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Sala de estar
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Sala de estar
Recuerdo del primer mensaje :
Aqui podreis descansar cuando os apetezca o si teneis una hora libre.
Aqui podreis descansar cuando os apetezca o si teneis una hora libre.
- Kaien Cross
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Re: Sala de estar
Hay una pregunta que ronda por mi mente desde hace un rato.
-Rose, ¿Cómo llegaste hasta aquí? -no se exactamente si me refiero a que poco a poco se acerque al nivel E o a que viniera a parar a la academia
-Rose, ¿Cómo llegaste hasta aquí? -no se exactamente si me refiero a que poco a poco se acerque al nivel E o a que viniera a parar a la academia
- Yuuki Cross
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Localización : Patrullando o dormida en clase...
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Re: Sala de estar
Me quedo esperando a que Rose responda. Será interesante.
- Bella.N.Gring
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Re: Sala de estar
Escucha esa pregunta y la observa. ¿Debería responder? Frunce levemente el ceño.
- No lo se - susurra. Realmente, esa era la verdad. Aunque tal vez debería decir que llegó.. ¿corriendo? Eso sería demasiado estúpido. Por otro lado, no tenía demasiadas ganas de recordar lo que pasó antes de aparecer en la Academia.
- No lo se - susurra. Realmente, esa era la verdad. Aunque tal vez debería decir que llegó.. ¿corriendo? Eso sería demasiado estúpido. Por otro lado, no tenía demasiadas ganas de recordar lo que pasó antes de aparecer en la Academia.
- Rose Bennet
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Re: Sala de estar
Dudé en si debía o no preguntarle más cosas pero decidí que no merecería la pena, no nos iba a contar nada.
-Vaya, bueno es normal que no lo recuerdes-digo sin más.
-Vaya, bueno es normal que no lo recuerdes-digo sin más.
- Bella.N.Gring
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Re: Sala de estar
- Eso parece - menciona en un susurro, y se pone de pie encaminándose hacia la puerta. La abre y sale hacia un pasillo de la manera mas normal del mundo, como si fuera una alumna mas.
Sin decirle nada a ambas, sale de allí rápidamente, esperando evitar que la sigan. Ahora mismo necesitaba pensar, y estar sola.
Sin decirle nada a ambas, sale de allí rápidamente, esperando evitar que la sigan. Ahora mismo necesitaba pensar, y estar sola.
- Rose Bennet
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Re: Sala de estar
Enarco una ceja,¿!¿!¿!¿!¿ ¿pero que coño??!?!?! Bueno la dejaré ir, si hace algo ya me enteraré.
- Bella.N.Gring
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Re: Sala de estar
Veo que se va y suspiro, después miro a Bella
-Creo que no quiere que le ayudemos
-Creo que no quiere que le ayudemos
- Yuuki Cross
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Re: Sala de estar
No estaba en su mejor forma. Se había levantado temprano, hacia poco que habia comenzando a estudiar en la Academia, y los horarios se le desordenaban. Weiss era una chica muy atenta, cumplia con sus responsabilidades como debía ser, pero hasta este punto, estaba casi rendida. Caminó hasta la sala de estar de los dormitorios, ingorando que quizás, habia más personas allí. Se sento en uno de los sillones, aunque estaba cansada, aun consideraba que debía tener modales y.. comportarse como le habian enseñado de chica.
Podía escuchar a chicos ir y venir, pero no les prestaba mucha atención, tenia sus ojos cerrados, mas su postura era erguida, con las piernas cruzadas y ambas manos en su regazo. Su respiracion era relajada, parecía totalmente dormida, mas no lo estaba. Se mantenía más o menos atenta a su alrededor. En su cabeza, repasaba lo que aun tenía que hacer, aunque más relajada por supuesto. Debía asistir a un par de clases más, preparar algunos libros de texto y útiles que le servirian.. pero ya tendría tiempo para eso más tarde.
Podía escuchar a chicos ir y venir, pero no les prestaba mucha atención, tenia sus ojos cerrados, mas su postura era erguida, con las piernas cruzadas y ambas manos en su regazo. Su respiracion era relajada, parecía totalmente dormida, mas no lo estaba. Se mantenía más o menos atenta a su alrededor. En su cabeza, repasaba lo que aun tenía que hacer, aunque más relajada por supuesto. Debía asistir a un par de clases más, preparar algunos libros de texto y útiles que le servirian.. pero ya tendría tiempo para eso más tarde.
- Weiss Schnee
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Localización : Around the Academy~
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Re: Sala de estar
Llego a la sala de estar y me apoyo en el sofá mientras que leo un libro de la biblioteca. Levanto la vista un momento y me doy cuenta de que no estoy sola. Una chica de cabello largo y blanco esta justo en frente mía.
- Hola
- Hola- responde
Se siente a mi lado y mira el titulo del libro, ''Mistic Citi''
- ¿De que va ese libro?
- Pueds de un chico con poderes enamorado de una chica a la que le han borrado la memoria para que no recuerde nada de él y la puedan casar con alguien al que no quiere.
- Parece interesante, por cierto, soy Weiss
Me estrecha la mano y la zarandea de forma jugetona, no sé por qué pero me da por reir
- Encantada, soy Thalia
- Hola
- Hola- responde
Se siente a mi lado y mira el titulo del libro, ''Mistic Citi''
- ¿De que va ese libro?
- Pueds de un chico con poderes enamorado de una chica a la que le han borrado la memoria para que no recuerde nada de él y la puedan casar con alguien al que no quiere.
- Parece interesante, por cierto, soy Weiss
Me estrecha la mano y la zarandea de forma jugetona, no sé por qué pero me da por reir
- Encantada, soy Thalia
- Thalia Stark
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Re: Sala de estar
Mientras tenía los ojos cerrados, sintió como alguien mas se sentaba a su lado. Si bien, Weiss no era alguien poco simpatica, en estos momentos no se sentía demasiado bien como para tener una charla o algo asi. Sin embargo, tampoco era una malevola chica que ignoraba a los demás, oh claro que no, se controlaba muy bien a si misma. La chica saludo, por lo que no le quedo otra opción más que hacerlo. Aun asi, sintió que estaba siendo demasiado cortante.
Observo que la chica traía un libro en mano, podía preguntarle algo, asi no quedaba con la imagen de que Weiss era una chica fría o algo asi. En totalidad, no lo era. El tema del libro era interesante, aunque Weiss nunca había leído uno asi, quizás, cuando tuviera tiempo, lo haría. Despues de todo no tenía nada que perder.- Soy Weiss, Weiss Schnee.- Se presentó formalmente. Aunque aun estaba en la academia, siempre mantenía sus modales presente. Le estrecho la mano como correspondia, y no entendió el porque de la risa de la chica, la que se presento como Thalia.
- Supongo que estudias aqui, ¿Cierto?.- Puede que la respuesta fuese demasiado obvia, pero podía equibocarse, habia visto profesores que tenían el fisico de unos adolescentes. Se preguntaba como lo hacían.
Observo que la chica traía un libro en mano, podía preguntarle algo, asi no quedaba con la imagen de que Weiss era una chica fría o algo asi. En totalidad, no lo era. El tema del libro era interesante, aunque Weiss nunca había leído uno asi, quizás, cuando tuviera tiempo, lo haría. Despues de todo no tenía nada que perder.- Soy Weiss, Weiss Schnee.- Se presentó formalmente. Aunque aun estaba en la academia, siempre mantenía sus modales presente. Le estrecho la mano como correspondia, y no entendió el porque de la risa de la chica, la que se presento como Thalia.
- Supongo que estudias aqui, ¿Cierto?.- Puede que la respuesta fuese demasiado obvia, pero podía equibocarse, habia visto profesores que tenían el fisico de unos adolescentes. Se preguntaba como lo hacían.
- Weiss Schnee
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Re: Sala de estar
Me acomodo en el sofá de una forma un poco menos formal.
- Supongo que estudias aquí, ¿Cierto?
- Si, empecé la semana pasada
Weiss me mira con atención, no me suena haberla visto antes puede que no sea de la clase Nocturna
- Tu no eres de la clase diurna, ¿Vedad?- Me pregunta
- No, la verdad, ¿Estás en la clase diurna?
- Si, bueno
Me entra mucha curiosidad, pero prefiero no comentar lo de que jamás e salido al sol. A demás se le nota que está bastante cansada
- ¿Cuanto tiempo llevas sin dormir?
- ¿Que?, pero si yo siempre duermo...
Le rozo las ojeras que le marcen ligeramente el ojo y noto que... está muy fria, tanto como yo, pero,¿Como es posible?, lo humanos no pueden estar tan fríos a no ser que hallan nacido con algún tipo de poder.
Vuelvo e mi misma y noto que me está mirando:
- ¿Por qué me miras así?
- ¿No tienes frio?
- Supongo que estudias aquí, ¿Cierto?
- Si, empecé la semana pasada
Weiss me mira con atención, no me suena haberla visto antes puede que no sea de la clase Nocturna
- Tu no eres de la clase diurna, ¿Vedad?- Me pregunta
- No, la verdad, ¿Estás en la clase diurna?
- Si, bueno
Me entra mucha curiosidad, pero prefiero no comentar lo de que jamás e salido al sol. A demás se le nota que está bastante cansada
- ¿Cuanto tiempo llevas sin dormir?
- ¿Que?, pero si yo siempre duermo...
Le rozo las ojeras que le marcen ligeramente el ojo y noto que... está muy fria, tanto como yo, pero,¿Como es posible?, lo humanos no pueden estar tan fríos a no ser que hallan nacido con algún tipo de poder.
Vuelvo e mi misma y noto que me está mirando:
- ¿Por qué me miras así?
- ¿No tienes frio?
- Thalia Stark
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Re: Sala de estar
La pelirroja a su lado se acomodó mejor en el sillon, de una manera más informal. Mientras que Weiss, mantenía la misma postura de hace unos minutos; piernas cruzadas y manos en el regazo. Como la albina afirmo, Thalia no era de su misma clase. Esto le extrañana, ¿Qué estaba haciendo aqui entonces?. Quizás conocía a alguien del lugar, pero de todas formas, se le hacia algo extraño.- Si, en la clase Diurna.- Afirmó totalmente. Su tono de voz era calmado, no le molestaba hablar con la chica en absoluto, a pesar de que hace unos segundos, habia querido descansar.
La pregunta de la chica la dejo algo aturdida, ¿Se notaba tanto que estaba cansada?.- ¿Tiempo sin dormir..?, Pero, yo..- Y no consiguio terminar su frase. La pelirroja le rozo por debajo del ojo, lo suficiente como para que su piel hiciera contacto con la de ella. Aunque no lo aparentara Weiss era algo vergonzosa, inmediatamente, como si fuera u reflejo, se hecho hacia atras. Evitando otro contacto de ese tipo. No era nada personal, simplemente era asi como Weiss se comportaba.
