada hasta el suelo y observó el rastro de sangre. Pronto llegaría alguien, aunque sea un Nivel E, y de algún modo él se divertiría.

Lentamente, Vladimir D' Shaitis comenzaba a engañar a todos, incluso a sí mismo. La pregunta sería: ¿por qué?

Pasadas unas cuantas horas, el hombre permaneció allí. Sin embargo, comenzó a sentir unos aromas particulares cerca, sobre todo el de aquella cazadora. ¿Qué estaría haciendo? Le intrigaba saber si habría diversión por allí, o incluso si él podría brindar un poco de aquella chispa de "alegría". Rió para sus adentros, conservando aquella apariencia jovial y agradable, ocultando todo rastro del verdadero ser que yacía en su interior. Vladimir D'Shaitis, ahora tan solo "Alec Baskerville", decidió que estaría allí, en aquel edificio, reposando un poco más. Debería planear su siguiente movimiento "inocente".

Al pasar un buen rato, consideró que sería interesante hacer una breve aparición y "ayudar" a uno de sus Hijos queridos. El vampiro se puso de pie y se marchó de allí, en dirección al mercado.

por **Sasha R. Kross** Lun Jul 29, 2013 2:03 am

Sasha volvía de realizar su último encarguito. Esta vez había acojonado a un ricachón a que pagara sus deudas, unas deudas que alcanzaban los diez millones de yenes. No solo había logrado con éxito su trabajo, sino que hizo que el pobre hombre se cagara encima. Esa clase de cosas no provocaban placer en la chica, pero pensaba que ese era su trabajo y que si quería vivir tenía que hacer lo que sabía hacer. Y punto.

Realmente lo que Sasha necesitaba era una copa, un ron con cocacola. Eso haría que se tranquilizara. Por alguna razón que ella misma desconocía, los cielos nublados y encapotados, con amenaza de nevar la ponían triste, o furiosa en los peores casos. Y no sabía por qué. Había conseguido acostumbrarse, pero después de hacer cosas desagradables daba igual lo acostumbrada que estuviera a eso: se sentía mal. Y por si fuera poco, aun se sentía vacía. Eso también lo desconocía. Exacto. No recordaba nada de su pasado. No recordaba su origen, ni su tierra, ni su familia. Las habilidades con las que contaba tampoco sabía de donde habían salido. Había olvidado que había sido una de las mejores cazadores de vampiros de su grupo. Ahora la propia mención de la existencia de un vampiro, lo traducía como un cuento infantil o como una leyenda.

Sasha andaba por estas calles abandonadas, intentando olvidar todos sus problemas, hacer que todos sus pensamientos se apartaran de ella durante un rato. Quería centrarse en el punto de fugar al que acudían todas las lineas que hacían las casas de la calle. Ver como estas lineas iban directas a un punto era algo que le salía solo. Necesito dibujar algo, alguna perspectiva cónica que me haga pensar durante un par de horas. Pero para el trabajo no necesitaba sus lapices, ni su cuaderno, ni sus reglas. Necesitaba su espada y mala hostia. Nada más. Ser aterradora era algo que también le salía solo.

Decidió entretenerse así desde otra perspectiva y sentada en un banco cercano. Estaba todo solitario. Solo los pájaros volaban cerca y algún gato callejero pululaba por las cercanías. Nada como la soledad.

por **Yagari Touga** Lun Jul 29, 2013 4:06 am

Luego del encontronazo que Zero y él habían tenido con aquella chiquilla endemoniada, había vuelto a los andares de siempre. Su arma estaba cargada, sus cuchillos afilados.. pero no más afilados que su ruda y sagaz lengua. El hombre caminaba por las solitarias y frívolas calles echando maldiciones aquí y allá. Así era Yagari Touga, borde y frío. Odiaba tanto los vampiros como a una tarde sin cigarros. Y esto último no era poca cosa, en lo absoluto.

La Asociación lo había enviado a la zona abandonada porque habían recibido notificaciones acerca de un vampiro Desconocido. El hombre, ante tales órdenes, rodeó los ojos. Desde que Damaru, el Líder, estaba desaparecido en otras misiones de relevancia, el peso de las responsabilidades recaía sobre él. Sin embargo, ¿quién se preocuparía por un vampiro desconocido cuando cada día aparecían casos de mayor relevancia? Por momentos, creía que algunos cazadores allí dentro no eran dignos de confianza. Cada día aparecían nuevos vampiros por el pueblo. ¿Cada día pensaban enviar cazadores a misiones tan insignificantes? Deberían aprovechar las fuerzas para otra clase de asuntos más importantes. Yagari podría echar cuatro gritos al aire y modificar el giro de las cosas, pero no le apetecía. Prefería fingir que estaba de acuerdo, pues de esa forma podría estar más cerca de ellos y estudiarlos mejor. ¿No dicen, acaso, que a los amigos hay que tenerlos cerca pero a los enemigos aun más cerca?

El sonido de sus pisadas era certero y determinante. Llevaba la escopeta al hombro. Su sagaz mirada detectó una sombra saltando por un tejado. Cómo no... Nivel E. A falta de acción, nunca es malo entretenerse con uno de ellos. Además, de ese modo limpiaba un poco más este pueblo repleto de mierda.

por **Sasha R. Kross** Lun Jul 29, 2013 10:49 am

Sasha continuaba perdida en su estúpido entretenimiento. La verdad es que hasta a ella le resultaba estúpido. Abandonó esa idea y ese pasatiempo y el dolor volvía a ella, un dolor que lo producía la carencia de recuerdos. Ni ella misma entendía eso: ¿cómo iba a sentirse mal por algo que no recordaba? ¿Sentimiento de culpa? ¿Por qué clase de cosa iba sentir culpa si no se acordaba de ello? Y ese tipo de cuestiones eran las que invadían su mente, sin poder hacer nada para tranquilizarse.

Seguía sentada en ese banco y se agarraba de los pelos. Apoyaba su cabeza sobre sus manos, sus manos sobre sus codos y sus codos en sus rodillas y apretaba los dientes con mucha fuerza. Deseaba gritar para desquitarse ese peso de encima. No se contuvo. Lanzó al aire un pequeño grito, lo suficientemente alto como para ser oido en las cercanías de su posición. Pero entonces vio algo que la dejó sorprendida.

Levantó su cabeza al escuchar unos pasos que recorrían el tejado de una de las casas, justo la que estaba enfrente de ella. Era muy rápido, tal vez más de lo que ella sería capaz. Y a continuación, otro corría por la calle a también a gran velocidad. Pasó frente a Sasha. Era un hombre bastante misterioso, con el pelo largo y con una escopeta colgada en su hombro. Parecía que estaba persiguiendo al del tejado.

Sasha había quedado sorprendida ante la escena. No se había quedado estupefacta, pero si ligeramente asombrada. ¡Qué velocidad! Pensó en su interior. Sasha se levantó de su asiento, y observó como pasaba de largo. Ni siquiera sabía si la habían visto. Sentía curiosidad por qué estaba pasando. Aun dudaba de si correr tras ellos o mantener las distancias. Podía estar arriesgando la vida; al fin al cabo, nunca había visto correr a nadie tan rápido. Estúpida, claro que has visto a alguien correr tan rápido como ese, es más, tú podrías correr más que esos si te lo propusieras. Eras la más rápida de tu equipo de cazadores. ¿Es que no te acuerdas? Pues claro que no se acordaba. No podía escuchar las réplicas de su mente, la única que sabía todo acerca de ella misma. El lado oculto de su persona que aun recordaba lo que la chica había olvidado. El subconsciente.

