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Parque
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Parque
Recuerdo del primer mensaje :
En este pequeño parque podreis pasear
En este pequeño parque podreis pasear
- Kaien Cross
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Localización : En mi despacho
Empleo /Ocio : Director de la academia Cross
Humor : Maravilloso~
Re: Parque
Cuando Tetsuya le da el codazo, él advierte el movimiento. Se encontraba algo ensimismado con esa demoníaca mujer como para prestar atención a todo el panorama.
Sigue con sus ojos acechantes aquella silueta. En verdad estaban perdiendo el tiempo. El silencio de esa vampireza sólo provocaba que ellos perdieran los minutos en donde podrían salvar más vidas.
- Zero, encárgate de ella -dijo mirando fijamente al vampiro, transmitiéndole su confianza. - Tetsuya, mejor apresurémonos y sigámosle. Es mejor si nos dividimos.
Sigue con sus ojos acechantes aquella silueta. En verdad estaban perdiendo el tiempo. El silencio de esa vampireza sólo provocaba que ellos perdieran los minutos en donde podrían salvar más vidas.
- Zero, encárgate de ella -dijo mirando fijamente al vampiro, transmitiéndole su confianza. - Tetsuya, mejor apresurémonos y sigámosle. Es mejor si nos dividimos.
- Yagari Touga
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Empleo /Ocio : Licenciado en pedagogía, educador calificado. Y bueno, sí, también es cazador.
Humor : No fastidies mi paciencia.
Re: Parque
- De acuerdo, tu síguele, yo trataré de utilizar callejones a ver si logro encontrar su rastro. Nos vemos luego - digo mientras salgo corriendo.
- Tetsuya Yokoshima
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Edad : 31
Re: Parque
Yagari asiente y sale de allí rápidamente, confiando en que Zero lo hará bien.
- Yagari Touga
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Empleo /Ocio : Licenciado en pedagogía, educador calificado. Y bueno, sí, también es cazador.
Humor : No fastidies mi paciencia.
Re: Parque
*llego al parque ...se sento en un banco y se puso a llorar.Ahora si se sentia solo le verdad.Cuando no tenia que luchar con el mismo le tocaba hacerlo con su amor,mientras pensaba que pasaria en Europa con sasuke y los demas.
aveces no sabia por que acepto el pacto con el diablo para salvar a black de su infierno ...por que no simplemente se suicido!.*
*salio de alli*
aveces no sabia por que acepto el pacto con el diablo para salvar a black de su infierno ...por que no simplemente se suicido!.*
*salio de alli*
- Crash
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Localización : En busca de la tranquilidad.
Humor : Según este el tiempo.
Re: Parque
Necesitaba distraerse, lo necesitaba desesperadamente. Llevaba un tiempo sin matar a nadie y aquel tiempo sin satisfacer aquel deseo, le resultaba frustrante y molesto.
El parque le pareció un buen lugar, a aquella hora del día habría gente, pero no demasiada, pues tampoco quería cometer una carniceria. Con un par de personas, le bastaba.
Casi al instante en el que puso sus pies en aquel sitio, divisó un buen objetivo. Un grupo de cuatro jóvenes.
Sonrió siniestramente.
Se situó frente a ellos a una asombrosa velocidad, disfrutando de la confusión en sus miradas. Le preguntaron que si quería algo y ella se limitó a sonreir de nuevo, algo extraño en ella, quizá necesitaba hacer esto mas de lo que creía.
Atravesó el pecho del primero de ellos, con la mano desnuda. Entonces cundió el pánico entre los otros. De forma rápida y eficaz, se las arregló para acabar también con sus vidas. Normalmente, habría ido mas despacio, haciendo que sufrieran un rato, pero esta vez no lo vio necesario.
Una vez hubo acabado, dibujó el símbolo que habitualmente dibujaba junto a sus víctimas y se alejó del lugar a paso lento, quedandose cerca, oculta, pues quería ver las reacciones de los que encontraran los cadaveres.
El parque le pareció un buen lugar, a aquella hora del día habría gente, pero no demasiada, pues tampoco quería cometer una carniceria. Con un par de personas, le bastaba.
Casi al instante en el que puso sus pies en aquel sitio, divisó un buen objetivo. Un grupo de cuatro jóvenes.
Sonrió siniestramente.
Se situó frente a ellos a una asombrosa velocidad, disfrutando de la confusión en sus miradas. Le preguntaron que si quería algo y ella se limitó a sonreir de nuevo, algo extraño en ella, quizá necesitaba hacer esto mas de lo que creía.
Atravesó el pecho del primero de ellos, con la mano desnuda. Entonces cundió el pánico entre los otros. De forma rápida y eficaz, se las arregló para acabar también con sus vidas. Normalmente, habría ido mas despacio, haciendo que sufrieran un rato, pero esta vez no lo vio necesario.
Una vez hubo acabado, dibujó el símbolo que habitualmente dibujaba junto a sus víctimas y se alejó del lugar a paso lento, quedandose cerca, oculta, pues quería ver las reacciones de los que encontraran los cadaveres.
- Chie
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Re: Parque
No le costó demasiado salir del bosque. A decir verdad, se sentía algo aliviado porque nadie lo había visto en aquel estado. Se había colocado su sombrero de modo que ocultara sus ojos. Sus iris cambiaban al rojo y al gris seguidamente. Estaba tan asquerosamente inestable que no podía soportarlo. Al menos tenía la voluntad de caminar libremente sin pretender asesinar ni llevarse el alma de nadie esta tarde.
Así lo creyó, hasta que el aroma a sangre inundó sus fosas nasales.
Se frenó en seco. Se llevó una mano a la garganta mientras veía el terror en todos aquellos rostros. Un montón de civiles se habían amontonado en torno a cuatro cadáveres. Entre ellos, un símbolo. Christian abrió los ojos enormemente. Otra vez, los asesinatos. Quiso acercarse a ver, pero no pudo. Tuvo que verse obligado a retroceder y a esconderse en un arbusto cercano. Este era bastante abundante en hojas y estaba seguro que no lo verían, ya que aquellos humanos no podían verlo, y mucho menos al borde de la desesperación. Cayó al suelo. Respiraba de manera agitada, jadeante. El oxígeno que inhalaba le cortaba las cuerdas vocales.
Sintió una presencia cerca. Sus sentidos se volvían más agudos cuando su poder se desataba aunque sea un poco. Podía percibir todas las almas que allí había, tantos humanos como vampiros. Y entonces se percató de cierta esencia..., una esencia que percibió en aquella fiesta de Navidad. Era similar a la que emanaba de aquellos vampiros sospechosos. Si alguno de ellos estaba cerca y era el culpable del asesinato, era su oportunidad para encontrarlo y enfrentarlo, pero no podía en estas condiciones. No podía darse el lujo de estar debil.