-¿Porqué me estas mirando asi?.- Le preguntó. No era por ser creída, pero Weiss había sido el objeto de miradas antes, aunque claro, nunca desde tan cerca. Le ponía algo nerviosa que lo hiciera.- N-No lo tengo, ¿Acaso parece que si lo hago?.- Le respondió a modo de pregunta. Esta chica, Thalia, era bastante curiosa, más que todo por sus comentarios y formas de actuar.
La pregunta de la chica la dejo algo aturdida, ¿Se notaba tanto que estaba cansada?.- ¿Tiempo sin dormir..?, Pero, yo..- Y no consiguio terminar su frase. La pelirroja le rozo por debajo del ojo, lo suficiente como para que su piel hiciera contacto con la de ella. Aunque no lo aparentara Weiss era algo vergonzosa, inmediatamente, como si fuera u reflejo, se hecho hacia atras. Evitando otro contacto de ese tipo. No era nada personal, simplemente era asi como Weiss se comportaba.
-¿Porqué me estas mirando asi?.- Le preguntó. No era por ser creída, pero Weiss había sido el objeto de miradas antes, aunque claro, nunca desde tan cerca. Le ponía algo nerviosa que lo hiciera.- N-No lo tengo, ¿Acaso parece que si lo hago?.- Le respondió a modo de pregunta. Esta chica, Thalia, era bastante curiosa, más que todo por sus comentarios y formas de actuar.
- Weiss Schnee
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Re: Sala de estar
- Lo siento, es que soy curiosa por naturaleza
Cuando la vi en el salón y me dijo que era de la clase diurna me sorprendí un poco, pero luego recordé que esto es un salón entre las dos clases, es el único lugar donde gente de ambas clases se pueden ver.
Miro a Weiss y no puedo evitar decirselo:
- No se por qué, pero me siento a gusto contigo
- ¿Enserio?
- Si... bueno mañana es viernes, no hay muchas clases por la noche, si te aburres a las tres de la mañana ven conmigo a dar una vuelta, te dejo que elijas el sitio.
Creo que se me hace tarde, normalmente cuando me voy de aquí salto por la terraza... o algo. Pero hoy tengo público y creo que tal vez, una posible amiga así que opto por salir por la puerta
- Bueno tengo que irme, cuando quieras ven a buscarme, y salimos a dar una vuelta
Cuando la vi en el salón y me dijo que era de la clase diurna me sorprendí un poco, pero luego recordé que esto es un salón entre las dos clases, es el único lugar donde gente de ambas clases se pueden ver.
Miro a Weiss y no puedo evitar decirselo:
- No se por qué, pero me siento a gusto contigo
- ¿Enserio?
- Si... bueno mañana es viernes, no hay muchas clases por la noche, si te aburres a las tres de la mañana ven conmigo a dar una vuelta, te dejo que elijas el sitio.
Creo que se me hace tarde, normalmente cuando me voy de aquí salto por la terraza... o algo. Pero hoy tengo público y creo que tal vez, una posible amiga así que opto por salir por la puerta
- Bueno tengo que irme, cuando quieras ven a buscarme, y salimos a dar una vuelta
- Thalia Stark
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Re: Sala de estar
- No te preocupes.- Dijo como ¨aceptando¨ la disculpa de Thalia. No estaba molesta con ella, pero aun asi, se sentía raro que alguien que conocieras hace no mucho, se comportara de esa manera. Sin duda, la pelirroja era bastante particular.- ¿En serio?, ¿Te sientes a gusto.. conmigo?.- Esa confesion la dejo un poco más aturdida que antes. Pero no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa de lado. Weiss sabía que no se podía confiar en cualquier persona, por más que te dijera cosas como aquellas, pero simplemente, no sentía ninguna mala intención o algo asi. Tampoco es como si estuviera contandole algo digno de una confianza demasiado fuerte. Solo estaban hablando y ya.
- Dudo que a las tres de la mañana me este aburriendo.-Confesó cerrando sus ojos. Con el ritmo que tenía ahora, seguramente estaría descansando, o al menos intentando esto último. Pero bueno, nunca se sabía, Weiss no tenía como costumbre las caminatas nocturnas, pero de vez en cuando le gustaba pasear de noche. Al escuchar que la chica se iba, se apenó un poco. Thalia tenía lo suyo, y ciertamente, la albina deseaba conocerla un poco más. Para ella solo habían tenído una pequeña charla, pero seguramente, en el futuro tendría otra oportunidad.
- Si, eso hare.- Le sonrió a modo de despedida. La albina se quedo en el lugar, dejando salir un suspiro, aun no tenía ganas de irse realmente. La gente a su alrededor habia disminuido bastante, y dudaba que hubiera alguien más ahora. Simplemente se dispusó a recorrer con la mirada el lugar, mientras poco a poco, cerraba sus ojos.
- Weiss Schnee
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Re: Sala de estar
No puede ser. No.. puede.. ser. ¿Por que a mí? ¿Por qué otra vez a mí? ¿Acaso no bastaba con que ya, de por sí, desde el maldito día de mi nacimiento, haya emergido envuelta en un halo de miseria medieval? ¿Por qué justo en ese momento, cuando tenía un examen en tres días, mis apuntes decidían desaparecer? Y como si fuera poco, no había nadie en aquel lugar que decidiera prestarme los suyos, pues, claro, cómo alguien podría prestarle sus cosas a la desdichada y desafortunada Luce Leonhardt. Probablemente, repetían aquello todos los días, teniendo muy presente el hecho de que si me prestaban algo, yo acabaría por hacerlo desaparecer "casi por arte de magia". Simplemente, no era mi culpa ser torpe, despistada, olvidadiza...
Me detuve justo antes de entrar a la sala de estar, percatándome únicamente de una cosa:
- Es mi culpa. ¡Todo es mi culpa! -exclamé, alzando ambos brazos a cada lado del cuerpo, para proseguir hablando conmigo misma, con pasión y compromiso por la causa-. ¡Yo soy el germen de mi propia sociedad que se reduce, simplemente, a mí misma. Yo soy la gota que derramó el vaso de la suerte que, en lo que a mí se refiere, jamás estuvo lleno! Yo... -abrí la puerta de la sala de par en par, y entonces mis ojos divisaron a la chica que se encontraba allí-. Yo estoy siendo demasiado ridícula -sentencié, ingresando en el lugar debido a un trastabilleo de mis tobillos, pues de lo contrario, me hubiera ido de allí pitando. ¿Cómo pretendía tener amigos si era tan dramática y eufórica? Normalmente las personas son más tranquilas, más normales, más... ¡Bah, qué diablos me importaba todo eso! Tenía un lugar donde vivir y comer y eso era suficiente. Todas las desgracias ocurridas, podían ser superadas con un poco de optimismo, así que, ¿por qué no intentarlo? Y, entonces, inflando mi pecho de voluntad y valentía, comencé a caminar hacia la joven peliblanca que parecía estar dormitando sentada en un sofá. Me situé delante de ella e inhalé una bocanada de aire lo suficientemente grande como para hacer oír mi voz a continuación:
- Weiss Schnee -pronuncié, sonriendo con suficiencia y cerrando los ojos al mismo tiempo, mientras mi rostro parecía demostrar seguridad y firmeza-. Sé que tú asistes a la clase de química y yo, Luce Leonhardt, solicito tus valiosos apuntes -declaré, apuntándola con el dedo, creyendo que si por la forma sumisa y amable no lograba obtener beneficio alguno de esta gente que me rodeaba, tal vez cambiando un poco de actitud sí podría hacerlo. Aunque, por supuesto, no me detuve a pensar en que ella probablemente no me registrara, pues ni siquiera estaba segura de que supiera que íbamos a la misma clase. Entonces, todo mi ímpetu se cayó en pedazos. Mi rostro demostró aquello a la perfección, y por una vez en este maldito día deseé que alguien no me hubiera oído. Por una maldita vez, cuando más lo necesitaba, ansié que ella continuara dormitando allí, sin percatarse ni un ápice de mi estruendosa y estúpida presencia.
Me detuve justo antes de entrar a la sala de estar, percatándome únicamente de una cosa:
- Es mi culpa. ¡Todo es mi culpa! -exclamé, alzando ambos brazos a cada lado del cuerpo, para proseguir hablando conmigo misma, con pasión y compromiso por la causa-. ¡Yo soy el germen de mi propia sociedad que se reduce, simplemente, a mí misma. Yo soy la gota que derramó el vaso de la suerte que, en lo que a mí se refiere, jamás estuvo lleno! Yo... -abrí la puerta de la sala de par en par, y entonces mis ojos divisaron a la chica que se encontraba allí-. Yo estoy siendo demasiado ridícula -sentencié, ingresando en el lugar debido a un trastabilleo de mis tobillos, pues de lo contrario, me hubiera ido de allí pitando. ¿Cómo pretendía tener amigos si era tan dramática y eufórica? Normalmente las personas son más tranquilas, más normales, más... ¡Bah, qué diablos me importaba todo eso! Tenía un lugar donde vivir y comer y eso era suficiente. Todas las desgracias ocurridas, podían ser superadas con un poco de optimismo, así que, ¿por qué no intentarlo? Y, entonces, inflando mi pecho de voluntad y valentía, comencé a caminar hacia la joven peliblanca que parecía estar dormitando sentada en un sofá. Me situé delante de ella e inhalé una bocanada de aire lo suficientemente grande como para hacer oír mi voz a continuación:
- Weiss Schnee -pronuncié, sonriendo con suficiencia y cerrando los ojos al mismo tiempo, mientras mi rostro parecía demostrar seguridad y firmeza-. Sé que tú asistes a la clase de química y yo, Luce Leonhardt, solicito tus valiosos apuntes -declaré, apuntándola con el dedo, creyendo que si por la forma sumisa y amable no lograba obtener beneficio alguno de esta gente que me rodeaba, tal vez cambiando un poco de actitud sí podría hacerlo. Aunque, por supuesto, no me detuve a pensar en que ella probablemente no me registrara, pues ni siquiera estaba segura de que supiera que íbamos a la misma clase. Entonces, todo mi ímpetu se cayó en pedazos. Mi rostro demostró aquello a la perfección, y por una vez en este maldito día deseé que alguien no me hubiera oído. Por una maldita vez, cuando más lo necesitaba, ansié que ella continuara dormitando allí, sin percatarse ni un ápice de mi estruendosa y estúpida presencia.