Estaba quieta, aun pensando que hacer.

por **Yagari Touga** Lun Jul 29, 2013 5:14 pm

Yagari había levantado velocidad en cuestión de segundos. Ágilmemente, maniobraba su escopeta sobre el hombro con una mano, mientras que con la otra extraía de su cintura un afilado cuchillo, el cual poseía una hoja gruesa y afilada. La magia anti-vampiros podía percibirse en el aire. Ese Nivel E no duraría demasiado en pie. Y, francamente, Yagari esperaba que lo guiara hacia más de ellos.

Al pasar corriendo al lado de un pequeño banco de la zona, observó de reojo a una mujer que se encontraba allí sentada. Era humana, podía sentirlo, pero... ¿acaso también era suicida? No dijo nada. Simplemente le echó una rápida y fugaz mirada, y continuó su camino. A unos metros, dobló en una esquina y dio un salto, aferrando sus manos al cemento sobresaliente de una ventana. Hizo fuerza hacia arriba con sus brazos, y comenzó a trepar a gran velocidad. Su cabello azabache se removía con la brisa a medida que ascendía. Agarraría a ese Nivel E allí, pues había tomado un atajo y en breves estaría pasando por encima de su cabeza.

Al cabo de unos segundos, tal y como había supuesto, allí se encontraba aquella bestia miserable sedienta de sangre. Yagari sostuvo su cuerpo con una mano, aún aferrada al cemento, y dejó libre la otra para sujetar la escopeta y disparar. Uno, dos, tres disparos se oyeron. Dio en el blanco justo al primer balazo, pero era mejor asegurarse. Además, tanta era la ira y el odio que esos seres le causaban, que necesitaba desquitarse de algún modo. Finalmente, su cuerpo se encontraba en la terraza de aquel edificio, admirando las cenizas de tan insignificante adversario. Suspiró y se quitó el sombrero, para permitir que el viento acariciara las hebras de cabello. Su ojo azul se clavó en la lejanía. El pueblo se veía desolado y... triste. Era una imagen muy poco agradable. Suspiró otra vez. Los disparos probablemente se habían oído en toda la zona, pues al estar tan desierta, el eco era increíble. Del mismo modo, él había oído un grito. Y ahora que lo pensaba detenidamente, ¿sería de aquella muchacha? No parecía herida cuando pasó a su lado, todo lo contrario. Sin embargo, le agradaba estar cerca para evitar otro desastre. Ya había tenido suficiente en esa fiesta de la Academia...

Ya había tenido suficiente con ver perecer a una joven inocente entre sus brazos.

por **Sasha R. Kross** Mar Jul 30, 2013 9:08 am

Bum, bum, bum. Tres disparos retumbaron el espacio sonoro del lugar. Eso hizo que se sorprendiera aun más. Le recordó a escopeta, tal vez una calibre 12 o más. Había sonado más o menos al noroeste de su posición actual. Giró la cabeza en esa dirección. Quería acercarse y descubrir que había pasado quien había realizado esos disparos. Y entonces recordó que aquel tipo que había pasado al lado suya y que le había dedicado una mirada tenía una escopeta.

¿Habría sido él? Ya estaba andando cuando se hizo esa pregunta y se detuvo en el sitio. Estaba volviendo a pensar si ir o no. ¿Sabes quien mató al gato, eh? ¿Lo sabes? Le interrumpía su mente. Eso si lo escuchó, pero no se contestó así misma, su mente lo entendería. ¡Exacto, la curiosidad! Lárgate en cuanto puedas y seguirás manteniendo esa preciosa vida que tienes. También lo escuchó, pero hizo oidos sordos. Quería saber todo lo que estaba pasando. Ella lo descubriría. Avanzó con cautela y sigilo por las calles, apoyándose en las paredes cercanas y mirando por los bordes de las mismas. Cuando avanzó un poco más, había perdido la referencia de aquellos retumbantes disparos y se había quedado perdida entre esas desérticas calles.

Mierda.- dijo en bajito

A medida que Sasha avanzaba, sentía que la estaban observando. Alguien la vigilaba y no sabía quien era. Estaba un poco nerviosa, así que agarró la empuñadura de su espada, pero sin desenvainarla, y caminó con más cautela que antes. Tal vez eran imaginaciones suyas, pero ella lo sentía y de forma muy real. Joder, ¿y si era el tipo de antes? Existía esa posibilidad. Llevaba un arma de fuego, podría abatirla a una distancia máxima de diez metros. Sería su fin.

Esa parecía la mayor de las posibilidades, pero había logrado escuchar pasos cercanos, pero no como una sola persona, sino como más, aunque sin lograr poder decir un número concreto. Tenía que salir de ahí, pero un movimiento en falso podía declarar la muerte de la chica. Decidió volver por donde había venido, pero lo haría despacio y en silencio. Aun tardaría un rato en alcanzar la calle principal.[/i]

por **Yagari Touga** Miér Jul 31, 2013 3:49 am

Bien, demasiado relax, ¿no? Aunque nunca es suficiente un momento de tranquilidad. Hacía tiempo que Yagari no disfrutaba de un instante calmo y apacible. Sin embargo, ¿por qué darse ese lujo? Después de todo, tampoco tenía otra cosa a la cual dedicar su tiempo. Por lo tanto, cada pensamiento de un día pacífico se esfumaba. Él había nacido para esto, para la cacería, y así continuaría siéndolo.

Su sombrero volvió a su cabeza, ocultando el azabache cabello. Dio un suspiro y se dispuso a andar entre el tejado. Caminaba con aparente tranquilidad, pero su instinto percibía amenazas cerca. Probablemente fueran más Nivel E alterados por el sonido desafiante de los disparos. Cuando estuvo de pie en el bordillo del techo que daba a un angosto callejón, clavó su mirada en la lejanía. Podía verlos avecinarse. Sonrió de lado, sagaz y mortífero. Cargó la escopeta y apuntó. Sin embargo, vio allí a una joven: era la misma de hace unos momentos. ¿Era suicida o qué? Acababa de confirmarlo.

Los vampiros iban tras ella. Eso era seguro. Comenzaron a treparse por las paredes con el deseo de acorralarla y luego aniquilarla, sin dejar en ella ni una sola gota. Avanzaron como si fueran su propia sombra, hasta que sus colmillos afilados y putrefactos estuvieron listos para la masacre. Sin embargo, era evidente que no llegarían a cumplir su objetivo.

Tres disparos más sonaron. Luego, otros tres.

