Aiko Takahashi

¿Cómo podría describirse a una niña como ella? Simple. Igual a cualquier otro niño.
De personalidad alegre, ajetreada e hiperactiva. Como diría todo adulto: estresante. No para quieta ni dos segundos, salvo cuando la fiera duerme. A Aiko le encante tanto jugar, produciendo que demasiado imaginativa e ilusionista. Normalmente anda por las ramas, creando de la nada sus sugerentes y graciosas historias de "salvar al mundo". Siempre está en busca de juegos constantemente, donde en algunos demuestra la perspicacia con la que se desenvuelve. Adora la compañía de gente que la haga reír, pese a que no tenga ningún baremo para elegir compañero de juegos. Sin embargo, esto saca a relucir su timidez al hablar con gente. Su padre le tiene prohibido hablar con extraños. Pero él casi nunca está en casa, cosa que logra formar la independencia de la pequeña.  

La verdad, es que cuatro años son pocos para hablar de su historia.
Aiko ha crecido y vivido sin madre, solamente por su abuela y su padre, al que casi nunca ve. En cambio, aunque no la conozca, ella conoce bastantes cosas de su madre, por lo que le cuentan sus dos familiares. Él siempre se encuentra ocupado por el trabajo. Así que la mayor parte la pasa con la primera mencionada. Pero jamás se quejó de no tener madre, pues con un padre como el suyo y una abuela como la que tiene, no necesita más. A veces sí que se pregunta por qué su Mamá está en el cielo, y si de verdad se ha convertido en un ángel; a lo que su padre sonríe en su mayoría.
La pequeña, desde sus primeros días, fue criada en el amor y la calidez de un hogar. En cambio, Aiko odia no salir a jugar ni estarse quieta en casa sin divertirse. De modo que un día decidió escaparse para ir a jugar al parque y desde entonces, lo sigue haciendo una y otra vez. Alguna vez ha sido descubierta con las manos en la masa, pero no han llegado a regañarla en exceso. Simplemente quedaba castigada. Sin embargo, esto no sirve en su vida llena de aventuras.

Siempre le gustan que cuiden de ella, aventajándose de su inferior edad para ser una consentida; encontrando de esta manera nuevos "onee-chan", "onii-chan" u "oji-san". Otro dato a mencionar, es que en ocasiones le gusta hablar de ella como en tercera persona, algo que confunde a algunos adultos.