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¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
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¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Recuerdo del primer mensaje :
La enorme sala está decorada con motivos navideños, el centro está preparado a modo de pista de baile, al fondo de la sala hay un pequeño escenario donde una banda de música ameniza la noche, a los lados hay mesas con comida.
¡Poneos vuestras mejores galas y preparaos para pasar una buena noche!
Recordad, la fiesta estará abierta desde hoy, día 20 hasta el día 29
La enorme sala está decorada con motivos navideños, el centro está preparado a modo de pista de baile, al fondo de la sala hay un pequeño escenario donde una banda de música ameniza la noche, a los lados hay mesas con comida.
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Última edición por Kaien Cross el Jue Dic 27, 2012 2:14 pm, editado 2 veces
- Kaien Cross
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Chie sonrió divertida al ver como reaccionaba ante su ilusión, si fueran simples imágenes no servirían para nada, las suyas eran tangibles. No importaba que supieras que eran ilusiones, no desaparecerían tan fácilmente, su habilidad era una autentica maravilla.
Entonces algo la agarró, apretaba y producía pequeños cortes en su pálida piel, unos finos hilos habían aparecido en sus brazos y piernas ¿Qué se usaba para cortar el hilo? Unas tijeras. En el aire aparecieron unas tijeras de tamaño considerable que se encargaron de deshacerse de sus ataduras. Los hilos del pura sangre podían ser fuertes, pero estaban en el terreno de Chie.
Esquivó a la cazadora sin mucha dificultad, flotando en el aire.
-No penséis que va a resultaros fácil el lidiar conmigo -les advirtió- Ahora mismo yo controlo todo lo que esta a vuestro alrededor, pongamos esto mas interesante.
Una risita cantarina salió de sus labios, entonces, sopló. Todas las velas se apagaron a la vez, sumiendo a los tres en una oscuridad total durante unos instantes, después las velas volvieron a encenderse. Ella aprovechó esos instantes para crear diez ilusiones, todas idénticas a ella, que seguía flotando, pero ahora, totalmente invisible.
Entonces algo la agarró, apretaba y producía pequeños cortes en su pálida piel, unos finos hilos habían aparecido en sus brazos y piernas ¿Qué se usaba para cortar el hilo? Unas tijeras. En el aire aparecieron unas tijeras de tamaño considerable que se encargaron de deshacerse de sus ataduras. Los hilos del pura sangre podían ser fuertes, pero estaban en el terreno de Chie.
Esquivó a la cazadora sin mucha dificultad, flotando en el aire.
-No penséis que va a resultaros fácil el lidiar conmigo -les advirtió- Ahora mismo yo controlo todo lo que esta a vuestro alrededor, pongamos esto mas interesante.
Una risita cantarina salió de sus labios, entonces, sopló. Todas las velas se apagaron a la vez, sumiendo a los tres en una oscuridad total durante unos instantes, después las velas volvieron a encenderse. Ella aprovechó esos instantes para crear diez ilusiones, todas idénticas a ella, que seguía flotando, pero ahora, totalmente invisible.
- Chie
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
El agujero formado por Kaname cuando arrancó su corazón, se regeneró por completo. Vladimir sintió que unas flechas se clavaban en su pecho. Bajó apenas la mirada y las sujetó con una de sus manos, la que no poseía la katana, y las hizo añicos. ¿Qué clase de ataques eran esos? Entonces, sintió una presencia en el aire. Él podía reconocer todo ser que poseyera al menos una ínfima parte de su propio poder. Angelique estaba cerca. Él había concedido su deseo, ahora le convendría no estorbar si quería continuar con ello.
Katrina los envolvió a ambos dentro de aquel fuego. De repente, la figura de Vladimir se transformó en la humana que mató primero. Sus ojos lloraban sangre y, a su vez, reía pícaramente. Él, a simple vista, estaba totalmente desarmado y débil, pues, ¿a quién se le ocurriría tomar la forma de una humana frágil y débil en un momento así? No podía mover los pies, pero eso sólo hacía la situación más divertida. Miró fijamente los ojos de la vampiresa. La risa cantarina escapaba de la garganta del vampiro.
Katrina los envolvió a ambos dentro de aquel fuego. De repente, la figura de Vladimir se transformó en la humana que mató primero. Sus ojos lloraban sangre y, a su vez, reía pícaramente. Él, a simple vista, estaba totalmente desarmado y débil, pues, ¿a quién se le ocurriría tomar la forma de una humana frágil y débil en un momento así? No podía mover los pies, pero eso sólo hacía la situación más divertida. Miró fijamente los ojos de la vampiresa. La risa cantarina escapaba de la garganta del vampiro.
- Nathan Hawthorne
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Vio lo que la maldita hacía. Gruñó por lo bajo. Con una mano, sujetó la daga y se la arrancó del hombro, enviándola directamente a su dirección. ¿Ese objeto era suyo? Pues que apreciase el buen gesto que tenía Adam en devolverle su mierda. Todos estos vampiros eran puras bestias. Adam jamás creyó encontrar seres que le superasen en maldad. Si él ahora mismo no tuviera a nadie a quien amar o proteger, estaba seguro de que se encontraría luchando junto a ellos, y no en su contra.
Apretó los colmillos mientras observaba como todo se sumía en profunda oscuridad. Sus hilos habían sido cortados por esas tijeras que salieron de la nada. Una ilusión no podía ser tan fuerte. Debía haber algo, otro modo de poder derrotarla. Al ver tantas figuras como ella, Adam no pudo más que sonreír.
- Así que esto quieres -espetó, sagaz, con una sonrisa burlona de oreja a oreja. ¿Alguien aquí pedía al verdadero Adam? ¿Alguien dentro de este campo ilusorio reclamaba la verdadera naturaleza del un sádico maldito? Pues bien.
Marionetas. Diez marionetas de Adam aparecieron, asimismo también lo hicieron diez de Kasha. Mientras sus marionetas reían fervientemente mientras apuñalaban con dulces puntiagudos a algunas de sus ilusiones, Adam procuraba encontrar a la verdadera. Lo único que debía averiguar era cómo.
Apretó los colmillos mientras observaba como todo se sumía en profunda oscuridad. Sus hilos habían sido cortados por esas tijeras que salieron de la nada. Una ilusión no podía ser tan fuerte. Debía haber algo, otro modo de poder derrotarla. Al ver tantas figuras como ella, Adam no pudo más que sonreír.
- Así que esto quieres -espetó, sagaz, con una sonrisa burlona de oreja a oreja. ¿Alguien aquí pedía al verdadero Adam? ¿Alguien dentro de este campo ilusorio reclamaba la verdadera naturaleza del un sádico maldito? Pues bien.
Marionetas. Diez marionetas de Adam aparecieron, asimismo también lo hicieron diez de Kasha. Mientras sus marionetas reían fervientemente mientras apuñalaban con dulces puntiagudos a algunas de sus ilusiones, Adam procuraba encontrar a la verdadera. Lo único que debía averiguar era cómo.
- Adam Blade
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Empleo /Ocio : Me verás en el Consejo, salvándole el culo a todos nuestros vampiros problemáticos.
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
De repente, todo se sumio en la oscuridad, pero volvieron las luces, y aparecieron diez Chie, pero Adam era muy habilidoso, y aparecieron numerosas marionetas. Se agacho mientras que sonreia de forma siniestra, era una cazadora, y se le daba muy bien rastrear, era tan simple como captar su rastro, aunque debido a la sangre resultaba complicado captar cualquier olor, habia demasiada sangre alli
- Kasha Oskan
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Localización : en el infierno
Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Ziel había sujetado el arma. Bien, una preocupación menos. Al menos ahora tendría alguna oportunidad contra aquel vampiro inmundo. Las balas de la Bloody Rose eran las más poderosas entre todas las armas de fuego que poseían los cazadores. Recordaba que Zero tenía una como esa. Fue inevitable que una pequeña sonrisa aflorara en su rostro a pesar del dolor que reflejaba su expresión. Y, justamente por ello, debía ser fuerte. Él era un cazador experimentado, no iba a ceder ante tales basuras vampíricas. No, de ninguna manera.
