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Caminos
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Re: Caminos
Recuerdo del primer mensaje :
Me quedo mirando a Katrina. A veces me daba melancolía y angustia. No por mi, sino por ella.. a pesar de todo y de creer que algunas cosas se las merecía, ella estaba muy sola..
Veo de repente a Kasha a mi lado, y la observo sorprendida.
- Kashita - menciono sonriendo.
Me quedo mirando a Katrina. A veces me daba melancolía y angustia. No por mi, sino por ella.. a pesar de todo y de creer que algunas cosas se las merecía, ella estaba muy sola..
Veo de repente a Kasha a mi lado, y la observo sorprendida.
- Kashita - menciono sonriendo.
- Fraiah B. Eslin
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Re: Caminos
Por suerte, no hizo falta callar a Kai, se callo el solito, habia mejorado bastante ese punto debil
- Lo sentimos, pero si quieres informacion, deberas a hablar con el director de la asociacion, nosotros no podemos darte informacion sobre ese asunto- la informacion que tenia, se iba a quedar conmigo, incluida la de Alec y sus hermanos, ni si quiera Nokku sabia que poseyera ese tipo de informacion.
En ese momento me volvi a percatar de la presencia de Marcus, estaba mucho mas cerca que antes, me gire dando la espalda al vampiro sin querer mirando en la direccion en la que senti a Marcus, rezaba para que Ziel estuviera bien
- Lo sentimos, pero si quieres informacion, deberas a hablar con el director de la asociacion, nosotros no podemos darte informacion sobre ese asunto- la informacion que tenia, se iba a quedar conmigo, incluida la de Alec y sus hermanos, ni si quiera Nokku sabia que poseyera ese tipo de informacion.
En ese momento me volvi a percatar de la presencia de Marcus, estaba mucho mas cerca que antes, me gire dando la espalda al vampiro sin querer mirando en la direccion en la que senti a Marcus, rezaba para que Ziel estuviera bien
- Kasha Oskan
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Re: Caminos
Hizo una mueca con la boca ante la noticia de que no obtendría información alguna, al menos por hoy. Se encogió de hombros, rozando la resignación. Debía hallar a esos vampiros de algún modo. Y no es que no supiese cómo, pues sabía perfectamente donde había uno ahora, pero no iba a romper con el protocolo. No era ese al que buscaba, pues sabía dónde encontrarlo cada vez que quería. Estaba buscando a uno mucho más retorcido y peligroso: él mismo.
- Entiendo. De todos modos, no tienen de qué preocuparse. Aunque comprendo si quieren tenerme vigilado -guiñó un ojo a la cazadora y luego escuchó sus palabras, asintiendo-. El jefe, ¿eh? La verdad es que no me gustan demasiado "los jefes", pero si no me queda otra opción, deberé acudir a él. La última vez que pasé por la Asociación, terminé fuera por uno de esos Jefes a los cuales los cazadores le hacen tanto caso -comentó con desaprobación y bajó la mirada para acomodar su katana. En ese momento, observó a la cazadora algo extrañado. Sintió unos movimientos cerca de allí. Vio pasar varias sombras por detrás de los árboles aledaños. Un fino y sagaz, imposible de ser detectado por un oído humano, hizo eco en sus tímpanos.
- ¡Cuidado! -gritó y saltó delante de Kasha, apartándola y sujetando una daga envenenada que iba directo al corazón de la muchacha. La mirada de Alec se tornó seria y continuó mirando a su alrededor. Se volteó hacia ambos cazadores con el proyectil entre los dedos-. Creo que deberías llevarla a un lugar seguro, amigo -musitó con evidencia en los ojos y arrojó suavemente el proyectil hacia la mano de Kasha, para que ella lo sujetase y lo llevasen para examinarlo-. Parece que hay muchos por aquí que no quieren a los cazadores -susurró mirándola fijamente. Sus ojos transmitieron un resplandor que evidenciaron un cierto parecido entre él y aquel hermano Morgenstern al cual Kasha no podía olvidar con facilidad. Todo se tornaba una extraña pesadilla. ¿Quién era él en verdad? ¿De dónde había salido? ¿Qué quería?
- En fin. Creo que iré a ver qué andan tramando esos francotiradores -bromeó sonriendo de forma ladeada.
- Entiendo. De todos modos, no tienen de qué preocuparse. Aunque comprendo si quieren tenerme vigilado -guiñó un ojo a la cazadora y luego escuchó sus palabras, asintiendo-. El jefe, ¿eh? La verdad es que no me gustan demasiado "los jefes", pero si no me queda otra opción, deberé acudir a él. La última vez que pasé por la Asociación, terminé fuera por uno de esos Jefes a los cuales los cazadores le hacen tanto caso -comentó con desaprobación y bajó la mirada para acomodar su katana. En ese momento, observó a la cazadora algo extrañado. Sintió unos movimientos cerca de allí. Vio pasar varias sombras por detrás de los árboles aledaños. Un fino y sagaz, imposible de ser detectado por un oído humano, hizo eco en sus tímpanos.