Los vampiros se deshicieron en cenizas a espaldas de la joven y, justo en un edificio frente a ella, Yagari Touga encendía un cigarro.

por **Sasha R. Kross** Miér Jul 31, 2013 11:03 pm

Los rumores seguían rondando a su alrededor. Y cada vez eran más sospechosos: respiraciones forzosas, sonidos acuosos, pasos cada vez más marcados y rápidas sombras a través de ventanas. Sasha tenía miedo. Se encontraba rodeada de numerosos enemigos y ni siquiera sabía donde se ocultaban. También sabía que no eran normales sus acechadores. ¿No te lo había dicho? Ahora estás temblando de terror. Es cierto, temblaba, pero solo un poco, o eso quería tratar de hacer. Aun seguía mirando a todas partes preocupada, hasta que el susto apareció frente a ella.

Era un hombre, con la cara pálida y sus manos huesudas y con uñas largas. Vestía una camiseta grisácea manchada de sangre y muy sucia y unos pantalones vaqueros rotos. Sasha había visto a gente en peores condiciones que ese tipo, pero nunca había visto unos ojos brillantes como esos y unos dientes tan largos y afilados como esos.

Sasha desenvainó su espada y la apuntó contra el. Ella lo esperaría a su ataque. Lo que no se esperó es que daría un salto tan rápido y veloz como el que dio. Lo esquivó por los pelos, pero le rozó en la cara, dejándola un pequeño rasguño en su mejilla. Cayó al suelo pero se recuperó inmediatamente y se volvió contra su enemigo el cual atacó veloz y lo volvió esquivar. Fueron un par de veces más tales afrentas contra la chica, hasta que Sasha encontró el momento para contraatacar y así lo hizo, hundió su filo en su clavícula hasta casi llegar al corazón, pero su enemigo aun seguía vivo. Saltó sangre a borbotones, logrando manchar su ropa y su rostro. La suficiente para que una persona se cayera rendida. Cualquier humano hubiera muerto, ¿verdad? Le comentó su mente. El hombre le agarró del cuello y la levantó en el aire. El terror se apoderó de ella; pero no pereció. La ira y su instinto se hicieron con su cuerpo. No pudo contenerse. Agarró su brazo con su mano libre y sacó su espada de su mugriento cuerpo. El siguiente movimiento fue colocar la espada de forma vertical bajo su cabeza y ensartarla de abajo a arriba en su cráneo, provocando un desagradable sonido entre hueso quebrado y acuoso. El hombre se paralizó y cesó la fuerza que oprimía en la chica. Estaba muerto.

Había terminado con ese, pero múltiples presencias se arremolinaron tras ella. Ya olía la muerte antes de darse la vuelta, cuando irrumpieron seis estruendosos disparos de escopeta. Sasha se quedó paralizada. Pensó que habría muerto pero no, estaba viva y su salvador estaba ahí; un tipo bastante apuesto a su ver. Parecía tranquilo mientras se fumaba un cigarro en lo alto de ese edificio. No supo si saludarle o darle las gracias.

Hay que tener buena puntería con eso para haber acertado a ocho de ellos...-dijo para que lo oyera.-y más para haberlos dejado hechos ceniza.-eso lo dijo en bajito mientras miraba como la ceniza se volaba por las pequeñas ráfagas de viento.

Se giró completamente y se rozó la punta de la nariz con su manga mientras lo miraba aun con cierta desconfianza.

por **Yagari Touga** Vie Ago 02, 2013 4:04 am

Dio una calada al cigarro. El humo se expandió y su ojo inquisidor se clavó en la muchacha. Se había defendido muy bien de uno de esos Nivel E. A decir verdad, mejor que muchos de sus "competentes" cazadores. Se preguntaba de dónde había salido ella, por qué estaba allí, en una zona tan peligrosa y, sobre todo, por qué parecía ansiar inmiscuirse aún más en ella. Entrecerró el ojo -solo uno, pues donde debería haber otro había un parche de cuero- y se quedó pensativo observando su figura.

Escuchó su voz y le pareció aún más curiosa su presencia allí. Yagari exhaló el último humo del cigarro y lo arrojó al suelo, machacándolo con su bota. Dio unos pasos al frente para luego saltar sobre un balcón medio destruido y, finalmente, caer de pie en el suelo, frente a ella. Pudo haber respondido algún que otro comentario indiferente ante sus palabras, pero prefirió reservar aquellas frases y, en su lugar, decir otras mucho más importantes que su soberbia:
- Esta zona es peligrosa -aclaró, caminando hacia ella-. Sería conveniente que trates de no pasar por aquí a menudo -agregó, dejando entrever que ese "a menudo" significaba, en realidad, "nunca".

Dichas las palabras con aquel tono grave y severo, Yagari observó detenidamente a la muchacha. ¿Acaso conocía la existencia de vampiros? Pues parecía demasiado poco asombrada e, incluso, demasiado despistada. Por lo tanto, ambas cosas resultaban muy inconcebibles: poco asombrada como para no conocer acerca de esos seres, y muy despistada como para conocerlos.Debido a la incongruencia, Yagari no diría ni una palabra más de momento. Se limitaría a observarla de aquella forma inexpresiva y borde con la cual solía mirar a las personas. Esperaría a que ella hablara y, finalmente, diera algún indicio de sus motivos para estar en un lugar como este.

por **Sasha R. Kross** Sáb Ago 03, 2013 12:52 am

Aun se mantuvo en lo alto de ese edificio durante unos segundos más. Cuando acabó su cigarro, o al menos, hasta que se cansó de el, saltó a su nivel, primero sobre un balcón cercano y después al suelo.

Sasha hacía todo lo posible para mantener la compostura, pues la intensidad y el fragor de la batalla que había mantenido con ese extraño hombre, del cual aun estaba sorprendida, la habían dejado agotada. Ardía en deseos de tirarse al suelo, hiperventilar a más no poder y si fuera posible, echarse una siestecita ahí mismo. Pero no se lo podía permitir. Estaba ante un tipo que, a pesar de haberle salvado el pellejo, no conocía de nada y además parecía poderoso. Durante estos años en los que trabajaba como asesina y cosas peores, había logrado diferenciar entre los fuertes y los débiles, y aprendió que incluso los fuertes con buenas intenciones podían darte una puñalada trapera. ¿Sería este el caso para Sasha?

El hombre misterioso aun empuñaba su arma y se acercaba a ella. De forma involuntaria dio uno y dos pasos hacia atrás y levantó ligeramente su brazo como sistema de defensa. Le advertía de que este lugar no era seguro, que debía irse de aquí. Lo siento, pero esta chica tan encantadora no hace ni caso a su conciencia. ¿Crees que te lo va a hacer a ti? Aun pensando eso, era consciente de que era un lugar peligroso, al parecer, lleno de seres humanoides con una resistencia al dolor más que envidiable y que podían despedazarte casi instanteneamente.

Ante sus inteligentes palabras, esta le miró a su único ojo visible y le dedicó una leve sonrisa, acompañada de una afirmación.

Gracias, tendré cuidado.-dijo Sasha a la vez que limpiaba su hoja de la sangre y la guardaba fugazmente en su vaina.

Permitió que pasaran unos segundos y Sasha empezó a dar unos pasos aleatorios, como pensando algo. Vamos, pregunta. Este tipo sabe algo sobre estas criaturas. Habla ahora o calla para siempre. Era cierto, o al menos eso es lo que aparentaba la situación. Había exterminado a esos tipos de manera instantánea y ni parecía haberse inmutado. Algo ocurría y la curiosidad, como le suele ocurrir a la chica, ocupó su corazón. Deseaba saber sobre el tema.

