Heartless — [Christian's ID]

Desde aquel “incidente” del pasado, Christian se comporta como un ser frio y melancólico, pudiendo llegar en ocasiones a resultar cortante y/o desagradable. Nunca fue un apasionado de permanecer en compañía de otros, pero ahora mucho menos, prefiere encerrarse en un cuarto de lectura, con un tocadiscos anticuado, o tocar el piano en horarios de reducida actividad.

Cuando tiene hambre, despierta una bestia maldita que nació del oscuro pecado que inconscientemente cometió en el pasado, una bestia que se ha alimentado del dolor, creciendo en su interior hasta convertirse en una segunda conciencia, que cuando se despierta quiere saciar una sed insaciable desde que “ella” se “perdió”.

Dichas dos versiones de Christian, distan del Christian amable y afable del pasado, un Christian que estuvo enamorado y se destruyó a sí mismo, dando lugar al actual ser caótico y ruinoso en el que se ha convertido.

I. Humanidad ¿realmente fue tuya alguna vez…?

Christian nació en una rica familia de nobles comerciantes. Su madre era de la baja nobleza, y su padre provenía de una familia de la alta burguesía comerciante, el enlace de ambos dio lugar a una prospera unión, de la que surgieron tres descendientes, de los cuales Christian era el menor; pues su hermana y hermano, mellizos, le superaban en 5 años.

El padre de Christian, gracias al titulo obtenido a través de la conveniencia con su madre, pudo ampliar sus negocios, llegando a codearse con las altas cúpulas de la nobleza inglesa. Entre nobles destacaban algunas familias extremadamente ricas, de las que se decía que pagaban al mismísimo diablo para mantenerse jovenes, pues envejecían lentamente y eran muy hermosos. El padre de Christian estableció “buenas” relaciones con dos de estas familias. Una supondría su perdición y la otra la salvación y, más tarde, la condena de su hijo.


II. “Ella” es bella…, extremadamente bella…

Christian tenía 9 años cuando “la” conoció. Karume era su nombre, hija de una de las dos poderosas familias con las que había estrechado relaciones su padre. En el primer momento que la vió, quedó prendado de su belleza, y cayó en un amor que le arrastraría a la otra vida, pero para eso aún queda…

Su relación con Karume se estrechó con los años, se veían a menudo, en cenas, comidas, reuniones y celebraciones. La chica no daba señales de enamoramiento por él, ni de ningún otro sentimiento más allá de que lo consideraba su mejor amigo, con el que compartía algunos secretos, pero al que nunca le contó sobre su verdadera naturaleza, no hasta que fue estrictamente necesario…


III. El descenso.. comienza…

Poco despues del decimoctavo cumpleaños de Christian, su padre tuvo una durísima disputa con el cabeza de familia de la otra familia poderosa con la que había estrechado fuertes lazos durante prósperos años de negocios, pero que acababan de romperse.

Una noche más tarde, sombras se infiltraron en su hogar… Gritos desgarrados despertaron a Christian, él caminó con decisión hasta la puerta de su habitación y la abrió: el macabro espectaculo lo paralizó. Los cuerpos de su familia yacían uno a uno por el pasillo, encharcados en sangre y vacíos de vida. A Christian no le dio tiempo a entrar en razón, antes de que pudiese salir del shock sintió como dos frías agujas se clavaron en su cuello, perforándole la carne, mientras fuertes brazos los sujetaban. Sintió como la sangre abandonaba su cuerpo, siendo succionada y brotando de su cuello, su vista se nublaba y cada vez perdía más la fuerza para forcejear con esos brazos oscuros.


IV. Ven, yo te guiaré por esta tenebrosa senda…

Christian estaba apunto de sucumbir a las tinieblas, cuando de repente algo repelió los brazos que le sostenían, y cayó al suelo liberado de aquel doloroso mordisco. Intentó alzar la vista para ver lo que sucedía, pero solo podía ver dos siluetas ensombrecidas abatiéndose en una brusca pelea, cada vez le pesaba más la cabeza, y sentía como sus sentidos se relentecían. Se escuchó un final golpe sordo, una de las dos siluetas, la más grande, y su agresora, había sido tumbada.