- ¡Cuidado! -gritó y saltó delante de Kasha, apartándola y sujetando una daga envenenada que iba directo al corazón de la muchacha. La mirada de Alec se tornó seria y continuó mirando a su alrededor. Se volteó hacia ambos cazadores con el proyectil entre los dedos-. Creo que deberías llevarla a un lugar seguro, amigo -musitó con evidencia en los ojos y arrojó suavemente el proyectil hacia la mano de Kasha, para que ella lo sujetase y lo llevasen para examinarlo-. Parece que hay muchos por aquí que no quieren a los cazadores -susurró mirándola fijamente. Sus ojos transmitieron un resplandor que evidenciaron un cierto parecido entre él y aquel hermano Morgenstern al cual Kasha no podía olvidar con facilidad. Todo se tornaba una extraña pesadilla. ¿Quién era él en verdad? ¿De dónde había salido? ¿Qué quería?
- En fin. Creo que iré a ver qué andan tramando esos francotiradores -bromeó sonriendo de forma ladeada.
- Nathan Hawthorne
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Re: Caminos
- Lo se, no eres al unico al de la asociacion al que no le gustan los jefes, pero no queda otra que obedecer- a el no le importaba obedecer, pero Kasha era la mas reacia a hacer caso al jefe, aunque lo hacia, sobre todo ahora que estaba Nokku, se conocian desde hacia muchos años, asi que le resultaba aun mas facil.
En ese momento, el vampiro aparto a Kasha, a la cual pude coger al vuelo antes de que cayera al suelo.
- Si, bueno, ultimamente nos hemos ganado bastantes enemigos...y con respecto a llevarmela a un lugar seguro..., sera algo imposible- dije al responder a sus comentarios, con lo cabezota que era Kasha, aunque estuviera medio muerta, iria a matar vampiros, sobre todo a Marcus
En ese momento, el vampiro aparto a Kasha, a la cual pude coger al vuelo antes de que cayera al suelo.
- Si, bueno, ultimamente nos hemos ganado bastantes enemigos...y con respecto a llevarmela a un lugar seguro..., sera algo imposible- dije al responder a sus comentarios, con lo cabezota que era Kasha, aunque estuviera medio muerta, iria a matar vampiros, sobre todo a Marcus
- Kai Olivier
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Re: Caminos
Entendia muy bien lo que decia, odiaba tener que obedecer a Nokku, pero no tenia otra opcion que hacerlo, y bueno, como se conocian desde hacia tanto, aunque tenia que obedecerlo, tenia sus ventajas, si no las tuviera no hubiera podido encargarse del problema de Ziel.
En ese momento, el vampiro me aparto de un empujon sin previo aviso, razon por la que perdi el equilibrio cayendo en los brazos de Kai aun sujetando en las manos la cadena.
Gracias- dije a regañadientes cogiendo el cuchillo que me entregaba, este cuchillo era del estilo que usaban los cazadores, tanto habia hecho enfadar a los cazadores?, si este cuchillo estaba aqui, significaba que estaban cerca de Ziel, aunque si lo miraba con mayor detenimiento, no estaba completamente segura de ello, parecia mas un cuchillo de un cazador, pero no de vampiros, sino de animales
El vampiro me saco de mis pensamientos
- Eso ni lo sueñes, pienso ir con vosotros, ve haciendote a la idea vampiro- al mirarle a los ojos, vi aquella luz que pensaba que habia olvidado, esa luz que siempre aparecia en los ojos de Alec, mi corazon sintio una punzada obligandome a apartar la mirada de sus ojos por miedo a que aparecieran lagrimas de añoranza.
- Es Marcus, y seguramente este con Ziel, dudo mucho que este en condiciones de recibir otro mordisco de ese lunatico despues de la pelea que tuve con ZIel, asi que sera mejor que nos demos prisa- colge en mi cinturon la cadena y espere a que los chicos se decidieran poner en marcha
En ese momento, el vampiro me aparto de un empujon sin previo aviso, razon por la que perdi el equilibrio cayendo en los brazos de Kai aun sujetando en las manos la cadena.
Gracias- dije a regañadientes cogiendo el cuchillo que me entregaba, este cuchillo era del estilo que usaban los cazadores, tanto habia hecho enfadar a los cazadores?, si este cuchillo estaba aqui, significaba que estaban cerca de Ziel, aunque si lo miraba con mayor detenimiento, no estaba completamente segura de ello, parecia mas un cuchillo de un cazador, pero no de vampiros, sino de animales
El vampiro me saco de mis pensamientos
- Eso ni lo sueñes, pienso ir con vosotros, ve haciendote a la idea vampiro- al mirarle a los ojos, vi aquella luz que pensaba que habia olvidado, esa luz que siempre aparecia en los ojos de Alec, mi corazon sintio una punzada obligandome a apartar la mirada de sus ojos por miedo a que aparecieran lagrimas de añoranza.
- Es Marcus, y seguramente este con Ziel, dudo mucho que este en condiciones de recibir otro mordisco de ese lunatico despues de la pelea que tuve con ZIel, asi que sera mejor que nos demos prisa- colge en mi cinturon la cadena y espere a que los chicos se decidieran poner en marcha
- Kasha Oskan
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Re: Caminos
Alec se quedó pensativo, mirando a ambos, pero al escuchar a la cazadora, clavó sus ojos en ella una vez más. Enarcó una ceja y sonrió de lado, cruzándose de brazos.
- Así que eres bien terca. ¿Crees que con ese brazo tendrás alguna oportunidad contra uno de ellos? -insinuó, mirando a Kai y luego a ella otra vez. Pero... ¿cómo continuar insistiendo contra una mujer? Siempre se salen con la suya. Por lo tanto, Alec rió y asintió, apoyando una de sus manos sobre la empuñadura de la katana.