- Maldición -rugió, crispando sus dedos contra la piel de su cuello. No soportaba más, y aquel aroma sangriento era un éxtasis interminable. La oscuridad era palpable en sus poros, pues la bestia que realmente es quería salir, y no acepraría más oposición al respecto.
Así lo creyó, hasta que el aroma a sangre inundó sus fosas nasales.
Se frenó en seco. Se llevó una mano a la garganta mientras veía el terror en todos aquellos rostros. Un montón de civiles se habían amontonado en torno a cuatro cadáveres. Entre ellos, un símbolo. Christian abrió los ojos enormemente. Otra vez, los asesinatos. Quiso acercarse a ver, pero no pudo. Tuvo que verse obligado a retroceder y a esconderse en un arbusto cercano. Este era bastante abundante en hojas y estaba seguro que no lo verían, ya que aquellos humanos no podían verlo, y mucho menos al borde de la desesperación. Cayó al suelo. Respiraba de manera agitada, jadeante. El oxígeno que inhalaba le cortaba las cuerdas vocales.
Sintió una presencia cerca. Sus sentidos se volvían más agudos cuando su poder se desataba aunque sea un poco. Podía percibir todas las almas que allí había, tantos humanos como vampiros. Y entonces se percató de cierta esencia..., una esencia que percibió en aquella fiesta de Navidad. Era similar a la que emanaba de aquellos vampiros sospechosos. Si alguno de ellos estaba cerca y era el culpable del asesinato, era su oportunidad para encontrarlo y enfrentarlo, pero no podía en estas condiciones. No podía darse el lujo de estar debil.
- Maldición -rugió, crispando sus dedos contra la piel de su cuello. No soportaba más, y aquel aroma sangriento era un éxtasis interminable. La oscuridad era palpable en sus poros, pues la bestia que realmente es quería salir, y no acepraría más oposición al respecto.
- Christian Blade
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Re: Parque
Apenas tuvo que esperar un rato para poder contemplar como reaccionaban los humanos ante semejante asesinato. Sonrió satisfecha. Y aún manteniendose oculta, se acercó un poco mas, a pesar de que no le resultaba algo necesario para escuchar lo que decían, simplemente, quería regodearse de estar tan cerca y no ser descubierta por aquellos ineptos.
Pensó que lo mas prudente sería marcharse antes de que comenzaran a buscar al culpable, aunque siendo realistas ¿De veras pensaban que la encontrarían? No serían capaces de ver que fue ella ni aunque hubieran llegado a verla con las manos ensangrentadas ¿quién, en su sano juicio, acusaria a una joven, casi una niña, como ella? Se reiría, pero eso es algo que nunca fue con ella, sonreir ya es demasiada expresividad, muchisima mas de la que acostumbra a mostrar.
Escuchó algo, una única palabra, pero casi al instante, supo que no provenía de ningún humano. Su expresión divertida desapareció, como si nunca hubiera estado en su rostro. No se molestó en buscar con la mirada, pues su instinto le indicaba, que quien quiera que fuera, se encontraba en un matorral cercano. Demasiado. Clavó la mirada en aquel lugar y de forma discreta y sigilosa caminó hasta situarse frente a él, sin intenciones hostiles. En principio, claro. Hacerse la inocente le pareció una buena idea y además, podría resultar divertido y todo.
-¿Estás jugando a las escondidas? -preguntó con tono inocentón- ¿O acaso te ocurre algo?
Lo cierto, es que eso último resultaba evidente, pero aún así, consideró que sería mas prudente el preguntar, incluso podría obtener alguna respuesta interesante.
Dudaba que aquello resultara de algún modo, pero de todos modos no era algo importante, un simple entretenimiento mas.
Pensó que lo mas prudente sería marcharse antes de que comenzaran a buscar al culpable, aunque siendo realistas ¿De veras pensaban que la encontrarían? No serían capaces de ver que fue ella ni aunque hubieran llegado a verla con las manos ensangrentadas ¿quién, en su sano juicio, acusaria a una joven, casi una niña, como ella? Se reiría, pero eso es algo que nunca fue con ella, sonreir ya es demasiada expresividad, muchisima mas de la que acostumbra a mostrar.
Escuchó algo, una única palabra, pero casi al instante, supo que no provenía de ningún humano. Su expresión divertida desapareció, como si nunca hubiera estado en su rostro. No se molestó en buscar con la mirada, pues su instinto le indicaba, que quien quiera que fuera, se encontraba en un matorral cercano. Demasiado. Clavó la mirada en aquel lugar y de forma discreta y sigilosa caminó hasta situarse frente a él, sin intenciones hostiles. En principio, claro. Hacerse la inocente le pareció una buena idea y además, podría resultar divertido y todo.
-¿Estás jugando a las escondidas? -preguntó con tono inocentón- ¿O acaso te ocurre algo?
Lo cierto, es que eso último resultaba evidente, pero aún así, consideró que sería mas prudente el preguntar, incluso podría obtener alguna respuesta interesante.
Dudaba que aquello resultara de algún modo, pero de todos modos no era algo importante, un simple entretenimiento mas.
- Chie
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Re: Parque
Continuó con aquel molesto jadeo. Su mano no dejaba de aprisionar su propia garganta. Esto era insoportable. Demasiado. Más incluso que la última vez: porque la última vez, desde luego, no había puesto resistencia. Se había dejado ir en aquel cúmulo de deseo y poder. Había saboreado la esencia que más anhelaba. Que anhelaba en todos los sentidos que alguien puede anhelar algo. Y cada vez que pensaba en ello, se maldecía y se odiaba. ¿Cómo podía regocijarse en haber probado esa sangre? Sólo los monstruos sienten placer de eso. Kairi era tan dulce; tan frágil en su inocencia. Incluso aunque fuera fuerte, confiaba ciegamente en él.
Que error tan grande.
Sintió pisadas cerca. No tuvo que esperar demasiado para advertir de dónde y de quién provenían. Giró levemente el rostro y su mirada dorada con tenues destellos carmesí se clavó en ella. Esa chiquilla... Frunció el ceño e intentó incorporarse un poco. Escuchó sus palabras y pudo advertir que por dentro se estaba burlando de él. Crispó sus manos contra la hierba intentando erguirse un poco. Continuó mirándola a los ojos.