La otra silueta se acercó a él y lo levantó. - ¡CHRISTIAN, CHRISTIAN!, ¡RESPONDE! - Era la voz de Karume, pero Christian a penas pudo mascullar un ahogado gemido. Sintió como su cuerpo fue arrastrado hasta ser tumbado contiguo a la silueta que yacía vencida en el suelo, con vida, pues pudo apreciar que  aún movía los dedos con dificultad. Karume levantó uno de los brazos de su contendiente derrotado por encima de los labios de Christian y le hizo un corte, dejando que la sangre del mismo, se derramara por los labios de Christian.


V. La diablerie, primer frenesí.

Christian sintió su garganta siendo bañada con un fluido de sabor desconocido para él, y de repente, dejó de saber lo que sentía. Todos sus nervios y músculos se tensaron, y abrió los ojos, estos teñidos de un color rojo y brillando violentamente. Christian apartó a Karume con brutal fuerza, incorporándose, y se abalanzó sobre el cuerpo desprotegido de su agresor, clavó sus manos en su hombro, perforándole la piel,  se aferró a su clavícula y la arrancó de cuajo. Tras eso solo tuvo que hundir su mandíbula  profundamente en su herida, desgarrar la carótida y ríos de sangre corrían por su garganta alimentándolo.

Cuando Christian recuperó la consciencia y abrió los ojos yacía en el suelo, entre los brazos de Karume. El fuego de la mansión Nigthly ardiendo delante de ambos se reflejaba en los ojos de la chica. Estos se dirigieron hacia Christian, teñidos por un sentimiento de profunda pena por él. Christian compartió la mirada con ella, pero sin ser capaz de analizar la situación, pues estaba profundamente desorientado. Karume le ayudó a levantarse y lo arrastró a la calle, para luego guiarlo entre calles, evitando a la multitud que se apelotonaba en las verjas para observar el incendio del hogar de la poderosa familia de aquel barrio.

Karume lo llevó hasta la mansión de su familia, dónde fueron recibidos con negativa agitación. Christian fue separado de Karume, para ser guiado por uno de los sirvientes hasta un dormitorio, donde se le puso ropa de cama limpia, y se le obligó a permanecer encerrado. Aún escuchando los gritos provenientes del salón donde Karume y sus padres se gritaban discutiendo mutuamente, Christian sucumbió al agotamiento y se durmió sin poder evitarlo.


VI. En la oscura senda: primer tramo…

Cuando Christian despertó no recordaba nada de lo sucedido aquella noche, y al principio no hacía más que negar lo que los padres de Karume y ella misma trataban de explicarle. No podía creerlos. Hasta que la realidad se presentó tan  evidente que tuvo que aceptarlo.

Él, Christian Nigthly, había perdido a su familia, que había sido atacada por el cabeza de familia con el que su padre había tenido un conflicto, el cual resultaba que era un vampiro purasangre; pero había sido salvado por Karume, cuya familia eran también vampiros purasangre. Para no caer en el nivel E, Karume le había dado a beber sangre del vampiro que le había mordido, pero debido al frenesí de probar la sangre por primera vez, Christian había cometido la diablerie, uno de los más viles pecados entre los vampiros, que consiste en algo más que beberse toda la vitae o sangre de otro vampiro: beber la "Sangre del Corazón", lo que significa beberse la propia alma de la víctima.

De esta forma Christian se había convertido en un vampiro de nivel D, aunque más poderoso que la mayoría de estos, al haber cometido la diablerie con un vampiro pura sangre. A Christian se le explicó también que por región donde habitaban los vampiros, existía un “consejo de ancianos” que regentaba sobre los demás vampiros, y condenaba los delitos de la sociedad vampírica. El consejo inglés había decidido hacer la vista gorda con Christian, debido a la influencia de la familia de Karume y a que el vampiro purasangre al que había asesinado estaba enemistado con el consejo.


VII. En la oscura senda: segundo tramo…

Christian se convirtió en el protegido de la familia de Karume, y comenzó su vida vampírica entre ellos. Christian era ahora consciente de la abisal diferencia entre él, un vampiro de nivel D y ex-humano, y Karume, una vampiresa purasangre, pero esto no apaciguó sus sentimientos. Desde que era uno de los suyos se sentía mucho más cerca de ella que nunca, y no se equivocaba.