- Luce Leonhardt
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Re: Sala de estar
Sin duda ese no era su mejor dia. Estaba cansada, y realmente quería descansar hasta su próxima clase. A pesar de que cada minuto que pasaba, Weiss se sentía mejor, no había nada comparando con echar una pequeña siesta. Oh, pero no, la albina odiaba dormir siestas, prefería cansarse todo el dia y recién, descansar por la noche. Asi que, en aquel mullido sillón, luchaba por no dormirse. Poco a poco, las personas a su alrededor disminuyeron, ella no les prestaba atención, no es como si conociera a alguien en ese lugar. No se debía a que ella fuera particularmente antipática… pero tampoco estaba con su mejor humor.
Claro que, como había pasado con Thalia, si alguien se le acercaba, le hablaría con tranquilidad, evitando que la otra persona se diera cuenta de su falta de energías. Pero había tenido una buena charla con ella, la pelirroja era energética, y más o menos… se entendían. O eso le había parecido a ella, aun no la conocía lo suficiente. Ella no era especialmente simpatica, podía entablar conersaciónes con los demás, solo necesitaba la oportunidad.
Respiró hondo. Y entonces escucho algo. Algo.. o más bien alguien que estaba detrás de la puerta de la sala de estar. ¿Pero quien estaría gritando de esa manera?, fuese quien fuese.. no tenia un buen dia, por lo que se podía escuchar. La puerta se abrió tras unos segundos, y Weiss abrió los ojos para mirar de reojo a la chica que acababa de entrar. Tenia el pelo largo y castaño, y nos grandes ojos chocolate. Weiss no le prestó demasiada atención, la chica parecía frustrada, y la albina tampoco tenía intenciones de hablarle. Quizás era hora de que saliera de ahí, y comenzara a hacer su tarea. Weiss era muy aplicada, pero tampoco ponía todo su esfuerzo en eso, solo lo suficiente para poder aprobar sin problemas y no tener que afrontar las quejas de su padre. Estaba decidida, pero antes de que siquiera pudiera levantarse, aquella extraña chica se posiciono frente a ella. Esta, le llamo por su nombre y le pidió los apuntes de química, al parecer iban a la misma clase.- ¿Qué?.- Fue lo primero que dijo. Weiss no la reconocia, no la recordaba para nada, seguramente no habían hablado antes, y aunque esta se presento como Luce Leonhardt… no, ningún recuerdo sobre ella.
- Para empezar, ¿No se supone que tienes también tus apuntes?, debiste de haberlos tomado, ¿Cierto?.- Le custiono. Cruzó sus manos asi como también sus piernas, y apoyo su peso en el sillón, tocando los almohadones con su espalda.- Por cierto.. ¿Vas a la misma clase que yo?, no te recuerdo.- Dijo mirándola fijamente. Weiss había memorizado varias caras y uno que otro nombre.. pero como se dijo antes, aquella chica no le sonaba. En su mente, pensaba que la chica simplemente no los habia tomado porque si, o porque se habia escapado. Si ese era el caso.. podía irse olvidando de que Weiss le hiciera algun favor, la albina administraba justicia con mano de hierro, por asi decirlo.
Claro que, como había pasado con Thalia, si alguien se le acercaba, le hablaría con tranquilidad, evitando que la otra persona se diera cuenta de su falta de energías. Pero había tenido una buena charla con ella, la pelirroja era energética, y más o menos… se entendían. O eso le había parecido a ella, aun no la conocía lo suficiente. Ella no era especialmente simpatica, podía entablar conersaciónes con los demás, solo necesitaba la oportunidad.
Respiró hondo. Y entonces escucho algo. Algo.. o más bien alguien que estaba detrás de la puerta de la sala de estar. ¿Pero quien estaría gritando de esa manera?, fuese quien fuese.. no tenia un buen dia, por lo que se podía escuchar. La puerta se abrió tras unos segundos, y Weiss abrió los ojos para mirar de reojo a la chica que acababa de entrar. Tenia el pelo largo y castaño, y nos grandes ojos chocolate. Weiss no le prestó demasiada atención, la chica parecía frustrada, y la albina tampoco tenía intenciones de hablarle. Quizás era hora de que saliera de ahí, y comenzara a hacer su tarea. Weiss era muy aplicada, pero tampoco ponía todo su esfuerzo en eso, solo lo suficiente para poder aprobar sin problemas y no tener que afrontar las quejas de su padre. Estaba decidida, pero antes de que siquiera pudiera levantarse, aquella extraña chica se posiciono frente a ella. Esta, le llamo por su nombre y le pidió los apuntes de química, al parecer iban a la misma clase.- ¿Qué?.- Fue lo primero que dijo. Weiss no la reconocia, no la recordaba para nada, seguramente no habían hablado antes, y aunque esta se presento como Luce Leonhardt… no, ningún recuerdo sobre ella.
- Para empezar, ¿No se supone que tienes también tus apuntes?, debiste de haberlos tomado, ¿Cierto?.- Le custiono. Cruzó sus manos asi como también sus piernas, y apoyo su peso en el sillón, tocando los almohadones con su espalda.- Por cierto.. ¿Vas a la misma clase que yo?, no te recuerdo.- Dijo mirándola fijamente. Weiss había memorizado varias caras y uno que otro nombre.. pero como se dijo antes, aquella chica no le sonaba. En su mente, pensaba que la chica simplemente no los habia tomado porque si, o porque se habia escapado. Si ese era el caso.. podía irse olvidando de que Weiss le hiciera algun favor, la albina administraba justicia con mano de hierro, por asi decirlo.
- Weiss Schnee
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Re: Sala de estar
Sí, definitivamente, aquello no había sido una buena idea. Ni en lo más mínimo. Además de parecer una desquiciada con el temperamento de un tirano, también me asemejaba al más ridículo de los payasos. Mi expresión lo decía todo. Quizás no había nada más que acotar, pues mis párpados temblaban, mis cejas se habían quedado fruncidas, la comisura de mis labios se había desviado notablemente de su sitio original y yo... ah, yo simplemente me estaba comportando como una imbécil. ¿A quién quería engañar? No se me daba bien fingir, y mucho menos cuando lo que pretendía era imitar a esos escalofriantes y energéticos alumnos que con su carisma lograban obtener lo que fuera de cualquiera allí dentro. Yo no era así y, definitivamente, además de que no se me daba bien el intentar asemejarme a ellos, también me jugaba en contra el hecho de que estaba exigiéndole algo a un desconocido que por nada en el mundo tenía por qué llevarme la corriente.
Me había quedado rígida en mi sitio. El gélido "¿Qué?" emitido por Weiss significó para mí una tonelada de cemento macizo sobre mi cabeza, aplastándome y enterrándome. Quise caer hacia atrás y comenzar a excavar el suelo, así tal vez podría contribuir a hacer de mi descenso a lo profundo de la mala reputación de una forma más rápida y eficaz. Las siguientes palabras de la chica atravesaron mi pecho como flechas envenenadas con vergüenza pura y densa. Tuve la intención de acompañar cada sílaba con un movimiento brusco y esporádico de mi cuerpo, pero creí que el drama de mi mente no debía expresarse a través de mis acciones, pues solo lograría que mis trastornos fueran más visibles a la vista ajena. Y, ante aquel "no te recuerdo" acabó por hundirme en un profundo e inmenso pozo negro, lleno de anonimato y soledad. Pero, aunque pareciera paradójico, hasta me había alegrado en cierto punto, pues significaba que ella no conocía absolutamente nada de mí y, por lo tanto, no me tomaría para las bromas como el resto. Entonces, de algún modo, aquello me relajó, permitiéndome relajar mi cuerpo y suspira profundamente, arqueando mi cuerpo hacia adelante, rendido.
- Ah, sí, se supone que debería haberlos tomado... ¡y lo hice! Tomé nota de cada maldita palabra, pero los perdí, y en tres días es el examen y... ¡Aaaah! Moriré, moriré, moriréee -exclamé, aferrando con mis manos mi castaño cabello, como si fuera a arrancármelo de la cabeza. Esa chica era mi única salvación, y no podía echarlo todo a perder. Debía ganarme su confianza y hacer que me prestase sus apuntes, a como diera lugar-. Pero si me prestas los tuyos, no los perderé. -sonreí ampliamente, recomponiéndome, y mostrándome como una persona digna de proclamar su salud emocional-. Y sí, vamos a la misma clase, pero no soy de esas personas que llamen particularmente la atención -comencé a reír, nerviosa y exageradamente, y extendí mi mano hacia ella, a modo de saludo, esperando que la estrechase. Y, ahora que lo pensaba, ¿qué era peor? ¿Decirle que los perdí o que tres de nuestros compañeros los prendieron fuego delante de mis narices?
Me había quedado rígida en mi sitio. El gélido "¿Qué?" emitido por Weiss significó para mí una tonelada de cemento macizo sobre mi cabeza, aplastándome y enterrándome. Quise caer hacia atrás y comenzar a excavar el suelo, así tal vez podría contribuir a hacer de mi descenso a lo profundo de la mala reputación de una forma más rápida y eficaz. Las siguientes palabras de la chica atravesaron mi pecho como flechas envenenadas con vergüenza pura y densa. Tuve la intención de acompañar cada sílaba con un movimiento brusco y esporádico de mi cuerpo, pero creí que el drama de mi mente no debía expresarse a través de mis acciones, pues solo lograría que mis trastornos fueran más visibles a la vista ajena. Y, ante aquel "no te recuerdo" acabó por hundirme en un profundo e inmenso pozo negro, lleno de anonimato y soledad. Pero, aunque pareciera paradójico, hasta me había alegrado en cierto punto, pues significaba que ella no conocía absolutamente nada de mí y, por lo tanto, no me tomaría para las bromas como el resto. Entonces, de algún modo, aquello me relajó, permitiéndome relajar mi cuerpo y suspira profundamente, arqueando mi cuerpo hacia adelante, rendido.
- Ah, sí, se supone que debería haberlos tomado... ¡y lo hice! Tomé nota de cada maldita palabra, pero los perdí, y en tres días es el examen y... ¡Aaaah! Moriré, moriré, moriréee -exclamé, aferrando con mis manos mi castaño cabello, como si fuera a arrancármelo de la cabeza. Esa chica era mi única salvación, y no podía echarlo todo a perder. Debía ganarme su confianza y hacer que me prestase sus apuntes, a como diera lugar-. Pero si me prestas los tuyos, no los perderé. -sonreí ampliamente, recomponiéndome, y mostrándome como una persona digna de proclamar su salud emocional-. Y sí, vamos a la misma clase, pero no soy de esas personas que llamen particularmente la atención -comencé a reír, nerviosa y exageradamente, y extendí mi mano hacia ella, a modo de saludo, esperando que la estrechase. Y, ahora que lo pensaba, ¿qué era peor? ¿Decirle que los perdí o que tres de nuestros compañeros los prendieron fuego delante de mis narices?