- Bien, tenía otros planes, pero visto y considerando que hay un humano a punto de ser alimento de vampiro, iré con ustedes. Los veré allí -guiñó un ojo y desapareció a gran velocidad entre los árboles.
- Así que eres bien terca. ¿Crees que con ese brazo tendrás alguna oportunidad contra uno de ellos? -insinuó, mirando a Kai y luego a ella otra vez. Pero... ¿cómo continuar insistiendo contra una mujer? Siempre se salen con la suya. Por lo tanto, Alec rió y asintió, apoyando una de sus manos sobre la empuñadura de la katana.
- Bien, tenía otros planes, pero visto y considerando que hay un humano a punto de ser alimento de vampiro, iré con ustedes. Los veré allí -guiñó un ojo y desapareció a gran velocidad entre los árboles.
- Nathan Hawthorne
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Re: Caminos
Otra cosa no, pero Kasha era sumamente cabezota y aunque pudiera parecer debil, no lo era para nada y como siempre, tenia mas de un as bajo la manga. La mire con cariño y cuando el vampiro se marcho, le acaricie el pelo suelto y largo que tenia.
- Te conozco lo suficiente como para saber que no te fias ni un pelo de el y mucho menos desde que dijo que se llamaba Alec, me equivoco?- la mire a los ojos para escuchar su respuesto, pero la verdad es que ya la conocia.
Guarde la pistola y desenganche de mi espalda mi arco favorito, para estas ocasiones era mejor usar las flechas, porque si apuntaba mal podia herir a alguien de gravedad, con las flechas podia combinarse mejor con Kasha.
- Te conozco lo suficiente como para saber que no te fias ni un pelo de el y mucho menos desde que dijo que se llamaba Alec, me equivoco?- la mire a los ojos para escuchar su respuesto, pero la verdad es que ya la conocia.
Guarde la pistola y desenganche de mi espalda mi arco favorito, para estas ocasiones era mejor usar las flechas, porque si apuntaba mal podia herir a alguien de gravedad, con las flechas podia combinarse mejor con Kasha.
- Kai Olivier
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Re: Caminos
Observe como el vampiro se marchaba mientras que Kai me acariciaba el pelo y sonreia con su pregunta, aunque sonaba mas como una afirmacion.
- Kai, desde cuando me fio yo de cualquier vampiro?, solo me he fiado de apenas unos pocos- "y uno de ellos me traiciono", pense, pero no lo dije, era algo que se quedaria en secreto, al no ser que Marcus abriera la boca ahora, esperaba que no-por muy bueno y agradable que parezca un vampiro, para mi seguira siendo una posible amenaza, y aun asi, dudo que haya sido cazador, no recuerdo haber visto su nombre en los archivos de la asociacion- tendria que ir a revisarlos, pero aun asi no iba a terminar de fiarse de el.
- vamos?- cogi del brazo a Kai y sali de alli arrastrandolo conmigo
- Kai, desde cuando me fio yo de cualquier vampiro?, solo me he fiado de apenas unos pocos- "y uno de ellos me traiciono", pense, pero no lo dije, era algo que se quedaria en secreto, al no ser que Marcus abriera la boca ahora, esperaba que no-por muy bueno y agradable que parezca un vampiro, para mi seguira siendo una posible amenaza, y aun asi, dudo que haya sido cazador, no recuerdo haber visto su nombre en los archivos de la asociacion- tendria que ir a revisarlos, pero aun asi no iba a terminar de fiarse de el.
- vamos?- cogi del brazo a Kai y sali de alli arrastrandolo conmigo
- Kasha Oskan
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Re: Caminos
¿Qué se suponía que ocurría en esta Academia? ¿Acaso para los humanos sólo existía la fijación de la Clase Nocturna? Él estaba de acuerdo con que fuera fin de semana, e incluso aprobaba el descanso que muchos estudiantes se tomaban por el intensivo estudio y dedicación que muchos de ellos estaban procurando. Sin embargo, lo que ocurría en el patio de entrada, era completamente diferente. La mayoría de las alumnas de la Clase Diurna estaba allí, esperando reunirse en grupos para ir a buscar a esos malditos vampiros a la puerta de sus Dormitorios. ¿Es que acaso estaban locas? Zero pensaba numerables veces acerca de meterle a más de una un pequeño susto con alguno de ellos, a ver si con eso se les quitaban las ganas de ir a adorarlos como Dioses. No obstane, el Director siempre estaba reprimiéndole sobre esas cosas. Otro que también estaba mal de la cabeza. ¿Cómo se le ocurría la idea de que humanos y vampiros pudieran coexistir? ¿Acaso no pensaba en la seguridad de los estudiantes durante estos días que corren? Los desertores estaban por cualquier parte. Salir fuera de los muros de la Academia resultaba bastante peligroso para cualquiera, hasta para él también. Un cazador solo no hacía nada verdaderamente contra un pequeño grupo de esos traidores. Y eso es lo que más le repateaba a Zero: el solo pensamiento de que tenía que ir él solo –pues Yuuki estaba completamente desaparecida últimamente y de su Maestro poco se conocía después de ascender a Jefe de la Asociación– a buscar a esas cabezas huecas por culpa de su irresponsabilidad. En cambio, su seguridad dependía de Zero Kiryuu también, quien, como Prefecto, cargaba con esta responsabilidad.
