Re: Bosque

por **Scarlett Denver** Sáb Nov 20, 2010 1:26 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Sonrei, el sabia que yo jamas podria enfadarme con el, lo amaba demasiado. Me pegue aun mas contra el y suspire. -Jamas me perderas- Musite contra su pecho. -¿Crees que estaremos aqui bien?- Le pregunte pasados unos segundos, estaba claro que no iba a permitir que le hicieran daño, pues ahora tenia suficiente poder para impedirlo, pero me preocupara un poco.

por **PNJ y Ambientación** Lun Ene 07, 2013 10:11 pm

Los pequeños vampiros, unos niños, llegaron al claro en pocos segundos, encontrando allí a la muchacha de mir y con una daga en al mano. Pero ellos eran mas y sabían que tras ellos venían mas niveles E por lo que no lo lo dudaron, escabulléndose entre las sombras rodearon todo el perímetro del claro, aun ocultos entre las sombras riendo y gritando sin la mas mínima intención de ocultarse, si bien, ¿que iba a hacer una humana contra ellos?

El mas mayor de ellos, salto el primero, directo al cuello de la chica, rápido y mortal.

por **Jessica Hamilton** Lun Ene 07, 2013 10:16 pm

Los oía acercarse cada vez mas, con los brazos extendidos a cada lado de su cuerpo y en su mano derecha la daga apuntando al suelo los espero, no tardaron nada en llegar. La estaban rodeando, pero ella no se echaría atrás, no debía presentar debilidad alguna, ahora si, era vida o muerte y a ella, personalmente, le daba igual la una o la otra.

El primero salto frente a ella, mala elección, era muy rápido pero Jessica solo tuvo que hacer un pequeño movimiento para esquivarlo al tiempo que la daga se clavaba en el cuello del bicho que se desintegro al instante. Una gota de sudor frió caía por su frente, preparada, creía para cualquier otro ataque.

por **Alucard** Lun Ene 07, 2013 10:26 pm

Una mano apareció de entre las sombras, agarrando el de dos niveles E desde atrás. Apretó los músculos de sus dedos y los tejidos del cuello de aquellos pobres seres inferiores estallaron bajo la presión. Estúpidos vampiros, no deberían tocar a los humanos mientras estuviera Alcard cerca, pensó que eso era algo que les había enseñado a lo largo de los años, matándolos constantemente.
El resto del cuerpo de Alucard terminó de aparecer y esos ojos cansados pero a la vez sádicos se dirigieron a ella.
No quería molestarla señorita, pero ¿Le parece bien si limpio un poco la zona por aquí?
Dijo el de la gabardina roja haciendo alusión a su trabajo mientras sonreía. Evidentemente el se dedicaba a eso, a matar vampiros y aunque no fuera su problema que hubiera una muchacha de por medio no podía evitar protegerla. ¿Protegerla? Tal vez ni lo necesitara, pero nunca se sabe.

por **Jessica Hamilton** Lun Ene 07, 2013 10:41 pm

Jess se dio la vuelta instintivamente cuando un vampiro mas salto hacia ella, esta vez no tenia tiempo para apartarse por lo que se dejo caer hacia atrás con la espalda curvaba para no hacerse daño y propinándole una patada al vampiro lanzandolo lejos de ella, se levanto de inmediato para escuchar una voz. Se giro hacia aquel extraño hombre que había salido de la nada. Su respiración estaba agitada y su pecho subía y bajaba con rapidez.

Eso hombre, era un vampiro. Dio un paso hacia atrás mirando, con sus ojos azules, directamente a los del hombre. No se dio cuenta y un vampiro salto detrás de ella, agarrándola por el cuello. Era fuerte, demasiado fuerte para ella. Comenzaba a faltarle el aire y se estaba mareando pero aun tuvo fuerzas para lanzar un ultimo ataque, clavandole al vampiro la daga en el ojo. Cayo al suelo tras eso, sintiendo como dos mas se abalanzaban sobre ella y perdió el sentido aferrada aun a su daga. Todo estaba perdido, ¿O quizá no?

por **Yagari Touga** Lun Ene 07, 2013 10:44 pm

Nadie podía dudar de la habilidad de un cazador, y mucho menos escorias como esas. Es más, no podían desconfiar siquiera de la intuición de un cazador experimentado como Yagari Touga. A sus sentidos ningún vampiro corrupto de esos podía engañar. Siguió el rastro de los asquerosos bichos. Tal y como había pensado, estos se dirigían al bosque. Se preguntaba qué había allí que pudiese llamar su atención. Las opciones eran bastantes acotadas, a decir verdad: sangre o sangre.

Se internó entre la maleza y miró hacia atrás, cerciorándose de que Zero siguiera sus pasos. Le dedicó una mirada de precaución y utilizando tan sólo dos dedos de su mano, le señaló el perímetro por el cual él debería desplazarse. Yagari se encaminó en la dirección contraria. Sacó su escopeta y la cargó. A unos cuantos metros de donde estaba, vio a uno de aquellos vampiros imprudentes. Sonrió con malicia y destrucción. Apuntó y disparó. La cabeza de aquel crío del demonio estalló. Había más alrededor, pero no se quedaría sólo él con la diversión. Mientras Zero se ocupaba de los Niveles E que reptaban en busca de su objetivo, el sabio cazador caminó entre los fríos árboles con la escopeta en su hombro.