- Juego a las escondidas -murmuró, jadeante y borde-. Y no estás invitada a jugar conmigo -sentenció finalmente, en tono amenazante y desafiante.
Quizás eso no hubiera sido lo adecuado. Quizás si Christian confiase en que ella es una de los culpables de los asesinatos, no se tomaría tan a la ligera el hecho de dirigirle tales palabras. Pero él era un hombre despiadado, sin escrúpulos y rodeos, al fin y al cabo. Era un asesino más, así que nada le importaba. Sus sospechas eran grandes en torno a la joven, y casi agradeció que apareciese. Sin embargo, lo que ahora mismo desearía sería estar más estable. Esto sólo lo volvía vulnerable.
Y en medio de su hostilidad, gimió de dolor abandonando su cuerpo contra el suelo otra vez. Su pecho, donde posee esa enorme cicatriz que lo surca, le quemaba; del mismo modo, su mano derecha hervía y los tatuajes refulgían en su oscuro esplendor. Intentó vanamente buscar el guante en sus bolsillos. Esa ingrata no tenía por qué ver nada. Ni siquiera debería estar allí presente viendo cómo se autoconsumía en sus restricciones. Debería liberarse, dejar fluir sus sentidos más profanos...
Que error tan grande.
Sintió pisadas cerca. No tuvo que esperar demasiado para advertir de dónde y de quién provenían. Giró levemente el rostro y su mirada dorada con tenues destellos carmesí se clavó en ella. Esa chiquilla... Frunció el ceño e intentó incorporarse un poco. Escuchó sus palabras y pudo advertir que por dentro se estaba burlando de él. Crispó sus manos contra la hierba intentando erguirse un poco. Continuó mirándola a los ojos.
- Juego a las escondidas -murmuró, jadeante y borde-. Y no estás invitada a jugar conmigo -sentenció finalmente, en tono amenazante y desafiante.
Quizás eso no hubiera sido lo adecuado. Quizás si Christian confiase en que ella es una de los culpables de los asesinatos, no se tomaría tan a la ligera el hecho de dirigirle tales palabras. Pero él era un hombre despiadado, sin escrúpulos y rodeos, al fin y al cabo. Era un asesino más, así que nada le importaba. Sus sospechas eran grandes en torno a la joven, y casi agradeció que apareciese. Sin embargo, lo que ahora mismo desearía sería estar más estable. Esto sólo lo volvía vulnerable.
Y en medio de su hostilidad, gimió de dolor abandonando su cuerpo contra el suelo otra vez. Su pecho, donde posee esa enorme cicatriz que lo surca, le quemaba; del mismo modo, su mano derecha hervía y los tatuajes refulgían en su oscuro esplendor. Intentó vanamente buscar el guante en sus bolsillos. Esa ingrata no tenía por qué ver nada. Ni siquiera debería estar allí presente viendo cómo se autoconsumía en sus restricciones. Debería liberarse, dejar fluir sus sentidos más profanos...
- Christian Blade
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Re: Parque
Sus inexpresivas pupilas estaban clavadas en él, observandole con una bien disimulada curiosidad. Su expresión trataba de resultar inocente, pero aquella aparente inocencia se quebró en mil pedazos en cuanto escuchó sus palabras. Toleraba aquellas contestaciones cuando venían de sus hermanos, pero de nadie mas. No pensaba permitir que alguien a quien consideraba inferior a ella le hablara de aquel modo, la sola idea de que cualquiera que no formara parte de lo que ellos eran, le respondiera de un modo desagradable, le enfurecia.
Su mirada adquirió un brillo peligroso, amenazante. A pesar de todo, su cara no reflejó nada de ello, es mas, esbozó una pequeña e irónica sonrisa, que acompañada por la mirada que tenía en ese momento, creaba un efecto aterrador.
-Si estuviera en tu lugar, me plantearía seriamente como contestarme, no te conviene hacer que me moleste. -comentó- Oh, es una lástima, me hubiera gustado poder jugar ¿sabes? Aunque tengo la ligera impresión de que estás mintiendo, y eso tampoco te conviene.
Su mirada adquirió un brillo peligroso, amenazante. A pesar de todo, su cara no reflejó nada de ello, es mas, esbozó una pequeña e irónica sonrisa, que acompañada por la mirada que tenía en ese momento, creaba un efecto aterrador.
-Si estuviera en tu lugar, me plantearía seriamente como contestarme, no te conviene hacer que me moleste. -comentó- Oh, es una lástima, me hubiera gustado poder jugar ¿sabes? Aunque tengo la ligera impresión de que estás mintiendo, y eso tampoco te conviene.
- Chie
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Re: Parque
Esos ojos maldecidos, esa sonrisa demoníaca. Christian recorrió cada rasgo de ella minuciosamente, aunque le costaba horrores concentrarse en lo que estaba haciendo por ínfimo que fuera.
Intentó incorporarse nuevamente. Sus ojos volvieron a mirarla justo en el momento en que ella habló. Sin embargo, esta vez su mirada abandonó cualquier tono dorado y encantador; cualquier color rojizo y sediento. Esta vez sus irises destilaban una negrura tan profunda que sería capaz de calarla hasta los huesos.
- ¿Me estás desafiando, pequeño diablo? -siseó, provocándola aún más. Cada vez estaba más cerca de descubrir algo, lo presentía. Su manera de hablar, de expresarse. La forma en que se demostraba superior a cualquier otro ser viviente. Ella era una bestia disfrazada de cordero.
Mantuvo esa mirada suya, mientras conseguía recargar su espalda contra el débil tronco del arbusto. Una sonrisa casi impersceptible cruzó sus labios. El dolor era menos intenso, porque había permtiido dejar escapar una parte de su verdadero poder.
Intentó incorporarse nuevamente. Sus ojos volvieron a mirarla justo en el momento en que ella habló. Sin embargo, esta vez su mirada abandonó cualquier tono dorado y encantador; cualquier color rojizo y sediento. Esta vez sus irises destilaban una negrura tan profunda que sería capaz de calarla hasta los huesos.
- ¿Me estás desafiando, pequeño diablo? -siseó, provocándola aún más. Cada vez estaba más cerca de descubrir algo, lo presentía. Su manera de hablar, de expresarse. La forma en que se demostraba superior a cualquier otro ser viviente. Ella era una bestia disfrazada de cordero.
Mantuvo esa mirada suya, mientras conseguía recargar su espalda contra el débil tronco del arbusto. Una sonrisa casi impersceptible cruzó sus labios. El dolor era menos intenso, porque había permtiido dejar escapar una parte de su verdadero poder.
