Sala de estar

LLego y deposito mi material. En un baúl que había en ella deposito mi katana. Quizás debería llevarla puesta, pero eso me haría demasiado visible, además, ¿Qué me retiene al mundo?... Quizás algún día alguien haga el favor de matarme, eso sí, dejarse matar sin resistir no es una opción.
Cansado de deambular por la zona sin ponerme a dormir ni una sola vez, y contento de tener un refugio y un techo, me dirijo al dormitorio, donde me tiro agotado a la cama.
Sin duda, me gustaba este sitio, quizá me quede aquí para siempre.

Recibí un mensaje, extraño, nadie me suele escribir, llegó en paloma mensajera

carta de la administración y red de seguridad de los cazadores en las zonas 148 - 161

tras saber que el lider de esas zonas black esta en campo de combate en otras zonas ubicadas en otros países se le da formalmente el titulo de lider asta que black vuelva a Nokku Damaru....

ademas de este mensaje comunicativo ...

se eleva la alerta a nivel 2 por los sucesos de los últimos tiempos .

ademas los cazadores de dichas zonas deberán de investigar lo sucedido en la asociación de cazadores y dar caza al vampiro que robo información sin dejar rastro .

un cordial saludo

Leo el mensaje recibido, asiento y sonrío.

-Es hora de divertirse (murmuro).

Saco mi katana y la pongo a mi espalda, salgo de casa.

LLegué, había hablado con Crash, nada del otro mundo, hubo que contar un par de mentirijillas pequeñas, cuestión de que no se enterasen demasiado de quién soy de que hago aquí, NADIE, ni siquiera mis aliados, debían saberlo. Tampoco sabe mi misión, mejor así, pensé. No es necesario que nadie sepa nada, y sobre todo los vampiros. Sobre todo teniendo en cuenta que aunque Crash callase, aquella "invitada" suya había tentado en vano aparecer detrás nuestra para ver si sorprendía algo de mi conversación. Otra vez más, mi agudo oído me había hecho descubrirla.
Accedí a las condiciones de Crash, al fin y al cabo por qué no, esa chica me caía bien. Si no se pone en el medio de mi trabajo, tendrá mi protección, sino, más le vale escapar ya, y aún así sería en vano.
En fin, pensé, todo el mundo miente. Pese a que estaba acostumbrado a hacerlo, no me hace demasiada gracia, prefiero evitarlo.
Me siento y me pongo a leer las noticias a ver si puedo encontrar alguna cosa interesante. Tras ver que siempre eran las mismas tonterías periodísticas y propagandísticas de siempre, lo tiro a la chimenea y me dirijo hacia la cocina a prepararme un café. Tras tomármelo, vuelvo a salir a ver si encontraba alguna otra cosa interesante.

Entro a mi casa y me siento en una silla.

Entro siguiendo el aroma de la sangre humana, llevaba varios dias sin comer y varios meses sin ver a Andrei, estaba preocupada por el, pero bueno, ya apareceria. Mis ojos rojos brillaban en al noche que se cernia sobre la extraña academia y llegue a una casa, el olor venia de dentro y era delicioso.
Me acerque a la ventana y me quede alli esperando a un ruido...

Grité desde el interior, sintiendo una presencia fuera
-¡Puedes entrar si quieres! Observar desde fuera es de mala educación

Me puse tensa al oir la voz, un hombre. No deberia estar aqui, si Andrei me encontrase aqui tendria serios problemas.

Salgo de casa a encontrarme con la mujer que espiaba desde fuera.
-Como no entres dentro no me sentiré un buen anfitrión (digo) nadie se acerca a La Cabaña sin entrar a tomar un grolo.

Observe como salia de la casa e inmediatamente desapareci de alli, o no... Un gato de negro pelaje aparecio donde estaba yo. Los ojos rojos de la gata miraba al chico con curiosidad.