- ¿Qué se supone que hace una niña como tú en este bosque? ¿Acaso no sabes que traspasar las vallas de seguridad impuestas por la Academia está prohibido? No volveré a rescatar tu trasero si vuelves a saltarte las normas -espetó con seriedad absoluta. Su voz grave e imponente resonó en el silencio nocturno. Observó la daga que llevaba entre las manos. Ese era un arma con magia anti-vampiros. Miró a la chica otra vez, calando a través de sus pupilas. ¿Por qué una alumna de la Academia tenía eso?

Mientras esperaba algún tipo de respuesta por parte de la joven, observó de reojo cómo una espesa sombra emergía desde la más tétrica oscuridad. Alucard. Conocía a ese vampiro cazador lo suficiente como para percatarse de su presencia. Observó su cortesía con la joven. Ahora serían tres cazadores amenazando a esos insignificantes vampiros dueños de nadie. La chica no iba a morir esta noche, al parecer. ¿Será grato para ella saber que podrá ver un nuevo amanecer? De todos modos, si seguía con vida, seguramente no era por la estupidez de sus ingenuos actos de rebeldía. Miró a Alucard fríamente y, en ese instante, supo que no obtendría respuesta por parte de la muchacha, pues esta comenzaba a perder el sentido. Yagari chasqueó la lengua y miró hacia un lado. Venían más de ellos.

por **PNJ y Ambientación** Lun Ene 07, 2013 10:45 pm

Los vampiros se ponían nerviosos, habían sido testigos de como mataban a uno de ellos y estaban enfurecidos, pero no contaban con que la chica tuviera un salvador. Pero no se amedrentaron, ellos eran superiores en numero, lo justo para poder alimentarse de ella y luego huir así lo hicieron, al ver como la chica mataba a otro de los suyos y caía inconsciente vieron su oportunidad y cuatro de ellos, antes de que los cazadores se dieran cuenta, saltaron sobre la chica mordiéndola y arañandola. Tras eso huyeron de allí, viéndose rodeados de cazadores.

por **Zero Kiryuu** Mar Ene 08, 2013 3:44 pm

Llevaba el paso apresurado siguiendo a Yagari hacia el bosque. Nada más que había problemas desde que había llegado a las cercanías de la Academia. Maldijo entre dientes, sacando su arma con la mano que le quedaba libre. También percibió el olor a sangre sin necesidad de acercarse demasiado. Sin duda alguna, esa sangre era de la humana de antes. Apretó la mano a su arma, del coraje que le daba.

Advirtió la mirada de su maestro y redujo el paso, para mantenerse en un silencio inquebrantable. Al menos así, no saldrían todos despavoridos por el temor hacia sus armas. Cuantos más se cargaran, mejor para ellos y para la humana en sí. Dejó su equipaje en el suelo, al lado de un árbol. No iría cargando con éste todo el tiempo, más para un trabajo como aquél.
Asintió a las indicaciones que le había dado Touga y empezó a recorrer el perímetro con su arma, sin miedo alguno. Dejaría que él se encargara de la humana. Mejor, así el olor a sangre no volvería a dejarle perder los estribos. Empezó a seguir a uno de ellos, cargando el brazo en lo alto. Esos niveles E, eran todos la escoria. No dudaría en apretar el gatillo para eliminarlos. Sin embargo, alguno quiso quitarle de en medio, para poder disfrutar de su presa. Pero se llevó un balazo entre ceja y ceja. Sin ningún tipo de compasión por ellos. No, ya no.

Se introdujo así en el grupo de sedientos niveles E. Disparó a todo aquel que se acercaba, aunque uno llegara a atacarlo por detrás. Lo aprisionó contra un árbol, recibiendo algún arañazo de este. Eso tocó más el mal genio que tenía aquella tarde, y cuando tuvo la oportunidad, lo redujo al suelo. Pisó su cuello, inmovilizándole; apuntándole con su arma. El nivel E fue a pronunciar palabras, pero no le dejó. Había disparado antes. Se llevó la mano al hombro, encontrando el arañazo que le había otorgado el nivel E. Lamió la sangre de su propia mano, enervándose de su herida. Sus ojos se contagiaron del color de sangre. Estaba furioso; pero sin duda alguna, mantenía el control. No había llegado a la Academia y ya le habían fastidiado el uniforme. A saber qué diría Kaien. Seguramente se echaría llorando a los brazos de su "hijo", tsk.
Eliminó a un pequeño grupo reducido de esa mierda que algún día fueron humanos. La otra porción de ellos, había huído tras esos mocosos hambrientos, no sin antes, más de algún disparo por su parte. Aunque no acertó a dar a ninguno de esos pequeños. Maldijo entre dientes. Finalmente, volvió a salir al claro para quedarse a unos cuantos metros de la chica humana, relamiéndose por su propia sangre. Oculto aún por la sombra de los árboles, en la pequeña oscuridad.

