Edificios abandonados

Le mire de nuevo de arriba abajo, no sabia porque pero tenia la impresion de haberlo visto alguna vez en la organizacion, pero no estaba completamente segura, ,e quite los guantes metalizados, y observe mis manos, los guantes estaban bien y protegian de las puas, pero no siempre, ya que algunas puas se escapaban y se incrustaban entre las placas de metal de los guantes. No era muy grave, tan solo un par de rasguños que se curarian en pocas horas.
- Espero que al menos esta vez no te de por tocarme mucho las narices como la otra vez, no estoy muy de humor para eso- dije dejandole caer que si me mosqueaba, no jugaria como la otra vez, sino que iria mucho mas en serio e intentaria matarlo sin pensarmelo dos veces

Me rei con su respuesta, igual en esta ocasion era yo la que le tocaba las narices a el, seria muy divertido.
- La palabra amigo no te pega mucho que digamos- dije mientras que me giraba y me dirigia a una gran piedra a la que me subi de un salto para sentarme con comodidad y despues le mire de nuevo intentando descifrar la cara que se escondia debajo de esa capucha

Le sonrei al oir que decia tirador de elite, al parecer era bastante facil sacarle informacion.
- Asi que eres o eras perteneciente a la elite de los tiradores..., interesante...- si era asi, era posible que hubiera formado parte del escuadron de Itachi, aunque no sabria confirmarlo, ya que ella siempre iba por libre y practicamente no se pasaba por aquel lugar secreto ni iba a las reuniones, sino que las misiones secretas se le entregaban a traves de otros cazadores o mediante llamadas.
- Hacia mucho tiempo que no me topaba con cazadores de fuera de la organizacion, es muy extraño que aparezcan por aqui, tan cerca de la Asociacion, y si aparecen es que realmente esta pasando algo sumamente grave por aqui, aunque eso no es nada nuevo- dije intentando averiguar con la poca informacion que tenia las razones por las que estaria aqui

- Este lugar es un iman para los problemas, aqui siempre hay vampiros que quieren ser mas fuertes que los demas o destruir este lugar, y eso desquicia a cualquiera- sonrei cuando dijo lo de las locuras- y si te refieres a lo de las locuras con la mia, las razones por las que en muchas ocasiones parezco desquiciada, son muy diferentes a lo que ocurre ahora, es por algo que ya ha ocurrido- refiriendome a la cantidad de muertes que habian ocurrido a mi alrededor desde hacia ya muchos años, pero sobretodo, a la muerte de Alec, por la cual estuve a punto de perder completamente la cabeza, hasta el punto de querer destruir el consejo de ancianos sabiendo que era algo imposible
Su parte de razon tenia al referirse a las peleas de poder y de ego, pensaba igual que el, por esa razon, dentro de la asociacion, procuraba estar lo mas independiente posible, algo que cada vez me resultaba mas complicado, sobretodo desde que paso a formar parte de la elite, demasiados cazadores conocian mu nombre y deseaban trabajar conmigo o para mi y otros muchos, tan solo querian hacerme desaparecer por ser una de las cazadoras predilectas de los altos mandos de la asociacion. Era esa la razon por la que procuraba tambien mantener lejos a Kai, porque a traves de el, llegaban a mi.
- Comprendo lo que dices, pero la verdad es que eso no va conmigo, el poder solo hace que las personas se vuelvan corruptas o simplemente se crean lo que no son, no son objetivos y eso puede suponer que la gente pierda la vida

Sonrei con tristeza al escuchar su consejo.
- Tu consejo no es tan facil de seguir como crees, la muerte me acompaña desde hace muchos años, se ha convertido en mi amiga, pero tambien en mi peor enemiga, y se que no llegare a volverme loca, basicamente, porque morire antes...- dije perdiendo la mirada en la nada pensando en lo que podria ocurrir con Marcus al ponerme como el cebo y lo que muy al fondo deseaba desde hacia meses, aunque jamas lo admitiria delante de Kai, demasiado daño le habia provocado ya como para aumentarlo. Pero pronto sali de ese estado curiosa por conocer la razon por la que le daba aquel consejo.
- ¿Por que me das ese consejo?- para mi era extraño que alguien como el le dijera eso, me esperaba otro tipo de respuesta completamente opuesto a sus palabras

No volvi a preguntar, de alguna manera conseguiria averiguar quien era y las razones por las que estaba en este pueblo. Y su consejo... por mucho que quisiera seguirlo, hacia mucho tiempo que mi mente habia sido destrozada por el pasado, Kai habia conseguido recuperar parte de lo que fue, pero jamas conseguiria recuperarme del todo. Era el precio a pagar por enamorarse de quien no debia y por pertenecer a un clan de cazadores.
- Era simple curiosidad, no estoy acostumbrada a recibir consejos de cazadores- dije para no mosquearlo

- El lado mas humano de un asesino, puede convertirse en tu mayor debilidad, aunque tambien en tu fuerza, dependiendo de como uses esa humanidad- dije antes de que se marchara y me fuera yo tambien al cementerio

Marcus no regresaba. ¿Le habría pasado algo malo? ¿Lo sabía Bella y por eso trataba de tranquilizarme? No entendía nada, salvo que quería que volviera. Quería ver otra vez esos ojos amables mirándome. Me daba igual que me gritara de nuevo por la estupidez que cometí. Necesitaba ver a Marcus. Ya. No podía aguantar más esta condenada espera en la que ambos nos sumíamos.