- Christian Blade
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Re: Parque
Sostuvo su mirada sin inmutarse, mirándole desde arriba. Al escuchar sus palabras frunció un poco los labios, aunque trató de disimular su molestia, pues tenía la impresión de que trataba de provocarla y aquello no le convenía, no quería dejar en evidencia que ella era uno de los que estaban asesinando gente en el pueblo. Pero el orgullo la puede y no duda un instante en amenazar de nuevo.
-Mide tus palabras, gusano, si quisiera desafiarte ya lo habría hecho -espetó- Aunque lo cierto es que es algo que no me merece la pena hacer, te aplastaria como si fueras una mosca antes de que pudieras darte cuenta.
Le fulminó con la mirada y sus ojos se tornaron de un intenso color rojo, aunque fue por apenas unos segundos y una vez pasados, regresaron a su color original.
Se giró y dio un par de pasos, situandose a varios metros de él, volviendo a mirarle entonces. Había recuperado la inexpresividad que a menudo lucía, pero, a pesar de ello, en su mirada permanecia el brillo amenazador.
-Mide tus palabras, gusano, si quisiera desafiarte ya lo habría hecho -espetó- Aunque lo cierto es que es algo que no me merece la pena hacer, te aplastaria como si fueras una mosca antes de que pudieras darte cuenta.
Le fulminó con la mirada y sus ojos se tornaron de un intenso color rojo, aunque fue por apenas unos segundos y una vez pasados, regresaron a su color original.
Se giró y dio un par de pasos, situandose a varios metros de él, volviendo a mirarle entonces. Había recuperado la inexpresividad que a menudo lucía, pero, a pesar de ello, en su mirada permanecia el brillo amenazador.
- Chie
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Re: Parque
Christian sonrió con suavidad, mirando el suelo. Aún poseía una mano amenanzando su propia garganta. El escozor era insoportable y, sinceramente, no le importaba a quien fuese a atacar. Y si era esa mocosa insolente, mucho mejor. Un ligero sonido proveniente de su risa se hizo presente. La miró, con aquellos ojos grises característicos de que algo en él no era como siempre.
- Alardeas demasiado..., y no entiendes que puedo romperte en mil pedazos -susurró, de manera tan sagaz y tranquila que daba escalofríos.
Ella retrocedió unos pasos y sus ojos -anteriormente rojos- lo escrutaban. Los humanos estaban muy entretenidos dialogando con la policía, por lo que salió de su escondite y se situó frente a ella. Al erguirse completamente, advirtió lo pequeña que era. Christian observó la sombra de la niña, la cual comenzaba a movilizarse irregularmente en el suelo. Sonrió de nuevo y la miró.
- No estoy para juegos, ¿sabes? Pero siempre respeto a las damas y suelo darle los gustos que desean -espetó, ladeando levemente el rostro. No había temor en él, ni incertidumbre. Cuando el poder lo consumía, sólo se volvía determinante y letal. Más aún tratándose de una sanguijuela como ella. Esa alma impura delataba mucho de lo que en verdad.
- Alardeas demasiado..., y no entiendes que puedo romperte en mil pedazos -susurró, de manera tan sagaz y tranquila que daba escalofríos.
Ella retrocedió unos pasos y sus ojos -anteriormente rojos- lo escrutaban. Los humanos estaban muy entretenidos dialogando con la policía, por lo que salió de su escondite y se situó frente a ella. Al erguirse completamente, advirtió lo pequeña que era. Christian observó la sombra de la niña, la cual comenzaba a movilizarse irregularmente en el suelo. Sonrió de nuevo y la miró.
- No estoy para juegos, ¿sabes? Pero siempre respeto a las damas y suelo darle los gustos que desean -espetó, ladeando levemente el rostro. No había temor en él, ni incertidumbre. Cuando el poder lo consumía, sólo se volvía determinante y letal. Más aún tratándose de una sanguijuela como ella. Esa alma impura delataba mucho de lo que en verdad.
- Christian Blade
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Re: Parque
Suave, silenciosamente, una sombra se deslizó por la oscuridad del lugar. El parque, un lugar de encuentro perfecto. Rido había sentido una extraña energía, y fue inconscientemente a ella. Su cuerpo parecia caminar distraidamente mientras miraba los alrededores. Una sonrisa de felicidad estaba dibujada en su rostro. La nieve, que se había acomulado en el parque empezó a chirriar bajo el peso de las botas del vampiro. *No tendría que molestar a esa pareja pero... mi vida es demasiado aburrida como para no hacerlo. Esta decidido, divirtámonos un poco* Los pensamientos de Rido fluían con rápidez, analizandolo todo con ojo crítico. Se acercó a la señorita y el caballero con aire amistoso, intentando, inutilmente, disimular sus ganas de hacer algo malo.
- No es muy buen lugar para discutir, cualquiera puede oirles ¿No es asi?
- No es muy buen lugar para discutir, cualquiera puede oirles ¿No es asi?
- Rido Blood
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Re: Parque
Rodó los ojos al escucharle, cansada ya de intentar mantenerse impasible. Él no solo había osado amenazarla, es mas, la había subestimado. Una sonrisa se formó en sus labios, si él pensaba que podría vencerla fácilmente estaba muy equivocado.
-¿De veras crees eso? -preguntó sin esperar una respuesta- ¡Já! No me subestimes, no sabes de lo que soy capaz.
De nuevo sus ojos adquirieron un tono rojo brillante. Entonces se fijó en que observaba su sombra, miró a ver que era aquello que tan interesante le parecía y al ver que se movía frunció el ceño. Al escucharle le miró nuevamente y sonrió con malicia.
-¿Un juego dices? - dijo y desapareció de donde estaba, apareciendo a su derecha. - Esto no es un juego -se autorespondió, desapareciendo para aparecer de nuevo al otro lado- Deberías tener cuidado con lo que haces. -esta vez, aparecieron otras dos como ella y ella misma, cada una situada en una de las tres posiciones- Podrías salir malparado.
Aquello que hizo era una mera ilusión, no se había movido del sitio, pero detectarla era prácticamente imposible.
Fue entonces cuando llegó alguien, la ilusión que había creado se desvaneció como si nunca hubiera existido. Miró al tipo, observando que sus intenciones no eran muy buenas, que digamos.
-¿Es acaso un asunto que te incumba? -preguntó regresando a su habitual tono carente de emoción.
-¿De veras crees eso? -preguntó sin esperar una respuesta- ¡Já! No me subestimes, no sabes de lo que soy capaz.