Se arrastró por el suelo dejando un camino de sangre a medida que avanzaba. Estaba perdiendo mucha, pero podría soportar. No llevaba veinte años siendo un cazador por nada. Observó a la joven de la Clase Diurna. Ella comenzaba a recuperar la consciencia. La preocupación se apoderó del cuerpo de Yagari. Sintió como aquella pura e inocente vida quería dejar este mundo. No lo permitiría. Estiró su brazo y sujetó la mano de la joven. En un movimiento veloz la atrajo hacia sí con bastante delicadeza a pesar de la situación. Ambos estaban heridos. La sujetó contra sí y la envolvió entre sus brazos, protegiéndola con su cuerpo. No había cazadores afuera, por lo que no podía sacarle de allí. Podía percibir a los Nivel E aproximarse. El olor a sangre y muerte los atraía. Tsk, esto no era bueno. Pensó en llevarla con Bella y Ziel, pero ellos se las estaban arreglando como podían allí dentro. No podía agregar otra preocupación más a sus vidas en este momento.
Viendo que no le quedaba otra opción, Yagari se puso de pie con la chica en brazos. Si la pequeña vampiresa que creaba las ilusiones había reclamado por la frágil rubia que él llevaba, era por algo. Debía alejarla lo más que pudiese del radio que la chupasangre abarcaba. Entonces, decide correr. A costas del dolor y el sangrado intenso, Yagari corría por el perímetro del salón a toda la velocidad que podía alcanzar. Jadeaba bastante, pues estaba cansado y algo débil, pero como siempre dijo: la prioridad son los humanos. Debía alejar a la joven de aquella niña poseída, debía hacerlo antes de que fuera demasiado tarde. Ahora el problema sería dónde esconderse.
Se arrastró por el suelo dejando un camino de sangre a medida que avanzaba. Estaba perdiendo mucha, pero podría soportar. No llevaba veinte años siendo un cazador por nada. Observó a la joven de la Clase Diurna. Ella comenzaba a recuperar la consciencia. La preocupación se apoderó del cuerpo de Yagari. Sintió como aquella pura e inocente vida quería dejar este mundo. No lo permitiría. Estiró su brazo y sujetó la mano de la joven. En un movimiento veloz la atrajo hacia sí con bastante delicadeza a pesar de la situación. Ambos estaban heridos. La sujetó contra sí y la envolvió entre sus brazos, protegiéndola con su cuerpo. No había cazadores afuera, por lo que no podía sacarle de allí. Podía percibir a los Nivel E aproximarse. El olor a sangre y muerte los atraía. Tsk, esto no era bueno. Pensó en llevarla con Bella y Ziel, pero ellos se las estaban arreglando como podían allí dentro. No podía agregar otra preocupación más a sus vidas en este momento.
Viendo que no le quedaba otra opción, Yagari se puso de pie con la chica en brazos. Si la pequeña vampiresa que creaba las ilusiones había reclamado por la frágil rubia que él llevaba, era por algo. Debía alejarla lo más que pudiese del radio que la chupasangre abarcaba. Entonces, decide correr. A costas del dolor y el sangrado intenso, Yagari corría por el perímetro del salón a toda la velocidad que podía alcanzar. Jadeaba bastante, pues estaba cansado y algo débil, pero como siempre dijo: la prioridad son los humanos. Debía alejar a la joven de aquella niña poseída, debía hacerlo antes de que fuera demasiado tarde. Ahora el problema sería dónde esconderse.
- Yagari Touga
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Observó con atención lo que hacía la pequeña vampira. ¿Qué se suponía que hacían la cazadora y el vampiro junto a ella? Parecían actuar como si estuvieran loco o como si... alusinaran. En ese momento, recordó el dato que otorgó la peliazul. Rápidamente, corrió hasta donde se encontraban Kasha y el Pura Sangre. Vio las marionetas del vampiro. Estas parecían pegarle a la nada. Ahora lo comprendía. Del mismo modo que a Chlóe no le afectaban los ataques mentales destinados a herirla físicamente, tampoco le afectaban los ataques psicológicos de ese tipo.
- ¡Esta es la verdadera! -gritó mientras saltaba con una espada del cristal de Nokku, justo para darle de lleno en el abdomen a la pequeña.
- ¡Esta es la verdadera! -gritó mientras saltaba con una espada del cristal de Nokku, justo para darle de lleno en el abdomen a la pequeña.
- Chlóe Crosszeria
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Humor : Últimamente.. bastante inestable -ríe-.
Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Fraiah se despertó y se me fue de mi lado. ¿Que por qué? Nokku....
De repente, llegó Nokku. Ahora mis planes se habían ido a la mierda. Pero por lo menos podía destrozarle la cara, como el intentó conmigo. No iba a pasar como la última voz. No me dejaría dar por un movimiento tan inútil como ese. Cuando se acercaba su golpe hacia mí, me teletransporté al otro lado de la sala. Tenía claro cual era mi objetivo y ese era Nokku.
Mis armas estaban en la guarida, por lo tanto no disponía de ellas. Tampoco me eran necesarias para acabar con su vida. Antes de ir a por él, cerré el portal para que nadie más pudiera utilizarlo.
-Vamos a matarnos, Nokku... vamos a ... matarnos...-dije mostrando una terrible y macabra sonrisa.
Ahora mismo, todo me da igual. Nokku era un enemigo que debía ser destruido y aniquilado. Corrí hacia él. Era un movimiento muy rápido. Esta vez, no llevaba las armas, así que tuve que valerme de la oscuridad. Partículas moradas y negras se acumulaban en mi brazo y con la velocidad a la que estaba, iba dejando una estela oscura.
-Muerete y punto.
Me importaba un carajo los demás. Tanto esos vampiros extraños como los cazavampiros. Nokku iba a morir esta noche...
De repente, llegó Nokku. Ahora mis planes se habían ido a la mierda. Pero por lo menos podía destrozarle la cara, como el intentó conmigo. No iba a pasar como la última voz. No me dejaría dar por un movimiento tan inútil como ese. Cuando se acercaba su golpe hacia mí, me teletransporté al otro lado de la sala. Tenía claro cual era mi objetivo y ese era Nokku.
Mis armas estaban en la guarida, por lo tanto no disponía de ellas. Tampoco me eran necesarias para acabar con su vida. Antes de ir a por él, cerré el portal para que nadie más pudiera utilizarlo.
-Vamos a matarnos, Nokku... vamos a ... matarnos...-dije mostrando una terrible y macabra sonrisa.
Ahora mismo, todo me da igual. Nokku era un enemigo que debía ser destruido y aniquilado. Corrí hacia él. Era un movimiento muy rápido. Esta vez, no llevaba las armas, así que tuve que valerme de la oscuridad. Partículas moradas y negras se acumulaban en mi brazo y con la velocidad a la que estaba, iba dejando una estela oscura.
-Muerete y punto.
Me importaba un carajo los demás. Tanto esos vampiros extraños como los cazavampiros. Nokku iba a morir esta noche...
- Evan Darkness
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
La joven castaña que ahora aparentaba ser Vladimir continuó riendo. Miró todo a su alrededor. Destrucción, sangre, caos... Les habían demostrado a todos de lo que eran capaces. Quisieran ellos asumirlo o no, debían comenzar a creer que en verdad eran poderosos, eran los vampiros perfectos e ideales por excelencia, y no podrían pararlos jamás. Padre seguiría trabajando en ellos. Los volvería fuertes día a día. Serían imparables y él estaría muy orgulloso de sus hijos.