-Bella, no vuelve. - Dije nervioso, girando y quedando boca arriba. Era imposible calmarse cuando un ser querido está combatiendo contra gente que no tiene miramientos a la hora de disparar. Cerré los ojos mientras ella continuaba acariciando mi pelo. A pesar de su cálida aura y los esfuerzos por tranquilizar el mar revuelto, seguía inquieto. Igual o más que antes. - No puedo más. Bella, no puedo más. - Lloré desesperado. Desconocía cuánto llevábamos allí, pero no podía seguir de brazos cruzados mientras él se juega la vida por nosotros. La espera estaba matándome lentamente. El pecho se encogió sobrecargado de preocupación. Porque nada más que hacía pensar en el baño de aguas termales. Si tan sólo... si tan sólo no hubiéramos estado ahí, ahora seguiríamos los tres juntos y no pasaría nada. No existirían millones de preguntas, supuestos y carcomes de conciencia con lo sucedido.

Eso, sin contar el último desastre que aconteció de la nada. Ni siquiera sabía si había resultado el causante de aquel derramamiento de sangre. No recordaba bien que sucedió. Sólo el olor a sangre se incrementó y no pude ver nada más que esa puerta cerraba. Cada músculo se tensó, nervioso. Aferré las puntas del pelo.
-Yo los maté. - Deduje finalmente. - Yo... yo he matado a esos hombres. - Repetí, ensemismado en la escena. Esto comenzaba a sobrepasarme descaradamente. ¿Y si Kasha y él...? Grité. No era la primera vez que me quitaban del medio. Miré a Bella, alterado desde la cabeza hasta los pies, removiéndome constantemente en sus brazos. Las palabras del cazador se repetían una y otra vez. Las imágenes del encarcelamiento se repetían una y otra vez. Estaba saturado y no podía cerrar los ojos sin ver esas imágenes de nuevo.
-No puedo descansar. Antes quiero ver a Marcus. - Volví a girar. Abrí la boca con la intención de morder algo y destrozarlo a base de arañazos. Si no lo hacía no conseguiría quitar el estrés. Necesitaba quitar la furia que tenía hirviéndome. Era eso o seguir martirizándome con ideas estúpidas y recuerdos dolorosos.

Sin embargo, su aura me rodeaba aún, tranquilizándome por momentos. Quizá estaría bien que durmiera y me tranquilizara. Como bien dijo Marcus, debía controlarme más que ninguno. Y este momento podría servir de un ligero "entrenamiento". Cerré los ojos poco a poco, dejando que Bella llevara las constantes vitales con su calidez. Apenas tardé en quedar descansando, del mismo modo que si fuera todavía humano.

Se oyó un estruendo.

Y antes de que pudiera llegar a predecirlo, otro grupo de cazadores entró en la habitación, derribando la puerta. Abrí rápidamente los ojos, poniéndome de pie. Pero toda rapidez es poca. Ellos llevaban esperando a que nos relajáramos porque "todo había terminado". En cambio, realmente comenzaba el segundo acto de la función.
-¡BELLA! - Grité. Y entonces, los disparos comenzaron a llover.

Había encontrado "paz", podría decirse. Finalmente, el aura de Bella se volvió más intenso y calmó cada rastro de tensión. Quedé totalmente inutilizado, tumbado en la cama como un humano. Era agradable descansar, pese a que siguiera pensando en Marcus todo el tiempo. Aunque aquella armoniosa sensación duró más bien poco. Apenas entraron los cazadores y todo acabó por romperse en apenas unos segundos. Me levanté a toda prisa, dispuesto a defender a Bella, pero ella se puso en medio antes. La empujé cuando nos apuntaron, dejándola detrás.

-¡Ni loco! - No la iba a abandonar ni iba a huir. Ya debería conocerme y saberlo. Las risas de los cazadores se volvieron sonoras, frente tal "escena de amor". Siendo consciente de lo que hacía, empecé a descuartizar cazadores, comenzando a sangrar por los disparos que caían sin cesar. - No voy a dejar que la toquéis. - Dije mientras arrancaba un brazo a uno de los cazadores, rabioso. Miré hacia atrás. Bella también había sido herida. Chasqueé la lengua. ¿Tan inútil era como para no dejar que una sola bala la rozara? Y cada vez entraban más y nos rodeaban. Grité, empujando, mordiendo y arañando a todo aquel que encontraba. No dejaría que nada malo le pasara. Mientras, Bella unía fuerzas. Si seguíamos así, quizá pudiéramos con todos. El fuego comenzó a rodearla, y empezó a lanzarlo en forma de bolas hacia los cazadores. Por suerte su fuego no lograba quemarme, pero sí al enemigo. La miré impresionado. A veces pensaba que ella era más fuerte de lo que jamás lo sería nunca. Y entonces lo vi. Entre los disparos de los cazadores se encontraba algo más que balas, una especie de cápsulas. ¿Qué demonios era aquello?