De nuevo sus ojos adquirieron un tono rojo brillante. Entonces se fijó en que observaba su sombra, miró a ver que era aquello que tan interesante le parecía y al ver que se movía frunció el ceño. Al escucharle le miró nuevamente y sonrió con malicia.
-¿Un juego dices? - dijo y desapareció de donde estaba, apareciendo a su derecha. - Esto no es un juego -se autorespondió, desapareciendo para aparecer de nuevo al otro lado- Deberías tener cuidado con lo que haces. -esta vez, aparecieron otras dos como ella y ella misma, cada una situada en una de las tres posiciones- Podrías salir malparado.
Aquello que hizo era una mera ilusión, no se había movido del sitio, pero detectarla era prácticamente imposible.
Fue entonces cuando llegó alguien, la ilusión que había creado se desvaneció como si nunca hubiera existido. Miró al tipo, observando que sus intenciones no eran muy buenas, que digamos.
-¿Es acaso un asunto que te incumba? -preguntó regresando a su habitual tono carente de emoción.
- Chie
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Re: Parque
La chica respondió con un tono tajante y falto de emoción. Rido mantuvo una tez seria y a la vez sonriente. Al parecer la chica no conocía nada acerca de Rido, eso era bueno, si supiera de el podría estar en problemas. El vampiro se peino cuidadosamente un mechón de pelo rebelde y fijó su casi inofensiva mirada en la mini mujer.
Más de lo que te imaginas, además..
Rido dirigió su mirada a la otra persona, al vampiro alto y de semblante serio y pálido
Nosotros ya nos conocemos de vista ¿Verdad caballero? Es una pena que fuera en las condiciones que fue
Rido suspiró, no sabía como acabaría todo aquello, pero lo que estaba claro era que si hubiera un enfrentamiento no sería uno de todos contra todos, no, eso serí malgastar energía. ¿De que lado ponerse? Rido sonrió hacia si mismo. Que elección más facil.
Más de lo que te imaginas, además..
Rido dirigió su mirada a la otra persona, al vampiro alto y de semblante serio y pálido
Nosotros ya nos conocemos de vista ¿Verdad caballero? Es una pena que fuera en las condiciones que fue
Rido suspiró, no sabía como acabaría todo aquello, pero lo que estaba claro era que si hubiera un enfrentamiento no sería uno de todos contra todos, no, eso serí malgastar energía. ¿De que lado ponerse? Rido sonrió hacia si mismo. Que elección más facil.
- Rido Blood
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Re: Parque
¿Subestimarla? ¿Era eso en verdad?
Suspiró y su sonrisa se borró. Él realmente no estaba buscando pelea alguna, pues desde un principio intentaba poseer algo de autocontrol. Pero toda su voluntad se esfumó. No le interesaba. Si en este preciso instante podía tener a su alcance la sangre podrida de esta niña podrida y reventada, lo haría. Es más, si pudiese tener su alma completa, estaría sumamente satisfecho.
- En este mundo no deberían existir porquerías como tú... -Susurró, cerrando los ojos un momento para volverlos a abrir al cabo de unos segundos-. Ni como yo -concluyó.
En ese instante, ella comenzó a amenazarlo nuevamente. Christian observó de reojo su silueta a un lado, luego en el otro, y finalmente en su lugar de origen. Y el que creía que con una era suficiente. Sonrió con sutileza. ¿En verdad estaría cometiendo un error al desafiarla? ¿De qué sería capaz esta chiquilla?
Y entonces unos pasos y una voz rompieron con el encanto de perversión que flotaba entre ambos.
Christian desvió su mirada hacia el vampiro. Frunció el ceño y sus ojos, aún grises, lo escrutaron con detenimiento. Era el mismo que la lió en aquella fiesta. Iba a decir algo, pero prefirió callar. Aquella niña se le había adelantado en entablar una conversación borde con él. Se mantuvo tranquilo, en su sitio, inmutable, a la espera de lo que pudiera suceder a continuación. Entonces, el vampiro habló. Primero se dirigió a la jovencita, y luego a él. Christian le clavó aún más sus pupilas. Su semblante no dejaba de destilar advertencia por más apacible que se mostrara. Asiente, ante su pregunta. Era cierto, se conocían de vista. Hubiera querido acotar algo más, pero prefería evitar los comentarios innecesarios por el momento. Sin embargo, no pudo evitar formular una pregunta:
- ¿A qué se debe su grata visita en una situación como esta? Quizás termine igual que en aquella ocasión..
Si bien las palabras cargaban una enorme ironía, a la vez eran totalmente sinceras. Aquel vampiro era extraño, podía percibirlo en su alma. Y más en este momento, ya que Christian había dado rienda suelta a un poco de poder restringido. Y Mientras tanto, los tatuajes descubiertos de su mano derecha comenzaban a latir nuevamente.
Suspiró y su sonrisa se borró. Él realmente no estaba buscando pelea alguna, pues desde un principio intentaba poseer algo de autocontrol. Pero toda su voluntad se esfumó. No le interesaba. Si en este preciso instante podía tener a su alcance la sangre podrida de esta niña podrida y reventada, lo haría. Es más, si pudiese tener su alma completa, estaría sumamente satisfecho.
- En este mundo no deberían existir porquerías como tú... -Susurró, cerrando los ojos un momento para volverlos a abrir al cabo de unos segundos-. Ni como yo -concluyó.
En ese instante, ella comenzó a amenazarlo nuevamente. Christian observó de reojo su silueta a un lado, luego en el otro, y finalmente en su lugar de origen. Y el que creía que con una era suficiente. Sonrió con sutileza. ¿En verdad estaría cometiendo un error al desafiarla? ¿De qué sería capaz esta chiquilla?
Y entonces unos pasos y una voz rompieron con el encanto de perversión que flotaba entre ambos.
Christian desvió su mirada hacia el vampiro. Frunció el ceño y sus ojos, aún grises, lo escrutaron con detenimiento. Era el mismo que la lió en aquella fiesta. Iba a decir algo, pero prefirió callar. Aquella niña se le había adelantado en entablar una conversación borde con él. Se mantuvo tranquilo, en su sitio, inmutable, a la espera de lo que pudiera suceder a continuación. Entonces, el vampiro habló. Primero se dirigió a la jovencita, y luego a él. Christian le clavó aún más sus pupilas. Su semblante no dejaba de destilar advertencia por más apacible que se mostrara. Asiente, ante su pregunta. Era cierto, se conocían de vista. Hubiera querido acotar algo más, pero prefería evitar los comentarios innecesarios por el momento. Sin embargo, no pudo evitar formular una pregunta:
- ¿A qué se debe su grata visita en una situación como esta? Quizás termine igual que en aquella ocasión..