Y así es como alguien como él acaba merodeando por los caminos, siguiendo a un grupo de jóvenes inexpertas de la Clase Diurna que se arriesgaba caminando por aquellos lugares recónditos, exponiéndose a vampiros y desertores; y todo por ver a sus inútiles ídolos. Quizá Kuran también debiera estar procurando evitar estas salidas fugaces, ya que en estos tiempos hasta el mismo Zero era capaz de fiarse de ellos por salvaguardar la Academia. ¿Qué más podía hacer? Chasqueó la lengua, cabreado, mientras recorría aquellos parajes en busca de las alumnas. Pero no, Kaname Kuran no estaba ni siquiera por los alrededores, porque seguramente huyó por piernas cuando se enteró de la situación que ocurría en el pueblo. ¿Por qué iba a involucrarse alguien de su calaña? Todos eran unos cobardes, al fin y al cabo. Y en su fuero interno, el Prefecto tan sólo rogaba porque tuviera al menos la única decencia de proteger a Yuuki y la hubiera llevado a lugar seguro; además de que esta repentina misión de buscar a las prófugas no diera resultados negativos después de todo.
Y así es como alguien como él acaba merodeando por los caminos, siguiendo a un grupo de jóvenes inexpertas de la Clase Diurna que se arriesgaba caminando por aquellos lugares recónditos, exponiéndose a vampiros y desertores; y todo por ver a sus inútiles ídolos. Quizá Kuran también debiera estar procurando evitar estas salidas fugaces, ya que en estos tiempos hasta el mismo Zero era capaz de fiarse de ellos por salvaguardar la Academia. ¿Qué más podía hacer? Chasqueó la lengua, cabreado, mientras recorría aquellos parajes en busca de las alumnas. Pero no, Kaname Kuran no estaba ni siquiera por los alrededores, porque seguramente huyó por piernas cuando se enteró de la situación que ocurría en el pueblo. ¿Por qué iba a involucrarse alguien de su calaña? Todos eran unos cobardes, al fin y al cabo. Y en su fuero interno, el Prefecto tan sólo rogaba porque tuviera al menos la única decencia de proteger a Yuuki y la hubiera llevado a lugar seguro; además de que esta repentina misión de buscar a las prófugas no diera resultados negativos después de todo.
- Zero Kiryuu
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Re: Caminos
Acababa de sacar más libros de la biblioteca, dos de genealogía y dos de historia, además del registro de inmigración que comprendía los últimos veinticinco años. Cuatro de estos libros se encontraban junto a ella, formando una pequeña torre encima del banquito en donde se había sentado a leer el quinto documento.
Suspiró algo frustrada, ya que todavía no había encontrado ninguna pista valiosa que en su búsqueda por su identidad, y vaya que había buscado hasta ese momento... Bueno, al menos tenía todo el tiempo del mundo.
Alzó la vista hacia los árboles que tenía en frente de ella, al otro lado del camino, y escuchó el sonido que emitían sus hojas al ser mecidas por el viento... Este tipo de cosas le relajaban, y era por ello que solía escoger ir aquél lugar para leer, además de que apreciaba la sombra que los árboles detrás de ella le otorgaban.
Volvió a centrar su atención en las letras que se mostraban ante ella, manteniéndose así por algunos minutos antes de escuchar a alguien caminar en su dirección. No le prestó mucha atención, así que siguió en lo suyo, por lo menos hasta que lo escuchó pasar una vez más un rato después... Eso si llamó su atención, puesto a que era raro que alguien pasara por aquellos caminos que se adentraban en el bosque que rodeaba la academia, pero era aún más extraño que caminara por allí dos veces...
Fue a la tercera vez que lo escuchó pasar en donde decidió alzar la vista para ver por unos segundos al chico que parecía estar buscando algo.
-Necesitas ayuda?- Le ofreció con una sonrisa, manteniendo el libro entre sus manos -Parecieras estar buscando algo o alguien... Si sirve de algo, no he visto a nadie ir o venir en la última hora... Excepto a ti, que has hecho ambas- Agregó, ampliando la sonrisa de su rostro. Si no se equivocaba, se trataba del prefecto de la clase diurna, aunque realmente no recordaba muy bien su nombre.
Suspiró algo frustrada, ya que todavía no había encontrado ninguna pista valiosa que en su búsqueda por su identidad, y vaya que había buscado hasta ese momento... Bueno, al menos tenía todo el tiempo del mundo.
Alzó la vista hacia los árboles que tenía en frente de ella, al otro lado del camino, y escuchó el sonido que emitían sus hojas al ser mecidas por el viento... Este tipo de cosas le relajaban, y era por ello que solía escoger ir aquél lugar para leer, además de que apreciaba la sombra que los árboles detrás de ella le otorgaban.
Volvió a centrar su atención en las letras que se mostraban ante ella, manteniéndose así por algunos minutos antes de escuchar a alguien caminar en su dirección. No le prestó mucha atención, así que siguió en lo suyo, por lo menos hasta que lo escuchó pasar una vez más un rato después... Eso si llamó su atención, puesto a que era raro que alguien pasara por aquellos caminos que se adentraban en el bosque que rodeaba la academia, pero era aún más extraño que caminara por allí dos veces...
Fue a la tercera vez que lo escuchó pasar en donde decidió alzar la vista para ver por unos segundos al chico que parecía estar buscando algo.