-¿Sorprendido, chaval? - Habló uno de los cazadores, señalando con el mentón una de las pequeña cápsulas. La visión se fue fugazmente durante unos segundos. Me encontraba mareado, pero seguía atacando a cazadores. El que hablaba se encontraba al fondo, disparando al escudo que Bella había formado y poniendo él a uno de sus compañeros muertos para evitar el ataque repelido. Grité enloquecido. Arranqué los ojos a otro cazador y lo miré. ¿Qué quería decir? - Ya lo sientes, ¿verdad? Como tus fuerzas se escapan junto con las de tu novia. Lógico. Normalmente no aguantáis más de tres de estas. - Rió perverso, disparando de nuevo. Golpeé a otro enemigo, rompiéndole el cuello en un sólo movimiento. El cuerpo comenzaba a pesar y los reflejos iban más lentos. En cambio, más cazadores entraban. No parecía tener final.  Y por si pareciera poco, esto era sólo la avanzadilla. Fuera había otro grupo de cazadores como el que entró en los baños termales. ¿Cómo sabía que estábamos aquí?

De repente, el escudo de Bella se deshizo. La miré rápidamente. Estaba sangrando. La ira se esparció por todo el cuerpo, siguiendo sin rendirme, golpeando a un cazador tras otro. Hubo más disparos para calmar la furia de un cuerpo inmortal. Aún así, me llevé a otros nueve o diez por delante. Bella otros tantos. Y al final, sin saber bien cómo, acabé en el suelo, aturdido por la pérdida de sangre y la droga antivampiros. Estiré un brazo hacia Bella y el otro hacia la pierna de un cazador. Clavé las uñas en su pierna y disparó al brazo inmediatamente, sin inmutarse demasiado.
-Bella... - La llamé, mirándola. La insistencia seguía recorriendo mis venas. No iba a rendirme. Seguiría luchando, como Marcus hacía. La protegería con mis propias manos hasta el final. Reuní fuerzas y erguí el tronco para morder a otro cazador. Este lanzó una patada contra una de las heridas del abdomen, escuchándose un gemido. Se agachó y clavó otra de las cápsulas en el corazón.
-Dulces sueños, Peliazul. - Fue lo último que escuché. Sonrió. Lo último que vi fue la cara de Bella agonizando de dolor.

No me enteré de nada más.

Cuatro de los cazadores se llevaron el cuerpo del neófito lejos de allí y a toda prisa, mientras el resto del grupo se encargaba de discutir sobre qué hacer con la mujer de cabellos rojos:
- ¡Al final todo salió como dijo el Jefe! Oye, ¿qué hacemos con ella? ¿Nos la llevamos también? Ahora está indefensa. - Preguntó uno de ellos, dando una pequeña patada al vampiro inconsciente y acercándose al cuerpo. Rozó sus cabellos con una mano y la mejilla de tan adorable muñeca dormida. - Menuda noviecita tiene el chaval. Y parecía tonto cuando lo capturamos por primera vez. - Susurró tocándole un pecho. Sonrió maquiabélicamente, desabrochando el primer botón de la camisa de Bella. Otro de ellos, el jefe de la cuadrilla, negó con la cabeza.
-En eso consistía el plan, Nobu. El vampiro los protegería con su vida y la perdería en el intento, o seguramente los alejaría del conflicto. Y esa sería nuestra y única oportunidad de rodearlos y coger al chico. De no haber salido así, todos tus compañeros habrían muerto en vano bajo ese asesino. Y dudo de que hubiéramos podido contra él. No es un vampiro normal, Nobu. - Reparó finalmente en Bella. Miró a la chica desde arriba, por encima del hombro, superior. Hizo una mueca. Poco le importaba si se desangraba allí mismo. - Ah, esa. Déjala aquí. Sólo vinimos a por el chico, ya lo sabes. Así Él sabrá que estuvimos. Tienes millones de mujeres más en los calabozos. Vamos chicos, no hay tiempo que perder. - Dijo, haciendo una seña para que abandonaran el lugar. Los que quedaron vivos asintieron y desaparecieron todos de los edificios abandonados. El capitán era el último que abandonaba el barco. Se entretuvo unos segundos más, dejando caer un papel hacia el cuerpo de la chica ensangrentada, rodeada de cuerpos calcinados y otros tantos mutilados. Acto después, también dejó el lugar junto con los cuerpos de sus subordinados.


En dicho papel figuraba una pregunta para el primer testigo de la escena: "¿Se te ha perdido algo?"