Hall de los dormitorios

Kaname se volteó a mirarla de frente. Ya estaban en los dormitorios, por lo cual ya podían hablar con mayor libertad, sin estar preocupándose porque un humano curioso oyera su conversación.
Escuchó su agradecimiento y el Pura Sangre, simplemente, no dijo nada más. Sin embargo, la joven tenía una inquietud, la cual él estaba dispuesto a eliminar.
- Está estrictamente prohibido alimentarse de humanos. Para reemplazar la sangre, utilizamos esto -sacó del bolsillo de su uniforme una tableta de pastillas. Se las tendió-. Solo debes disolverlas en agua -explicó. Su sabor no era para nada comparable con la sangre cálida de un humano, pero era lo suficientemente útil como para detener la sed y poder seguir las normas.
- Esa es la norma más fundamental de todas -aclaró. En su mirada era posible detectar la determinación y la clara orden implícita. Si ella osaba tocar algún humano de la Academia, estaría en serios problemas.

Una vez más parecía que todas aquellas chorradas que había dicho Nathan, habían quedado suspendidas en la conversación, aunque más que conversación a veces se sentía un tanto monologuista, pues su compañero de camino, era de aquellas personas que se guardan todo para ellos. Y aunque esa actitud tampoco molestaba al vampiro sí que le  creaba en parte algo de curiosidad. Normalmente no nacías con ese tipo de carácter, era algo que adquirías por el camino en el que te llevaba la vida. Por un momento entreabrió los labios para preguntar lo que por su cabeza rondaba, pero en una milésimas de segundos se lo replanteó. Quizás esa pregunta haría que ese muchacho se cerrara más de lo que ya lo estaba, y evidentemente, no era bueno para su objetivo. Nathan sabía que este no sería el único cazador que habría por los alrededores, pero tampoco quería cerrar la oportunidad que había tenido al encontrar uno tan rápidamente. Todo pensamiento de Nathan fue desapareciendo al mismo tiempo que caminaba tras el otro chico. Estaba claro que el olor del lugar iba cambiando y aunque todavía podía olfatear algo de humanidad, lo que prevalecía mientras se acercaban a los dormitorios era el de los vampiros. Curiosamente se estaba empezando a relajar, el edificio desprendía un aura bastante familiar con consecuencia de que se sentía como en casa.

Se paró en seco cuando lo hizo él, observó tranquilamente el lugar, la forma de las construcciones, eran algo diferentes a lo que un principio esperaba de Japón, todo aquello parecía algo más occidental, como un castillo antiguo de Europa. Bajó la cabeza y observó al que ahora le observaba a él. Asintió a su presentación y alzó las dos cejas al enterarse de que el era el prefecto. Tampoco le sorprendía demasiado, sus acciones en el momento que se conocieron, le revelaron que algo parecido tendría que ser, aunque Nathan esperaba que simplemente estuviera por parte de los cazadores, y no como algo de la misma academia.Muy bien señor Kiryuu, seguramente tenga unos cientos de años más que tú, pero no por ello me voy a olvidar de tu nombre, no chocheo tanto, aún. - Como desde el principio con el Prefecto, metía algún tipo de broma para suavizar el asunto y la tensión que se pudiera respirar entre alguien que ejercía de cazador y un vampiro. Por un momento, al escuchar el segundo nombre de la otra Prefecta, la cara del vampiro reveló sorpresa, pero seguidamente intentó ocultarla carraspeando-Bueno, imagino que ella no sacará pistolas para presentarse. Pero ¿Por qué la preferirían a ella? Tampoco pareces tan mala persona.- Sonrió medio de lado. Nathan antes de llegar aquí ya había buscado algo de información, sabía de la existencia de Kaname Kuran, pero aún la sorpresa de otro Kuran, le carcomía por dentro. No había escuchado de una familiar de este.-Bien, buscaré a esas dos personas en cuanto entre. Te invitaría a entrar y darte algo de beber para agradecerte tu trabajo, pero creo que lo rechazarías.- Esta vez no pudo evitar soltar un risa sonora por sus propias palabras, estaba claro que Zero no le gustaba ese lugar, lleno de tantos seres a los que el mismo odiaba.

Caminó ahora pasando por la derecha a Zero, pasándole unos pasos. Dejó las maletas en el suelo y se giró para mirarle.Te diré una cosa. Aunque me encantan tus amenazas, me parecen realmente divertidas, no estoy aquí para hacer ningún daño a un humano, si así lo quisiera, habría ido directamente a cualquier pueblo, sin exponer mi identidad. Comería y bebería lo que quisiera y para cuando algún cazador llegara, ya estaría lejos.- El tono serio y seguro de Nathan hizo aparición en escena nuevamente, así es como normalmente era él, cuando no tenía que esconder nada ni cuidar sus palabras. Tomó nuevamente las maletas con sus dos manos y se giró a la zona que le conduciría a su nueva vida.Y aunque sin duda he disfrutado de tu agradable compañía y conversación, si necesito algo, ahora se tu nombre, y cuando me haga a la academia, sabré donde encontrarte- Fue lo último que dijo antes de comenzar a andar y dejar a Zero en aquel lugar.