Oye...-comenzó titubeando.-tú sabes... quienes eran estos tipos? Quiero decir... eh... no eran... precisamente... je je... normales. ¿No te parece?

Le daba vergüenza. Estaba a punto de mencionar a los zombis y alguna criatura similar típica de los cuentos. En realidad, su lado oculto, su subscosciente sabía perfectamente quienes eran. Pero ella no podía oir nada sobre el tema que supiera sin saber que lo sabía. Si, mi querida Sasha, sabes quienes son. Pero claro, ni siquiera recuerdas tu verdadero nombre, ni tu pasado. ¡Y como pareces rematadamente sorda no puedo decirte que eras una cazavampiros de la hostia! Hasta su conciencia se cabreaba con ella; vamos que ella misma se cabreaba por no poder recordar el pasado.

No sabía que clase de respuesta iba a recibir de él, pero esperaba impaciente.

por **Yagari Touga** Sáb Ago 03, 2013 5:17 am

En cuanto Yagari tocó el suelo con sus pies, la chica retrocedió unos pasos. Sabia decisión. Aunque hubiera sido mejor retroceder de aquellos Nivel E, no de él. El cazador no planeaba hacerle daño alguno. ¿Por qué atentaría contra la integridad de uno de los pocos humanos intactos que quedan por aquí? No asumiría el riesgo y la responsabilidad que significa contribuir a la extinción de la raza humana.

Sus gestos, sus titubeos al hablar, su modo de actuar... Todo era curioso en esa muchacha. El celeste refulgente del iris de Touga se clavó en la figura femenina una vez más. ¿Qué hacía allí? ¿Por qué parecía no entender nada y, a su vez, comprenderlo todo? Los interrogantes se arremolinaban en su mente. ¿Por dónde comenzar a indagar? ¿No sería mejor dejarla inconsciente y llevarla a un lugar seguro? Y sin embargo, a pesar de tener la opción más sencilla al alcance de su mano, el cazador optó por continuar allí de pie, observándola y protegiéndola de un modo u otro, dispuesto a responder de alguna forma su extraña y complicada duda.

- Sí, me parece. Pero lo que más me parece es que deberías cerrar la boca y marcharte -sentenció sin filtro. Yagari era borde por naturaleza y hasta había llegado a considerar aquello como una cualidad-. Delincuentes. Los hay por todas partes -dijo al fin, a modo de respuesta para su inquietud sobre "esos tipos". El hombre acabó por suspirar y mirar un momento hacia el oscuro callejón que se extendía detrás de la mujer. Otra presencia se acercaba. Chasqueó la lengua y dio otros pasos hacia ella, acortando las distancias. Extendió un brazo y sujetó el brazo de ella. Tiró de su miembro para acercarla a él con el fin de dejarla tras de sí. Esta noche parecía dispuesta a hacer emerger vampiros Nivel E de debajo de las baldosas de la acera.

Todo estaba más que dicho: esa chica era una ingenua humana que se las arreglaba bien con una katana.

- Mal día para salir a pasear, chica -murmuró gravemente-. Te puedes encontrar con tipos como yo -agregó, sonriendo de lado y llevando otro cigarro a su boca. La miró de reojo y tensó una de sus manos sujetando la escopeta. La mano libre la llevó hasta el cinto que sostenía sus pantalones, justo donde alojaba un par de armas blancas muy punzantes. Creía necesario considerar el hecho de dejar los daños psicológicos que la aparición de estos seres pudieran causar en la muchacha para luego. Siempre había prioridades. Proteger a los humanos de los vampiros siempre fue la prioridad de un hombre como él.

¿Qué nuevo peligro se aproximaría ahora? Otro interrogante más sumado a la patrulla nocturna de Yagari Touga.

por **Sasha R. Kross** Lun Ago 05, 2013 1:20 am

La miraba, y fijamente. Sasha hacía lo mismo mientras esperaba a que este le contestara. No le agradó demasiado, pero prefirió no mostrarlo. Tampoco quería problemas de ningún tipo. Pero lo único que uno da a entender ofreciendo una contestación como esa es evadir algo, ocultar algo. Sasha sospechó sobre eso, pero acontinuación dijo: "Delicuentes, los hay por todas partes". En cierto modo, eso tranquilizó las dudas de la chica... casi por completo.

¿Delincuentes? ¿Me estás diciendo que esos tipos, al que a uno le he ensartado la espada en la clavícula hasta casi llegar al corazón, son "delincuentes"?-dijo ligeramente tensada y sorprendida. Se detuvo pensativa y miraba hacia otro lado.

Delicuentes... Sasha había visto a muchos delincuentes y ninguno se parecía a estos. Ciertamente, ella nunca había estado aquí y podía haber cualquier cosa que ella desconociera, pero personas que tenían tal resistencia al dolor... eso era inhumano.

Yo creo... que... debían de estar... bien drogados, ¿no? Ja ja...-dijo, arrepintiéndose de no haber dicho lo que realmente pensaba.

Ella no creía que fueran simples delicuentes, pero tampoco tenía muchas más teorías. ¿Qué? ¿Vampiros? Por favor... Se negaba a creer algo como eso. Eso solo sale en cuentos, ¿no? Y los hombres lobo también aparecían en su lista de posibles criaturas mutantes. Lo que tenía claro es que no eran humanos. Eso lo podía asegurar.
En ese momento, la mirada de su acompañante se desvió a su espalda, al callejón oscuro que estaba tras ella. Este hizo un ruido con la boca, el cual no pudo discernir, y la agarró del brazo, poniéndola tras él. Sasha no se sentía cómoda. Estaba a punto de desenvainar su espada y cortarle el brazo. Empuñó su espada, pero no la desenvainó.

¿Pero qué haces?-soltó Sasha, como si la agobiaran

Cuando se colocó tras su espalda, se dio cuenta de lo bajita que era. La cabeza de la chica le llegaba un poco por debajo del hombro. "Mal día para salir a pasear, chica", dijo él; "te puedes encontrar con tipos como yo". añadió. Ante su primera frase, lo único que hizo fue arquear sus cejas mientras intentaba mirarle a la cara. Lo segundo, solo hizo que la chica se sintiera más perpleja. Estaba claro que no estaba con un tipo normal.
Empuñó su escopeta y desenfundó algunas hojas afiladas de su cinto. Eso sorprendió aun más a Sasha. Previó peligro. Estar con un tipo como este era como tener un detector de presencias ofensivas o algo así. La chica se asomó por la espalda del chico y observó algo en ese callejón. ¿Qué era? Ni puta idea, pero era algo gordo, muy gordo.

No se quien eres ni a qué te dedicas, pero espero que sepas lo que haces.-dijo ligeramente asustada. Al concluir su frase desenvainó su brillante hoja.