-Necesitas ayuda?- Le ofreció con una sonrisa, manteniendo el libro entre sus manos -Parecieras estar buscando algo o alguien... Si sirve de algo, no he visto a nadie ir o venir en la última hora... Excepto a ti, que has hecho ambas- Agregó, ampliando la sonrisa de su rostro. Si no se equivocaba, se trataba del prefecto de la clase diurna, aunque realmente no recordaba muy bien su nombre.
- Gisselle Todhunter
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Re: Caminos
Zero estaba inquieto, nervioso, impaciente. Llevaba alrededor de una hora dando vueltas por los caminos, por la Academia, buscando sin cesar a aquellas tres chicas que habían decidido hacer una excursión improvisada. Ah, demonios, ¿por qué no se quedarían en sus dormitorios, estudiando para los exámenes? Luego muchas de ellas plasmarían sus quejas al Director o a los profesores. Sin embargo, los vampiros terminarían por ser sus principales intereses, como siempre. Mujeres, tsk. Solo pensando en hombres atractivos. Suspiró, negando con la cabeza, dado que ahora no era lo mejor pensar en esos asuntos. Debía centrarse o se arrepentiría si algo les ocurría. Y sus pies ya ni siquiera sabían hacia dónde se conducía, pues a medida que pasaba el tiempo, las probabilidades de que esas alumnas hubieran sido secuestradas por los desertores o que un grupo de vampiros se diera el capricho de su sangre, era cada vez más y más altas. Esto preocupaba al Prefecto, ya que tampoco conocía bien qué hacer si no encontraba rastro de ellas.
Finalmente, se decató por uno de los caminos –el cual creía el más idóneo según sus instintos como cazador y por supuesto como Prefecto desde hacía bastantes años– y avanzó a toda prisa por éste. Rápidamente, precavido él, sacó la Bloody Rose del bolsillo de su chaqueta y comenzó a correr sendero abajo. No había tiempo que perder. Sus vidas corrían peligro. Tanto, que... Tanto que solo un vampiro en aquel lugar exacto, podría empeorar las cosas.
Sus ojos violáceos se clavaron veloces sobre los de la mujer que le hablaba tan cordialmente. ¿Cordialidad? ¿Acaso Zero conocía de amabilidad con los vampiros? De ninguna forma. Su arma apuntó rápidamente a la estudiante, preparado para disparar el gatillo a la mínima. ¿Y quién se suponía que era ella, una tapadera para sus compañeros? ¿Acaso debía confiar en sus palabras? El Prefecto conocía que era la única información que tenía al respecto. En su criterio estaba el creerla o desconfiar y hacer alguna barbaridad.
- ¿De verdad no has visto a un grupo de tres chicas por este sendero? ¿No estarán tus amigos devorándolas unos metros más adelante? ¡Maldita sea! - Maldijo entre dientes, enfurecido. No podía dejarse llevar por su nerviosismo. De otra forma, la sensación de sed se incrementaría en su organismo y era algo de las cosas que más odiaba alguien como él. Respiró hondo, tratando de calmarse a sí mismo. - Si no tienes nada que ver con ellas, deberías marcharte de estos caminos. El Director Cross seguramente os haya hablado sobre el tema. Este no es lugar seguro. - Anunció, molesto, retomando la marcha como si no existiera nadie en aquel lugar. ¿Qué le importaban a él la vida de los vampiros? Por él podrían extinguirse. Sin embargo, era su deber como Prefecto, el que impedía que la desconocida no se llevara un balazo en la cabeza.
Finalmente, se decató por uno de los caminos –el cual creía el más idóneo según sus instintos como cazador y por supuesto como Prefecto desde hacía bastantes años– y avanzó a toda prisa por éste. Rápidamente, precavido él, sacó la Bloody Rose del bolsillo de su chaqueta y comenzó a correr sendero abajo. No había tiempo que perder. Sus vidas corrían peligro. Tanto, que... Tanto que solo un vampiro en aquel lugar exacto, podría empeorar las cosas.
Sus ojos violáceos se clavaron veloces sobre los de la mujer que le hablaba tan cordialmente. ¿Cordialidad? ¿Acaso Zero conocía de amabilidad con los vampiros? De ninguna forma. Su arma apuntó rápidamente a la estudiante, preparado para disparar el gatillo a la mínima. ¿Y quién se suponía que era ella, una tapadera para sus compañeros? ¿Acaso debía confiar en sus palabras? El Prefecto conocía que era la única información que tenía al respecto. En su criterio estaba el creerla o desconfiar y hacer alguna barbaridad.
- ¿De verdad no has visto a un grupo de tres chicas por este sendero? ¿No estarán tus amigos devorándolas unos metros más adelante? ¡Maldita sea! - Maldijo entre dientes, enfurecido. No podía dejarse llevar por su nerviosismo. De otra forma, la sensación de sed se incrementaría en su organismo y era algo de las cosas que más odiaba alguien como él. Respiró hondo, tratando de calmarse a sí mismo. - Si no tienes nada que ver con ellas, deberías marcharte de estos caminos. El Director Cross seguramente os haya hablado sobre el tema. Este no es lugar seguro. - Anunció, molesto, retomando la marcha como si no existiera nadie en aquel lugar. ¿Qué le importaban a él la vida de los vampiros? Por él podrían extinguirse. Sin embargo, era su deber como Prefecto, el que impedía que la desconocida no se llevara un balazo en la cabeza.