- Luce Leonhardt
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Re: Sala de estar
Weiss no se encontraba enojada con la muchacha, pero claro que algo de molestia si estaba presente. Al mirarla, solo vio a una chica algo asustada, sus párpados temblaban, las cejas se habían quedado fruncidas, sus labios parecían algo torcidos, o más bien, movidos de su posición original. Se veía nerviosa. Acaso… ¿Estaba aparentando que podía decir cosas firmes como aquellas?. Weiss conocía a ese tipo de personas, aunque por suerte de ellos, ninguno se le había cruzado de frente, solo había escuchado algún que otro chisme de sus compañeros. Y esta chica.. no se veía tan segura como lo había estado minutos atrás. Luce parecía afectada gravemente por sus palabras, pero Weiss no se disculpo por ninguna, no pensaba que debía hacerlo. Si iba a entregarle sus apuntes, pensaba que al menos, podía pedir una explicación y una buena historia.
Ahora mismo, si la chica sentía que se hundía en un pozo oscuro… Weiss estaba mirándola desde arriba con el ceño fruncido, los brazos cruzados y ese aire de firmeza. Oh si, la escena no era nada bonita, no al menos para la castaña. Pero de un momento a otro, el animo de la chica cambio, Weiss se preguntaba si había sido algo que ella había dicho, aunque repasando sus palabras, no podía encontrar el porqué. Escucho con calma la explicación de la chica, la cual finalizo una de sus frases con un ¨Morire¨. El examen era en tres días, si no entendías, debías de leer los apuntes atentamente, y si el tema te era fácil, bastaba con una leída simplemente para afirmar todo lo aprendido. ¿A cual de los dos grupos pertenecería Luce?, por la desesperación que…. ¨¿Irradiaba?¨, parecía que al primero.- Me parece que es algo exagerado decir que moriras, pero ciertamente no te ira mucho mejor que eso si no tienes los apuntes. - Dijo, con suma tranquilidad.- ¿Por qué los perdiste?, ¿Siquiera recuerdas donde los viste por última vez?.- Aun seguía con las piernas y brazos cruzados, en esa firme posición.
Cuando Luce le extendió la mano, Weiss, como si fuera un reflejo se la estrecho. No bruscamente, si no lo contrario, como el equilibrio entre sereno y firme.- Si perdiste los tuyos, en realidad no hay nada que garantice que no perderás los míos..- Dijo casi en un susurro, sin considerar si la chica le escuchaba o no, mientras desviaba su mirada hacia un costado.- ¿Y no tienes a nadie más a quien pedirle, a parte de una desconocida como yo?.- Le pregunto curiosa. Seguramente debía de tener un grupo de amigos o algo asi, otras personas a parte de ella, quien solo era alguien con quien hablaba por primera vez. Weiss no lograba entender como Luce esperaba que a la primera charla, le prestara sus apuntes.
Si bien la albina no los necesitaba en su totalidad, se negaba a hacerlo, puesto que era fruto de su propio trabajo y no sería muy justo que digamos que otros vinieran y se lo quitaran. Pero... quizas estaba siendo algo dura con la chica, no se veía como una mala persona, y Weiss con esa mala actitud suya, producida por el cansansio, no ayudaban en nada. Dejo salir un suspiro, intentando calmarse, relajarse. Tenía sus apuntes ahi, con ella, e incluso si se los daba, ella tambien necesitaba un lugar de donde repasar y responder a sus dudas,
Ahora mismo, si la chica sentía que se hundía en un pozo oscuro… Weiss estaba mirándola desde arriba con el ceño fruncido, los brazos cruzados y ese aire de firmeza. Oh si, la escena no era nada bonita, no al menos para la castaña. Pero de un momento a otro, el animo de la chica cambio, Weiss se preguntaba si había sido algo que ella había dicho, aunque repasando sus palabras, no podía encontrar el porqué. Escucho con calma la explicación de la chica, la cual finalizo una de sus frases con un ¨Morire¨. El examen era en tres días, si no entendías, debías de leer los apuntes atentamente, y si el tema te era fácil, bastaba con una leída simplemente para afirmar todo lo aprendido. ¿A cual de los dos grupos pertenecería Luce?, por la desesperación que…. ¨¿Irradiaba?¨, parecía que al primero.- Me parece que es algo exagerado decir que moriras, pero ciertamente no te ira mucho mejor que eso si no tienes los apuntes. - Dijo, con suma tranquilidad.- ¿Por qué los perdiste?, ¿Siquiera recuerdas donde los viste por última vez?.- Aun seguía con las piernas y brazos cruzados, en esa firme posición.
Cuando Luce le extendió la mano, Weiss, como si fuera un reflejo se la estrecho. No bruscamente, si no lo contrario, como el equilibrio entre sereno y firme.- Si perdiste los tuyos, en realidad no hay nada que garantice que no perderás los míos..- Dijo casi en un susurro, sin considerar si la chica le escuchaba o no, mientras desviaba su mirada hacia un costado.- ¿Y no tienes a nadie más a quien pedirle, a parte de una desconocida como yo?.- Le pregunto curiosa. Seguramente debía de tener un grupo de amigos o algo asi, otras personas a parte de ella, quien solo era alguien con quien hablaba por primera vez. Weiss no lograba entender como Luce esperaba que a la primera charla, le prestara sus apuntes.
Si bien la albina no los necesitaba en su totalidad, se negaba a hacerlo, puesto que era fruto de su propio trabajo y no sería muy justo que digamos que otros vinieran y se lo quitaran. Pero... quizas estaba siendo algo dura con la chica, no se veía como una mala persona, y Weiss con esa mala actitud suya, producida por el cansansio, no ayudaban en nada. Dejo salir un suspiro, intentando calmarse, relajarse. Tenía sus apuntes ahi, con ella, e incluso si se los daba, ella tambien necesitaba un lugar de donde repasar y responder a sus dudas,
- Weiss Schnee
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Re: Sala de estar
La gélida mirada de la chica continuaba sobre mí. ¿Qué más podía hacer al respecto? Había intentado generar impresión y atención con nuevos métodos sobre una persona que, definitivamente, no era la indicada para apreciarlos. Quizás eso hablaba bien de ella, en vez de pensar lo contrario. Me daba esperanzas, en cierta medida, el creer que la desconocida Weiss que solo tenía de vista y que parecía tan reservada y meditabunda no era como el resto de imbéciles que rellenaban el curso. Cuando ella opinó sobre lo exagerado de sus palabras, sonreí de lado, asintiendo suavemente, dándole la razón claramente. Pero así era yo: exagerada, dramática y en gran medida trágica. Sin embargo, mi nivel de tragedia para con la vida era directamente proporcional a mi mala suerte. ¿Quién podía culparme por ello, entonces? ¡Que quien estuviera libre de todo pecado, que arrojara la primera piedra, pues! Y si bien ninguna piedra cayó sobre mí, literalmente, sí lo hicieron las siguientes palabras de la chica. ¿Cómo iba a explicárselo? No se me ocurría ninguna excusa convincente, y creí que no era el momento oportuno para inventar y acabar en un nivel de hipérbole y catarsis mucho mayor.
- E-eh.. bueno.. -rasqué mi cabeza con mi dedo índice, mientras miraba hacia todas partes-. ¿Cómo decirlo? -comencé a reír, suavemente, pero claramente nerviosa y sintiéndome más ridícula que antes-. La verdad es que acabaron haciendo de combustible para una fogata -solté, y entonces la miré y me avergoncé aún más, pero ya lo había dicho; finalmente lo había soltado. Observé su severa expresión y su rígida postura, y entonces tragué saliva-. No me llevo muy bien con ciertos... individuos... -acabé por aclarar, nerviosa aún, y ladeé un poco la cabeza, apoyando una de mis manos sobre una de mis mejillas.
Suspiré y guardé silencio por unos instantes, los instantes que bastaron para hacerme comprender el significado de todo lo que Weiss había dicho. Automáticamente me puse a la defensiva. Di un pequeño salto hacia atrás, alarmada. Extendí los brazos de forma horizontal por delante de mi cuerpo, y comencé a agitar las manos.
- ¡No! No, no, no. No. De ninguna manera. Tus apuntes estarán vivos, intactos, sanos, sin manchas ni nada que los arruine. ¡Lo juro! Nadie los tocará, excepto yo. Los cuidaré como ni siquiera tú podrías hacerlo -aseguré, hablando rápido, utilizando cualquier adjetivo que se me viniera a la mente y del cual pudiera sacar provecho-. Por favor, Weiss. Los necesito. Por favor -junté ambas manos, suplicante, y mis ojos brillaron con esperanza. Ya le había explicado todo, le había dicho toda la verdad. No me quedaba nada más en lo cual sustentar mi solicitud, pero debido a la inquietud de la joven, me vi en la dificultad de ser sincera una vez más con ese tema que tanto me avergonzaba y, por más que me pesara admitirlo, contribuía al fin y al cabo a ser un argumento más que utilizar a mi favor. Suspiré y dejé caer ambos brazos a cada lado de mi cuerpo, cerrando los ojos con cansancio y redención-. La verdad es que no. No tengo a nadie más. No me llevo bien con casi nadie aquí, y digo casi porque sí me llevo bien con los profesores, al menos -rodé los ojos y sonreí suavemente, resignada-. Es más, si quieres no volveré a dirigirte la palabra, pues tampoco es que necesite hablar con alguien, ya es costumbre el deambular sola por aquí, pero... por favor, hazme este único favor. Tan solo por un día. Préstame tus apuntes por un día y los devolveré al día siguiente, incluso con intereses a tu favor -rogué nuevamente, mordiéndome el labio inferior en señal de agitación interna y desesperación perfectamente palpable.
¿Lograría, al menos por este día, encontrar a alguien que se apiadase de mi desdicha?
- E-eh.. bueno.. -rasqué mi cabeza con mi dedo índice, mientras miraba hacia todas partes-. ¿Cómo decirlo? -comencé a reír, suavemente, pero claramente nerviosa y sintiéndome más ridícula que antes-. La verdad es que acabaron haciendo de combustible para una fogata -solté, y entonces la miré y me avergoncé aún más, pero ya lo había dicho; finalmente lo había soltado. Observé su severa expresión y su rígida postura, y entonces tragué saliva-. No me llevo muy bien con ciertos... individuos... -acabé por aclarar, nerviosa aún, y ladeé un poco la cabeza, apoyando una de mis manos sobre una de mis mejillas.