- Se lo advertí, y no me hizo ni caso. Dijo que "no tenía miedo a morir". - Espetó con sorna en sus palabras y una sonrisa ácida brotando de su cara. No le estaba mal empleado, aunque hubiera perdido la consciencia. Recogió su equipaje, encontrando nuevamente una sombría presencia. Su mirada se clavó en él como si de un cuchillo se tratara. Conocía esa esencia perfectamente, pero no dijo nada. Su maestro también estaría al tanto.

por **Yagari Touga** Mar Ene 08, 2013 7:25 pm

Yagari sintió la velocidad y agilidad de Zero mientras éste se desplazaba entre los árboles. Sonrió para sí ante la imagen. Él era, al fin y al cabo, su discípulo, su querido alumno. No fallaría. Lograría sortear todos los obstáculos. Y no se trataba de fe ciega en un sujeto; se trataba de convicción. Yagari criaba ganadores aquí, no una panda de inútiles idiotas. Por esa razón, confiaba en que Kiryuu no iba a dejarse dominar por la sed, y mucho menos en un momento como este. Mientras que esto se configuraba como su deber como cazador, a su vez suponía un reto.

Mientras dejaba caer desde su hombro la escopeta, se preparó para cargarla mientras apuntaba al suelo. La humana estaba a sus espaldas y él se estaba encargando de protegerla. Miró al frente y entrecerró los ojos. Disparó con excelente puntería, derribando a dos Niveles E que correteaban en busca de su inocente y efímera presa. De repente, pudo sentir que gran cantidad de ellos se abalanzaban al sitio en cuestión. Yagari tensionó su mandíbula, emitiendo un quejido de disgusto. Comenzó a disparar y a derribar a muchos de ellos, pero no fue suficiente. A sus espaldas, uno se había arrojado a por él, por lo cual se vio obligado a luchar cuerpo a cuerpo. Sujetó la cabeza del enloquecido vampiro y, con sorprendente fuerza, quebró su cuello y jaló hacia adelante. El Nivel E decapitado se volvió cenizas en tan sólo cuestión de segundos. Pero esos segundos fueron suficientes para que la humana resultase herida y desangrada.

Yagari vio la escena y se sintió más que impotente. Los vampiros habían venido sólo por la chica, pues ahora mismo movían sus sucias "patas" lejos de allí. El hombre se quedó de pie, con las manos a cada lado de su cuerpo, respirando un tanto agitado. Su ojo rememoraba a través de la sangrienta imagen que tenía delante, la espantosa fiesta de Navidad y la humana que había muerto allí por su incompetencia. Su mirada se apagó un poco y sonrió de forma fría y melancólica. Miró el suelo y caminó hasta el cuerpo inconsciente... ¿O muerto? Escuchó las palabras de Zero. Así que él se lo había advertido. Qué chica más tonta e ilusa. Creer que con una simple daga como esa podría defenderse de todos esos endemoniados vampiros.

- Trata de no acercarte demasiado -dijo a Zero a causa de la sed que lo había acribillado con desesperación un rato antes-. Aunque, para ser franco, no creo que le quede demasiada sangre para donar -agregó con desprecio y sarcasmo, sintiéndose molesto por varios motivos: uno, porque él estaba protegiéndola de manera directa -o eso creyó hacer- y aún así acabó en ese estado; y dos, porque la chica era una verdadera estúpida inconsciente, y esto último no se refería a su estado físico actual, sino a su poca capacidad mental.

Observó, unos instantes después, los cabellos rubios de la joven, que se encontraban completamente sucios a causa del lodo de aquella zona boscosa. Acercó su mano al frío cuello de la víctima y palpó su piel con los dedos índice y corazón. Torció levemente la comisura de sus labios hacia el extremo derecho de su rostro.
- No está muerta. Su pulso es muy débil pero aún está con vida. Ha perdido mucha sangre, si nos apresuramos quizá pueda salvarse -dijo fríamente mientras se ponía de pie y miraba a Zero, quien se encontraba unos metros más allá, oculto entre la oscuridad. Aunque odiaba admitirlo, este era el momento en donde necesitaban a cierta vampiresa con sus dones curativos.

Deslizó una de sus manos por su propio rostro y acomodó su sombrero. Chasqueó la lengua y se arrodilló al lado del cuerpo casi mutilado. Sujetó con suavidad -dentro de la que él podía proporcionar- a la joven alumna de la Academia. La levantó en cuanto él se irguió. Miró a Zero y percibió a Alucard, que aún se encontraba rondando por allí. Kaien Cross chillaría como un loco cuando se enterase. Y si ella salía con vida de esta, desearía estar muerta cuando vea a Yagari de nuevo. Si hubiera sido más despiadado y frívolo, la hubiera dejado allí, a merced de la muerte, por culpa de sus tontos actos de rebeldía adolescente.