Miró a Katrina y, como si nada, quebró sus tobillos provocando un ruido aterrador. Sus huesos blancos y fuertes podían verse a través de los pies que había dejado pegados en aquel líquido viscoso. La chica -o mejor dicho Vladimir- comenzó a arrastrarse por el suelo. Llegó hasta los pies de la Líder del Consejo y la sujetó con una mano. De un momento a otro, trepó por sus piernas, sujetándose a la pollera de su vestido y quedando frente a frente junto a ella. Continuaba riendo, ensangrentado y poseído por aquella figura femenina. Finalmente, esa imagen se deshizo y pies nacieron donde hace un momento no los había. Una nueva figura se impuso ante ella, y la mano del nuevo vampiro amenazaba, con unas garras provocadas por la mutación, la vida de los bebés que Katrina llevaba dentro. La fría mirada azul violácea de Padre se posó sobre los verdes iris de la vampiresa.
- Nos vamos -sentenció sin más, mediante una expresión fría e insensible. Su rostro no mostraba ninguna clase de emoción. Esta era, al fin y al cabo, otra de las facetas de Padre. El asunto era descubrir cuál de todas ellas era la verdadera.
El fuego que envolvía con anterioridad a ambos, se deshizo. Vladimir dio sólo unos pasos hacia atrás y caminó con tranquilidad hacia la puerta. Eso había estado cerca. Un segundo más y Katrina hubiera acabado desangrada en el suelo y sus hijos, muertos. Habían dado un espectáculo bastante fascinante, ¿verdad? Ahora había llegado el momento de retirarse, dejando atrás el atractivo final de esa fiesta. Además, otro vampiro estaba montando una escena allí mismo, atacando al Presidente de la Asociación. Ese no estaba con ellos, pero tampoco contra ellos. Era interesante. Ellos ya no tenían nada más que hacer aquí. Su figura, pronto, traspasó la puerta de entrada, y allí desapareció.
No había rastro de Vladimir D'Shaitis por ninguna parte.
Miró a Katrina y, como si nada, quebró sus tobillos provocando un ruido aterrador. Sus huesos blancos y fuertes podían verse a través de los pies que había dejado pegados en aquel líquido viscoso. La chica -o mejor dicho Vladimir- comenzó a arrastrarse por el suelo. Llegó hasta los pies de la Líder del Consejo y la sujetó con una mano. De un momento a otro, trepó por sus piernas, sujetándose a la pollera de su vestido y quedando frente a frente junto a ella. Continuaba riendo, ensangrentado y poseído por aquella figura femenina. Finalmente, esa imagen se deshizo y pies nacieron donde hace un momento no los había. Una nueva figura se impuso ante ella, y la mano del nuevo vampiro amenazaba, con unas garras provocadas por la mutación, la vida de los bebés que Katrina llevaba dentro. La fría mirada azul violácea de Padre se posó sobre los verdes iris de la vampiresa.
- Nos vamos -sentenció sin más, mediante una expresión fría e insensible. Su rostro no mostraba ninguna clase de emoción. Esta era, al fin y al cabo, otra de las facetas de Padre. El asunto era descubrir cuál de todas ellas era la verdadera.
El fuego que envolvía con anterioridad a ambos, se deshizo. Vladimir dio sólo unos pasos hacia atrás y caminó con tranquilidad hacia la puerta. Eso había estado cerca. Un segundo más y Katrina hubiera acabado desangrada en el suelo y sus hijos, muertos. Habían dado un espectáculo bastante fascinante, ¿verdad? Ahora había llegado el momento de retirarse, dejando atrás el atractivo final de esa fiesta. Además, otro vampiro estaba montando una escena allí mismo, atacando al Presidente de la Asociación. Ese no estaba con ellos, pero tampoco contra ellos. Era interesante. Ellos ya no tenían nada más que hacer aquí. Su figura, pronto, traspasó la puerta de entrada, y allí desapareció.
No había rastro de Vladimir D'Shaitis por ninguna parte.
- Nathan Hawthorne
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Desde su privilegiada posición, Chie observaba los intentos de ambos por descubrir quien era la verdadera. Bajó al suelo, aún manteniendo la ilusión que la hacía invisible, pasó junto a la cazadora y clavó una de las velas en su espalda antes de seguir caminando tranquilamente.
-¿Sabéis? -dijeron todas las copias a la vez- Deberíais uniros a nosotros, se que ansiais poder y fuerza, nuestro Padre os puede conceder eso y mas, dejaríais de ser seres imperfectos y débiles.
La peliazul vio como otra cazadora se aproximaba a ella, pero no le dio importancia, siguió como si nada y en el momento en que la otra saltó se percató de su error. Notó un golpe en el abdomen y la sangre comenzó a manchar su impecable vestido blanco. La ilusión se rompió en pedazos y todo a su alrededor volvió a la normalidad. Chie se alejó de un salto, horrorizada ¿Cómo podía haberla visto? ¿Acaso era inmune a su poder? ¡Aquello era imposible! Por un instante pareció una chiquilla asustada, sin sus ilusiones no era nada y aquella cazadora las había destrozado por completo. Todo su ser ardía en deseos de acabar con ella, de destrozarla por completo hasta que quedara irreconocible, de reducirla a cenizas. Pero no podía, al menos no en ese momento, ya encontraría una forma de hacerlo.
Mientras pensaba que hacer vió a lo lejos a un cazador que cargaba con algo, bueno, alguien mas bien, no era otra que la chica rubia de antes. La expresión de Chie cambió por completo, la sonrisa divertida que había lucido un par de minutos atrás volvió a su rostro. Chie ni se molestó en acercarse, la chica estaba demasiado débil como para brindarle cualquier tipo de diversión, moriría tarde o temprano...Pero ¿por qué no ayudarla un poco? Ante ellos aparecieron tres cuchillos que a gran velocidad se clavaron en el frágil cuerpo de Alexa. Podría decirse que Chie estaba siendo compasiva, así le ahorraba horas de sufrimiento. Tras eso, avanzó hacia ellos a gran velocidad, pero sus pasos se detuvieron en seco con dos palabras "Nos vamos" Era una orden de Padre y aunque a ella le hubiera gustado seguir allí un tiempo mas, no podía quedarse.
Sin decir una sola palabra saltó por la ventana mas cercana, desapareciendo en la oscuridad de la noche.
-¿Sabéis? -dijeron todas las copias a la vez- Deberíais uniros a nosotros, se que ansiais poder y fuerza, nuestro Padre os puede conceder eso y mas, dejaríais de ser seres imperfectos y débiles.
La peliazul vio como otra cazadora se aproximaba a ella, pero no le dio importancia, siguió como si nada y en el momento en que la otra saltó se percató de su error. Notó un golpe en el abdomen y la sangre comenzó a manchar su impecable vestido blanco. La ilusión se rompió en pedazos y todo a su alrededor volvió a la normalidad. Chie se alejó de un salto, horrorizada ¿Cómo podía haberla visto? ¿Acaso era inmune a su poder? ¡Aquello era imposible! Por un instante pareció una chiquilla asustada, sin sus ilusiones no era nada y aquella cazadora las había destrozado por completo. Todo su ser ardía en deseos de acabar con ella, de destrozarla por completo hasta que quedara irreconocible, de reducirla a cenizas. Pero no podía, al menos no en ese momento, ya encontraría una forma de hacerlo.
Mientras pensaba que hacer vió a lo lejos a un cazador que cargaba con algo, bueno, alguien mas bien, no era otra que la chica rubia de antes. La expresión de Chie cambió por completo, la sonrisa divertida que había lucido un par de minutos atrás volvió a su rostro. Chie ni se molestó en acercarse, la chica estaba demasiado débil como para brindarle cualquier tipo de diversión, moriría tarde o temprano...Pero ¿por qué no ayudarla un poco? Ante ellos aparecieron tres cuchillos que a gran velocidad se clavaron en el frágil cuerpo de Alexa. Podría decirse que Chie estaba siendo compasiva, así le ahorraba horas de sufrimiento. Tras eso, avanzó hacia ellos a gran velocidad, pero sus pasos se detuvieron en seco con dos palabras "Nos vamos" Era una orden de Padre y aunque a ella le hubiera gustado seguir allí un tiempo mas, no podía quedarse.
Sin decir una sola palabra saltó por la ventana mas cercana, desapareciendo en la oscuridad de la noche.