Suspiré y guardé silencio por unos instantes, los instantes que bastaron para hacerme comprender el significado de todo lo que Weiss había dicho. Automáticamente me puse a la defensiva. Di un pequeño salto hacia atrás, alarmada. Extendí los brazos de forma horizontal por delante de mi cuerpo, y comencé a agitar las manos.
- ¡No! No, no, no. No. De ninguna manera. Tus apuntes estarán vivos, intactos, sanos, sin manchas ni nada que los arruine. ¡Lo juro! Nadie los tocará, excepto yo. Los cuidaré como ni siquiera tú podrías hacerlo -aseguré, hablando rápido, utilizando cualquier adjetivo que se me viniera a la mente y del cual pudiera sacar provecho-. Por favor, Weiss. Los necesito. Por favor -junté ambas manos, suplicante, y mis ojos brillaron con esperanza. Ya le había explicado todo, le había dicho toda la verdad. No me quedaba nada más en lo cual sustentar mi solicitud, pero debido a la inquietud de la joven, me vi en la dificultad de ser sincera una vez más con ese tema que tanto me avergonzaba y, por más que me pesara admitirlo, contribuía al fin y al cabo a ser un argumento más que utilizar a mi favor. Suspiré y dejé caer ambos brazos a cada lado de mi cuerpo, cerrando los ojos con cansancio y redención-. La verdad es que no. No tengo a nadie más. No me llevo bien con casi nadie aquí, y digo casi porque sí me llevo bien con los profesores, al menos -rodé los ojos y sonreí suavemente, resignada-. Es más, si quieres no volveré a dirigirte la palabra, pues tampoco es que necesite hablar con alguien, ya es costumbre el deambular sola por aquí, pero... por favor, hazme este único favor. Tan solo por un día. Préstame tus apuntes por un día y los devolveré al día siguiente, incluso con intereses a tu favor -rogué nuevamente, mordiéndome el labio inferior en señal de agitación interna y desesperación perfectamente palpable.
¿Lograría, al menos por este día, encontrar a alguien que se apiadase de mi desdicha?
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Re: Sala de estar
Muchas veces pensaba en los momentos de cuando era niña. En cuando jugaba inocentemente con sus amigas, y no pensaba en lo que vendría más adelante. Al ser pequeña, pensaba muy de vez en cuando que haría de mayor, esas era preocupaciones menores en su vida, casi inexistentes. Y ahora… ahora todo era completamente diferente a como alguna vez lo imagino. Había perdido a personas que quería, y afectada por eso, se volvió más desconfiada de las personas. Como si todas le fueran a hacer daño, y ella solo pudiese protegerse. Sabía que estaba mal, que no tenía porque pensar de esa manera, pero era algo que con el tiempo fue creciendo. Quería cambiar, esa manera de ser que a ella no le agradaba demasiado, no ser muy dócil, pero tampoco negarse a estar con otros de maneras extremas. Una buena oportunidad era esta, La chica parecía decir la verdad, y Weiss estaba dando la impresión de pensar que era mejor o más que ella. La albina nunca pensaría algo asi, pero ciertamente, su comportamiento no reflejaba lo contrario.
Según lo que contaba la chica, no estaba teniendo una racha de buena suerte que digamos. Pero vamos… perder los apuntes de un examen tres días antes, era como si alguien se hubiera enfadado contigo y tuviera ganas de hacerte pagar por eso. Pensaba que podía ser alguna mala broma de los estudiantes, estos podían a llegar a pasarse en cualquier momento, por lo que había que frenarlos en cuanto se pudiese. Pero esas ideas se descartaron casi completamente al oir a Luce.- ¿Combustible para una fogata?... –La miro mientras se notaba un pequeño tic en el ojo.- ¿Qué estabas haciendo para que terminaran de esa manera?. –Era mucho más común que le dijera que los perdió, aceptaría ese tipo de excusas más fácilmente. Pero lo último que escucho, la hizo pensar en personas no muy agradables.- ¿Alguien te los quito y los utilizo de esa manera?. –No sabía bien que más podía decirle, hasta ahora solo había formulados preguntas, pero ciertamente, las respuestas no llegaban a convencerla.
La creencia que tenia Weiss, sobre que sus apuntes no terminarían muy bien si ella no pudo cuidar a los suyos, fue negada rotundamente con la chica, que se defendía con total seguridad. Suspiro, mientras escuchaba las suplicas de la muchacha.- Bueno… Supongo que te los podría prestar aunque sea un rato. –Ella también necesitaba repasar un poco, pero pensaba que Luce tenía más urgencia en aprender a hacer los ejercicios. Oir que se llevaba bien con los profesores, exceptuando a los demás, no fue algo agradable de escuchar, asi que lo medito unos minutos. Si bien, Weiss había entrado hace poco, había llegado a conocer a varias personas, y en general, se llevaba bien con la mayoría. Dejo salir otro suspiro, de resignación. Weiss no era una mala persona, y si según otros lo era, pues no lo era todo el tiempo al menos.- Esta bien. - Se los extendió- Úsalos el tiempo que necesites, a mi me da igual. -La miro tranquila, no se mostraba enojada ni nada, solo neutra y pacífica.
Según lo que contaba la chica, no estaba teniendo una racha de buena suerte que digamos. Pero vamos… perder los apuntes de un examen tres días antes, era como si alguien se hubiera enfadado contigo y tuviera ganas de hacerte pagar por eso. Pensaba que podía ser alguna mala broma de los estudiantes, estos podían a llegar a pasarse en cualquier momento, por lo que había que frenarlos en cuanto se pudiese. Pero esas ideas se descartaron casi completamente al oir a Luce.- ¿Combustible para una fogata?... –La miro mientras se notaba un pequeño tic en el ojo.- ¿Qué estabas haciendo para que terminaran de esa manera?. –Era mucho más común que le dijera que los perdió, aceptaría ese tipo de excusas más fácilmente. Pero lo último que escucho, la hizo pensar en personas no muy agradables.- ¿Alguien te los quito y los utilizo de esa manera?. –No sabía bien que más podía decirle, hasta ahora solo había formulados preguntas, pero ciertamente, las respuestas no llegaban a convencerla.
La creencia que tenia Weiss, sobre que sus apuntes no terminarían muy bien si ella no pudo cuidar a los suyos, fue negada rotundamente con la chica, que se defendía con total seguridad. Suspiro, mientras escuchaba las suplicas de la muchacha.- Bueno… Supongo que te los podría prestar aunque sea un rato. –Ella también necesitaba repasar un poco, pero pensaba que Luce tenía más urgencia en aprender a hacer los ejercicios. Oir que se llevaba bien con los profesores, exceptuando a los demás, no fue algo agradable de escuchar, asi que lo medito unos minutos. Si bien, Weiss había entrado hace poco, había llegado a conocer a varias personas, y en general, se llevaba bien con la mayoría. Dejo salir otro suspiro, de resignación. Weiss no era una mala persona, y si según otros lo era, pues no lo era todo el tiempo al menos.- Esta bien. - Se los extendió- Úsalos el tiempo que necesites, a mi me da igual. -La miro tranquila, no se mostraba enojada ni nada, solo neutra y pacífica.
- Spoiler:
- Puede que sea cortante(?? pero aqui dejo la respuesta xD. Aprovecho para avistarte que hasta el proximo lunes puede que no tenga tiempo para responder, por que me voy de viaje, puede que llegue a hacerlo, pero no prometo nada xD. Te aviso por las dudas me desaparezca(??.
- Weiss Schnee
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Re: Sala de estar
Weiss continuaba en su firme posición. Brazos cruzados, piernas cruzadas. Su expresión era calma, apacible, pero podía advertir detrás de sus párpados cerrados, por momentos, una mirada gélida que buscaba motivos en mí como para aprobarme y considerarme digna del cumplimiento de mi petición por su parte. Sin embargo, no iba a echarme atrás. Por más hostil que ella fuera conmigo, yo le había dicho la verdad, y ya no tenía otro As bajo la manga con el cual defenderme y acentuar mi posición. Había sido sincera y solo podía esperar, por parte de ella, algún signo de solidaridad y compañerismo. Estaba de acuerdo en que no nos conocíamos y que si ella quería podía negarme el privilegio de aprobar química en tres días, pero tampoco me sentía muy contenta al sentir que mi expediente podría tener una mancha gracias a su voluntad. Me amargaba pensar que no había ni una persona consideraba aquí dentro, y deseaba que al menos ella no fuera igual.
Como era evidente, pude prever su estupefacción ante mis palabras. Lo peor de todo era que eran totalmente ciertas. Y ahora me veía en el problema de ampliar la información. Asentí a cada una de sus preguntas, y tomé una bocanada de aire para hablar:
- No me llevo muy bien con la mayoría de mis compañeros. Siempre me gastan bromas y se mofan de mí, pero esta fue la peor, y no, no creas que no pienso vengarme. Solo aguardaré a la oportunidad indicada. Y si a ti te caen bien, lo siento, pero no puedo hablar bien de ellos -confesé, riendo suavemente y rodando la mirada. Yo no podía ser falsa. La gente o me caía bien, o me caía asquerosamente mal, y no me contenía en demostrarlo-. Me los robaron y los incendiaron delante mío, hasta que se consumieron. Me pregunto dónde diablos se meten los prefectos cuando se los necesita -gruñí por lo bajo, cruzándome de brazos. Miré a Weiss otra vez y me encogí de hombros-. Y esta es toda la historia, creer o reventar -cerré los ojos y sonreí con cierta dulzura e inocencia. No había mentido en ninguna palabra. Incluso me tomé el privilegio de poseer el descaro de admitir que me vengaría tarde o temprano y que si ella se llevaba bien con ellos, estaba en su libre derecho de gritarlo a los cuatro vientos y de vender mis planes al grupo de bravucones. Sin embargo, en cuanto escuché lo que dijo a continuación, la esperanza pareció volverme al cuerpo y abrí los ojos desmesuradamente.
Me quedé quieta, sin moverme, durante un par de segundos. Quería cerciorarme de que lo que había oído era cierto y que mis sentidos no me engañaban. Maldito Descartes cuando menos se lo necesita. ¿Acaso ella había dicho que sí? ¿Acaso Weiss había dicho que me los prestaría al menos por un rato? Mi sonrisa se ensanchó y mis pómulos se volvieron rosados en un instante, a causa de la inminente felicidad. ¡Qué dicha! Parecía que al final estaba en una pequeña racha de suerte.