Se quedó de pie esperando por algún comentario por parte de alguno de los dos sujetos que intervinieron en la acción. Si no había ninguna pega de su parte, él propondría llevarla a la enfermería de la Academia. Era el sitio con elementos médicos más cercano y, por ende, el único al cual la joven podría llegar aún con vida.

por **Chie** Miér Ene 09, 2013 2:58 pm

Hasta aquel momento, Chie no se había acercado a la academia, con el pueblo le bastaba para divertirse y no tenía interés alguno en visitar ese lugar. Pero la curiosidad le pudo. Algunos de sus hermanos habían recorrido el camino hasta allí mas de una vez, la peliazul, al saberlo, no pudo evitar preguntarse que era aquello que les hacía visitar ese lugar ¿serían los humanos? ¿La posibilidad de toparse con alguien que pudiera entretenerles un rato? No pensaba preguntarlo, de ningún modo, aquello era algo que una tenía que averiguar personalmente.

Planeaba entrar de forma discreta y sigilosa, había ocultado su presencia y se movía entre las sombras. Pero a su nariz llegó un suave aroma a sangre humana, que le hizo desviar sus pasos, internándose en el bosque. Se movía con lentitud entre los árboles, pues percibía la presencia de mas personas, entre ellos varios nivel E. Entre los seres inferiores que habitaban ese mundo, esos repulsivos vampiros era lo que mas detestaba. Arrugó la nariz y subió de un salto a un árbol. Continuó su camino, esta vez desde las alturas, totalmente oculta, hasta situarse en una rama cercana en la cual se sentó tranquilamente, balanceando sus pies mientras contemplaba la escena, divertida. Para ella, aquellos que peleaban por salvar a la chica -y ésta incluida- eran como graciosos animalitos que tratan desesperadamente de sobrevivir. A sus ojos, siempre habían tenido un gran parecido, con una única diferencia. Ella no dañaría a un simple animal.

Los tres cazadores le parecían unos auténticos inútiles, los vampiros habían conseguido atacar a la chica, con lo fácil que era acabar con esa escoria contra la que habían luchado. Ahora que la tranquilidad parecía estar de vuelta, Chie consideró apropiado el hacerse notar. Hizo que su ilusión con forma de cola de gato se agitara, haciendo tintinear el cascabel que colgaba de ella, después, dejó de ocultar su aura, dejándola salir con lentitud, quería ver sus expresiones al percatarse de su presencia, deseaba volver a ver aquellas miradas cargadas de odio e impotencia al no poder hacer nada.
-Vaya vaya -canturreó clavando sus profundos ojos en Yagari- ¿Otra vez intentando salvar a otra humanita? Ya sabes que no es lo tuyo.-sonrio.

por **Alucard** Miér Ene 09, 2013 4:48 pm

Observó la escena y escupió al suelo antes de desgarrar con su mano a otro nivel E. La chica había caido bajo los impulsos de esos vampiros atontados. Se encogió de hombros y volvió a ocultarse entre las sombras, Yagari estaba ahí, que se ocupase del problemita el, al fin y al cabo a Alucard nunca le interesó el tema de proteger a los que no lo merecían. Alucard desaparecío, haciendo que su malvada presencia desapareciese

por **Zero Kiryuu** Miér Ene 09, 2013 8:28 pm

Miró a la chica, que momentos antes reclamaba una verdadera muerte bajo sus colmillos. Ahora tenía lo que se había buscado, de modo que no tuvo compasión alguna por ella. Por él, podría quedarse ahí mismo para otros muertos de hambre. Pero tampoco era tan mala persona como para ello.

- Tranquilo, no lo haré. Su sangre no me interesa. - Sabía incluso, que antes había perdido un poco la compostura, pero no volvería a tentar a la suerte. Aunque el olor a sangre entrara en su cuerpo como una droga que lo alimentaba. Sin embargo, supo reducir sus instintos y dejar que sus ojos volvieran a la normalidad. Prefería otra sangre, la verdad. No negaba en cambio, que su sangre le llamaba la atención a "su otra parte". Soltó una pequeña carcajada frente al comentario de Yagari. Le daba completamente la razón a su maestro.

- Deberías llevarla solamente tú. - Dijo finalmente, aludiendo al otro vampiro que se encontraba en los alrededores y que más tade, tal vez movido por esa alusión, despareció del bosque. Mejor para ellos, la verdad. Él desde luego no tenía tiempo para andarlo perdiendo en pequeñas sin remedio. Tampoco sabía, cómo reaccionaría en la enfermería de la Academia con tanto olor suelto por ahí. Prefería quedarse al margen, por si las moscas. Además, tenía que ir a ver a Kaien. Empezó a andar delante de Touga. Lo acompañaría hasta la Academia, pero tomaría un rumbo distinto. En la noche, dos eran mejor que uno.
El sonido de un cascabel lo sacó completamente de su camino. Sus pies pararon en seco. Volteó su cuerpo para comprobar la esencia que acababa de manifestarse, inmersa en la densidad del bosque. Miró seguidamente a la humana en brazos del cazador. Si ella había venido por la humana, tendría que sacarla rápidamente de allí. Apretó la mano en torno a su arma, todavía desenfundada. Fue a pronunciar palabra, pero se sorprendió antes de llegar a hacerlo. Yagari y ella, parecían conocerse. Tal vez Touga debía contarle demasiadas noticias.