-Oh mira, un gatito, que mono, y que raro al mismo tiempo, pensé que los gatos tenían los ojos verdes (me encojo los hombros) ¿Cómo te llamas? (Es absurdo preguntar una cosa así a un gato, pero es un gesto cariñoso que por alguna extraña manía los hombres hacemos sin esperar una respuesta)

El chico no parecia peligroso, pero tenia ese aroma, ese peculiar aroma que tienen los cazadores aunque en su mente no habia maldad ni agresividad.
De pronto donde estaba la gata aparecio la chica.
-Mi nombre es Scarlett.
Dije con media sonrisa.

No sin mostrar sorpresa por la brusca aparición, le saludo yo también
-La gente me suele llamar Tetsuya, Tetsuya Yokoshima
(Sonó demasiado a una película de James Bond, sin duda alguna, pero al fin y al cabo, no era nada de lo que avergonzarse, 007 no tenía ni mucho menos problemas sociales, y le sobraban mujeres, un modelo a seguir)
-Bueno, ¿entramos? Si te apetece tomar algo... y así hablamos

-Encantada Tetsuya.
Mire a mi alrededor buscando cualquier señal de mi vampiro, nada, absolutamente nada. Me encoji de hombros y asenti con la cabeza algo timida.

Entro en mi casa con mi invitada, saco unos papeles que tenía en la mesa y la invito a que se siente.
-Y cuéntame, ¿Que hace una chica como tú en un sitio como éste?

Entro tras Tetsuya sin dejar de mirar a todos lados, no me fiaba ni un pelo de los cazadores y, aunque no notaba peligro alguno nunca habia que confiarse...
-Una pregunta un poco tópica, ¿No?
Digo mientras me siento cruzando las piernas y poniendo mis manos sobre las rodillas, a la auntigua usanza, pues asi me habian educado.

-Era simplemente para ver si lograba romper el hielo (digo con una sonrisa) es evidente que siendo una vampiresa venías buscando de beber, ¿Me equivoco?

Lo mire con mis ojos violaceos ladeando la cabeza.
-Es evidente, si.
Dije simplemente, siempre decia lo que pensaba y no me importaba cuan cruel pudiera sonar.

-Como entenderás, no me importa en absoluto (digo sentándome) aunque como supongo que ya te habrás dado cuenta soy un cazavampiros, no formas parte de mi "trabajo" (eso quizás acababa de sonar duro, pero la franqueza es una virtud que no debe ocultarse)

Me encojo de hombros al escucharlo, trabajo, trabajo, en el fondo todos eran iguales, aunque este, este parecia distinto, mis experiencias con cazavampiros no habian sido lo que se dice muy buenas y no confiaba en absoluto en esta gente, pero este chico inspiraba una confianza extraña e incluso agobiante en algunos aspectos.
-Si, me he dado cuenta y tu compovaras que si hubiese querido matarte esa gatita hubiera sido una pantera...
Digo secamente. no me gustaba que me tomasen por tonta y mucho menos parecerlo.

-Evidentemente, siempre es mejor observar primero y luego en pertinente caso pasar a la acción. digo sonriendo, no la había tomado de tonta ni mucho menos. Saco unos tentempiés y un frasco de sangre que tenía guardado en una especie de refugio secreto. Se lo doy - toma, te lo regalo, si no te fías de mi puedes tirarlo, me es indiferente, por mi trabajo me es necesario tener siempre alguno cerca, no sea que... Se que la sangre es mejor si está fresca, pero al fin y al cabo es mejor que nada...

Escaneo su mente, y nada, estaba limpio, la botella era completamente segura, la cojo despacio y creo una pequeña llama situada bajo la botella para que la calentase.
-Es cierto siempre es mejor la sangre fresca pero con que este caliente a mi me vale.
Digo sin dejar de mirar a la botella.

Me preparo un café
-Me alegra oirte decir eso.
Me siento con mi taza.

Ladeo la cabeza al oirle, se alegraba ¿Por que motivo? Nunca habia entendido los sentimientos tan humanos era como cuando alguien se moria, te pedian perdon, los recuerdos de mi familia embotaban mi cabeza... Levante la mirada y mire al chico a los ojos.
-¿Que motivo tienes para alegrarte? ¿Porque eres tan amable conmigo? Tu eres un cazador yo una vampira, esto no es natural.
Dije lentamente y tranquila, como solia estar normalmente.