- Chie
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Observo la actuación del hombre estupefacta, ciertamente nos e esperaba eso. El trepo hasta ella y Katrina se quedo parada observando aquella garra tan cerca de su abdomen. De pronto el anuncio que se marchaban. En cuanto el la soltó cayo de rodillas sujetando su abdomen con una expresión de terror y de lagrimas en los ojos, el podría haberlos matado, el la había superado por unos instantes y lo peor de todo había amenazado la vida de sus hijos. No podía moverse su cuerpo no respondía, el aura negra que antes la rodeaba desapareció por completo y en su lugar solo había una mujer arrodillada y llorando.
Miro de reojo como se marchaba, deseando poder salir tras el y matarlo pero no podía simplemente estaba en estado de shock.
Miro de reojo como se marchaba, deseando poder salir tras el y matarlo pero no podía simplemente estaba en estado de shock.
- Katrina Darent
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
El cazador sujetó su mano y, sin dudarlo ni un segundo, le otorgó su protección. Alexa se aferró a él, a su calor. Una lágrima se deslizó hasta caer en el suelo. Estaba asustada, realmente temía por su vida. Ahora que lo había recordado todo, sólo quería huír de allí y acostarse a dormir, procurando que el amanecer trajera paz a su vida.
Él la sujetó entre sus brazos y, de repente, empezó a correr. Alexa lo abrazó con fuerza mientras cerraba los ojos. Confiaba en él. Era la única persona en la que creía que podía confiar.
- Me sacarás de aquí, ¿verdad? -susurró entre palabras ahogadas. Pero, de repente, sintió que algo atravesaba su cuerpo con furia. Alexa abrió los ojos de repente y miró al hombre que la llevaba entre brazos. La expresión del rostro de Alexa era de horror mezclado con dolor y tristeza. La sangre comenzó a acumularse en su boca y a emanar hacia el exterior. Sentía que se ahogaba al tiempo que su corazón dejaba de bombear. Pronto, sus brazos cayeron a cada lado de su cuerpo y su mirada perdió color. Vaya, estuvo cerca. Casi podía sentir el aire fresco del exterior, envolviéndola con su salvación.
Fue demasiado tarde. Alexa Gráinne estaba muerta.
Él la sujetó entre sus brazos y, de repente, empezó a correr. Alexa lo abrazó con fuerza mientras cerraba los ojos. Confiaba en él. Era la única persona en la que creía que podía confiar.
- Me sacarás de aquí, ¿verdad? -susurró entre palabras ahogadas. Pero, de repente, sintió que algo atravesaba su cuerpo con furia. Alexa abrió los ojos de repente y miró al hombre que la llevaba entre brazos. La expresión del rostro de Alexa era de horror mezclado con dolor y tristeza. La sangre comenzó a acumularse en su boca y a emanar hacia el exterior. Sentía que se ahogaba al tiempo que su corazón dejaba de bombear. Pronto, sus brazos cayeron a cada lado de su cuerpo y su mirada perdió color. Vaya, estuvo cerca. Casi podía sentir el aire fresco del exterior, envolviéndola con su salvación.
Fue demasiado tarde. Alexa Gráinne estaba muerta.
- Alexa Gráinne
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Cuando noto que algo se clavaba en su espalda dio un grito y como acto reflejo lanzo uno de sus cuchillos antivampiros hacia donde provenia el golpe sin saber si le habia dado o no, pocos segundos despues la oscuridad habia desaparecido y podia volver a ver lo que ocurria, vio marcharse a Vladimir y al girar la cabeza vio como Chie lanzaba varias armas contra la humana que llevaba Yagari
¡¡NO!!- lanzó unas agujas hacia Chie, pero ya era tarde, la chica estaba muerta, y vio como Chie se marchaba, cayo al suelo impotente y dolorida por las numerosas heridas que tenia
¡¡NO!!- lanzó unas agujas hacia Chie, pero ya era tarde, la chica estaba muerta, y vio como Chie se marchaba, cayo al suelo impotente y dolorida por las numerosas heridas que tenia
- Kasha Oskan
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Estaba a punto de llegar a la puerta. Sólo un poco más. Tenía que lograrlo. La respiración agitada de Yagari chocaba con el rostro de la joven alumna de la Academia. En un momento, pareció flaquear y aminorar la velocidad, pero la fuerza de su espíritu le brindó la voluntad necesaria para continuar. Sólo eran unos metros, sólo tenía que correr un poco más...
"Nos vamos". Escuchó aquellas palabras que, a su parecer, fueron bastante letales. Si tan sólo hubiese sido pronunciadas unos minutos antes. Si tan sólo hubiera ordenado la retirada de aquellos especímenes antes. ¿Por qué? ¿Por qué esto estaba sucediendo? ¿Por qué tan de repente? ¿Por qué entre sus brazos? Ni bien vio venir aquel ataque, Yagari frenó de golpe, patinando en el suelo debido a la sangre y la suciedad. La mueca que se formó en su rostro fue de un terrible horror. Esos cuchillos aparecieron de la nada e iban directo hacia el frágil cuerpo que tenía entre sus brazos. En un movimiento desesperado, Yagari se volteó con la joven en brazos y uno de los cuchillos se clavó en su espalda, atravesándolo completamente y aflorando su punta en la superficie de su abdomen. Debido al impacto, el cazador cayó al suelo y Alexa se escapó de entre sus brazos.
Fueron unos segundos simplemente. Sólo se tomó unos segundos para acaparar aliento y levantarse, y entonces lo vio. El perfecto cuerpo humano, diminuto e inocente, atresado por los dos cuchillos restantes justo en su pecho, en su corazón. Tardó apenas un instante en reaccionar. Un grito desgarrador escapó de entre sus labios. La furia se apoderaba de su cuerpo, por más malherido que estuviese. Con ímpetu sujetó el cuchillo del mango, justo en su espalda, y tiró de él hacia afuera. Había sido un movimiento brusco e impulsivo, pero no podía moverse con esa mierda atravesándole y lo único que él deseaba era acudir junto a la joven cuanto antes. Otro grito, pero esta vez de dolor, se abrió paso desde su boca al exterior. Se apresuró avanzando de rodillas en el suelo. Sujetó el cuerpo de Alexa, sosteniendo con cuidado su diminuta cabeza recostada en su mano. Tocó su pulso. No respiraba: estaba muerta.
Yagari se desesperó. Simplemente, no podía creerlo. Estuvo a tan escasos metros de salvarla. No podía aceptarlo. Tocaba el cuerpo de la joven desesperado, buscando alguna señal de vida aparente. Y nada; no encontraba nada. Repetía furiosamente sólo una palabra: "no".
Ya había perdido demasiada sangre y, ahora, con la nueva herida, todo iba peor. Yagari estaba muriendo. Si no lo auxiliaban pronto, acabaría su vida en ese mismísimo momento. La herida que había provocado aquel objeto punzante lo habían herido de gravedad. Comenzó a tocer sangre y cayó hacia adelante, sosteniéndose entre sus manos. Sus ojos estaban perdidos en el cuerpo inerte que yacía frente a él. No había podido salvarla. Esto era su culpa. Otra vez, un vida inocente se iba entre sus brazos. No pudo evitar recordar a la mujer que había amado; la única que siempre había permanecido en su corazón. En ese instante las palabras de Kaien de aquella vez volvieron a su memoria: "no quieres volver a perder a alguien". Intentó librarse de esos recuerdos, pero simplemente no lo consiguió. Nunca creería que una lágrima podría escabullirse de su lagrimal, pero eso que dicen sobre los hombres, que nunca lloran, son puras pavadas, ¿verdad?
¿Por qué su vida y no la de él? ¿Alguien podría explicar eso? ¿Qué culpa tenía ella? Esto era injusto, muy injusto. ¡Injusto como la mismísima mierda que había ocontecido en esta Navidad del demonio! Ella le había pedido que la sacase de allí. Él le había fallado. Yagari no podía soportarlo más. Sólo dejó de ejercer fuerza para mantenerse vivo y respirando. Sólo se dejó caer sobre el cuerpo de la joven. Ya no tenía fuerzas y estaba acabado. Le quedaban los minutos contados. Si alguien no acudía pronto, su existencia se perdería en aquel salón del infierno.