- Si has venido por esa chica, se te han adelantado. - Señaló a la humana con la cabeza, apuntando a la desconocida con su arma. Su intuición le decía, que no venía con demasiadas buenas intenciones.

por **Yagari Touga** Miér Ene 09, 2013 8:47 pm

Aún con la humana en brazos, escuchó las palabras de Zero. La sonrisa cómplice que él le regaló le pareció bastante satisfactoria. Ambos sabían que la joven se lo había buscado. Eso le sucedía a quienes creían que podían jugar con vampiros, ignorando completamente que ellos van a jugar con sus propias vidas hasta hacerlas añicos. Por lo pronto, no valía la pena continuar perdiendo tiempo allí, y debían hacerlo pronto.

Cuando emprendieron el camino de regreso, Yagari se encontraba algo apresurado. La joven había perdido sangre y si quería salvarla tendría que darse prisa. Contaba para que Zero le cubriera las espaldas por si cualquier acontecimiento del infortunio emergía de la nada. Y, como si sus pensamientos lo hubiesen llamado, allí apareció. Aquel cascabel le recordó a esa mujer, Shizuka, la que tiempo atrás había destruído una familia de cazadores y aún destruía lentamente la vida de Zero. Pero esa Princesa Sanguinaria distaba demasiado de quien era en verdad. Al voltearse a ver, lo comprobó.

Sus palabras se clavaron en él como agujas envenenadas. Los músculos de sus brazos se tensionaron. Esa niña no tenía perdón, ni de Dios ni del Diablo. De absolutamente nadie. Y mucho menos suyo. Yagari había jurado que la mataría. Ella estaba en la lista de la Asociación. Agradecía a las fuentes informantes por haber podido conocer su nombre. Sin embargo, ahora había algo más importante que hacer. No iba a jugar con ella cuando tenía una vida entre sus brazos que parecía esfumarse, justo como aquella noche.

Miró a Zero y su mirada clara le transmitió la alerta roja. Ese no era un vampiro normal, y no estaba seguro de que Zero lo supiera. Le dio la espalda a la cría del demonio y comenzó a correr a través de la maleza, esquivando árboles y arbustos.
- Vamos, Zero. Tenemos que llegar rápido a la enfermería. Cúbreme las espaldas. No podemos permitir que ella pise la Academia y se acerque a los alumnos -dijo entre jadeos, corriendo cada vez con más rapidez. Su respiración agitada denotaba la trampa del destino. Debían llegar cuanto antes, pues esto no estaba en sus planes de rescate. No iba a ocurrir de nuevo. No dejaría que otra vida más expire entre sus brazos.

- Cuidado con sus ilusiones -masculló aportándole a su discípulo aquel dato. Sabía que no le decía nada en concreto, pero la advertencia estaba latente. Quizá, a decir verdad, había sido demasiado concreto en la información, pero no tenía tiempo para hablar más. Unos metros más allá, la figura de Yagari comenzó a perderse en la claridad del perímetro rodeaba a la Academia de manera más directa. La enfermería estaba a escasos pasos. Sólo debía esforzarse un poco más.

FdR: Seguimos en la Enfermería.

por **Chie** Vie Ene 11, 2013 2:11 pm

Sus palabras causaron el efecto deseado, ella esperaba una contestación por su parte, pero el cazador pareció ignorarla. Eso no le gustó nada, aún así, se dio por satisfecha con su reacción.
Ambos cazadores parecían estar convencidos de que ella estaba allí por la humana. Tsk. Chie nunca tocaría a esa chica, no después de que esos seres inmundos hubieran puesto sus manos en ella, además, la chica no iba a brindarle diversión alguna.
-No me interesaba, no me gusta la comida manoseada. -respondió al de pelo plateado mientras su cara reflejaba desagrado.- Además, seguro que tu amiguito está deseoso de conseguir salvarla, para que veais que puedo ser buena si quiero.

El otro se alejaba de allí llevándose a la humana, Chie no hizo nada para impedirlo, aunque si hubiera querido, la rubia ya estaría muerta, exactamente igual que la otra vez. Les observó alejarse durante unos instantes, antes de fijar su mirada en el que se había quedado, Zero o algo así había dicho Yagari, él le apuntaba con la pistola. Já, como si ese cacharro fuera a servirle de algo ahora, estaban en su terreno, el radio de sus ilusiones era amplio y allí, Chie controlaba todo.
-Es curioso -comenzó en tono inocente llevándose una de sus pequeñas manos al rostro, pensativa- nunca pensé que la asociación caería tan bajo como para tener a un ser como tú entre sus filas ¿no se supone que su función es proteger a los humanos? Es arriesgado tener a un proyecto de Nivel E cumpliendo esa función, tengo entendido que perdéis el contro muy fácilmente.
Sonrió levemente, mordaz, tenía la impresión de que eso podría molestarle. Los humanos convertidos eran lo que mas lejos estaban de la perfección. No eran nada en concreto, demasiado vampiros para ser humanos y demasiado humanos para ser vampiros. Eso sí, algunos podrían resultar hasta interesantes, especialmente, cuando trataban de contenerse ante el exquisito aroma de la sangre humana.

por **Zero Kiryuu** Vie Ene 11, 2013 2:46 pm

Contempló la expresión de Yagari cuando la pequeña habló. No entendía bien la situación entre ellos dos, pero no le dio buena confianza la pequeña. Captó además la mirada de su maestro. Estaría alerta. Pese a que ya lo estaría frente a cualquier vampiro normal y corriente, con ella tendría más cuidado si así se lo advertía. Miró a la pequeña. Con ese cascabel le recordaba a Shizuka, esa mujer que marcó su vida para siempre.

