Yoru, Yoru, Yoru.

Perdida, melancólica y depresiva.

La chica rota más bonita que jamás has visto

Se quedó atrapada en su propio cuerpo, siendo imposible proseguir el curso de la vida, lo cual no hace más que deprimirla y, a su vez, enfurecerla. Odia ser lo que es, pero sobre todo, odia a aquel que la convirtió en lo que es. Busca una venganza, es divertido en cierto modo, como ver a un hámster corriendo como loco en su rueda para llegar a una salida que no existe. Siempre se ve enfadada, porque es así; Yotu está enfadada con, el mundo, y celosa, las expectativas y la presión acabaron pisoteándola y finalmente se rindió, dejó de amar a los demás, a sí misma, de tener pasiones, aspiraciones.

Con un carácter fuerte, que en ocasiones hiede a desesperación culpable, trata a todo el mundo mal de primeras. Hosca con lo que dice, llegando a ser cruda y cruel. No tiene pelos en la lengua y no se corta en decir lo que piensa, hiera a quien hiera. Le interesa más proteger su orgullo vacío que su propia vida.
Insegura, desconfiada, con una paranoia casi psicótica. Yoru encarna todo lo que es triste, y miserable. Maldice a menudo, y la mayor parte del tiempo va con mal humor. Tensa y nerviosa, sólo esperando el momento para encender su próximo cigarrillo.

Yoru nunca la ha tenido fácil. Es huérfana, primero su padre, luego su madre. Creció entre la escoria, robando para vivir, aguantando las lágrimas cuando la atrapaban y la castigaban. Como a los quince o dieciséis, fue ‘secuestrada’ y llevada a la casa de un sangre pura, a una especie de matadero donde los humanos esperaban su hora. Pero este sangre pura era sádico, y se divertía dejando a sus víctimas moribundos. Muchos morían, a otros les tocaba la peor parte:
La conversión.
Yoru fue de esos ‘sobrevivientes’, pues al ser joven tenía mayor resistencia. Sin embargo, aquel sangre pura nunca terminaba con el trabajo, no terminaba el ritual, ni mucho menos los mataba, eso se lo dejaba a la servidumbre. Yoru y otro grupo de humanos y nivel E lograron escapar, por un descuido de los subordinados.

Y, henos aquí.  

Crece de forma más lenta que los humanos por lo que puede llegar a aparentar tener menos años de los que en realidad posee.