Sasha estaba lista para la lucha. No tenía otra que confiar en ese hombre y esperaba que él también lo hiciera con ella.

por **Yagari Touga** Lun Ago 05, 2013 5:19 am

Claramente, una respuesta como la suya costosamente podría convencer a alguien. Sin embargo, contaba con que no tuviera que emitir muchas palabras hacia ella. Él siempre había sido un tipo de pocas palabras. Su eje central eran los actos. Pero, ahora mismo, debía ejecutar ambos a la vez.
- Ciertamente -respondió a su comentario sobre las drogas-. ¿Acaso no sabes que la cocaína es capaz de no hacerte sentir el dolor y lograr que sigas adelante a pesar de todo? -explicó mientras su mirada se concentraba firmemente en la zona. Tenía ambos brazos tensos, armados, esperando el objetivo.

La chica parecía insegura. No la culpaba, a decir verdad. Yagari la miró de reojo. Algo extraño había con ella. Si no era una cazadora, si no conocía la existencia de los vampiros, ¿qué demonios hacía en la zona abandonada con un arma como esa?
- Solo haz lo que te diga -determinó, intentando calmar sus nervios. No era bueno para ninguno de los dos que ella estuviera en aquel estado en un momento como ese.

Tras unos segundos, comenzó a divisar aquellas figuras humanoides con cierta tendencia hacia la deformidad. ¿Más Nivel E? ¿Es que acaso no había nada más divertido? Yagari chasqueó la lengua y negó levemente con la cabeza. Bien, era lo que había. Por un lado, sería mejor así. Aquella chica podía tener una oportunidad defendiéndose de ellos. Hasta el momento, podía sentir diez de ellos. Habían sido atraídos por algo en especial. Se preguntaba si la chica no tendría algún tipo de herida. La observó sigilosamente por unos momentos. Ya estaba preparada con aquella filosa arma. Si estaba herida o no, eso ya no importaba. Ninguna herida podría compararse con ser despedazado por Niveles E.

- No permitas que sus garras te toquen -sugirió como primer consejo fundamental. Ella realmente no querrá que ellos la encierren y se aferren a sus prendas, dificultándose cada vez más quitárselos de encima-. Atraviésales el pecho o la cabeza. Esos golpes son certeros y no te harán perder tiempo -agregó, comenzando a correr hacia ellos, siendo él quien se dirigía hacia el enemigo directamente en la vanguardia. Comenzó acabando con dos de ellos: uno pereció bajo un disparo de su escopeta, tras apoyarla en la frente de unos de aquellos seres. A su vez, la bala siguió su camino debido a la cercanía del objetivo, atravesando la carne corroída, y derribando a otro objetivo más allá. Acto seguido, Yagari sintió el peso de uno de ellos aferrándose a su espalda. Sonrió con suficiencia y lo sujetó de modo que con un poco de fuerza lo hizo caer delante de él, y en ese instante atravesó su cabeza con un cuchillo. La sangre podrida salpicó su rostro y el vampiro se volvió cenizas. El cazador alzó la vista. Necesitaba corroborar que la chica se encontraba bien.

por **Sasha R. Kross** Lun Ago 05, 2013 2:40 pm

Sasha se había enfrentado ante numerosas adversidades. Desde perros enfermos hasta asesinos compulsivos. Siempre había sido capaz de derrotarlos y dejarlos bien muertos. Sasha había luchado contra numerosos adversarios, pero ninguno como estos. Me dirás que un cambio no está mal, ¿no? Ah no, espera, que tu ya has masacrado miles de bichos como estos. Y esos recuerdos rotos de los cuales solo tenía fragmentos que volvían a ella. Sintió como se agrietaba su cabeza, como si fuera taladrada y sentía dolor; no muy fuerte, pues ya estaba acostumbrada. Cerró un ojo como si hubiese bebido algo con mucho limón y no pudo evitar gruñir. Tampoco quería que su salvador viera en ella una debilidad, y más en un momento como este, en el que se iba a liberar una afrenta más que importante, o al menos para ella. Así que trató de mantener el tipo y hacer como si nada hubiera pasado en esa cabeza suya.

El hombre misterioso pudo observar la debilidad que Sasha sentía en ese momento. Ella lo supo con sus siguientes comentarios, que eran a modo de consejos para ella. En el fondo pensaba que no necesitaba esa clase de comentarios para que se tranquilizara, pero creía que enfrentarse a algo que desconocía acompañada por alguien que si sabía era un verdadero alivio.

De acuerdo... Entiendo...-respondió a sus palabras. Intentaba que fueran lo más seguras posibles.

Hasta ahora, se estaba cubriendo tras la espalda del hombre, pero entonces se echó a un lado y se puso a su par. Empuñó su filo con las dos manos. Observó a sus enemigos. Eran numerosos. Contaba ocho o nueve, aunque sin mucha veracidad en sus cálculos. Algunos más deformados que otros y otros con cara de monstruo. Recuerda, en la cabeza o en el corazón... en la cabeza o en el corazón. No falles o lo lamentarás Le replicaba su mente.
Sasha calculó que faltarían unos segundos ante de que diera comienzo la cacería. Pensó en decir algo antes de que la sangre saltara.

Soy Sasha.-dijo antes de que él saliera a matar.-Aunque puedes llamarme Riku si lo prefieres.

Decidió no prestar tiempo a ver su reacción. Pensó que tal vez no era la clase de personas que se presentaba en un momento como este y dedicaba tiempo para presentaciones. No lo sabía. Esperó un poco más y cuando su compañero salió con la escopeta delante, ella corrió a por ellos.

Ahora se acercaba con una mano delante y con la espada detrás de ella, como permitiendo que la hoja cortara el viento que la pasaba. Había divisado a uno y estaba dispuesta a terminar con su vida, pero este saltó sobre ella. Realizó un salto de al menos cuatro metros. Sasha no se atrevía a luchar en el aire con una criatura así, de modo que realizó una técnica evasiva: se tiró al suelo, haciendo que tanto su trasero como sus piernas derraparan por el sucio suelo y su hoja soltara chispas con el roce del acero con el de las baldosas del suelo y así logrando esquivar a su adversario. Pensó en darse la vuelta, pero iba a gran velocidad, la suficiente para sorprender al siguiente enemigo. Fue un movimiento rápido:

En la misma acción, logró ponerse de pie y con la inercia que llevaba saltó hacia la pared más cercana y rebotó sobre ella para caer en los hombros de uno de ellos. Lo siguiente fue ese sonido acuoso al ensartar un cráneo con una espada, ese desagradable sonido a hueso quebrado. Sasha se detuvo durante unos segundos, canalizando toda la adrenalina del momento, oyendo su propia respiración. Observó como su espada se había bañado en una sangre casi negruzca, cómo sus manos también estaba manchada de la misma sustancia carmesí y como sentía el calor propio de la sangre en la cara.

Tras su actuación, otro enemigo se avalanzó a por ella, pero le esquivó con una danzante evasión, dejándolo a su completa merced y realizándole un corte de unos siete centimetros en su nuca y haciendo que su cabeza cayera lentamente y rodara por el suelo. Vio como otro de ellos se avalanzaba hacia el hombre de la escopeta y lo agarró por la espalda. Por un momento temió por su vida, pero luego observó que no corría peligro. Durante su distracción uno de ellos se avalanzó a por ella y la alcanzó, agarrándola por ambos hombros y acercando su boca a su cuello. Mostraba unos dientes aterradores a la vez que feos y podridos. Sasha se asustó.