- Cuento contigo. - Le dijo a Touga, manteniendo en alto su arma, sin moverse del sitio. No la dejaría pasar. No hacia la Academia. Estaba todo lleno de humanos que no tenían culpa. Aceptó el dato que le proporcionó el cazador en su marcha, como un sustento fundamental. Así que ese era el pequeño secreto que ocultaba. Su mirada fría se clavó en la pequeña. Estudiaba sus movimientos y sus palabras, intentando hallar más datos sobre ella. Y pensar que él tan solo estaba de camino a la Academia, y se había metido en todo un berenjenal. Mientras, se preguntaba mentalmente si su nombre estaría en la lista de la Asociación. Esa panda de incompetentes preferían matar a otros inservibles vampiros, en vez de gente como ella. Chasqueó la lengua en desconformidad. Ahora tenía que estar cubriendo a la dichosa humana y encima plantarle cara a un vampiro, que quería corromper su tranquilidad. Aunque ésta se había roto hacía tiempo con Kasha y la humana. Tsk.

- ¿Buena? La gente como tú no tiene ningún tipo de bondad. Y que te quede bien claro. Yo no soy ningún títere de la Asociación. Así que no me compares con ellos. - Sentenció en una especie de amenaza. No, no podía compararse con ellos. No después de que la gran mayoría quería darle caza como vampiro. Y menos aún cuando la Asociación creía que era el perro de ésta. Él no era el perro de nadie, ni obedecía órdenes de nadie. Sólo de su maestro, y aún así. Si había decido salvaguardar a la humana, había sido porque Touga lo había decidido. Seguramente hasta Kaien le habría dicho que lo hiciera. Le cubriría si eso era lo que deseaba.

- Jamás les daré ese placer. - Intentaría jamás caer al nivel E, aunque sabía que tarde o temprano lo acabaría haciendo. Esperaba que al menos un balazo de Touga acabara con su vida, antes de llegar a semejante estado. Era decepcionante saber que esos "seres" -por llamarlos de alguna forma-, habían sido anteriormente humanos. Tembló de ira. Tanto, que hasta estuvo a punto de disparar cuando lo llamó nivel E. Pero no cayó en sus impulsos por una vez.

- ¿Qué es lo que quieres? O mejor, ¿qué es lo que buscas si ella no te interesa? - Le daría un último deseo antes de meterla un balazo entre ceja y ceja. O tal vez mejor le dejara ese placer a Yagari, que tantas ganas parecía tenerla.

por **Yagari Touga** Sáb Ene 12, 2013 6:21 pm

Al salir de la enfermería, pudo escuchar la respuesta de Olivier. ¿Así que uno de esos vampiros repugnantes había atacado al humano? Tsk, cada vez las cosas se volvían más y más complicadas. Si en un momento creían que no quedarían cazadores vivos, ahora tampoco lo harían los humanos. Lo que más le preocupaba era que se estuvieran metiendo con los alumnos de la Academia. ¿Qué pensaría Kaien de todo esto? La verdad es que a Yagari le estaba comenzando a molestar bastante que él quisiera continuar con su "paz" y no atreverse a desenfundar su espada una vez más.

No tenía caso continuar pensando en aquello, pues ahora mismo debía dirigirse con rapidez al encuentro de Zero. Le había dejado solo con aquella pequeña niña hija del mismísimo diablo. Además, el comentario de aquella humana había llegado a sus oídos y él se encontraba, particularmente, de muy mala leche. Si su humor variaba con rapidez entre todos los vestigios de aquel rasgo particular suyo, hoy lo estaba más. Se esforzaba por salvaguardar su vida y luego le gritaba aquellas estupideces de niña con coeficiente intelectual equivalente a menos ocho. Tsk, qué molesto le resultaba cuando perdía tiempo valioso en personas que no lo reconocían. Y cuando escuchó el próximo comentario de Ziel, todo el camino que recorrió hasta llegar al bosque, lo hizo con una sonrisa ladeada. Eso era un halago para él, de más estaba aclararlo. Se enorgullecía en su bordería y le importaba un bledo lo que los demás pensasen de él. Por ser como era, había logrado superar infinitos conflictos a lo largo de su vida. No cambiaría.

Al llegar a la frontera entre la Academia y el bosque, de un salto ingresó en él. Corrió con gran agilidad, esquivando maleza y árboles. Finalmente, tras unos segundos, llegó junto a Zero. Se puso a sus espaldas y ladeó la cabeza con suavidad, dejando que el viento jugara con sus azabaches cabellos. Clavó la mirada en Chie. Qué niña más insolente. Era peor que la humana que había salvado, teniendo en cuenta que además de engreída, esta era asesina.