La relación entre Christian y Karume se estrechó más, y se convirtieron en amantes a raíz de los cuidados que la muchacha, enternecida por la pena, le había proferido. Se juraron amor eterno, aunque nunca fue aceptado por los padres de Karume, ellos sostenían que su hija solo podría compartir su destino con otro pura sangre.

Los años pasaban, Christian y Karume, con sus cuerpos congelados en el tiempo, disfrutaban de una interminable juventud…, prospera…, pero que acabaría antes de la eternidad, pues nada alcanza lo eterno si acaba…


VIII. El “incidente” que precipitó la caída…

Christian y Karume habían pasado más de un siglo juntos, su amor parecía prosperar y fortalecerse más. Esto irritaba a los padres de Karume, así que decidieron preparar una escena a través de la que hiciesen comprender a Christian que no encajaba más en la vida de la muchacha, y finalmente abandonara la familia.

Los padres de Karume sabían de las escapadas que Christian hacía todas las noches a la habitación de su hija, así que invitaron a uno de los pretendientes sangrepura de Karume, y en la noche, lo invitaron a subir a la habitación de la muchacha, y le sugirieron que despertara el amor en ella por la fuerza. Así pretendían crear una escena en la que Christian pensara que había sido engañado, cuando realmente su amada estaba siendo forzada contra su voluntad.


IX. Segundo frenesí.

Cuando Christian se coló por la ventana de la habitación de Karume como cada noche, la imagen que contempló le descolocó la expresión. Karume estaba postrada en la cama, y sobre ella había un hombre, otro vampiro… Besándola y sobando el cuerpo de su amada. Los ojos de Christian destellaron de un rojo violento, entrando en frenesi, el plan no había salido como se esperaba. Christian se abalanzó sobre el muchacho, arrancándolo de encima de su amada y tirándolo al suelo con brutal violencia, los gritos de Karume no sirvieron; gracias a que el chico se encontraba desprevenido, a Christian lo hirió dejándolo fuera de combate, y se estaba abalanzando con las fauces abiertas sobre su cuello cuando repentinamente se detuvo.

Christian se levantó y se giró hacia Karume, la cual estaba sobre la cama sentada, mirándolo horrorizada, con una herida que ella misma  se había causado en el brazo para llamar su atención.

Christian, sin salir del frenesí se subió a la cama, trepándose sobre ella, tumbándola. La chica, culpándose de convertir a su amado en un asesino, decidió herirlo para siempre, sacrificandose… La forma en que lo hizo… fue entregándose. Christian cometió aquella noche su segunda diablerie…


X. El despertar en el fondo del pozo...

Cuando Christian recuperó la consciencia estaba atado, pies, manos y cabeza, con rígidas cadenas. Estaba en unos calabozos. Las imágenes confusas de la “traición” de su amada llegaban a su cabeza despacio, aunque no recordaba nada de lo que había hecho en su frenesí.

El corazón de Christian estaba partido, pero nada que ver con lo que estaría si supiese que el motivo por el que estaba en aquellos calabozos, y no llegaría a saberlo, pues calabozos para contener ex-humanos no bastaban para detener a un vampiro que, a pesar de ser un Nivel D ex-humano, había cometido la diablerie dos veces con sangrespuras, y ahora era posiblemente más poderoso que la mayoría de nivel C.

La ira y el dolor de Christian, el deseo de salir corriendo y alejarse de aquella ciudad, se materializaron en unas negras cadenas que brotaron de su cuerpo y perforaron las paredes del calabozo, permitiéndole vía libre para la huida.


XI. En la oscura senda: tercer tramo…

Han pasado años desde que Christian abandonó Inglaterra, el muchacho ha vagado por Europa, siendo numerosas veces atacado por vampiros con una orden de caza y captura de la que ni si quiera es consciente, pero sin conseguir detenerlo. Desde que ha entrado en Asia ya no ha tenido más incidentes con vampiros que le quieran detener. Los vampiros asiáticos con los que se ha cruzado le han hablado de una tal academia… la Academia Cross…, si…, allí se dirige ahora.

Christian es más poderoso que el resto de vampiros Nivel D, y posiblemente más que la mayoría de Nivel C, pues ha cometido la diablerie con dos sangrepura, su conversor y su amada (aunque de esta ultima no lo sabe), lo cual lo ha fortalecido.