Si bien las palabras cargaban una enorme ironía, a la vez eran totalmente sinceras. Aquel vampiro era extraño, podía percibirlo en su alma. Y más en este momento, ya que Christian había dado rienda suelta a un poco de poder restringido. Y Mientras tanto, los tatuajes descubiertos de su mano derecha comenzaban a latir nuevamente.
- Christian Blade
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Re: Parque
Al parecer el vampiro tenía sentido del humor, eso era bueno. Había una tensión en el ambiente que complicaba un poco las cosas, pero que a la vez las hacía más entretenidas e interesantes. De todos modos el azulito no parecía ser el mismo que estaba en la fiesta. Claro que Rido tampoco era el mismo, pero eso no tenía porque saberlo nadie todavía. Y la chiquilla... parecía tan agradable que incluso se podría decir que no era malvada, aunque su estupido tono de superioridad y esa mirada amenazante y asesina la dejaba en jaque. Apostaría una fortuna a que no era capaz de fingir delante de los humanos por más de unas pocas horas. Ellos no conocían mucho, todos se creían poderosos, pero siempre, siempre hay alguien que lo es aun más... Rido se pregunto si sería capaz de vencer a alguno de los dos. Aunque eso no importaba demasiado, el quit era eliminar a alguno, y la decisión estaba casi tomada.
No me malinterpretes, realmente no tenía intención de causar muchos estropicios, es solo que las cosas no salieron como planeaba
Rido se paró a pensar por unos segundos, no era capaz de sentir ningún aura más.
Y yo me pregunto el porque de tu aparente soledad pequeña, juraría que tenias compañeros
No salieron más palabras de la boca de Rido puesto que estas podrían ponerlo en un aprieto pero si ella estaba sola eso quería decir que no se llevaba muy bien con sus "amigos".
No me malinterpretes, realmente no tenía intención de causar muchos estropicios, es solo que las cosas no salieron como planeaba
Rido se paró a pensar por unos segundos, no era capaz de sentir ningún aura más.
Y yo me pregunto el porque de tu aparente soledad pequeña, juraría que tenias compañeros
No salieron más palabras de la boca de Rido puesto que estas podrían ponerlo en un aprieto pero si ella estaba sola eso quería decir que no se llevaba muy bien con sus "amigos".
- Rido Blood
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Re: Parque
- Los tiene.
Una voz seca, tajante, agradablemente grave, surgió desde la oscuridad. Sus pasos se hicieron visibles tras un árbol. Marcus emergió con absoluta caballerosidad al andar, al actuar. Se plantó detrás de Chie, mirandome fijamente al vampiro de ojos grises y luego al otro, que había concluído de hablar hace unos segundos. Al sentir sus aromas, sus fosas nasales se dilataron suavemente. Padre no querría problemas, y menos de este tipo. Y ni mencionar que se enfadaría si algo sucediese. Además, Marcus siempre era muy protector con los suyos, y Chie no sería la excepcion.
- ¿Vamos, Chie? -preguntó, clavando su mirada fría en los presentes. Un aura extraña invadía el cuerpo de esos dos.
Una voz seca, tajante, agradablemente grave, surgió desde la oscuridad. Sus pasos se hicieron visibles tras un árbol. Marcus emergió con absoluta caballerosidad al andar, al actuar. Se plantó detrás de Chie, mirandome fijamente al vampiro de ojos grises y luego al otro, que había concluído de hablar hace unos segundos. Al sentir sus aromas, sus fosas nasales se dilataron suavemente. Padre no querría problemas, y menos de este tipo. Y ni mencionar que se enfadaría si algo sucediese. Además, Marcus siempre era muy protector con los suyos, y Chie no sería la excepcion.
- ¿Vamos, Chie? -preguntó, clavando su mirada fría en los presentes. Un aura extraña invadía el cuerpo de esos dos.
- Marcus O'Conell
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Re: Parque
El vampiro que había llegado le resultaba molesto, parecia creer ser mas que nadie, cuando no era mas que un simple e insignificante ser.
El humor de Chie empeoró en cuanto el llegó al lugar, no le gustaba dejar las cosas inacabadas y si comenzaba una pelea todavía menos.
Se disponía a responder a su comentario cuando alguien lo hizo por ella. Sus ojos se clavaron en la persona que había tras ella y asintió levemente a su pregunta.
-Claro -murmuró, sabía que marcharse de allí sería lo mas razonable si no quería hacer que Padre se enfadara con ella.
Sin esperar a que Marcus añadiera nada mas, se dio la vuelta y comenzó a alejarse de allí.
-La próxima vez ten mas cuidado, no tendrás tanta suerte -le dijo al primer vampiro.
Se marchó de allí.
El humor de Chie empeoró en cuanto el llegó al lugar, no le gustaba dejar las cosas inacabadas y si comenzaba una pelea todavía menos.
Se disponía a responder a su comentario cuando alguien lo hizo por ella. Sus ojos se clavaron en la persona que había tras ella y asintió levemente a su pregunta.
-Claro -murmuró, sabía que marcharse de allí sería lo mas razonable si no quería hacer que Padre se enfadara con ella.
Sin esperar a que Marcus añadiera nada mas, se dio la vuelta y comenzó a alejarse de allí.
-La próxima vez ten mas cuidado, no tendrás tanta suerte -le dijo al primer vampiro.
Se marchó de allí.
- Chie
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Re: Parque
Que no lo malinterprete, ¿eh? Christian suspiró y lo miró fijamente.
- Pues no ha tenido mucho éxito en eso, y realmente quisiera saber qué pleneaba entonces -respondió, sin desviar la mirada de él pero teniendo todos sus sentidos posados sobre aquella niña maquiavélica. Poco a poco, el ambiente tenso parecía calmarse de momento. Sin embargo, eso era sólo una quimera. Las cosas estaban a punto de estallar, y si no lo hacían hoy, lo haría en cualquier momento.
Aquel vampiro volvió a dirigir sus palabras a la pequeña basura. Christian la observó, pero justo en ese instante emergió detrás de ella cual guardaespaldas la figura de otro vampiro. Él había estado en la fiesta también. Christian lo miró con cierta rudeza. Había evaluado su alma en aquel entonces, entre todo el gentío y griterío adolescente.
- Parece que otra fiesta de Navidad se está montando aquí mismo -anunció, sarcástico. Abrió y cerró su mano en un puño, sintiendo como el poder le corroía por dentro. Se preguntaba cuánto más soportaría este estado de aparente estabilidad. Para ser sincero, quería consumirlos a todos. Pero no podía darse tales lujos.