"Nos vamos". Escuchó aquellas palabras que, a su parecer, fueron bastante letales. Si tan sólo hubiese sido pronunciadas unos minutos antes. Si tan sólo hubiera ordenado la retirada de aquellos especímenes antes. ¿Por qué? ¿Por qué esto estaba sucediendo? ¿Por qué tan de repente? ¿Por qué entre sus brazos? Ni bien vio venir aquel ataque, Yagari frenó de golpe, patinando en el suelo debido a la sangre y la suciedad. La mueca que se formó en su rostro fue de un terrible horror. Esos cuchillos aparecieron de la nada e iban directo hacia el frágil cuerpo que tenía entre sus brazos. En un movimiento desesperado, Yagari se volteó con la joven en brazos y uno de los cuchillos se clavó en su espalda, atravesándolo completamente y aflorando su punta en la superficie de su abdomen. Debido al impacto, el cazador cayó al suelo y Alexa se escapó de entre sus brazos.
Fueron unos segundos simplemente. Sólo se tomó unos segundos para acaparar aliento y levantarse, y entonces lo vio. El perfecto cuerpo humano, diminuto e inocente, atresado por los dos cuchillos restantes justo en su pecho, en su corazón. Tardó apenas un instante en reaccionar. Un grito desgarrador escapó de entre sus labios. La furia se apoderaba de su cuerpo, por más malherido que estuviese. Con ímpetu sujetó el cuchillo del mango, justo en su espalda, y tiró de él hacia afuera. Había sido un movimiento brusco e impulsivo, pero no podía moverse con esa mierda atravesándole y lo único que él deseaba era acudir junto a la joven cuanto antes. Otro grito, pero esta vez de dolor, se abrió paso desde su boca al exterior. Se apresuró avanzando de rodillas en el suelo. Sujetó el cuerpo de Alexa, sosteniendo con cuidado su diminuta cabeza recostada en su mano. Tocó su pulso. No respiraba: estaba muerta.
Yagari se desesperó. Simplemente, no podía creerlo. Estuvo a tan escasos metros de salvarla. No podía aceptarlo. Tocaba el cuerpo de la joven desesperado, buscando alguna señal de vida aparente. Y nada; no encontraba nada. Repetía furiosamente sólo una palabra: "no".
Ya había perdido demasiada sangre y, ahora, con la nueva herida, todo iba peor. Yagari estaba muriendo. Si no lo auxiliaban pronto, acabaría su vida en ese mismísimo momento. La herida que había provocado aquel objeto punzante lo habían herido de gravedad. Comenzó a tocer sangre y cayó hacia adelante, sosteniéndose entre sus manos. Sus ojos estaban perdidos en el cuerpo inerte que yacía frente a él. No había podido salvarla. Esto era su culpa. Otra vez, un vida inocente se iba entre sus brazos. No pudo evitar recordar a la mujer que había amado; la única que siempre había permanecido en su corazón. En ese instante las palabras de Kaien de aquella vez volvieron a su memoria: "no quieres volver a perder a alguien". Intentó librarse de esos recuerdos, pero simplemente no lo consiguió. Nunca creería que una lágrima podría escabullirse de su lagrimal, pero eso que dicen sobre los hombres, que nunca lloran, son puras pavadas, ¿verdad?
¿Por qué su vida y no la de él? ¿Alguien podría explicar eso? ¿Qué culpa tenía ella? Esto era injusto, muy injusto. ¡Injusto como la mismísima mierda que había ocontecido en esta Navidad del demonio! Ella le había pedido que la sacase de allí. Él le había fallado. Yagari no podía soportarlo más. Sólo dejó de ejercer fuerza para mantenerse vivo y respirando. Sólo se dejó caer sobre el cuerpo de la joven. Ya no tenía fuerzas y estaba acabado. Le quedaban los minutos contados. Si alguien no acudía pronto, su existencia se perdería en aquel salón del infierno.
- Yagari Touga
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Fraiah continuaba allí encerrada, a salvo de todo y todos. Observó el poder de Vladimir. No podía creerlo. Cambiaba de forma a gusto y hacía lo que quería. ¿Cómo era posible? Y como si fuera poco, casi acaba con la vida de Katrina. Ella se había salvado sólo porque él había determinado que le perdonaría la vida esta vez. Fraiah casi sintió morir de la desesperación allí dentro. De todos modos, nada se comparaba con lo que estaba a punto de ocurrir.
Evan, quien había ayudado a Fraiah, comenzó a decir cosas que ella simplemente no podía entender. ¿Qué le pasaba a Astrid? Claro, debería comenzar a caer en la cuenta de que Astrid no era Astrid y que Evan no tenía intención alguna en actuar como él. Es entonces que, desesperada, empezó a golpear el cristal. ¿Que Nokku iba a morir esta noche? ¡No! ¡Eso no podía ser posible! ¿Cómo se atrevía siquiera a pretender tocarlo?
- ¿Qué demonios dices? -gritó a Evan, golpeando el cristal con violencia.
Y, más allá, otra situación aún peor acontecía. Hasta ahora, al menos, ninguno de ellos había acabado muerto; pero la joven de la clase diurna no había corrido la misma suerte. Su cuerpo se desplomó de repente, abatido por esas dagas. Yagari quiso protegerla a toda costa. A Fraiah el corazón le dio un vuelco. Gritó con todas sus fuerzas. y se llevó ambas manos a la boca. Quería vomitar. Los nervios y la tensión la estaban acribillando por dentro. El último humano caído. ¿El último? Aquello sólo constituía una esperanza bastante macabra. Se dejó caer dentro del cristal, observándolo todo con la mirada traumada y aterrorizada. Alguien debía ayudar a ese hombre y a lo que quedaba de la pobre chica. No podía estar muerta, no podía...
Todo esto acontecía ante sus ojos y ¿qué había hecho ella? Se había quedado a salvo dentro de ese cristal.
Evan, quien había ayudado a Fraiah, comenzó a decir cosas que ella simplemente no podía entender. ¿Qué le pasaba a Astrid? Claro, debería comenzar a caer en la cuenta de que Astrid no era Astrid y que Evan no tenía intención alguna en actuar como él. Es entonces que, desesperada, empezó a golpear el cristal. ¿Que Nokku iba a morir esta noche? ¡No! ¡Eso no podía ser posible! ¿Cómo se atrevía siquiera a pretender tocarlo?
- ¿Qué demonios dices? -gritó a Evan, golpeando el cristal con violencia.
Y, más allá, otra situación aún peor acontecía. Hasta ahora, al menos, ninguno de ellos había acabado muerto; pero la joven de la clase diurna no había corrido la misma suerte. Su cuerpo se desplomó de repente, abatido por esas dagas. Yagari quiso protegerla a toda costa. A Fraiah el corazón le dio un vuelco. Gritó con todas sus fuerzas. y se llevó ambas manos a la boca. Quería vomitar. Los nervios y la tensión la estaban acribillando por dentro. El último humano caído. ¿El último? Aquello sólo constituía una esperanza bastante macabra. Se dejó caer dentro del cristal, observándolo todo con la mirada traumada y aterrorizada. Alguien debía ayudar a ese hombre y a lo que quedaba de la pobre chica. No podía estar muerta, no podía...
Todo esto acontecía ante sus ojos y ¿qué había hecho ella? Se había quedado a salvo dentro de ese cristal.
