Terraza

por **Yuuki Cross** Miér Mar 18, 2015 12:11 pm

Con bonitas vistas.

por **Anette Usui** Jue Abr 09, 2015 1:04 am

El camino se le había vuelto lo suficientemente corto, como para notar en que momento pasó de estar en una iglesia totalmente arruinada a una hermosa y acogedora, y por qué no decir, romántica terraza hogareña de la gran mansión Rennt.
El lugar era maravilloso, el paisaje nocturno lo era aun mas, con esa luna que brillaba en lo alto iluminando a media el suelo d los jardines donde reposaban seguras millares de claveles. Una mezcla clara de arquitectura moderna con algo de la época renacentista traídas e estas tierras del lejano oriente como era apón. Una pequeño oasis cultural en medio de otra cultura tan influyente como la era la de ese lugar.

Tampoco daba crédito a como ese joven, tan sencillo a la vista de cualquiera pudiese venir de una familia tan frondosa y llena de lujos. De una familia que por los recuadros que vio al entrar, la cortesía de los sirvientes, el gran estandarte en la sala, todo eso y más, que hacía denotar su importancia.
Mucho menos, y eso fue lo que mas le sorprendió, pensó que este joven estaría ligado de forma tan directa con la familia Rennt. Una familia de sicarios de muchas generaciones a lo que ella podía reafirmar al haber conocido en su basta vida al tatarabuelo de este núcleo familiar.Además el en el camino le había contado parte de como había sido criado y de el tipo de unión que mantenía con su hermana de crianza. Una mezcla de cariño pero me da igual que te mueras aunque igual te sentiré. Algo que no podía entender viniendo de humanos, a los que tenía por bondadosos y amables, esa actitud se la esperaría de vampiros. A lo mejor, el sólo hecho de haber sido criados para matar a quien sea les había vuelto peor de los de su misma raza.

Suspiró con fuerza, mientras yacía sentada sobre uno de los hermosas bancas estilo Alemán que predominaba en todo el estilo de la casa, pues la familia se apellidaba y provenía de esa tierras así que no era gran sorpresa aquello.
Las sorpresas con ese hombre jamás terminarías o eso presentía al estar, aun bajo el manto nocturno de la noche casi madrugada, en aquella terraza que la acogía de manera grata en un lugar donde no conocía a nadie, a excepción del joven que le dijo que esperara allí mientras él tenía que arreglar su llegada con los sirviente que entre muchos, se mostraros felices y sorprendidos por la llegada sin aviso de él y ella.

- ¿En qué te estarás metiendo, Anette? - Musitó con calma al cielo, estallando en belleza cautivadora y profunda. Como los ojos de una asesino que engatusa a su presa y le hace conocer el cielo antes que el infierno.
Sentía en su pecho una grata satisfacción el haber encontrado a ese hombre en su camino, sintiendo la seguridad que ese imponente lugar y e´l, le daban sin problema o recelo alguno. Aunque se mantenía algo inquieta por los dichos tan asertivos que el cazador podía tener sobre ella, sintiendo que el hipnosis venía del joven Müller y las hipnotizada era ella. -¿Estará bien qué este aquí, esperándole...?- Esta vez alzó un poco más la voz, mientras bajaba la mirada a el jardín posado bajo sus pies en los alto. Sentía dudas y seguridad, algo sumamente molesto. Ella era una vampiro de mucho años, bastante que nadie creería su origen tan longevo. Si tan sólo pudiese ver luego a su querido amigos Kuran, a lo mejor él con agrado a los bastos años de amistad le ayudaría con ese sentir inestable y poco perdonable para alguien que secretamente, llevaba su labor ancestral.

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por los pasos de quien dentro de la sala que daba a la terraza. De seguro era él y no quería girarse a mirar, esperaría que los pasos mas cercanos dieras razón sus sentidos. Después de todo, la inquietud era inminente pero mas allá de eso, sentía que algo mas se le aproximaba en ese lugar. Algo que no era ligado al cazador pero el sólo hecho que le llevase a esa mansión, marcaría su destino desde ahora en adelante.

por **Lukas Müller** Lun Mayo 25, 2015 12:41 pm

Aquel trayecto, desde aquellas ruinas, hasta su hogar, era largo, almenos en viajes solitarios como él llevaba, solo con la compañía del viento soplando y el ambiente que le rodearía. Esta vez, fué lo contrario, estuvo acompañado en ese largo camino desde las ruinas hasta la gran casa de la familia Rennt. Hablaría de como le habían criado, y algunas cosas personales de él, algo que, no le contaría a nadie más, en cierta forma, todos necesitan descargarse en alguien, y ella le daba cierta confianza, a pesar de ser una vampiro, sabía que no le traicionaría.

Cuando llegaron, ya era de noche, el velo nocturno ya había descendido sobre sus cabezas. La luna les otorgó iluminación los últimos minutos del trayecto. Entraban a aquella lujosa mansión, bien cuidada y mantenida por aquellos sirvientes. Al entrar, saludó a varios sirvientes que se encontraba en el camino, todos sorprendidos por su llegada, y más aún, acompañado por aquella jóven. En el camino en la sala de bienvenida, observaba los recuadros, las fotos, de reojo mientras caminaba, observaba los recuerdos de él y Lady en particular, se les veía muy unidos, lo contrario de ahora, donde grandes distancias les separaban.
Había avisado antes de llegar, que oculte su "estado" ante ellos, al menos por ahora. Pues el hecho de ser una pura sangre en aquel lugar, el hogar de una familia de sicarios, no le favorecería en absoluto.

Le dejó reposar en la terraza, pues tenía que arreglar algunas cosas en su llegada, saludar a familiares que se encontrarían allí, explicar quien era aquella hermosa chica, desconocida para ellos, obviamente, mintió, inventó alguna breve historia y cambió de tema. Tardó alrededor, de quince minutos, cuando comenzaba a caminar nuevamente hacia el gran balcón donde le había dejado. Suspiró de cansancio, pues realmente no le gustaba saludar a la gran cantidad de sirvientes y familiares que se encontraría allí, le resultaba molesto.

Al llegar, se acomodó la ropa informal que acostumbraba a llevar diariamente, le resultaba más comoda y además, era su estilo. Sin más, caminó hasta sonreír ante su presencia. Le miró, sentada de espaldas, para así, lentamente acercarse a ella, posando sus codos sobre aquella banca, en el espacio vacío, que se encontraba a su lado, donde se inclinaría y apoyaría, mirando el paisaje de aquellos jardines bien cuidados, iluminados por algunas luces decorativas y el brillo que otorgaba la bella y blanca luna.

– ¿Te gusta? – Interrogó, refiriéndose al suponer que su mirada, la de la pura sangre se estaba posando en los jardines, pues la vista desde esa banca era hermosa, sonrió doblando la mirada de él hacia la de ella, solo para poder ver aquellos hermosos y atrapantes orbes que le conmovían, el sentirse atraído y encantado por ellos, le hacía querer buscar su mirada.
– Aveces, me gusta venir sólo a relajarme, el ambiente y paisaje de este lugar es hermoso. – Musitaba calmo, con una sonrisa relajada, observando y admirando a aquella hermosa mujer a su lado, en espera de su respuesta y reacción.

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