¡Quita vampiro de mierda!-gritó al aire.-¡Suéltame!

Sasha lo alejaba de ella misma todo lo que sus brazos le permitían. Le clavó de forma desesperada la espada en el estomago en numerosas ocasiones, pero eso no lograba que el monstruo se separara de ella. Estaba perdida, iba a ser... ¿mordida? Si, eso es lo que hacen los ... Pero lo último no lo escuchó. Demasiado ocupada forcejeando con el tipo este como para escuchar a la maldita conciencia.

por **Yagari Touga** Lun Ago 05, 2013 4:05 pm

Estaba nerviosa. Continuaba sintiéndolo. Sin embargo, se esmeraba por mantener la compostura en medio de este "sinsentido" que significaba la situación. Para él, un acontecimiento como tal poseía todo el sentido del mundo, pero para alguien como ella, quien aparentemente desconocía la realidad de este pueblo, una circunstancia como tal puede significar un gran shock. Y, a pesar de todo lo que pudiera pasar por su mente, la chica se presentó a él. ¿Debía tomar aquello como una de esas presentaciones antes de la muerte? Yagari sonrió con la sangre del vampiro surcándole el rostro. Él se reservaría las presentaciones por el momento. De otro modo, cuando concluyeran, no tendrían de qué hablar. Aunque, ¿qué clase de estúpida importancia tenía un nombre en comparación a lo que estaba ocurriendo? Probablemente ella quisiera saber más que una simple identidad.

El desempeño de la muchacha era bueno. Se notaba que tenía técnica y entrenamiento. Yagari continuó lidiando con tres vampiros más. Ya faltaban pocos y esperaba que, una vez acabados, obtuvieran el tiempo suficiente para salir de allí. El cazador avanzaba hacia atrás mientras una de aquellas criaturas se abalanzaba hacia él. Esquivaba sus garras con facilidad y, en cuanto se descuidó, le insertó el cuchillo en la yugular, y desde allí trazó un elegante y letal corte hasta el mentón, para luego remover la hoja afilada en el interior de su boca y llegar a destruir los órganos interiores de su cabeza. Todo esto, a gran velocidad. Consecutivamente, su ojo se clavó en otro ser putrefacto. Una daga danzó entre sus dedos antes de clavarse justo en el ojo derecho del adversario. Mientras disfrutaba de aquella matanza, intentaba mantener su atención también en la chica. En el momento en que estaba aniquilando al tercer vampiro que acudió hacia él, oyó sus gritos.

Yagari se volteó bruscamente, arrojando el cuerpo que pronto se volvería cenizas al suelo. Apretó la mandíbula al ver la escena. Maldición. Uno de esos la tenía, y parecía lo suficientemente sediento como para no ceder un ápice ante las puñaladas que ella le estaba propinando. Sus palabras desesperadas quedaron dando vuelta en la mente del cazador: "Quita vampiro de mierda". Muy oportuno el vocabulario para alguien que no sabe nada, al menos en apariencia.

Yagari avanzó hacia ella con velocidad. Su sombrero cayó al suelo a causa de la brisa que generaba al correr. Llegó justo detrás del Nivel E y lo sujetó por el cuello, rodeándolo con su brazo, apartándolo un poco de la chica y cuidando que sus afilados dientes no la tocasen. Con la mano libre, cortó el cuello de aquel desgraciado con un afilado cuchillo. La sangre brotó y, luego, arrancó su cabeza de cuajo, sosteniéndola por los sucios cabellos, mientras el cuerpo se desvanecía ante ellos. Arrojó el cráneo y este también se volvió cenizas. Miró fijamente a la joven y, sin apartar sus ojos de ella, sentenció con un firme golpe de cuchillo a otro vampiro que se acercaba a espaldas de ella, con las mismas intenciones que el anterior. Ahora, tan solo quedaba un último Nivel E, el cual los atacó por mero impulso sediento. Yagari levantó un brazo y agarró sus ropajes en el aire. Lo obligó a descender de su salto feroz y lo arrojó al suelo, aprisionando su cuello con su bota. La bestia chillaba y pataleaba.

- ¿Quieres tener el honor? -preguntó pacíficamente, indicando que le estaba dejando el camino para que ella acabara con el último de ellos. Nunca está mal disfrutar de una cacería. Y mucho menos no disfrutar del placer que ello provoca.

por **Sasha R. Kross** Mar Ago 06, 2013 12:11 am

"Sueltame", "Sueltame", "Sueltame", decía la chica en su mente. Lo veÍa venir, observaba como sus dientes afilados se acercaban peligrosamente a su cuello y como se incrustaban en su carne. Deseaba que no pasara, que no la mordiera... y así fue. Alguien escuchó sus plegarias, desde algún lado. No recordaba si había gritado o pedido auxilio pero su agresor se separó de ella. Era él. Él la había salvado de una prematura muerte, una muerte que le fue muy bien propinada a ese desgraciado. La sangre saltó de su cuello rebanado con gran presión durante unos pocos segundos. Sasha veía como la sangre se derramaba por el suelo y mientras, cayó al suelo ligeramente rendida.

Apoyó su cabeza sobre la pared, respirando profundamente y tornando su rostro a sus piernas ligeramente flexionadas, provocando así cierta sombra en todo el conjunto de su cara. Había estado a punto de morir. Habían pasado ya dos años desde que no sentía esa sensación tan cerca de ella, desde que se había enfrentado aquel tipo de más de dos metros... Ese era un mierdas comparado con estos. Y ahora, ¡levanta de una vez y lucha! En ese momento, empuñó bien fuerte el mango de su hoja y se levantó con pesadez. Esa afrenta la había dejado agotada. Debía recuperarse pronto. Tan pronto como pudiera ser, pues otro de esos degenerados se acercaba a ella. Se encontraba a una distancia de varios metros, lo suficiente para verlo correr y pensar una jugada de dos segundos. Cuando había decidido su movimiento, sintió como sus músculos eran torpes, no respondía con toda la fluidez que deseaba. ¡Vamos, maldito cuerpo! ¡Responde! Y respondió, pero no como ella hubiera deseado.

Comenzó a echarse para atrás, intentando mantener más distancia entre su enemigo y ella. El era más rápido y le propinó un fuerte guantazo de revés en la cara. Le dolió, provocando que sangrara por una de las comisuras de sus labios, pero eso hizo que el botón OFF cambiara a ON. Salió despedida de espaldas pero se incorporó rápidamente y realizó un fuerte saltó con la espada en el frente y ella estirandose, adoptando la postura de una lanza y atravesándole el cráneo. Por la inercia, ella sobrepasó a su enemigo ya muerto y cayó al suelo rendida. Había dejado su espada clavada en esa deformada cabeza y daba por sentada su actuación. Había sido demasiado para ella. Esos enemigos habían sido para ella algo completamente nuevo, algo a lo que temer y algo que desconocía por completo. Ahora pensaba que podía ser asesinada por alguien más fuerte que ella y eso la asustaba. Creía que lo había visto todo, que ella estaba entre la élite de la élite en lo que se refiera matar cosas, pero estaba equivocada, muuuuy equivocada. ¿Tendremos que volver a pasar por todo esto? Pensaste lo mismo cuando mataste a tu primer ........... con esa espada que aun empuñas.