- Fraiah B. Eslin
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
La humana habia muerto, y todo por no haber podido acabar con aquella maldita vampira, siguió mirando en esa direccion como si no viera nada hasta que vio como algo caia al suelo; no era algo, era alguien, Yagari estaba herido de muerte, se levanto corriendo tambaleandose un poco y fue corriendo en su axulio. Cuando llego tapo con las manos la herida de la espalda
- Yagari, aguanta, por favor, aguanta un poco- quito una tira a su vestido ya destrozado por sangre y desgarros y con eso intento tapar la herida-¡¡ayuda!!, ¡¡Nokku, Bella!!- si no venia alguien pronto que la ayudara, Yagari no sobreviviria, siguio apretando muy nerviosa, ya habian muerto demasiados cazadores, y perder a Yagari era un golpe muy bajo. Se quito la mascara que cayo al suelo llenandose la cara de sangre de Yagari, tenia que salir de esta como sea
- Yagari, aguanta, por favor, aguanta un poco- quito una tira a su vestido ya destrozado por sangre y desgarros y con eso intento tapar la herida-¡¡ayuda!!, ¡¡Nokku, Bella!!- si no venia alguien pronto que la ayudara, Yagari no sobreviviria, siguio apretando muy nerviosa, ya habian muerto demasiados cazadores, y perder a Yagari era un golpe muy bajo. Se quito la mascara que cayo al suelo llenandose la cara de sangre de Yagari, tenia que salir de esta como sea
- Kasha Oskan
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
¡Bingo! Chlóe le había dado a esa niña y si no fuera por la tensión del momento, se hubiera reído en su cara.
- ¿Sorprendida? -murmuró con cierta gracia y burla. Paarecía que en nada se echaría a llorar a causa de la habilidad de Chlóe. Sin embargo, la risa no duró demasiado. Pues, como si estuviese furiosa por no poder descargarse con ella, la chiquilla atacó a Yagari y a la humana. A partir de allí, todo pasó en cámara lenta ante los ojos de Chlóe. Comenzó a correr en dirección a ellos, pero era demasiado tarde: la chica estaba muerta.
Llegó junto a Kasha y ayudó a detener la hemorragia, pero era casi imposible. Debían sacarlo de aquí. Ellas debían sacarlo de allí. Sacó un walkie-talkie y llamó a la Asociación. Ellos estarían en camino trayendo una camilla donde poder depositar el cuerpo del fuerte cazador. Él no podía morir, no así.
- Vienen en camino, debemos aguardar un poco y esperar que resista -dijo nerviosa.
- ¿Sorprendida? -murmuró con cierta gracia y burla. Paarecía que en nada se echaría a llorar a causa de la habilidad de Chlóe. Sin embargo, la risa no duró demasiado. Pues, como si estuviese furiosa por no poder descargarse con ella, la chiquilla atacó a Yagari y a la humana. A partir de allí, todo pasó en cámara lenta ante los ojos de Chlóe. Comenzó a correr en dirección a ellos, pero era demasiado tarde: la chica estaba muerta.
Llegó junto a Kasha y ayudó a detener la hemorragia, pero era casi imposible. Debían sacarlo de aquí. Ellas debían sacarlo de allí. Sacó un walkie-talkie y llamó a la Asociación. Ellos estarían en camino trayendo una camilla donde poder depositar el cuerpo del fuerte cazador. Él no podía morir, no así.
- Vienen en camino, debemos aguardar un poco y esperar que resista -dijo nerviosa.
- Chlóe Crosszeria
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Una orden era una orden. Marcus, por más embroncado que estaba, debía hacer caso a las palabras de Padre. Dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la salida. Al pasar al lado de un cadáver, lo sujetó por el pelo y comenzó a arrastrarlo. Se lo llevaría con él. Necesitaba descargarse con algo. Miró a Chie y gruñó levemente. Enviaba que ella hubiese podido acabar con quien quería.
Al cabo de unos segundos, ya no se encontraba entre los presentes.
Al cabo de unos segundos, ya no se encontraba entre los presentes.
- Marcus O'Conell
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Todavía apuntaba con seriedad al vampiro que tenía frente a sus narices, sin piedad. Sin embargo en mi rostro había una marca de la desesperación cubierta con una sonrisa. Estaba comenzando a provocarme cierto asco el individuo que tenía frente a mis narices, hmph. Realmente creía en que fuera efectiva la maniobra de Bella, pero no dio al caso. La incertidumbre me llenó por completo cuando vi a mi protectora ser dañada por aquel ser.
Otra chica llegó hasta las cocinas y vi reflejada en ella nuestra salvación. Sabía que Bella no podría protegerme ella sola y más sabiendo que mi sola presencia llamaba demasiado a dichos seres. Asentí a la chica sin pronunciar palabra, intentando no perder la concentración con el arma.
Estaba dispuesto a apretar el gatillo, pero un grito ensordecedor llegó de la sala. No se escuchó nada más. El resto de sonidos quedaron sordos tras éste. Pensé en lo peor. Kai. No. No quería ver su cuerpo yacido en el suelo. Me daba pavor solo pensarlo. Había estado luchando hasta allí, ¿para contemplar su asesinato? No podía imaginarlo. Al final todos los "hijos" y su "padre" abandonaron la fiesta como si no hubiera pasado nada. Sin pensarlo dos veces, salí de la cocina corriendo lo máximo que podían permitirme mis piernas, aún con el arma en la mano y ese pensamiento de Kai en la cabeza. Cuando llegué al salón lo único que había eran cazadores malheridos por casi todos lados, cadáveres de humanos yacidos en el suelo y sangre por cada pared y baldosa. Busqué a Kai con la mirada, casi al borde de la desesperación. Era lo único que quedaba de una familia. Kasha se encontraba a lo lejos, con algo entre los brazos; cosa que me dio ánimo de encontrarle con vida. Me encontré así con el cuerpo casi inerte de Yagari tendido en el suelo como si fuera un muñeco. Me llevé una mano a la boca sin creerme lo que estaba viendo. Alexa... estaba... Muerta.
A pesar del pavor que le tenía a la sangre no dudé en acercarme y arrodillarme al lado del cazador que me había otorgado el arma para defenderme. Tenía el pulso a flor de piel. - Ya... Yagari, vamos. - Maldita sea. Rodé la mirada por los alrededores, en busca de una ayuda mejor. Ese mismo nombre volvió a salir de mis recuerdos: Bella. Chillé su nombre, preso del pánico por Yagari, el cuerpo de Alexa y el desaparecido Kai. Incluso por la propia Bella. - Vamos, vamos. No puedes dejarte. ¿Quién si no iba a llamarme criajo? - Dije asomando una sonrisa por mi rostro, intentando inspirar la fuerza que le faltaba; mientras seguía ensemismado con lo de Alexa.
Otra chica llegó hasta las cocinas y vi reflejada en ella nuestra salvación. Sabía que Bella no podría protegerme ella sola y más sabiendo que mi sola presencia llamaba demasiado a dichos seres. Asentí a la chica sin pronunciar palabra, intentando no perder la concentración con el arma.
Estaba dispuesto a apretar el gatillo, pero un grito ensordecedor llegó de la sala. No se escuchó nada más. El resto de sonidos quedaron sordos tras éste. Pensé en lo peor. Kai. No. No quería ver su cuerpo yacido en el suelo. Me daba pavor solo pensarlo. Había estado luchando hasta allí, ¿para contemplar su asesinato? No podía imaginarlo. Al final todos los "hijos" y su "padre" abandonaron la fiesta como si no hubiera pasado nada. Sin pensarlo dos veces, salí de la cocina corriendo lo máximo que podían permitirme mis piernas, aún con el arma en la mano y ese pensamiento de Kai en la cabeza. Cuando llegué al salón lo único que había eran cazadores malheridos por casi todos lados, cadáveres de humanos yacidos en el suelo y sangre por cada pared y baldosa. Busqué a Kai con la mirada, casi al borde de la desesperación. Era lo único que quedaba de una familia. Kasha se encontraba a lo lejos, con algo entre los brazos; cosa que me dio ánimo de encontrarle con vida. Me encontré así con el cuerpo casi inerte de Yagari tendido en el suelo como si fuera un muñeco. Me llevé una mano a la boca sin creerme lo que estaba viendo. Alexa... estaba... Muerta.