- Zero Kiryuu
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Re: Caminos
No iba a negar que le sorprendió que le sacaran un arma, sin embargo no dejó que aquello se mostrara en su rostro, tenía demasiado orgullo para eso, por lo que ni siquiera modificó su sonrisa. Suspiró levemente viendo hacia el cielo y determinando que faltaban sólo algunos minutos para el ocaso total del sol (ya estaba tan acostumbrada a fijarse en esto que podía distinguir sus tonos de azul y naranja y calcular a partir de ello dentro de cuánto tiempo sus poderes despertarían).
Volvió la mirada hacia adelante, detallando mejor la pistola y llegando a la conclusión de que no era un arma normal, sin embargo mejor era no arriesgarse mientras fuese tan indefensa como una humana cualquiera. -¿Peligros? Asumo que te refieres a los prefectos que te apuntan un arma a la cabeza de la nada...- Respondió con cierto sarcasmo y algo molesta ante aquella actitud, pero se mantuvo firme en su decisión de seguir sonriendo.
-No sé de qué amigos me hablas, realmente no me llevo muy bien con nadie de la clase nocturna, y tampoco sé nada de tres chicas...- Respondió por fin, encogiéndose de hombros antes de ver como el chico salía corriendo a toda prisa. Suspiró, miró al cielo y se puso de pie cerrando el libro, sonriendo ampliamente y con algo de malicia al sentir como sus poderes despertaban... Podía divertirse un rato con el chico de cabello plateado, su nerviosismo le entretenía, así que sin perder más tiempo se dejó tragar por las sombras a sus pies para poder seguir más rápidamente al muchacho.
-Puedo ayudarte, ¿sabes?...- Le dijo una vez que lo alcanzó y sin dejar de avanzar a su mismo ritmo para poder quedar a su nivel mientras le hablaba, aún sin mostrarse ante él. -Después de todo, me pareces interesante...- Hablar desde las sombras que lo rodeaban le otorgaba a su voz un eco misterioso y hasta cierto punto lúgubre, y hacía casi imposible determinar de donde venía. -No deberías preocuparte, no soy como los demás vampiros, eso... Sería muy aburrido- Le dijo en lo que suspiraba, estudiando su reacción mientras seguía oculta.
-¿No me crees?- Le preguntó antes de reír un poco -Qué tal si me dejas mostrarte...- Sin ningún tipo de aviso sacó su mano del suelo y haló su tobillo para atraerlo adentro de la sombra sobre la que se encontraba, aunque se aseguró de dejar afuera la pistola que llevaba en la mano. -Bienvenido a las tinieblas. Deberías sentirte alagado, no muchos humanos han visitado este lugar...- Le dijo ahora frente a él, sonriéndole. Las tinieblas eran un lugar curioso; de distintos tonos de morado que llegaban hasta negro. El ambiente era frío pero ligero, tan ligero, que de hecho se asimilaba a estar sumergidos en agua, flotando prácticamente, y toda la superficie estaba cubierta por portales de formas irregulares que se extendían a lo largo y ancho de ese "techo", mostrando el mundo exterior siempre y cuando ese espacio específico estuviese cubierto por alguna especie de sombra -He de advertirte más te vale no matarme, de lo contrario esta será tu nueva residencia permanente- Le dijo en lo que se mantenía flotando con las piernas juntas pero algo flexionadas, sonriendo entretenida y traviesa con los brazos cruzados sobre su pecho mientras su cabello y ropa se mecían en varias direcciones... Tal cual como estar sumergida completamente en agua -¿Empezamos?-
Volvió la mirada hacia adelante, detallando mejor la pistola y llegando a la conclusión de que no era un arma normal, sin embargo mejor era no arriesgarse mientras fuese tan indefensa como una humana cualquiera. -¿Peligros? Asumo que te refieres a los prefectos que te apuntan un arma a la cabeza de la nada...- Respondió con cierto sarcasmo y algo molesta ante aquella actitud, pero se mantuvo firme en su decisión de seguir sonriendo.
-No sé de qué amigos me hablas, realmente no me llevo muy bien con nadie de la clase nocturna, y tampoco sé nada de tres chicas...- Respondió por fin, encogiéndose de hombros antes de ver como el chico salía corriendo a toda prisa. Suspiró, miró al cielo y se puso de pie cerrando el libro, sonriendo ampliamente y con algo de malicia al sentir como sus poderes despertaban... Podía divertirse un rato con el chico de cabello plateado, su nerviosismo le entretenía, así que sin perder más tiempo se dejó tragar por las sombras a sus pies para poder seguir más rápidamente al muchacho.
-Puedo ayudarte, ¿sabes?...- Le dijo una vez que lo alcanzó y sin dejar de avanzar a su mismo ritmo para poder quedar a su nivel mientras le hablaba, aún sin mostrarse ante él. -Después de todo, me pareces interesante...- Hablar desde las sombras que lo rodeaban le otorgaba a su voz un eco misterioso y hasta cierto punto lúgubre, y hacía casi imposible determinar de donde venía. -No deberías preocuparte, no soy como los demás vampiros, eso... Sería muy aburrido- Le dijo en lo que suspiraba, estudiando su reacción mientras seguía oculta.