Sasha estaba a punto de dormirse cuando alguien se refirió a ella. Era él, su "copiloto" improvisado. Él que le había salvado la vida en no una, si no dos ocasiones, se estaba refiriendo a ella. ¿Quieres tener el honor? y vio como tenía a uno de ellos agarrado por el cuello. Se movía como la cola de una lagartija al ser cortada. ¿Qué si quería el honor? ¿El honor final? No lo dudó ni un segundo. Le estaba regalando la mejor parte del pavo. Se levantó lentamente, poniéndose a cuatro patas para levantar luego una pierna y plantar su planta del pie, y a continuación hacer lo mismo con la otra pierna. Sus cabellos se balanceaban sudosos y manchados de sangre y le cubrían la cara. Agarró la empuñadura de su espada, apoyó su pie en el lugar en el que estaba clavada y la sacó de ahí, derramando un poco más de sangre.

Se acercó al último de ellos, haciendo rozar la punta de su espada por el suelo y tambaleándose. Se puso frente a ambos. No miró al hombre del sombrero, pero si a ese descerebrado. Levantó su barbilla, buscando un punto en el que los cabellos no interfiriesen en su visión y lo miraba de reojo. Pedazo de ..., pensó y le clavó la espada en la cabeza con un ambas manos. Se agachó a la vez que lo hacía y se quedó como arrodillada. Se quedó durante unos segundos en esa posición. Después soltó la espada, dejándola de nuevo clavada en ese cráneo y busco apoyó en una de esas paredes.

Gracias.-soltó la chica severamente desgastada.

Quería quedarse ahí sentada durante más tiempo para descansar. Observaba todo el callejón. Él en medio de al menos seis cadáveres desmembrados y algo de ceniza sobrevolando la zona. Eso no era nuevo para ella, pero lo que había visto en esa noche... si lo era.

por **Yagari Touga** Jue Ago 08, 2013 3:42 pm

Todo ocurría muy rápido. Aquello era claro y evidente, pues ocurría a la velocidad vampírica, y ellos, como humanos que eran, debían adaptarse al adversario de la mejor manera que les era posible. El peligro poco a poco se iba dispersando. Yagari ya no temía algún daño inminente a la muchacha, ni siquiera a él mismo, aunque francamente poco le importaba si perdía el otro ojo, un brazo o un pie. Jamás se había interesado por su propio bienestar, pues ¿qué clase de cazador podría ser tan egoísta y cobarde como para atesorar su vida con tanto ímpetu? Eso no era para él, y estaba orgulloso de ello.

La muchacha se defendió a duras penas de otro de esos seres. La notaba cansada, agobiada. Sin embargo, veía en ella las intenciones de seguir luchando; de seguir de pie. Cuando el último Nivel E yacía en el suelo, listo para que el verdugo arrojara sobre él la fuerza de su sentencia, la joven no titubeó. Incrustó su espada en él y, pronto, se volvió cenizas.

Ya todo había acabado. Al menos, en apariencia.

El cazador miró a la joven y, luego, retrocedió unos pasos dándole la espalda. Su sombrero se había caído en medio de la lucha. No iba a abandonarlo allí, pues era su sombrero preferido y tenía un alto valor sentimental. Había sido el regalo de alguien muy especial. Lo recogió y lo colocó sobre su cabeza. La noche estaba algo fría. Podía sentir el cuero de su parche algo fresco. Guardó sus cuchillos y cargó su escopeta al hombro como en un principio. Regresó junto a la muchacha.

- Yagari Touga -se presentó finalmente, tendiéndole una mano para ayudarla a levantarse. Claramente, había escuchado el nombre de la joven cuando se presentó, pero él no había respondido nada. Como si hubiera sabido acerca de la victoria asegurada, decidió guardar esa información para más adelante. Yagari no era de gritar su nombre a los cuatro vientos así porque sí. Solo se molestaba en ser medianamente amable con aquellos que consideraba que se lo habían ganado. Esta chica, en medio de su conmoción, temor y nervios, se había esmerado por luchar por su vida, a diferencia de otros tantos humanos suicidas. Por esa razón, creía que era su deber decirle, por lo menos, su nombre. Entre tantas cosas que ella parecía desconocer, estaba bien que por lo menos conociera la identidad de su compañero de lucha en esta noche.

- Será mejor que nos vayamos de aquí cuanto antes. Si tienes miedo, puedo acompañarte hasta tu lugar de residencia -dijo seriamente, mirando hacia un lado y a otro mientras hablaba. Tenía el tiempo contado y debía volver a la Asociación, pero si salvaba una vida, no iba a salvarla "a medias". Quería acabar con su misión al cien por cien y dejar a esta mujer segura en su casa. Pese a tener muchas dudas acerca de algunas cosas relacionadas a ella, el camino de regreso hacia la civilización del pueblo podría ser útil para formularle algunas preguntas.

por **Sasha R. Kross** Vie Ago 09, 2013 1:06 am

Ahí seguía sentada. Los pensamientos eran abrumadores. Pensaba que esto lo había visto alguna vez. A estas personas y que había hecho lo mismo que hoy. Pero no estaba segura, no lo recordaba y tampoco sabía en que momento lo había hecho. Pero a pesar de que quería olvidarlo, no podía. Oh, vamos. Ya lo recordaras... digo yo, ¿no?

Ante su mirada al suelo, percibió materia en su campo de visión. Alzó la mirada y vio que era la mano de ese hombre. Yagari Touga dijo. Tal era la abstracción que la poseía que no sabía si eso que había oído era algo en un idioma extraño o era su nombre. Si ese era su nombre, no lo había escuchado en su vida. Estaba apunto de decir el suyo, pero recordó que ya lo había hecho y se quedó con la palabra en la boca.

Después, dudo en coger su mano. Aun estaba cansada, pero su mano no iba a estar ahí colgando hasta el resto de sus días. Así que, cogió su mano y la apretó con fuerza. Se quedó un rato así mientras miraba aun el suelo. A los pocos segundos se levantó con su ayuda. Se sacudió sus pantalones y tornó unos temblorosos pasos en otra dirección contraria a la de Yagari. Sasha volvía a pensar.

Gracias-dijo casi susurrando.

Aun estaba en estado de sock. Era otra cosa nueva para ella. No se había sentido así durante tanto rato. Lo de hace dos años no fue más de dos minutos hasta que se tomo un cóctel y logró tranquilizarse con el alcohol. Tal vez era eso lo que necesitaba, un poco de alcohol.

Yagari le ofreció un plan: largarse de aquí cuanto antes. Era un buen plan para ella y además se ofreció para acompañarla a su casa. Era un ofrecimiento que no rechazaría, salvo que no tenía un lugar fijo en el que quedarse.

Si, será buena idea.-dijo aun de espaldas a él. Ciertamente, no tengo un lugar en el que dormir, salvo un hotel, y ni siquiera he cobrado mi último trabajo para pagármelo ahora.-dijo girándose un poco.-Pero si quieres, puedes acompañarme a mi bar favorito.