A pesar del pavor que le tenía a la sangre no dudé en acercarme y arrodillarme al lado del cazador que me había otorgado el arma para defenderme. Tenía el pulso a flor de piel. - Ya... Yagari, vamos. - Maldita sea. Rodé la mirada por los alrededores, en busca de una ayuda mejor. Ese mismo nombre volvió a salir de mis recuerdos: Bella. Chillé su nombre, preso del pánico por Yagari, el cuerpo de Alexa y el desaparecido Kai. Incluso por la propia Bella. - Vamos, vamos. No puedes dejarte. ¿Quién si no iba a llamarme criajo? - Dije asomando una sonrisa por mi rostro, intentando inspirar la fuerza que le faltaba; mientras seguía ensemismado con lo de Alexa.
- Ziel A. Carphatia
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Kai observo como todos los vampiros atacantes desaparecian, pero justo antes escucho el grito de Kasha, no pudo evitar salir de la cocina corriendo, pero al salir descubrio que Kasha estaba viva, mal herida, pero estaba entera, en cambio Yagari estaba muy mal y la chica..., no..., no podia ser..., estaba muerta, Ziel tambien habia salido corriendo, pero al ver aquello, ni se percato de que pasaba al lado suya, se quedo de pie sin saber que hacer, todo era sangre, muerte, y destruccion, habian sobrevivido muy pocos cazadores, ¿como podia ser asi?, no era justo...
- Kai Olivier
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Adam creía que lograrían vencer a esa niña, pero se equivocó. Todos allí se equivocaron. Incluso una cazadora pudo herirle cuando él no. ¿Qué clase de brujería fue esa? Miró mal a la chica. Nadie le quitaba a Adam su presa. Pero, todo intento de continuar con la bronca hacia la muchacha, se desvaneció. Primero unas palabras, luego un grito; posteriormente lágrimas y, por último, desesperación.
Aquel antiguo cazador yacía en el suelo medio muerto por intentar proteger a un... ¿cadáver? ¿Acaso eso había logrado con tanto esfuerzo? Merecía morirse allí mismo. Adam, sin pensar más, buscó a Katrina con la mirada y corrió despavorido hacia ella. Se situó a su lado. Había visto aquella escena. Qué clase de ser podría ser capaz de algo así. La envolvió entre sus brazos y cerró los ojos. Mierda, hasta él tenía ganas de llorar. Casi la perdía. Casi perdía al amor de su vida y a sus razones de vivir.
- Katt... -susurró-. Estás bien, Katt, ¿verdad? -dijo luego, entrecortadamente. Sentirla entre sus brazos era un enorme alivio, pero aún recordaba la fría mirada de Vladimir sobre los ojos de su adorable novia.
Nunca había sentido un terror semejante al de esa noche.
Aquel antiguo cazador yacía en el suelo medio muerto por intentar proteger a un... ¿cadáver? ¿Acaso eso había logrado con tanto esfuerzo? Merecía morirse allí mismo. Adam, sin pensar más, buscó a Katrina con la mirada y corrió despavorido hacia ella. Se situó a su lado. Había visto aquella escena. Qué clase de ser podría ser capaz de algo así. La envolvió entre sus brazos y cerró los ojos. Mierda, hasta él tenía ganas de llorar. Casi la perdía. Casi perdía al amor de su vida y a sus razones de vivir.
- Katt... -susurró-. Estás bien, Katt, ¿verdad? -dijo luego, entrecortadamente. Sentirla entre sus brazos era un enorme alivio, pero aún recordaba la fría mirada de Vladimir sobre los ojos de su adorable novia.
Nunca había sentido un terror semejante al de esa noche.
- Adam Blade
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Empleo /Ocio : Me verás en el Consejo, salvándole el culo a todos nuestros vampiros problemáticos.
Humor : Ácido y negro.
Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Todo pasaba muy rápido. Los cuerpos heridos, la sangre, las víctimas, los malditos vampiros. Simplemente no podía controlarlo todo, odiaba esa estúpida sensación, lo que daría por poderme multiplicar de verdad. El jefe de los vampiros sentenció su retirada.
¡¡Cobarde!! ¡¡ Enfrentarme a mi si tienes lo que hay que tener!!
Grite furioso liberando buena parte de mi energía, resquebrajando el cristal de Fraiah, suerte para ella que estaba dentro, la habría matado, ya no podía contenerme. Solo intenté tranquilizarme mientras decidí rápidamente lo que debía hacer. La pequeña vampiresa finalmente pudo escapar de mi mortal ataque y fue la primera en irse después del maldito demonio que amenazaba con acabar con nosotros.
Katrina estaba en el suelo, parecía en estado de shock, fuí a acercarme a ella cuando escuché el hueco y seco sonido del grito de Yagari. Me giré rápidamente para ver como unas dagas sesgaban la vida de la joven que el sublider protegía con su vida. Alargué la mano hacia ellos en un acto reflejo e inútil. Mierda, mierda.
En esos momentos, cuando fuí a socorrerlos, Evan me habló. Escuché sus macabras palabras y vi su sádica sonrisa. Idiota. No estaba para juegos en ese momento, tal vez, si no estuviera en esa situación, accedería a jugar con el, pero ahora. Simplemente dejé que se acercara, no importaba lo rápido que fuera, mi principal característica era la velocidad, ni siquiera Katrina era capaz de alcanzarme cuando eramos más jovenes ¿Cómo esperaba ese novato sorprenderme con su velocidad cuando estaba usando mi máximo poder? No me hizo falta ni mirarle. En cuanto estuvo dentro de mi rango alargué de nuevo la mano y sujeté ferozmente su cuello, con un movimiento casi imperceptible. Giré, esta vez, levemente mi cuello, hasta clavar mis ojos en el vampiro. Mi mirada era totalmente diferente a aquella que le mostré en nuestro último encuentro. Los copos de nieve que seguían en la sala ya se habían posado sobre su cuerpo, aunque Evan no estuviera dentro de mi rango de ataque podría reducir su cuerpo a cenizas.
A mi no me jodas!
Solté agresivamente antes de llenar todo su cuerpo de pinchos de cristal, todos sus órganos, la mayoría de sus tejidos, sus huesos. Todos atravesados desde dentro por finos cristales que cree nada más tocarlo. Si fuera un vampiro normal habría estallado en mil pedazos y solo habría dejado los restros de cristal, pero no, Evan era diferente, y yo lo sabía, algo me decía que ni siquiera moriría con eso asi si sin dejar que intentara contrarrestar mi ataque encerré su cuerpo en un pequeño cubo de cristal. Perfecto, polo de Evan. Sacudí la mano y lo lancé lejos, no quería verlo si quiera, el era la demencia en estado puro. Reconozco que me hubiera gustado jugar con el en otro momento pero había elegido un día malo para enfrentarme.
Como un relámpago aparecí al lado de Yagari y la humana. Pobre viejo, estaba perdiendo mucha sangre. Me agaché y tome el pulso de la muchacha... nada. En un ataque de ira dí un fuerte puñetazo en el suelo.
Joder!!
Una gran brecha surgió del suelo a causa de mi golpe. Al mismo tiempo la barrera de Fraiah se deshizo. Acto seguido tomé el pulso de Yagari. Seguía vivo, pero se aferraba al cuerpo de la muchacha. El sublider seguía consciente, pero era como si no lo estuviera. Sabía que no me haría ni caso. Lo agarré por el costado y lo levanté un poco.
Dejala Yagari, ya esta muerta... pero tu todavía no
Le dí la vuelta y observé que sus ojos estaban pálidos, casi sin vida. La humana ya había muerto, no merecía la pena perder el tiempo con ella, teníamos que salvar a Yagari
Bella!! Ven rápido por favor!!
Grite lo suficientemente alto para que pudiera escucharme desde la cocina, el vampiro no debería de molestarla más pues su padre les había ordenado que se fueran, así que no me preocupaba por eso, la vida de Yagari era más importante.
Vamos viejo... resiste...
¡¡Cobarde!! ¡¡ Enfrentarme a mi si tienes lo que hay que tener!!
Grite furioso liberando buena parte de mi energía, resquebrajando el cristal de Fraiah, suerte para ella que estaba dentro, la habría matado, ya no podía contenerme. Solo intenté tranquilizarme mientras decidí rápidamente lo que debía hacer. La pequeña vampiresa finalmente pudo escapar de mi mortal ataque y fue la primera en irse después del maldito demonio que amenazaba con acabar con nosotros.