Entonces sonrió, dedicándole tal gesto a la "dulce y pequeña Chie". Al parecer así se llamaba. Que nombre más estúpido. Christian se estaba exasperando, y eso no pintaba nada bien.
- Eso, Chie. Mejor ve -susurró, burlándose del tono de voz empleado por aquel-. Vete mientras puedas -siseó luego, mirándola fija y profundamente a sus ojos inexpresivos. La oscuridad de los irises de Christian convertían sus pupilas en un pozo sin fondo-. Y tendré en cuenta la advertencia, pero recuerda que conmigo el tiro puede salirte por la culata -finalizó.
- Pues no ha tenido mucho éxito en eso, y realmente quisiera saber qué pleneaba entonces -respondió, sin desviar la mirada de él pero teniendo todos sus sentidos posados sobre aquella niña maquiavélica. Poco a poco, el ambiente tenso parecía calmarse de momento. Sin embargo, eso era sólo una quimera. Las cosas estaban a punto de estallar, y si no lo hacían hoy, lo haría en cualquier momento.
Aquel vampiro volvió a dirigir sus palabras a la pequeña basura. Christian la observó, pero justo en ese instante emergió detrás de ella cual guardaespaldas la figura de otro vampiro. Él había estado en la fiesta también. Christian lo miró con cierta rudeza. Había evaluado su alma en aquel entonces, entre todo el gentío y griterío adolescente.
- Parece que otra fiesta de Navidad se está montando aquí mismo -anunció, sarcástico. Abrió y cerró su mano en un puño, sintiendo como el poder le corroía por dentro. Se preguntaba cuánto más soportaría este estado de aparente estabilidad. Para ser sincero, quería consumirlos a todos. Pero no podía darse tales lujos.
Entonces sonrió, dedicándole tal gesto a la "dulce y pequeña Chie". Al parecer así se llamaba. Que nombre más estúpido. Christian se estaba exasperando, y eso no pintaba nada bien.
- Eso, Chie. Mejor ve -susurró, burlándose del tono de voz empleado por aquel-. Vete mientras puedas -siseó luego, mirándola fija y profundamente a sus ojos inexpresivos. La oscuridad de los irises de Christian convertían sus pupilas en un pozo sin fondo-. Y tendré en cuenta la advertencia, pero recuerda que conmigo el tiro puede salirte por la culata -finalizó.
- Christian Blade
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Re: Parque
Al ver que le hacía caso y se marchaba, hizo una pequeña inclinación hacia los dos vampiros.
- Disculpenla -susurró-, es una chiquita un poco impulsiva a veces.
Su voz era tan aterciopelada y amable que daba escalofríos. Su mirada escondía cierto brillo aterrador.
- Hasta pronto, caballeros.
Y dicho eso, se marchó también.
- Disculpenla -susurró-, es una chiquita un poco impulsiva a veces.
Su voz era tan aterciopelada y amable que daba escalofríos. Su mirada escondía cierto brillo aterrador.
- Hasta pronto, caballeros.
Y dicho eso, se marchó también.
- Marcus O'Conell
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Re: Parque
La arrogancia de esa pareja de vampiros era bastante grande, una haciendose la fuerte y el otro menospreciando a los demás con sus tonos irónicos. Al pensar eso Rido también se dió cuanta de que eso era porque ellos realmente eran fuertes, además, si esos dos iban juntos sería dificil vencerlos, lo mejor sería distanciarlos. Los vampirso-extraterrestres se fueron sin más dilación y Rido se quedó solo con el otro personaje. El aire era frio y el silencio casi había dominado el lugar. La nieve se acomulaba en nuetros cabellos mientras nos mirabamos.
Oh, que grosero, no me he presentado devidamente, me llamo Rido, Rido Blood, es un placer
Rido alargó su brazo para mostrar por primera vez su brazo cubierto por un delicado guante de cuero negro. Su cara mostraba una sincera sonrisa.
Oh, que grosero, no me he presentado devidamente, me llamo Rido, Rido Blood, es un placer
Rido alargó su brazo para mostrar por primera vez su brazo cubierto por un delicado guante de cuero negro. Su cara mostraba una sincera sonrisa.
- Rido Blood
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Re: Parque
Christian chasqueó la lengua al cabo de unos segundos, cuando finalmente vio desaparecer a aquellos dos. Miró de reojo al vampiro que quedaba justo a su lado. Sus ojos volvieron a un tenue carmesí, intentando vanamente regresar al dorado habitual. Los tatuajes en su mano y ante brazo continuaban latiendo. Esto no era bueno. Mucho menos porque no había obtenido la ración de satisfacción que necesitaba. Y él era muy exquisito con esas cosas.
Ante los nervios de intentar mantener el control -más aún porque estaba con un desconocido- encendió un cigarrillo. Le dio una calada, sintiendo la nicotina corroer sus pulmones inmortales. Escuchó las palabras de aquel extraño no tan extraño. Vio su brazo extendido en su dirección. Dudó en si darle la mano o no. Discimuladamente miró su propia mano y con rapidez se colocó su guante negro. Nadie tenía por qué ver sus tatuajes ni preguntar al respecto. Además, era mejor así. En ese momento, entonces, estrechó su mano. Se percató de que ambos poseían guantes negros cual mafiosos. Mientras tanto, con la mano que le quedaba libre, alejaba el cigarro de su boca para exhalar el humo.
- Christian Blade, ¿lo mismo digo? -se presentó, con cierto toque irónico en la voz, pero a su vez cierta amabilidad oculta. Digamos que desde lo ocurrido en la fiesta este vampiro no tiene muy buena fama, pero hasta ahora no ha hecho nada demasiado catastrófico. Al fin y al cabo, quién era él para juzgar..
Qué situación más curiosa.
Ante los nervios de intentar mantener el control -más aún porque estaba con un desconocido- encendió un cigarrillo. Le dio una calada, sintiendo la nicotina corroer sus pulmones inmortales. Escuchó las palabras de aquel extraño no tan extraño. Vio su brazo extendido en su dirección. Dudó en si darle la mano o no. Discimuladamente miró su propia mano y con rapidez se colocó su guante negro. Nadie tenía por qué ver sus tatuajes ni preguntar al respecto. Además, era mejor así. En ese momento, entonces, estrechó su mano. Se percató de que ambos poseían guantes negros cual mafiosos. Mientras tanto, con la mano que le quedaba libre, alejaba el cigarro de su boca para exhalar el humo.