Y se dirigió a fuera del callejón a un paso más que lento, pero sin antes recoger su espada que estaba en el suelo envuelta en ceniza de ese hombre. ¿Ceniza?... En fin... no quiero pensar en ello ahora mismo, se dijo a sí misma. Esperaba que Yagari la siguiera. Realmente, necesitaba compañía y no iba a llamar a sus estúpidos compañeros de trabajo. Además, no creerían ni una sola palabra de lo que había visto esta noche. En cambio, él si. El lo había visto todo como ella y ardía en deseos de saber más sobre él. No era normal. Tenía que saber algo.

Cuando se dirigía casi el fondo del callejón se paró y se empezó a preguntar ¿Por dónde demonios es? Se rascó la cabeza y se dio la vuelta, mirando a la cara de Yagari.

¿Podrías... guiarme?-dijo mientras señalaba tímidamente atrás suya e intentaba esbozar una pequeña sonrisa. Solo salió un leve intento y además, era un intento fallido.

por **Yagari Touga** Vie Ago 09, 2013 1:55 am

Podía comprender el shock que la chica padecía, pero no podía permitirle estar allí ni un momento más. Francamente, agradeció cuando por fin tomó su mano. Yagari hizo fuerza hacia arriba con su brazo y la ayudó a levantarse. Siempre con su ojo puesto en los alrededores. Cuando ella ya estaba de pie, la observó caminar unos centímetros. El cazador acomodó su chaqueta y comenzó a caminar también. Al escuchar su apenas perceptible "gracias", él simplemente respondió lo siguiente:
- Es mi trabajo.

Acomodó mejor sus cuchillos, de modo que ninguno osara caerse. Caminó hasta ella y escuchó sus próximas palabras. La miró seriamente. ¿No tenía un lugar fijo en el cual dormir? ¿No había cobrado su último trabajo? Cada vez se asombraba más. Sobre todo, por el hecho de que ella merodeaba por allí con una espada.
- De acuerdo -dijo sin más. Iría al bar, después de todo, no le vendría mal un trago para complementar la acción de esta noche. Además, aprovecharía para hacerle un interrogatorio. Nunca está mal saber a quien se ayuda. Además, todo en torno a esa muchacha era intrigante: no sabía de vampiros, y andaba por la vida con una espada casi más grande que ella; merodea la zona abandonada y no conoce los peligros; vive en un pueblo que es más de vampiros que de humanos y no tiene hogar. Muy bien Yagari Touga. Conociendo gente, eres excepcional.

Ella se adelantó y él la observó. Ante su pregunta, alzó las cejas.
- Quieres llevarme a tu bar favorito y no recuerdas dónde queda. Estupendo. Vamos bien -dijo, sarcástico, adelantándose y caminando delante de ella, suponiendo que el primer bar que encuentren será al que ella se refiera. Además, ese era el más "under" y conocido del pueblo. Allí encontrabas pleito tanto con vampiros como con humanos. Y, la verdad, ninguna de ambas razas querrían encontrarse esta noche con Yagari Touga. En su interior, se encontraba bastante violento. Parecía que la matanza no le bastó. Hacía mucho tiempo que poseía esta violencia acumulada, sobre todo desde aquella fiesta, así que no veía el por qué de impedirle salir.

por **Sasha R. Kross** Vie Ago 09, 2013 11:47 pm

Exacto. Se había metido en la zona abandonada del pueblo, un lugar que no había visitado nunca y, por tanto, un lugar del que no sabía volver. Respondio a su divertido comentario:

Si, je je... ya sabes... no he estado aquí nunca y... no se volver.-y soltó una pequeña carcajada. Se ruborizó un poco y trató de ocultarlo, evitando mirarle.

Yagari lo había adelantado y Sasha lo siguió. Andaba con paso firme y mostraba una espalda ancha y fuerte. Tal vez ella lo vio así por lo alto que era para ella. Percibía como su escopeta se movía por cada paso, el sonido de su caminar y el rumor de algo metálico chocando contra algo metálico. Se estremeció y sintió un escalofrío que le produció placer. No supo por qué. Tal vez la atmósfera que los rodeaba... tal vez... que te gusta... / ¡¡Ni hablar!! ... maldita mi conciencia... No era eso, ni por asomo, pensaba ella. El amor no era para ella; esos sentimientos no le parecían los mejores que una persona podía sentir, sobre todo para una persona que se dedicaba a hacer cosas malas.

Caminaban por una de las calles de la zona abandonada. Para ella, todas eran iguales aunque estaba segura de que no había visto ni un cuarto de dicho lugar. Apreciaba mucho que su salvador le acompañara al lugar que ella deseaba. Sasha era alguien solitaria en su mayor medida, pero ocasiones, encontrar... "amigos de profesión" le proporcionaba un momento para hacer amistades aunque luego nunca las mantuviera, ya fuera porque en el momento ni sentía interés en obtener un número de teléfono o porque luego fuera asesinado, y los muertos no hablan... aun...

¿Te apetece una copa?-comentó a la vez que continuaban y sin mirar directamente a la cara.

Le apetecía tomárse una o unas acompañada de él. Tal vez el peso que sentía en el pecho por lo sucedido desaparecería antes. Aun no lo había probado.

por **Marcus O'Conell** Dom Ago 11, 2013 5:17 pm

Llegó con Kasha en brazos a la zona abandonada. Al pasar por allí, había visto a un cazador entrar en aquel bar del pueblo. Con cuidado, ocultó su presencia para que no pudiera advertirlo. Tal vez sintiera el aroma de la sangre, pero debía arriesgarse. Quién sabe qué Ases bajo la manga pueden tener esos personajes. Sin embargo, él también tenía los suyos.

- No es el mejor lugar, pero es lo más cercano y seguro de momento -dijo mientras ingresaba con ella a un edificio bastante destruido. En el interior, había vampiros de Nivel E. Habían sentido el aroma de la sangre y se habían agrupado, enloquecidos, a su encuentro. Sin embargo, al ver a Marcus, abrieron sus ojos de par y en par y huyeron, emitiendo un chillido incongruente. El aura del vampiro los había espantado-. Ellos no se acercarán -aclaró.

Dejó a Kasha en el suelo. Debía apresurarse.
- ¿Estás lista? Dolerá un poco... bastante. Pero, ¿tienes algo que morder? -preguntó, advirtiendo que no sería muy agradable la sensación. Ahora mismo, Kasha podría estar confundida. ¿Un vampiro como él extraería la bala y curaría su herida? ¿Qué sabía Marcus de estas cosas cuando en verdad él solo se dedicaba a matar en vez de salvar? Pero, como bien dijo, él también tenía sus Ases bajo la manga.

Sujetó la mochila del cazador y recogió del interior varios utensilios para efectuar la improvisada operación.

por **Kasha Oskan** Dom Ago 11, 2013 5:32 pm

A penas conseguia respirar, estaba demasiado cansada por la perdida de sangre y cuando dijo que iba a doler le mire mal, pero que pensaba hacerme?
Me pidio que mordiera algo, pero la verdad es que no tenia nada que morder, tendria que aguantarme los gritos, que remedio.
- Hazlo ya, quieres?, no te preocupes por si me duele o no, ese es mi problema, si no hubiera sido tan lenta y descuidada, no estaria asi-dije, aunque mas bien para mi misma, como podia haber acabado asi?

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