- Si tanta seguridad tienes en tí misma, ¿por qué no jugamos un rato? -murmuró arrastrando cada una de las palabras. Yagari mostraba un porte algo travieso y excesivamente astuto en ese momento-. Con la excepción de que tengas pavor a terminar humillada como en la fiesta, tras el golpe de aquella cazadora -murmuró recordándole el instante en que Crosszeria la hirió. Una sonrisa suave y ladeada se configuró entre sus facciones de hombre. Sabía que aquello había sido el desencadenante de que luego depositara toda su ira y frustración en el cuerpo de la joven alumna a la cual asesinó sin piedad.

por **Chie** Sáb Ene 12, 2013 7:08 pm

Chie volvió a sonreir, divertida por las palabras del chico ¿qué no era un títere de la asociación? Si, seguro. Para ella todos los cazadores eran iguales, sirvieran a la asociación o no, hacían lo mismo ¿o acaso había algún cazador que no tratara de exterminar a los vampiros? No veía diferencia alguna en su forma de actuar.
-¿La gente como yo? ¿Qué clase de persona crees que soy? -preguntó curiosa.

Así que él era de los que luchaban en contra de su naturaleza. Una risita salió de los labios de la pequeña, percibía la ira que emanaba de él, seguro que se moría de ganas de dispararla con aquel juguetito suyo.
-Adelante, lo estás deseando, aprieta el gatillo, tampoco es que fuera a servirte de algo -se sorprendió a si misma usando un tono burlón en sus palabras, este sitio la estaba cambiando, hasta su llegada ella siempre fue muy inexpresiva, rara vez conseguían arrancarle una simple sonrisa, probablemente fuera porque allí se divertía.

-Lo que quiera o busque no es algo de tu incumbencia, si tan preocupado estás por tus amiguitos humanos te diré que no vine por ellos -respondió secamente, sus asuntos no eran algo que le importara a alguien como él.

Entonces percibió como alguien entraba en su terreno. Así que el viejo cazador había vuelto y tenía ganas de jugar, Chie no iba a negarse, era una nueva oportunidad de demostrarles que no podían hacer nada contra ella...En ese instante escuchó aquellas palabras "Con la excepción de que tengas pavor a terminar humillada como en la fiesta, tras el golpe de aquella cazadora" Los ojos de la pequeña brillaron ligeramente, pero en seguida se recompuso. Pensaba ocuparse de esa cazadora en cuanto descubriera como hacerle frente sin sus ilusiones.
-¿Miedo yo? Oh, vamos, me rio en la cara del peligro. -replicó antes de bajar al suelo de un salto, situándose frente a ambos cazadores- ¿De verdad queréis jugar conmigo? No tenéis ninguna oportunidad.
Todo a su alrededor se volvió brillante, excesivamente brillante, la luz fue cegadora durante varios segundos, después volvió la oscuridad. Los árboles habían desaparecido, a su alrededor ahora solo había una sala destrozada, en el suelo había varios cuerpos humanos cubiertos de sangre y, lo mas importante, no había ni rastro de la pequeña, que aguardaba oculta en algún lugar de la ilusión.

por **Zero Kiryuu** Sáb Ene 12, 2013 7:51 pm

Chasqueó la lengua. La chica se iba por las ramas y cada toque estaba dándole en el orgullo. Así iba poniéndose más y más cabreado con la conversación. No entendía tampoco por qué le estaba dando tanta demora, y no le pegaba un balazo ya. Solamente tenía que desplazar el dedo por el gatillo y con un poco de suerte, podría volver a la academia tranquilo.

- Sí, todos vosotros. Y, ¿has probado a hacerte esa misma pregunta? - Dijo sin demasiado interés frente a la curiosidad de la chica. Le importaba más bien poco cómo fuera en realidad. Pero seguramente ella fuera como el resto, e incluso peor. Todos ellos se creían que tenían el mundo bajo sus pies y en el fondo eran otra mierda más que decoraba la tierra. Hasta el día en que algún cazador les diera caza y exterminaran a todos ellos. Esperaba algún día ver ese final.
La prepotencia de la pequeña lo estaba sacando de sus casillas. Si todavía no le había metido el balazo con la Bloody Rose, era porque prefería dejarle la venganza a su Maestro. No le usurparía de ese mérito. Solamente estaba esperando a que volviera.
- ¿Quién dice que no es de mi incumbencia? - Dijo sarcásticamente, con una pequeña sonrisa maliciosa en los labios. Él era prefecto de la academia, un prestigioso cazador con el apellido Kiryuu. Seguramente si la pequeña tuviera algún familiar asesinado por sus padres, comprendería el valor de ese apellido. Más le valía quedarse al margen si era cierto que no buscaba problemas. Pero su ignorancia le impedía conocer el asesinato que cometió en la fiesta. Si lo hubiera conocido, habría disparado ya sin ningún miramiento.