- ¡Oh, gracias! ¡Gracias, gracias! -exclamé con euforia, acercándome a ella y abrazándola mediante un impulso de gracia y divina bendición. Me separé de la chica y tomé sus apuntes, los ojeé sin dejar de sonreír, y entonces una idea pasó por mi mente. La miré y me permití dejarme caer a su lado en el sofá, sin dejar de observarla con enormes y brillantes ojos-. Oye, Weiss, ¿qué te parece si estudiamos juntas? Claro, eso si tú quieres. Ya que me los has prestado y también imagino que necesitas repasar... podemos releerlos ambas y yo tomaré nota, así obtendré nuevos apuntes gracias a ti, y te los puedo devolver esta misma tarde. ¿Qué te parece? -propuse, tal vez arrepintiéndome un poco, pues ¿quién era yo para darme tantos permisos para con ella en un lapso tan pequeño de tiempo? Pero Weiss estaba en todo su derecho de rechazar mi oferta. Yo, no obstante, no lo hacía con ninguna mala intención. Simplemente quería que el tiempo fuese provechoso para las dos. Ella había sido amable a pesar de su firme y fría postura. No tenía por qué ser egoísta y privarla de sus apuntes, llevándomelos, cuando podíamos aprovecharlos ambas aquí y ahora.
Como era evidente, pude prever su estupefacción ante mis palabras. Lo peor de todo era que eran totalmente ciertas. Y ahora me veía en el problema de ampliar la información. Asentí a cada una de sus preguntas, y tomé una bocanada de aire para hablar:
- No me llevo muy bien con la mayoría de mis compañeros. Siempre me gastan bromas y se mofan de mí, pero esta fue la peor, y no, no creas que no pienso vengarme. Solo aguardaré a la oportunidad indicada. Y si a ti te caen bien, lo siento, pero no puedo hablar bien de ellos -confesé, riendo suavemente y rodando la mirada. Yo no podía ser falsa. La gente o me caía bien, o me caía asquerosamente mal, y no me contenía en demostrarlo-. Me los robaron y los incendiaron delante mío, hasta que se consumieron. Me pregunto dónde diablos se meten los prefectos cuando se los necesita -gruñí por lo bajo, cruzándome de brazos. Miré a Weiss otra vez y me encogí de hombros-. Y esta es toda la historia, creer o reventar -cerré los ojos y sonreí con cierta dulzura e inocencia. No había mentido en ninguna palabra. Incluso me tomé el privilegio de poseer el descaro de admitir que me vengaría tarde o temprano y que si ella se llevaba bien con ellos, estaba en su libre derecho de gritarlo a los cuatro vientos y de vender mis planes al grupo de bravucones. Sin embargo, en cuanto escuché lo que dijo a continuación, la esperanza pareció volverme al cuerpo y abrí los ojos desmesuradamente.
Me quedé quieta, sin moverme, durante un par de segundos. Quería cerciorarme de que lo que había oído era cierto y que mis sentidos no me engañaban. Maldito Descartes cuando menos se lo necesita. ¿Acaso ella había dicho que sí? ¿Acaso Weiss había dicho que me los prestaría al menos por un rato? Mi sonrisa se ensanchó y mis pómulos se volvieron rosados en un instante, a causa de la inminente felicidad. ¡Qué dicha! Parecía que al final estaba en una pequeña racha de suerte.
- ¡Oh, gracias! ¡Gracias, gracias! -exclamé con euforia, acercándome a ella y abrazándola mediante un impulso de gracia y divina bendición. Me separé de la chica y tomé sus apuntes, los ojeé sin dejar de sonreír, y entonces una idea pasó por mi mente. La miré y me permití dejarme caer a su lado en el sofá, sin dejar de observarla con enormes y brillantes ojos-. Oye, Weiss, ¿qué te parece si estudiamos juntas? Claro, eso si tú quieres. Ya que me los has prestado y también imagino que necesitas repasar... podemos releerlos ambas y yo tomaré nota, así obtendré nuevos apuntes gracias a ti, y te los puedo devolver esta misma tarde. ¿Qué te parece? -propuse, tal vez arrepintiéndome un poco, pues ¿quién era yo para darme tantos permisos para con ella en un lapso tan pequeño de tiempo? Pero Weiss estaba en todo su derecho de rechazar mi oferta. Yo, no obstante, no lo hacía con ninguna mala intención. Simplemente quería que el tiempo fuese provechoso para las dos. Ella había sido amable a pesar de su firme y fría postura. No tenía por qué ser egoísta y privarla de sus apuntes, llevándomelos, cuando podíamos aprovecharlos ambas aquí y ahora.
- Spoiler:
- Ya veo, ya veo xDDD De acuerdo, no te preocupes, que no hay apuro. ¡Disfruta de tu viaje! ^^
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Re: Sala de estar
Si bien, Weiss no era del tipo de personas que solía involucrarse en los asuntos de los demás, miraba la muchacha como si realmente fuera a intervenir en el ¨pequeño asunto¨ que Luce mantenía con sus supuestos compañeros. Que hicieran bromas era una cosa, donde todos se rien por un rato y ya, pero estas personas llegaban a extremos de los que cualquier persona, o al menos la albina, tomaria medidas necesarias.- Yo que tu lo habría hecho hace un buen tiempo.- Le contesto desviando su mirada sin interés. Si, hace tiempo hubiera parado aquello, de una forma de en la que aquellos ¨chiquillos¨ no volverían si quiera a acercarse ni mirarle.- No llegue hace mucho, asi que realmente no los conozco lo demasiado para decir que me caen bien o algo así.- Le explicó. Hace solo unas semanas que estaba ahí, y aunque Weiss podía llegar a ser simpática cuando quería, el ir de una clase a la otra, hasta que se acostumbrase, le mermaba el tiempo para conocer a sus compañeros.
- Ciertamente, me pregunto donde están también. Creo que no los vi desde que entre aquí, pero… -No siguió hablando, no quería decir más. Conocia el sistema, pero no lo había visto funcionar aun, y Luce hablaba como si desde hace tiempo hubiera estado pasando por algo asi. De todas formas, seguía pensando que si esto último era cierto, sería Luce quien debería de hacer las cosas para que dejaran de molestare.- ….Puede que tuvieras que ir a hablarles tu, ¿No?.- Le pregunto. Como se dijo antes, Weiss no estaba del todo segura aun de cómo funcionaban las cosas en ese lugar. Pero, aun después de escuchar el relato de la chica, Luce se veía totalmente bien o al menos lo aparentaba. Tenía una brillante sonrisa, que haría pensar a las demás personas que nada malo le sucedía, que la vida le sonreía a todas horas.
La castaña reacciono de una manera que desconcertó a Weiss. Incluso llego a abrazarle mientras le agradecía. La albina se quedo quita, y confundida, no era una persona que este acostumbrada al contacto físico de otros y menos de las muestras de afecto de esa manera.- Esta bien, esta bien, entiendo.- La alejo un poco de ella, sin ánimos de ofender. Luce se sentó a su lado, parecía haber recuperado el buen humor que tenia al principio. Ojeo los apuntes sin dejar de sonreír, lo que hizo pensar a Weiss de que había hecho una buena elección en prestárselos. Ante la propuesta de la chica, la miro un poco extrañada.- No me molestaría, pero solo repasare, además… No creo que si no entiendas algo yo pueda explicártelo.- Weiss no era buena en eso último, podía entender perfectamente las cosas, pero a la hora de hacerle entender a alguien más, era como si el mundo se le diera vuelta y la otra persona estuviera siendo castigada.- ¿Los copiaras ahora mismo o volverás más tarde?.- No había terminado de entender, y le serviría mucho el hacerlo para poder saber que hacer a continuación.
Ahora que se daba cuenta, estaban solas en la sala de estar, algo muy extraño. Siempre solía haber alguien, pero pensó que simplemente, los demás habían encontrado algo para hacer. La puerta se abrió, desviando la atención de la albina hacia ella.
- Ciertamente, me pregunto donde están también. Creo que no los vi desde que entre aquí, pero… -No siguió hablando, no quería decir más. Conocia el sistema, pero no lo había visto funcionar aun, y Luce hablaba como si desde hace tiempo hubiera estado pasando por algo asi. De todas formas, seguía pensando que si esto último era cierto, sería Luce quien debería de hacer las cosas para que dejaran de molestare.- ….Puede que tuvieras que ir a hablarles tu, ¿No?.- Le pregunto. Como se dijo antes, Weiss no estaba del todo segura aun de cómo funcionaban las cosas en ese lugar. Pero, aun después de escuchar el relato de la chica, Luce se veía totalmente bien o al menos lo aparentaba. Tenía una brillante sonrisa, que haría pensar a las demás personas que nada malo le sucedía, que la vida le sonreía a todas horas.
La castaña reacciono de una manera que desconcertó a Weiss. Incluso llego a abrazarle mientras le agradecía. La albina se quedo quita, y confundida, no era una persona que este acostumbrada al contacto físico de otros y menos de las muestras de afecto de esa manera.- Esta bien, esta bien, entiendo.- La alejo un poco de ella, sin ánimos de ofender. Luce se sentó a su lado, parecía haber recuperado el buen humor que tenia al principio. Ojeo los apuntes sin dejar de sonreír, lo que hizo pensar a Weiss de que había hecho una buena elección en prestárselos. Ante la propuesta de la chica, la miro un poco extrañada.- No me molestaría, pero solo repasare, además… No creo que si no entiendas algo yo pueda explicártelo.- Weiss no era buena en eso último, podía entender perfectamente las cosas, pero a la hora de hacerle entender a alguien más, era como si el mundo se le diera vuelta y la otra persona estuviera siendo castigada.- ¿Los copiaras ahora mismo o volverás más tarde?.- No había terminado de entender, y le serviría mucho el hacerlo para poder saber que hacer a continuación.
Ahora que se daba cuenta, estaban solas en la sala de estar, algo muy extraño. Siempre solía haber alguien, pero pensó que simplemente, los demás habían encontrado algo para hacer. La puerta se abrió, desviando la atención de la albina hacia ella.
- Spoiler:
- Ya volvi, y siento la tardanza xDD~ Ah, sobre la parte del final, lo deje a tu opcion, si quieres que sigamos el tema en otra parte y lo terminamos aqui ahora, o que entre alguien, puede que uno de los chicos esos malevolos(? y se arme una pelea(? ok no xDD. Simplemente era para saber que hacer a cotinuacion xD.