-¿No me crees?- Le preguntó antes de reír un poco -Qué tal si me dejas mostrarte...- Sin ningún tipo de aviso sacó su mano del suelo y haló su tobillo para atraerlo adentro de la sombra sobre la que se encontraba, aunque se aseguró de dejar afuera la pistola que llevaba en la mano. -Bienvenido a las tinieblas. Deberías sentirte alagado, no muchos humanos han visitado este lugar...- Le dijo ahora frente a él, sonriéndole. Las tinieblas eran un lugar curioso; de distintos tonos de morado que llegaban hasta negro. El ambiente era frío pero ligero, tan ligero, que de hecho se asimilaba a estar sumergidos en agua, flotando prácticamente, y toda la superficie estaba cubierta por portales de formas irregulares que se extendían a lo largo y ancho de ese "techo", mostrando el mundo exterior siempre y cuando ese espacio específico estuviese cubierto por alguna especie de sombra -He de advertirte más te vale no matarme, de lo contrario esta será tu nueva residencia permanente- Le dijo en lo que se mantenía flotando con las piernas juntas pero algo flexionadas, sonriendo entretenida y traviesa con los brazos cruzados sobre su pecho mientras su cabello y ropa se mecían en varias direcciones... Tal cual como estar sumergida completamente en agua -¿Empezamos?-
- Gisselle Todhunter
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30
Re: Caminos
El Prefecto continuaba con su marcha rápida, serena, llena de nerviosismo. Sin embargo, poco a poco, esa histeria que le carcomía con la peor idea que podía sucederle a esas tres alumnas, comenzaba a disiparse. ¿Acaso él fue algunos de esos insensatos que se dejan influenciar por sus emociones? Por supuesto que no. Zero era capaz de controlar sus instintos y sus inquietudes. Era capaz de eso y mucho más. Solo que... el ambiente siempre se encontraba tenso. Su Maestro, Yagari Touga, como nuevo líder de la Asociación, había depositado sobre él demasiada confianza. Quizá, para su gusto, una soberana presión y unas expectativas más altas de las habituales. Y justo ahora, donde el mundo parecía caerse en miserables trozos –pues este pueblo comenzaba a pudrirse desde dentro–, no podía fallar. Tenía que demostrar todo lo que había aprendido de él, todas las enseñanzas que desde bien pequeño estuvo acatando cual adulto. Este no era el lugar ni el momento para que sus rodillas se doblaran. Su corazón debía de enfriarse más. Mucho más si era posible, hasta que se convirtiera en un hombre completamente de piedra; el cual gracias a ello, conseguiría mantener la calma incluso en el momento con mayor desequilibrio.
Por esto mismo, su respiración se acompasó a su caminar, reduciéndose sus nervios hasta el punto de desaparecer por completo. Su mirada violácea, en cambio, regresó hacia la alumna de la Clase Nocturna mientras le hablaba. ¿Estaba burlándose de él o qué? ¿Es que acaso todo en esta Academia era responsabilidad suya? ¿Y Yuuki? ¿Kaien Cross? ¿Cómo es que había tantos alumnos desinformados acerca de los desertores? ¿Planeaba el Director encerrarlos entre los muros en completa ignorancia? Qué absurdez. Tan solo serían ovejas dando vueltas de un lado a otro si llegaran a entrar los traidores a la Asociación. Aunque, de todas maneras, ¿desde cuándo le preocupaban a él los vampiros? Ellos podían defenderse sin ninguna necesidad de los humanos; pese a que éstos mismos pudieran ser el gran determinante en la balanza, suponiéndose en el peor caso. Y sus cabellos grisáceos se movieron de un lado a otro mientras sacudía la cabeza. La idiotez del Director parecía contagiársele. ¿Confiar en vampiros? Nunca. Y con la decisión en la cabeza, continúo camino abajo, en busca de las tres desaparecidas. No tenía sentido para Zero todas las provocaciones que esa mujer estuviera lanzándole como cuchillos. Su prioridad era clara, sencilla, evidente. Además, como alumna de la Academia, debería conocer quién es él. Tan sólo mirar la banda de su brazo con el símbolo, como para saber obviamente que no debía entorpecer su camino y menos tentar a la suerte; pues Kiryuu no dudaría en meterle un disparo entre los ojos con su Bloody Rose. Mejor era dejarlo pasar.
No obstante, no todo parecía tan sencillo como pensó en un primer momento. Ella estaba decidida a infringir las normas y al parecer, no poseía miedo sobre las consecuencias. Su sonrisa se esbozó, irónica, al escuchar de fondo cómo ella se ofrecía como ayuda. ¿Ayudar? ¿Acaso alguna vez a un vampiro le importó algo más que sí mismo? ¿Existía algún otro caso extraño y extraordinario como el de Christian Blade? Zero, desde luego, no creía en las pocas posibilidades que existían.
- ¿Cómo podría un vampiro ayud...? - Sus frías palabras ni siquiera dieron tiempo a finalizar. Como si se tratara de una casualidad, su tobillo falló –a principal causa del vampiro que lo arrastró hacia dentro de la tierra– y cuando quiso darse cuenta, ya se vio sumergido en otra de aquellas tonterías. Sí, tonterías como las de esa niña psicópata, hija de D'Shaitis: Chie. El Prefecto, observador, comenzó a observar el lugar en el que le habían metido. Sí, al parecer era una de esas ilusiones extrañas que les gustaba crear a los de su raza.