- Christian Blade, ¿lo mismo digo? -se presentó, con cierto toque irónico en la voz, pero a su vez cierta amabilidad oculta. Digamos que desde lo ocurrido en la fiesta este vampiro no tiene muy buena fama, pero hasta ahora no ha hecho nada demasiado catastrófico. Al fin y al cabo, quién era él para juzgar..
Qué situación más curiosa.
- Christian Blade
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Re: Parque
El vampiró al fin le estrechó la mano a Rido. Una chispazo de energía, como una sello, recorrió los negros guantes y se filtró por su cuero llegando a la piel de los dos individuos. No era nada doloroso, simplemente una intercambio de información forzado y cordial que Rido realizó en cuestión de instantes. Una oscuridad, una energía a punto de estallar se chocó contra la voluntad de Rido, al mismo una chispa de incertidumbre, una confusión entre el bien y el mal, el jin y el jan, fue transferida a Christian, conociendo al instante el interior de Rido. El vampiro de pelo castaño sabía que no tenía que ocultar, pero los daños colaterales de su pequeña batalla interior también se verían notificados en el cerebro de Christian.
El fumador, parecía una buena persona, pero estaba siendo corrompido, una fuerza extraña y titánica lo empujaba hacia la oscuridad. *Vaya, parece ser que el chico es más de lo que aparente... como todos. Tengo que ayudarle, me cae bien* Los pensamientos de Rido fueron rápidos y fugaces.
Perdona, tenía que hacerlo para asegurarme de que no eras... mucho más diferente de lo que aparentas.
Rido miró hacia los lados, no sabía como hacerle esa petición sin aparentar maldad en sus acciones
Quiero ayudarte, no se que escondes pero pronto reventarás y entonces a nadie le convendría estar a tu lado
Volví a rebuscar en los sentimientos que se habían transferido a mi cerebro en forma de energía
También parece que tienes gente por la que preocuparte, no entraré en ese tema pero si me lo permites puedo eliminar todo lo malo que escondes... a costa de perder la confiencia durante unos minutos
*No conciará en mí... mierda, si este chico pierde el control...*
El fumador, parecía una buena persona, pero estaba siendo corrompido, una fuerza extraña y titánica lo empujaba hacia la oscuridad. *Vaya, parece ser que el chico es más de lo que aparente... como todos. Tengo que ayudarle, me cae bien* Los pensamientos de Rido fueron rápidos y fugaces.
Perdona, tenía que hacerlo para asegurarme de que no eras... mucho más diferente de lo que aparentas.
Rido miró hacia los lados, no sabía como hacerle esa petición sin aparentar maldad en sus acciones
Quiero ayudarte, no se que escondes pero pronto reventarás y entonces a nadie le convendría estar a tu lado
Volví a rebuscar en los sentimientos que se habían transferido a mi cerebro en forma de energía
También parece que tienes gente por la que preocuparte, no entraré en ese tema pero si me lo permites puedo eliminar todo lo malo que escondes... a costa de perder la confiencia durante unos minutos
*No conciará en mí... mierda, si este chico pierde el control...*
- Rido Blood
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Re: Parque
"¿Qué fue eso?". Era la única frase que invadía la mente de Christian.
Su cigarro, sostenido entre sus dedos ocultos tras los guantes, comenzaba a consumirse. Christian miraba fijamente al vampiro, pues había sentido esa energía, esa revelión de incertidumbre e información en su interior. ¿Qué demonios estaba sucediendo? Jamás había sentido una conexión así con nadie. Esto era..., demasiado curioso y extravagante para asimilarlo. Al parecer, el chico misterioso y solitario había encontrado a alguien que extrañamente parecía comprenderlo.
Tensó la mandíbula y apartó la mano, llevándose así el cigarro nuevamente a la boca. Le dio una suave e intensa calada. Escuchó sus palabras, a lo que entrecerró los ojos a su primer comentario. ¿Mucho más diferente a lo que aparenta? ¿Qué quería decir? Soltó el humo y retiró el cigarro de su boca. Continuó oyendo esas palabras, y entonces en ese momento se percató de que él comenzaba a meterse en territorio que no le incumbe, y empezaba a frustrar su paciencia y a tocarle las narices. ¿Que a nadie le convenía estar a su lado? Eso era algo que sabía desde que nació. ¿Pero qué mierda le importa a él?
- No necesito que sepas ni elimines nada de mi. No necesito que te metas en mi vida -siseó, alzando ambas cejas, denotando la amenaza latente en el aire y la hostilidad percibida-. No necesito que nadie se meta en mi vida a intentar cambiar lo ineludible -senteció luego recalcando lo que anteriormente había dicho, a la vez que arrojaba la colilla al suelo y la apagaba con el pie. Soltó lentamente el resto de humo que albergaba en sus pulmones. Este se dispersó por el aire y barrió el cabello de Rido.
- Dime, ¿qué es lo que quieres? -preguntó, buscando el verdadero motivo de sus palabras.
Su cigarro, sostenido entre sus dedos ocultos tras los guantes, comenzaba a consumirse. Christian miraba fijamente al vampiro, pues había sentido esa energía, esa revelión de incertidumbre e información en su interior. ¿Qué demonios estaba sucediendo? Jamás había sentido una conexión así con nadie. Esto era..., demasiado curioso y extravagante para asimilarlo. Al parecer, el chico misterioso y solitario había encontrado a alguien que extrañamente parecía comprenderlo.
Tensó la mandíbula y apartó la mano, llevándose así el cigarro nuevamente a la boca. Le dio una suave e intensa calada. Escuchó sus palabras, a lo que entrecerró los ojos a su primer comentario. ¿Mucho más diferente a lo que aparenta? ¿Qué quería decir? Soltó el humo y retiró el cigarro de su boca. Continuó oyendo esas palabras, y entonces en ese momento se percató de que él comenzaba a meterse en territorio que no le incumbe, y empezaba a frustrar su paciencia y a tocarle las narices. ¿Que a nadie le convenía estar a su lado? Eso era algo que sabía desde que nació. ¿Pero qué mierda le importa a él?
- No necesito que sepas ni elimines nada de mi. No necesito que te metas en mi vida -siseó, alzando ambas cejas, denotando la amenaza latente en el aire y la hostilidad percibida-. No necesito que nadie se meta en mi vida a intentar cambiar lo ineludible -senteció luego recalcando lo que anteriormente había dicho, a la vez que arrojaba la colilla al suelo y la apagaba con el pie. Soltó lentamente el resto de humo que albergaba en sus pulmones. Este se dispersó por el aire y barrió el cabello de Rido.
- Dime, ¿qué es lo que quieres? -preguntó, buscando el verdadero motivo de sus palabras.
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