- Weiss Schnee
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Re: Sala de estar
La emoción me había nublado. Había oído cada palabra que salió de la boca de Weiss, pero no pude responder, o al menos no pude hacerlo hasta que la euforia disminuyó. Tras demostrarle mi alegría mediante mis actos, me senté a su lado ojeando las hojas que constituían mi salvación. No me importó mucho que ella se mostrase reacia a mi abrazo, pues ¿qué iba a hacerle? Era lo más normal su reacción. Yo solía ser la que nunca encajaba en ningún sitio debido a ser, la mayoría de las veces, tan transparente. No era muy difícil percatarse acerca de cómo me encontraba. Quizás por eso ocurría que, en realidad, sí encajaba: todos me solían aceptar para sacar provecho de algo. Y aunque me hubiera gustado, no iba a comenzar una disputa filosófica en mi mente respecto a mi posición en la estratificada y burda sociedad actual. Mejor conversar aquellos disgustos para otro momento, pues entre mis manos se encontraba la mayor dicha (al menos la mayor dicha que una noña como yo podía hallar con los exámenes cerca).
- Sí, puede que tengas razón. Ya debería haberlo hecho, pero nunca se me ocurren las buenas ideas en el momento adecuado. Siempre tiendo a pensar después, y plantearme el por qué de no haber reaccionado de tal o cual manera. Y para serte sincera, la venganza nunca se me ha dado muy bien. Siempre el tiro me termina saliendo por la culata. Pero quién sabe... quizás logre algo esta vez -expliqué, sonriendo suavemente y respondiendo a los primeros comentarios de Weiss, los cuales se vieron subyugados por unos momentos a causa de mi distracción-. Bueno, no te pierdes de nada -agregué, ladeando la cabeza con elocuencia y sonriendo con una expresión bastante cómica e irónica. Al fin y al cabo, era cierto: conocerlos o no, no haría gran diferencia. Es más, si ellos nunca decidían cruzarse en su camino, sin duda le harían un favor.
Levanté la mirada desde los apuntes hasta ella, cuando mencionó aquello. Quise reír ante lo cómico del comentario.
- ¿Hablarles? ¿Yo? Oh no, eso sí que no. Cuando no están molestando, la verdad es que tengo cosas mejores que hacer -aseguré, quitándole importancia al asunto mediante un gesto despreocupado de mi mano derecha. En ese momento, las tareas de limpieza en el templo llegaron a mi mente. "Sí, cosas mejores como esa", pensé, sintiéndome patética interiormente. Por suerte, pude avisarle a tiempo a mi cara y mis pensamientos no se hicieron notar en mi aspecto-. No te preocupes, lo copiaré ahora -comenté mientras sacaba un cuaderno de mi bolso. Comenté a ojear las primeras hojas, y los garabatos que constituían mi pésima caligrafía surgieron en el blanco papel-. Eso no es problema. Si tú no entiendes algo, tal vez yo sí. Y si ninguna entendemos... bueno, nos los explicará Dios -aseguré, bromeando hacia lo último. Dudaba que en tres días lográsemos hallar al profesor que, justamente, teníamos los lunes, pues estábamos a martes y el examen era el viernes. De todos modos, bendito internet. Allí lograríamos encontrar lo que fuese en caso de apuros.
Mientras continuaba copiando, la sonrisa no se borró de mi relajada expresión. Realmente, un poco de suerte de vez en cuando no venía nada mal. Me encontraba a gusto, y no hubiera pensado que esa chica albina y poco habladora acabaría por contribuir a mi causa y realizar su buena acción del día. Sin embargo, siempre se aconsejaba que cuando estabas pasándolo bien, mejor evitar comentarios y/o pensamientos que denotasen el regocijo. Lo que sucedió a continuación, fue el ejemplo perfecto.
La puerta de la sala de estar se abrió de par en par. Se oyeron risas al otro lado y pronto las figuras de Kei y Ryosuke emergieron. En cuanto me vieron tan feliz y risueña, no dudaron en sacar a relucir sus armas para bajar mi autoestima más de lo que usualmente estaba, que era por los suelos.
- ¡Ah! Mira quién está aquí -dijo Kei, con aquel tono de voz tan insoportable. Sus ojos azules se clavaron en Weiss, y entonces sonrió con malicia-. Eh, tú, chica nueva. Si vas a hacer amistades, te aconsejaría que no arruinases tu reputación tan rápido -sugirió, pero lo hizo con tal malicia hacia mi persona que no pude quedarme callada. Levanté la mirada hacia él y fruncí el ceño.
- ¿No tienes nada mejor que hacer, Kei? Si tienes problemas conmigo, los arreglas conmigo. No involucres a Weiss -determiné, poniéndome de pie y dejando los apuntes a un lado. En cuando Ryosuke los vio, los apuntó con el dedo.
- ¿Has conseguido nuevo combustible? -preguntó, y el interrogante logró que ambos se echasen a reír como las hienas que eran. Giré el rostro y miré a Weiss, quien permanecía sentada. ¿Acaso era esta la oportunidad para llevar a cabo mi venganza?
- Sí, puede que tengas razón. Ya debería haberlo hecho, pero nunca se me ocurren las buenas ideas en el momento adecuado. Siempre tiendo a pensar después, y plantearme el por qué de no haber reaccionado de tal o cual manera. Y para serte sincera, la venganza nunca se me ha dado muy bien. Siempre el tiro me termina saliendo por la culata. Pero quién sabe... quizás logre algo esta vez -expliqué, sonriendo suavemente y respondiendo a los primeros comentarios de Weiss, los cuales se vieron subyugados por unos momentos a causa de mi distracción-. Bueno, no te pierdes de nada -agregué, ladeando la cabeza con elocuencia y sonriendo con una expresión bastante cómica e irónica. Al fin y al cabo, era cierto: conocerlos o no, no haría gran diferencia. Es más, si ellos nunca decidían cruzarse en su camino, sin duda le harían un favor.
Levanté la mirada desde los apuntes hasta ella, cuando mencionó aquello. Quise reír ante lo cómico del comentario.
- ¿Hablarles? ¿Yo? Oh no, eso sí que no. Cuando no están molestando, la verdad es que tengo cosas mejores que hacer -aseguré, quitándole importancia al asunto mediante un gesto despreocupado de mi mano derecha. En ese momento, las tareas de limpieza en el templo llegaron a mi mente. "Sí, cosas mejores como esa", pensé, sintiéndome patética interiormente. Por suerte, pude avisarle a tiempo a mi cara y mis pensamientos no se hicieron notar en mi aspecto-. No te preocupes, lo copiaré ahora -comenté mientras sacaba un cuaderno de mi bolso. Comenté a ojear las primeras hojas, y los garabatos que constituían mi pésima caligrafía surgieron en el blanco papel-. Eso no es problema. Si tú no entiendes algo, tal vez yo sí. Y si ninguna entendemos... bueno, nos los explicará Dios -aseguré, bromeando hacia lo último. Dudaba que en tres días lográsemos hallar al profesor que, justamente, teníamos los lunes, pues estábamos a martes y el examen era el viernes. De todos modos, bendito internet. Allí lograríamos encontrar lo que fuese en caso de apuros.
Mientras continuaba copiando, la sonrisa no se borró de mi relajada expresión. Realmente, un poco de suerte de vez en cuando no venía nada mal. Me encontraba a gusto, y no hubiera pensado que esa chica albina y poco habladora acabaría por contribuir a mi causa y realizar su buena acción del día. Sin embargo, siempre se aconsejaba que cuando estabas pasándolo bien, mejor evitar comentarios y/o pensamientos que denotasen el regocijo. Lo que sucedió a continuación, fue el ejemplo perfecto.
La puerta de la sala de estar se abrió de par en par. Se oyeron risas al otro lado y pronto las figuras de Kei y Ryosuke emergieron. En cuanto me vieron tan feliz y risueña, no dudaron en sacar a relucir sus armas para bajar mi autoestima más de lo que usualmente estaba, que era por los suelos.
- ¡Ah! Mira quién está aquí -dijo Kei, con aquel tono de voz tan insoportable. Sus ojos azules se clavaron en Weiss, y entonces sonrió con malicia-. Eh, tú, chica nueva. Si vas a hacer amistades, te aconsejaría que no arruinases tu reputación tan rápido -sugirió, pero lo hizo con tal malicia hacia mi persona que no pude quedarme callada. Levanté la mirada hacia él y fruncí el ceño.
- ¿No tienes nada mejor que hacer, Kei? Si tienes problemas conmigo, los arreglas conmigo. No involucres a Weiss -determiné, poniéndome de pie y dejando los apuntes a un lado. En cuando Ryosuke los vio, los apuntó con el dedo.
- ¿Has conseguido nuevo combustible? -preguntó, y el interrogante logró que ambos se echasen a reír como las hienas que eran. Giré el rostro y miré a Weiss, quien permanecía sentada. ¿Acaso era esta la oportunidad para llevar a cabo mi venganza?
- Spoiler:
- No hay problema n_n Aquí dejo la respuesta, ¡y que se arme la batalla! xDD
- Luce Leonhardt
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Re: Sala de estar
Escuchaba atentamente a Luce, sus respuestas le hacían ver desde otro punto de vista la situación, pero realmente, aunque Weiss no era terc u obstinada, seguía pensando que Luce debió haberlos detenido hace tiempo, cuando recién comenzaron a hacer aquellas cosas. Pero pensaba que ya no tenía mucho caso decirle más sobre el tema. Luce tenía su propia opinión y decisión, ella sería quien tenga la palabra final cuando decidiera que hacer, Weiss no tenía porque indicarle que hacer, agregando el hecho de que tampoco se conocían demasiado, no había nada que garantice que aunque Weiss decidiera tratara de convencer a Luce, esta cambiaria de opinión. Como se dijo antes, no tenía porque seguir pensando en eso, podría terminar todo en una discusión o algo así, y Weiss trataba de ser pacifica con ella, Luce no parecía mala persona, al menos no a estas alturas.
Quienes entraron a la sala de estar fueron dos muchachos, estaban riéndose de quien sabe que, y Weiss procedió a ignorarlos, no eran nadie que ella conociera, y aunque quisiera hablarles, ahora estaba conversando con Luce. Ambos chicos se acercaron a ellas, y para la sorpresa de la albina se dirigieron a ella. El chico que le hablo, que tenia ojos claros, le dio una especie de ¨advertencia¨ a Weiss. Esta, supuso que los dos conocían a Luce, y por el contenido del mensaje, más o menos se le ocurría que estaba sucediendo.- Bueno, te agradezco por la recomendación. –Dijo tranquilamente, mirándolo a los ojos y dando a entender que no se iria de ahí, ahora estaba hablando con Luce. Y aunque su reacción fue serena, la de Luce fue contraria. Lo miro enojada, mientras fruncía el ceño y le respondía de manera algo agresiva. Estaba algo así, como tratando de que no apuntaran hacia Weiss. El otro chico, miro a los apuntes sobre la mesa mencionando algo sobre combustible. Inmediatamente, la albina recordó lo que Luce le había dicho.- Esos apuntes son míos. –Dijo de manera algo posesiva, como si no se los fuera a dar tan fácilmente.