- Oh, vaya, además debo mostrar halagos hacia alguien de tu calaña. Y creí que querías ayudar, pero ya veo. Vuestra palabra realmente no vale absolutamente nada. - Espetó el peliblanco, sin ningún tipo de interés, frío, serio como si fuera una estatua; mirando fijamente los ojos de la mujer que lo encerró en su jaula para pájaros. - ¿Crees que tus palabras pueden amenazarme? Me da igual si me quedo aquí dentro, si al menos elimino a un vampiro más. Y no me importa gastar tiempo contigo, pero hoy no es uno de esos días. Tengo cosas que hacer. - Sin vacilar lo más mínimo, levantó su brazo para dispararla y entonces... Pudo comprobar que su Bloody Rose no estaba entre sus manos. Sus pupilas se achicaron lentamente. ¿Dónde...? Apretó los dientes y contuvo sus fuertes brazos para no mostrar ni una sola gota de ser un hombre que se vence fácilmente. - ¿Qué quieres? ¿Te mandaron ellos a buscarme, verdad? Vamos, empieza con lo que tengas que hacer. - Si decidía matarlo, que lo hiciera cuanto antes. Zero no era un hombre que se colmara de paciencia, ya de costumbre. Incluso, cuanto antes terminara, antes podría marcharse y dejar de preocuparse cuando encontrara a esas tres chicas.
Por esto mismo, su respiración se acompasó a su caminar, reduciéndose sus nervios hasta el punto de desaparecer por completo. Su mirada violácea, en cambio, regresó hacia la alumna de la Clase Nocturna mientras le hablaba. ¿Estaba burlándose de él o qué? ¿Es que acaso todo en esta Academia era responsabilidad suya? ¿Y Yuuki? ¿Kaien Cross? ¿Cómo es que había tantos alumnos desinformados acerca de los desertores? ¿Planeaba el Director encerrarlos entre los muros en completa ignorancia? Qué absurdez. Tan solo serían ovejas dando vueltas de un lado a otro si llegaran a entrar los traidores a la Asociación. Aunque, de todas maneras, ¿desde cuándo le preocupaban a él los vampiros? Ellos podían defenderse sin ninguna necesidad de los humanos; pese a que éstos mismos pudieran ser el gran determinante en la balanza, suponiéndose en el peor caso. Y sus cabellos grisáceos se movieron de un lado a otro mientras sacudía la cabeza. La idiotez del Director parecía contagiársele. ¿Confiar en vampiros? Nunca. Y con la decisión en la cabeza, continúo camino abajo, en busca de las tres desaparecidas. No tenía sentido para Zero todas las provocaciones que esa mujer estuviera lanzándole como cuchillos. Su prioridad era clara, sencilla, evidente. Además, como alumna de la Academia, debería conocer quién es él. Tan sólo mirar la banda de su brazo con el símbolo, como para saber obviamente que no debía entorpecer su camino y menos tentar a la suerte; pues Kiryuu no dudaría en meterle un disparo entre los ojos con su Bloody Rose. Mejor era dejarlo pasar.
No obstante, no todo parecía tan sencillo como pensó en un primer momento. Ella estaba decidida a infringir las normas y al parecer, no poseía miedo sobre las consecuencias. Su sonrisa se esbozó, irónica, al escuchar de fondo cómo ella se ofrecía como ayuda. ¿Ayudar? ¿Acaso alguna vez a un vampiro le importó algo más que sí mismo? ¿Existía algún otro caso extraño y extraordinario como el de Christian Blade? Zero, desde luego, no creía en las pocas posibilidades que existían.
- ¿Cómo podría un vampiro ayud...? - Sus frías palabras ni siquiera dieron tiempo a finalizar. Como si se tratara de una casualidad, su tobillo falló –a principal causa del vampiro que lo arrastró hacia dentro de la tierra– y cuando quiso darse cuenta, ya se vio sumergido en otra de aquellas tonterías. Sí, tonterías como las de esa niña psicópata, hija de D'Shaitis: Chie. El Prefecto, observador, comenzó a observar el lugar en el que le habían metido. Sí, al parecer era una de esas ilusiones extrañas que les gustaba crear a los de su raza.
- Oh, vaya, además debo mostrar halagos hacia alguien de tu calaña. Y creí que querías ayudar, pero ya veo. Vuestra palabra realmente no vale absolutamente nada. - Espetó el peliblanco, sin ningún tipo de interés, frío, serio como si fuera una estatua; mirando fijamente los ojos de la mujer que lo encerró en su jaula para pájaros. - ¿Crees que tus palabras pueden amenazarme? Me da igual si me quedo aquí dentro, si al menos elimino a un vampiro más. Y no me importa gastar tiempo contigo, pero hoy no es uno de esos días. Tengo cosas que hacer. - Sin vacilar lo más mínimo, levantó su brazo para dispararla y entonces... Pudo comprobar que su Bloody Rose no estaba entre sus manos. Sus pupilas se achicaron lentamente. ¿Dónde...? Apretó los dientes y contuvo sus fuertes brazos para no mostrar ni una sola gota de ser un hombre que se vence fácilmente. - ¿Qué quieres? ¿Te mandaron ellos a buscarme, verdad? Vamos, empieza con lo que tengas que hacer. - Si decidía matarlo, que lo hiciera cuanto antes. Zero no era un hombre que se colmara de paciencia, ya de costumbre. Incluso, cuanto antes terminara, antes podría marcharse y dejar de preocuparse cuando encontrara a esas tres chicas.
- Zero Kiryuu
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