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Sala de estar
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Sala de estar
Aqui podeis descansar todos los alumnos de la clase diurna ^_^
- Kaien Cross
Cantidad de envíos :
450
Localización : En mi despacho
Empleo /Ocio : Director de la academia Cross
Humor : Maravilloso~
Re: Sala de estar
Llegó hasta la sala de estar, prácticamente bufando. ¿Quiénes eran para darle órdenes, su Maestro? Ni siquiera Touga se imponía en su vida ya. Sólo tomaba sus consejos y de vez en cuando, se decantaba por obedecer. En cambio, ninguno de ellos tenía derecho a mandarle nada.
Enervado, soltó a la chica del brazo y cruzó los suyos.
-Me da igual, no necesito tu opinión o compasión. - Sentenció en una ligera amenaza. Debía tener cuidado con esa lengua o se buscaría más de algún problema. Y después que no viniera en busca de su ayuda, porque él no iba a mover un dedo por "una compañera". - Aquí es. Tu dormitorio está en el pasillo derecho femenino, quinta puerta. Tendrás a Albarn como compañera de cuarto. - Señaló con la cabeza el pasillo indicado, mirándola, aprovechando y apoyándose en una de las columnas de la sala de estar. - A partir de que el sol caiga, está prohibido a todos los alumnos de la Clase Diurna salir de esta zona. En caso de que alguno de los prefectos le encuentre, será castigada severamente. Para algún problema, no dudes en hablar con la Prefecta. - Él se desentendía a partir de aquí. Zero Kiryuu no era la niñera de nadie. Su cargo llegaba hasta este límite y suficiente tenía con hacerlo e ir soportando a toda clase de alumno con el ego y los credenciales demasiado altos. Son todos unos ignorantes e ingenuos. El resto se le daba mejor a Yuuki y se lo encargaba a ella. Además, con suerte no volviera a verla por los dormitorios.
-¿Alguna pregunta antes de irme? - No sabía ni por qué había dicho eso, pero finalmente lo ignoró y se marchó de allí.
Enervado, soltó a la chica del brazo y cruzó los suyos.
-Me da igual, no necesito tu opinión o compasión. - Sentenció en una ligera amenaza. Debía tener cuidado con esa lengua o se buscaría más de algún problema. Y después que no viniera en busca de su ayuda, porque él no iba a mover un dedo por "una compañera". - Aquí es. Tu dormitorio está en el pasillo derecho femenino, quinta puerta. Tendrás a Albarn como compañera de cuarto. - Señaló con la cabeza el pasillo indicado, mirándola, aprovechando y apoyándose en una de las columnas de la sala de estar. - A partir de que el sol caiga, está prohibido a todos los alumnos de la Clase Diurna salir de esta zona. En caso de que alguno de los prefectos le encuentre, será castigada severamente. Para algún problema, no dudes en hablar con la Prefecta. - Él se desentendía a partir de aquí. Zero Kiryuu no era la niñera de nadie. Su cargo llegaba hasta este límite y suficiente tenía con hacerlo e ir soportando a toda clase de alumno con el ego y los credenciales demasiado altos. Son todos unos ignorantes e ingenuos. El resto se le daba mejor a Yuuki y se lo encargaba a ella. Además, con suerte no volviera a verla por los dormitorios.
-¿Alguna pregunta antes de irme? - No sabía ni por qué había dicho eso, pero finalmente lo ignoró y se marchó de allí.
- Zero Kiryuu
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119
Localización : No quieras saberlo.
Empleo /Ocio : Exterminar a los pura sangre.
Humor : Tsk.
Re: Sala de estar
Llegué a la sala de estar frustrada por toda la tarea que habían mandando a hacer. Dejé los libros en una de las mesas y me tiré literalmente a uno de los sofás, cogiendo uno de los cojines y enterrando mi cara en él. No estaba teniendo un buen día, la verdad es que "no" se notaba.
Había dormido muy poco la noche anterior ya que fue una noche de tormenta y bueno, malditos rayos espeluznantes. Toda persona que se acercaba a mí y hacía el amago para hablar levantaba la palma de la mano en señal de que no dijesen nada. Aparte de mí, había más gente con mi mismo humor, se notaba mucha tensión en el aire.
Iba a salir al jardín a dar un pequeño paseo pero ya era hora del toque de queda. Con las demás chicas fui a ver los de la clase nocturna, no sé por qué hacía esto pero se había convertido en una tradición.
Había dormido muy poco la noche anterior ya que fue una noche de tormenta y bueno, malditos rayos espeluznantes. Toda persona que se acercaba a mí y hacía el amago para hablar levantaba la palma de la mano en señal de que no dijesen nada. Aparte de mí, había más gente con mi mismo humor, se notaba mucha tensión en el aire.
Iba a salir al jardín a dar un pequeño paseo pero ya era hora del toque de queda. Con las demás chicas fui a ver los de la clase nocturna, no sé por qué hacía esto pero se había convertido en una tradición.
- Sara Smith
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Localización : En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme... Vale, no.
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