Luce la miraba fijamente, esta era una oportunidad como para que la castaña les hiciera frente, o al menos lo intentara.- De todas formas, ¿Puedo preguntar si necesitan algo?, además de mis apuntes, claro esta. –No tenía la mínima intención de comenzar una pelea con los chicos. Aunque estaba en contra de lo que hacían, había un límite sobre las cartas en el asunto que podía tomar. Estaría ¨del lado¨ de Luce, mas no actuaria imprudentemente, sabia cuales eran las reglas, que pelear no estaba permitido, y aunque querría golpear a ambos, esperaría a que ellos lo intentaran, entonces podría decir que fue en defensa propia. Se las arreglaba a su manera, para darles una lección a los demás y al mismo tiempo, no involucrarse en problemas ella misma. Miraba a Luce tratando de indicarle que se tranquilizara, esperando que esta entiendiera. Pero al mismo tiempo, su mirada esa desafiante ante los muchachos.
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Quienes entraron a la sala de estar fueron dos muchachos, estaban riéndose de quien sabe que, y Weiss procedió a ignorarlos, no eran nadie que ella conociera, y aunque quisiera hablarles, ahora estaba conversando con Luce. Ambos chicos se acercaron a ellas, y para la sorpresa de la albina se dirigieron a ella. El chico que le hablo, que tenia ojos claros, le dio una especie de ¨advertencia¨ a Weiss. Esta, supuso que los dos conocían a Luce, y por el contenido del mensaje, más o menos se le ocurría que estaba sucediendo.- Bueno, te agradezco por la recomendación. –Dijo tranquilamente, mirándolo a los ojos y dando a entender que no se iria de ahí, ahora estaba hablando con Luce. Y aunque su reacción fue serena, la de Luce fue contraria. Lo miro enojada, mientras fruncía el ceño y le respondía de manera algo agresiva. Estaba algo así, como tratando de que no apuntaran hacia Weiss. El otro chico, miro a los apuntes sobre la mesa mencionando algo sobre combustible. Inmediatamente, la albina recordó lo que Luce le había dicho.- Esos apuntes son míos. –Dijo de manera algo posesiva, como si no se los fuera a dar tan fácilmente.
Luce la miraba fijamente, esta era una oportunidad como para que la castaña les hiciera frente, o al menos lo intentara.- De todas formas, ¿Puedo preguntar si necesitan algo?, además de mis apuntes, claro esta. –No tenía la mínima intención de comenzar una pelea con los chicos. Aunque estaba en contra de lo que hacían, había un límite sobre las cartas en el asunto que podía tomar. Estaría ¨del lado¨ de Luce, mas no actuaria imprudentemente, sabia cuales eran las reglas, que pelear no estaba permitido, y aunque querría golpear a ambos, esperaría a que ellos lo intentaran, entonces podría decir que fue en defensa propia. Se las arreglaba a su manera, para darles una lección a los demás y al mismo tiempo, no involucrarse en problemas ella misma. Miraba a Luce tratando de indicarle que se tranquilizara, esperando que esta entiendiera. Pero al mismo tiempo, su mirada esa desafiante ante los muchachos.
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- Spoiler:
- Disculpa si tiene algunos errores xD, Lo escribo apurada porque me voy de viaje por el fin de semana, y queria dejarte aunque sea la respuesta uwu, como mucho te respondo el martes a la tarde D:
- Weiss Schnee
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Re: Sala de estar
Todo estaba listo. Yo realmente creía tener mi día y, por consiguiente, mi vida solucionada. Al menos por esta ocasión, sentía que todo recobraba sentido y que la dicha en verdad existía. ¿Y por qué mentir? ¡Me encantaba ser partícipe de esta buena fortuna! Sin embargo, como siempre ocurre o, mejor dicho, como siempre me ocurre, las cosas no pueden seguir su rumbo esperado y necesitan trocarse por algo más desdichado y profundo. Este caso, sin duda: los alumnos más gilipollas de la Academia Cross atravesando la puerta de la sala de estar.
Cualquier cosa que pude haber dicho o hecho en beneficio de Weiss Schnee alias "mi salvamento del día", se fue al diablo con todo mi ímpetu. En cuanto vi esos rostros maliciosos, no pude hacer otra cosa que llenarme de cólera. ¿Por qué? ¿Por qué justo ahora? ¿Acaso ellos no tendrían que estar estudiando también? Ah, ¿pero qué pienso a veces? ¿Cómo puede pasar por mi mente la mínima relación entre el combo Kei-Ryosuke y las ciencias, sería un completo fracaso de la comunidad científica. Realmente nada se podía esperar de ellos, más que lo evidente. Comenzaron con su palabrería barata y lograron cabrearme, quizás demasiado rápido. Pero por suerte no estaba sola, y Weiss también se había puesto a la defensiva. Logré captar aquella mirada cómplice que intentaba transmitir calma a mi cuerpo casi en llamas. Ni siquiera yo sabía por qué había cobrado valor de repente. ¿Sería por la presencia de Weiss? ¿Acaso eran mis deseos de aprobar el examen? Ni yo podía saber qué me llevaba a ser tan precipitada y violenta, pero tal vez la respuesta se hallase en unas únicas palabras: paciencia agotada.
- Si pones tan solo uno de tus mugrosos dedos de retrasado mental en esos apuntes, te los cortaré todos por contrapartida -sentencié. Por el amor de Dios, ¿de dónde ha salido eso? ¿Qué es lo que acabo de decir? Como sea, Luce, tan solo sigue adelante-. Por si no lo notaron, las personas inteligentes y capacitadas para el día de mañana tener un futuro decente y deslumbrante, estamos trabajando en ello. Así que, ¡adiós! -agregué, dándome la vuelta y decidiendo ignorarlos pero... ¿para qué? ¡¿Para qué cometí ese grave error?! Ambos chicos rieron y se miraron entre sí, y entonces sentí justo en mi nuca como algo fresco y pegajoso se adhería a mi cabello. Mis ojos se abrieron de par en par y miré a Weiss con expresión alarmante, deseando que no fuera lo que estaba pensando. Sin embargo, nuevamente mis deseos no fueron concedidos y una enorme bola de papel masticada por un buen rato estaba adornando mis mechones castaños. ¡Qué asco! ¡Qué horror! Y lo peor fue lo que siguió a continuación, pues tras esa bola, vinieron dos más, y dos más y..
- ¡Desgraciados! -chillé con toda la potencia que mis pulmones y cuerdas vocales me permitían. Miré desesperadamente a todas partes, buscando algo que arrojarles o algún sitio donde resguardarme, pero no quería ser una cobarde, y no quería esconderme ni mucho menos huir. Pero lo cierto era que tampoco sabía qué demonios hacer. Miré a Weiss otra vez y solo deseé que los papeles mascados no se adhirieran a ella también. Miré a los chicos otra vez y advertí cómo uno de los muchachos quería apoderarse de los apuntes en medio de la distracción. Oh no, eso sí que no. Me acerqué con rapidez y le di un empujón. Santo cielo, ¿cuántos años decían tener esos mocosos de alma? Kei me observó, desafiante. Le sostuve la mirada con decisión. Esta vez no iban a pasarme por encima. Esos apuntes se quedarían aquí, en esta sala, fuera del traicionero tacto de esos bravucones.
Cualquier cosa que pude haber dicho o hecho en beneficio de Weiss Schnee alias "mi salvamento del día", se fue al diablo con todo mi ímpetu. En cuanto vi esos rostros maliciosos, no pude hacer otra cosa que llenarme de cólera. ¿Por qué? ¿Por qué justo ahora? ¿Acaso ellos no tendrían que estar estudiando también? Ah, ¿pero qué pienso a veces? ¿Cómo puede pasar por mi mente la mínima relación entre el combo Kei-Ryosuke y las ciencias, sería un completo fracaso de la comunidad científica. Realmente nada se podía esperar de ellos, más que lo evidente. Comenzaron con su palabrería barata y lograron cabrearme, quizás demasiado rápido. Pero por suerte no estaba sola, y Weiss también se había puesto a la defensiva. Logré captar aquella mirada cómplice que intentaba transmitir calma a mi cuerpo casi en llamas. Ni siquiera yo sabía por qué había cobrado valor de repente. ¿Sería por la presencia de Weiss? ¿Acaso eran mis deseos de aprobar el examen? Ni yo podía saber qué me llevaba a ser tan precipitada y violenta, pero tal vez la respuesta se hallase en unas únicas palabras: paciencia agotada.
- Si pones tan solo uno de tus mugrosos dedos de retrasado mental en esos apuntes, te los cortaré todos por contrapartida -sentencié. Por el amor de Dios, ¿de dónde ha salido eso? ¿Qué es lo que acabo de decir? Como sea, Luce, tan solo sigue adelante-. Por si no lo notaron, las personas inteligentes y capacitadas para el día de mañana tener un futuro decente y deslumbrante, estamos trabajando en ello. Así que, ¡adiós! -agregué, dándome la vuelta y decidiendo ignorarlos pero... ¿para qué? ¡¿Para qué cometí ese grave error?! Ambos chicos rieron y se miraron entre sí, y entonces sentí justo en mi nuca como algo fresco y pegajoso se adhería a mi cabello. Mis ojos se abrieron de par en par y miré a Weiss con expresión alarmante, deseando que no fuera lo que estaba pensando. Sin embargo, nuevamente mis deseos no fueron concedidos y una enorme bola de papel masticada por un buen rato estaba adornando mis mechones castaños. ¡Qué asco! ¡Qué horror! Y lo peor fue lo que siguió a continuación, pues tras esa bola, vinieron dos más, y dos más y..
- ¡Desgraciados! -chillé con toda la potencia que mis pulmones y cuerdas vocales me permitían. Miré desesperadamente a todas partes, buscando algo que arrojarles o algún sitio donde resguardarme, pero no quería ser una cobarde, y no quería esconderme ni mucho menos huir. Pero lo cierto era que tampoco sabía qué demonios hacer. Miré a Weiss otra vez y solo deseé que los papeles mascados no se adhirieran a ella también. Miré a los chicos otra vez y advertí cómo uno de los muchachos quería apoderarse de los apuntes en medio de la distracción. Oh no, eso sí que no. Me acerqué con rapidez y le di un empujón. Santo cielo, ¿cuántos años decían tener esos mocosos de alma? Kei me observó, desafiante. Le sostuve la mirada con decisión. Esta vez no iban a pasarme por encima. Esos apuntes se quedarían aquí, en esta sala, fuera del traicionero tacto de esos bravucones.
- Spoiler:
- Finalmente, aquí va el post. ¡Siento el retraso! Las responsabilidades matan (?)
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