Plaza del pueblo

-Cada cosa a su momento, mientras tanto, no tengo nada que decirte. (se marcha, quien sabe hacia donde)

-hum...que gente tan rara
(sigo sentado mirando la gente pasar ..... ayy dios que aburrimiento ,la de cosas que había echo yo por aqui y la gente tan tranquila pero por favor que eh matado a mas personas que los vampiros de la zona ....bueno ire a investigar .... una nube de cuervos me rodean y mi cuerpo cambio de aspecto y ropa )
-mejor

Mi descanso había llegado a su fin. No sabía ni de donde había salido ni en que lugar del mundo estaría. Pero lo que si sabía es que... estaba en un lugar público. Había mucha gente y eso era bueno. Mi objetivo era matar gente, así que me dispuse a ello. Andaba normal sin llamar la atención aunque mi aspecto lograba todo lo contrario. Justo en ese momento, algo me golpea por detrás aunque fue leve. Era un tipo que montaba en bici y me rozó con ella mientras iba montado.
-Disculpe, disculpe. No era mi intención hacerle daño-dijo el hombre con una voz como apagada.
Yo sonreí y le cogí del hombro y lo ascendí. Le agarraba muy fuerte y le hacía daño.
-Pues mi intención si es hacerte daño-dije malvadamente.
Con la otra mano y velozmente, le atravesé el pecho y con el, su corazón. Un rostro horrible tenía este hombre tras su muerte pero el de todos los demás ciudadanos si que era horrible. Gritaron a más no poder y empezaron a huir. Yo ni me molesté en seguir les. A los pocos segundos de mi acción, en el cuerpo de mi víctima, comenzó a formarse como con fuego el símbolo de una calabera malévola.

Paseo nocturno.
Jóvenes haciendo el botellón, bebiendo, bebiendo sin parar de beber.
Me paseo indiferente al hecho, era algo que no me gustaba, pero no por ello debía acabar con sus vidas.
Uno de los jóvenes se acerca de repente a mi.
- Oye tú, pedazo sunormal del tornillo, ¿Qué coño miras?
Suficiente, mi ira fue irreprimible. Faltaron al respeto, ya no tengo por que reprimir mis ganas de matar, de hecho, ¿Por qué lo haría? es tan excitante ver la vida de una persona irse viendo las pupilas dilatadas de sus ojos. Es tan bonito simplemente verlos a todos descuartizados, rogando por el perdón, sin ser capaces de aceptar el castigo por el pecado.
Rápidamente, me dirijo a él, y le estrangulo con una mano, mientras que con la otra saco un tornillo de mi bolsillo y se lo clavo en pleno corazón, produciéndole una instantánea pero dolorosa muerte. Veo en sus ojos y en su expresión el dolor, eso me reconforta, me alegra, me excita.
Necesito más, no puedo contentarme con uno. Alrededor mía veo que empiezan a huir atemorizados el resto, pero no escaparán, pienso hacer lo mismo con cada uno de ellos.
Media hora más tarde, no quedó testigo de mi acción. Me voy dejando una desagradable escena tras mía y unos tornillos de recuerdo, uno por cada víctima, para que sus familias puedan guardarlo de recuerdo.

Me acerqué como siempre sin hacer ruido, observando desde un techo de otra casa, sentía que no estaba sólo. Menos mal que vine, por lo menos así sabré quién está detrás de todo ésto o defender a la chica si la atacan.

Me di cuenta de que me pillaron, daba igual, me enteré ya de lo suficiente. Empezaba a entender lo que ocurría, aunque esto era seguramente sólo la punta del iceberg.
No necesitaba saber mucho más, me voy y me reuniré próximamente con Astrid, necesitaba hablar con él, necesitábamos organizarnos. Tenemos que trazar un plan para cambiar de una vez por todas el rumbo de las cosas.