Souji Ikeda

A simple vista no es muy difícil ver que es alguien serio, alguien a quien es complicado pillar desprevenido y que parece que con una sola mirada puede conseguir que una persona adulta se eche a temblar. Pero aunque sea así, Souji tiene sentido del humor, un sentido del humor muy sarcástico y bastante burlón. Puede que su vocación sea proteger, pero eso no indica que sea servicial, él obedecerá las órdenes, trabajará duro y cumplirá todo lo que le pidan, pero jamás le verás preguntar a nadie que es lo que tiene que hacer, nunca se ofrecerá a hacer algo, aborrece ir detrás de la gente para que le digan que es lo que debe hacer y jamás llegará al punto de poner en riesgo su vida (que es difícil), no pondrá en cuestión lo que le ordenen, no le pagan para preguntarse si aquello que le piden es ético o no, él escucha, él obedece.

Pero todo eso cambia cuando tiene aprecio por alguien, entonces si es atento y servicial, sí se preocupa por la persona a su cargo y sí le verás pendiente de los deseos de la misma, incluso, arriesgará su vida con tal de salvar a esa persona, pues el cariño de Souji es algo muy fuerte y extremadamente complicado de conseguir.

De la vida de Souji Ikeda se sabe más bien poco, la gran mayoría del conocimiento general que se tiene de ella proviene de rumores que él no se ha molestado en desmentir. Se dice que desciende de una familia poderosa, también que es el hijo ilegitimo de un pura sangre, que sus antepasados fueron samuráis muy famosos y grandes guerreros, también, se ha llegado a decir que nació humano y formó un trato con un diablo para obtener su condición de vampiro actual.

Lo cierto es, que si la gente escuchara su verdadera historia se sentiría profundamente decepcionada.

Los orígenes de Souji se remontan al periodo Edo, siendo el tercer hijo de la familia de un poderoso daimyō, no obstante, a pesar de lo acomodada que era su linaje, el joven decidió cambiar su camino y recibió entrenamiento para convertirse en samurái al servicio de su hermano cuando este recibiera el título de su padre. Desde su nacimiento tuvo la vocación de proteger a los demás, era incapaz de verse haciendo otra cosa. Era muy joven cuando su padre falleció y él comenzó a servir a su hermano, al poco tiempo se ganó el apodo de Raijū (Bestia del trueno) por su fuerza y resistencia en la batalla. Esa época también estuvo plagada de rumores, su favorito era el que decía que su madre había sido engañada por un demonio oni para concebirle, la idea de que sus enemigos pensaran que era mitad demonio le resultaba la mar de divertida.

Su historia continuó de una forma tranquila y poco interesante, sus hermanos murieron durante la guerra Boshin y él se vio sin poder llevar a cabo su cometido, por lo que vagó por el país durante años, buscando algún empleador, fiel aún a su antigua condición de samurái. Finalmente, se puso al servicio del Consejo de Ancianos, ocupando el puesto de guardaespaldas.

Su arma predilecta es la lanza.
Jamás ha salido del país y no tiene demasiado interés en hacerlo.