Katrina estaba en el suelo, parecía en estado de shock, fuí a acercarme a ella cuando escuché el hueco y seco sonido del grito de Yagari. Me giré rápidamente para ver como unas dagas sesgaban la vida de la joven que el sublider protegía con su vida. Alargué la mano hacia ellos en un acto reflejo e inútil. Mierda, mierda.
En esos momentos, cuando fuí a socorrerlos, Evan me habló. Escuché sus macabras palabras y vi su sádica sonrisa. Idiota. No estaba para juegos en ese momento, tal vez, si no estuviera en esa situación, accedería a jugar con el, pero ahora. Simplemente dejé que se acercara, no importaba lo rápido que fuera, mi principal característica era la velocidad, ni siquiera Katrina era capaz de alcanzarme cuando eramos más jovenes ¿Cómo esperaba ese novato sorprenderme con su velocidad cuando estaba usando mi máximo poder? No me hizo falta ni mirarle. En cuanto estuvo dentro de mi rango alargué de nuevo la mano y sujeté ferozmente su cuello, con un movimiento casi imperceptible. Giré, esta vez, levemente mi cuello, hasta clavar mis ojos en el vampiro. Mi mirada era totalmente diferente a aquella que le mostré en nuestro último encuentro. Los copos de nieve que seguían en la sala ya se habían posado sobre su cuerpo, aunque Evan no estuviera dentro de mi rango de ataque podría reducir su cuerpo a cenizas.
A mi no me jodas!
Solté agresivamente antes de llenar todo su cuerpo de pinchos de cristal, todos sus órganos, la mayoría de sus tejidos, sus huesos. Todos atravesados desde dentro por finos cristales que cree nada más tocarlo. Si fuera un vampiro normal habría estallado en mil pedazos y solo habría dejado los restros de cristal, pero no, Evan era diferente, y yo lo sabía, algo me decía que ni siquiera moriría con eso asi si sin dejar que intentara contrarrestar mi ataque encerré su cuerpo en un pequeño cubo de cristal. Perfecto, polo de Evan. Sacudí la mano y lo lancé lejos, no quería verlo si quiera, el era la demencia en estado puro. Reconozco que me hubiera gustado jugar con el en otro momento pero había elegido un día malo para enfrentarme.
Como un relámpago aparecí al lado de Yagari y la humana. Pobre viejo, estaba perdiendo mucha sangre. Me agaché y tome el pulso de la muchacha... nada. En un ataque de ira dí un fuerte puñetazo en el suelo.
Joder!!
Una gran brecha surgió del suelo a causa de mi golpe. Al mismo tiempo la barrera de Fraiah se deshizo. Acto seguido tomé el pulso de Yagari. Seguía vivo, pero se aferraba al cuerpo de la muchacha. El sublider seguía consciente, pero era como si no lo estuviera. Sabía que no me haría ni caso. Lo agarré por el costado y lo levanté un poco.
Dejala Yagari, ya esta muerta... pero tu todavía no
Le dí la vuelta y observé que sus ojos estaban pálidos, casi sin vida. La humana ya había muerto, no merecía la pena perder el tiempo con ella, teníamos que salvar a Yagari
Bella!! Ven rápido por favor!!
Grite lo suficientemente alto para que pudiera escucharme desde la cocina, el vampiro no debería de molestarla más pues su padre les había ordenado que se fueran, así que no me preocupaba por eso, la vida de Yagari era más importante.
Vamos viejo... resiste...
- Nokku Damaru
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Estaba shockeada y cansada, muy cansada. Tras unos instantes Adam la rodeo con los brazos pero ella seguía con la mirada perdido y con sus manos en el vientre, no lo sentía, no podía sentirlos ¿Que narices ocurría? Algo se movió de pronto en su interior y volvió a moverse algo y ella escucho las voces de nuevo, entonces sonrió y cayó desmayada en los brazos de Adam. Había usado demasiada energía, estaba completamente agotada.
- Katrina Darent
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Localización : Si no estoy muerta aun.... en cualquier parte
Empleo /Ocio : Lider del Consejo de Ancianos.
Humor : Cambiante
Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Kaname estaba perfectamente bien. No necesitaba que lo saquen de allí. Miró a Katrina fijamente cuando le dio esa orden a Yuuki. Él no se iría sin asegurarse de que las cosas se calmaran; no se iría sin saber que Yuuki no corría peligro y sin que la paz del Director fuera asegurada.
Sin embargo, todo ocurrió muy rápido a sus ojos, pues cuando quiso percatarse, los extraños vampiros se habían ido y el alboroto estaba alrededor de un cazador y una alumna muerta. Kaname bajó la mirada y las columnas del pasillo que había tras ellos comenzaron a rajarse. Él le había asegurado a Kaien Cross que nadie más moriría. No fue ese el caso.
Miró a su alrededor y buscó a Yuuki. Ella estaba bien. Eso fue un gran alivio. Ya no tenía nada más que hacer allí.
Comenzó a caminar hacia la salida. Su herida estaba cicatrizando con bastante rapidez. Eliminaría a los Nivel E que se acercaban a la zona para poder dejar a todos allí dentro más o menos tranquilos. No necesitaban otra amenaza más ni nadie más con quién lidiar.
Tras quitar todos los obstáculos vampíricos que quedaban, se alejó del lugar hasta desaparecer de allí.
Sin embargo, todo ocurrió muy rápido a sus ojos, pues cuando quiso percatarse, los extraños vampiros se habían ido y el alboroto estaba alrededor de un cazador y una alumna muerta. Kaname bajó la mirada y las columnas del pasillo que había tras ellos comenzaron a rajarse. Él le había asegurado a Kaien Cross que nadie más moriría. No fue ese el caso.
Miró a su alrededor y buscó a Yuuki. Ella estaba bien. Eso fue un gran alivio. Ya no tenía nada más que hacer allí.
Comenzó a caminar hacia la salida. Su herida estaba cicatrizando con bastante rapidez. Eliminaría a los Nivel E que se acercaban a la zona para poder dejar a todos allí dentro más o menos tranquilos. No necesitaban otra amenaza más ni nadie más con quién lidiar.
Tras quitar todos los obstáculos vampíricos que quedaban, se alejó del lugar hasta desaparecer de allí.
- Kuran Kaname
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Miedo. Aquella expresión de Nokku la paralizó por completo. Estaba reamente cabreado y ella no podía hacer nada por él. En realidad, no podía hacer nada por nadie. De repente, el cristal comenzó a resquebrajarse. Fraiah lo observó sorprendida. ¿Esto era por el poder de Nokku? Vio lo que, a continuación, le hacía a Evan. ¡Por los Dioses del Olimpo! Eso era fatal para cualquiera. Miró en la dirección en que Evan fue arrojado. No sabía que hacer y, lo mejor que logró, como siempre, fue acabar desmayada allí dentro. Había pasado por demasiadas cosas hoy, y aún no estaba completamente recuperada. Cuando el cristal se rompió por completo liberando su cuerpo, Fraiah terminó recostada sobre el frío suelo, con el cabello algo enmarañado cubriendo parte de su rostro.
- Fraiah B. Eslin
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Re: ¡Fiesta de Navidad! (20-29 diciembre)
Vio entonces como se retiraron todos. Miro seria el lugar por donde se había marchado Vladimir, esta noche había escapado, pero acabaría sucumbiendo. Miro a su alrededor, una humana muerta con un cazador muy malherido, dos muchachos luchando y un poco mas allá una chica en el suelo desmayada y, la presidenta del consejo se había desplomado como si nada en los brazos de su novio. Ya no le quedaba nada por hacer aquí, no quería preguntas, solo quería desaparecer pues no soportaba ver tanto dolor junto, simplemente la era imposible. Se encamino hacia la puerta y, echando un ultimo vistazo a sus espaldas, desapareció.
- Freya Dowton
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