Sin necesidad de voltear la cabeza, percibió a Touga entrando de nuevo en el terreno. Chasqueó la lengua. ¿Es que acaso se había entretenido a recoger amapolas? Había tardado demasiado, igual que la conversación con la pequeña. Quería terminar con su existencia pronto. Esto comenzaba a cansarle y colmar del todo su paciencia.
Yagari la provocó. No tenía miedo a una niña, la verdad, así que tampoco estaba mal si jugaban un rato. Es más, hacía tiempo que no "entrenaba" con Yagari. Estaría bien incluso. Su mente se fijó en retener otra vez el dato de la fiesta. Le preguntaría después a Touga, mientras volvían hacia la Academia con el trabajo terminado. Esperaba que no consumiera demasiado de su tiempo. Tenía que ir a ver a Cross cuanto antes. Se aguantó una pequeña risa, cuando la pequeña estaba plantándoles cara. ¿Creía acaso que ella sí tenía posibilidad contra dos cazadores? Tsk, encima egocéntrica les había tocado. Ladeó la cabeza, llevando una mano a su sien. Quién ríe el último, ríe mejor.

- Veremos quién tiene más oportunidades entonces. - Acabó por desafíar, al igual que su maestro. Agarró con rabia su arma, apuntando a la chica, que momentos después; desapareció. Todo empezó a desaparecer, los árboles, la maleza, el propio césped incluso. Miró incrédulo cómo iba cambiando el escenario y después reparó en Touga. ¿Qué demonios era eso? Sí, ilusiones. Pero, ¿qué tipo de ilusiones? Se fijó en los cuerpos que yacían en el suelo. Los miró sin compasión, conociendo que esos cuerpos en verdad no existían, que era solo producto de la ilusión de la pequeña. E incluso llegó a darle con el pie a uno de los cuerpos, el cual se movió dentro de la ilusión. Tsk.

por **Yagari Touga** Dom Ene 13, 2013 1:43 am

Había divisado esa expresión. Aunque fuese por apenas unos segundos, el gesto de satisfacción ganadora se borró por completo del semblante de esa pequeña niña endiablada. Yagari disfrutó de aquello, definitivamente. Una sonrisa ladeada emergió a través de sus labios. Clavó su ojo frío en ella. La escrutó de pies a cabeza. Él no era de esas personas que aman, que saben lo que es el cariño sincero, pero debía admitir que si había algo que amaba en ese momento, era verla sufrir en la humillación. Y esto sólo sería el comienzo. Hoy no perdería. Yagari no se doblegaría ante ella otra vez.

- Tú no tendrás oportunidad para salir de esta -masculló justo antes de que su figura desaparezca. En ese momento, el cazador miró a Zero y le echó otra de esas miradas de advertencia, extremadamente cómplices. El escenario se volvió pálido, tan pálido que encandilaba e imposibilitaba mirar. Pero, de repente, todo se oscureció y unos cuerpos mutilados aparecieron desparramados por el suelo. Yagari frunció el ceño y avanzó hasta situarse al lado de Zero. Se colocó de espaldas a él, indicando que lo mejor sería una posición de combate en la cual ambos se resguardasen. Si se colocaban espalda con espalda, sería posible abarcar todo el panorama -toda la ilusión- y no ser atacados de improvisto.

Los cuerpos continuaban allí. Casi podía sentir el aroma a muerte que ellos desprendían. Frunció la nariz ante esto. ¿Qué planeaba esa niña con tal escena? Yagari sujetó su escopeta y la cargó, colocándose en posición de ataque. Sin embargo, esto era sólo para un primer momento, en caso de tener que actuar rápido y no encontrarse con las manos vacías. Tenía la impresión de que las armas de fuego no valdrían mucho en esta batalla.

- Ten mucho cuidado con sus ilusiones, porque son bastante reales -murmuró. Zero seguramente ya lo habría comprobado al patear los cadáveres-. Estamos en su territorio y, aunque no lo creas, aquí tendremos ventaja. Sólo debemos saber cuándo y dónde atacar -explicó. No valía la pena agregar el detalle de que no se enfrentaban a un vampiro común y corriente. Probablemente, Kiryuu ya se hubiera percatado de eso.

por **Saitou Hajime** Dom Ene 13, 2013 3:47 pm

Paseaba tranquilo, recordando viejos tiempos, mientras miraba melancólicamente las nubes, que se deslizaban perezosas en lo alto del cielo. Hacía mucho tiempo que no pasaba por ahí, le traía muchos recuerdos. De cuando la conoció a ella. Cerró los ojos durante unos momentos. Antes de que tuviera que matarla, a la mujer que tanto amaba.
Desde entonces Sai había abandonado su casa, su familia, se fue a investigar que fue lo que le había pasado a su querida. Después de semanas de investigación y duro esfuerzo pudo llegar a la conclusión de que los vampiros existían, el lo había comprobado con sus propios ojos, con su propia katana.
El viento acaricó su mejilla y agitó sus ropas, mientras caminaba lentamente por el bosque, hasta que escuchó el débil y sutil sonido de una niña hablando con una voz demasiado alta. Extrañado, se adentró aun más en el bosque y fue escondiendose árbol tras árbol, ocultándose con las sombras. Pronto se tuvo que tapar la nariz, olía mucho a sangre, había habido batalla. También había cenizas por todos lados, cenizas con forma de humanos. Sai se asustó un poco en primer instante, no por nada, si no porque no conocía muy bien nada de todo aquello. Se agachó junto al cadáver de un Nivel E y tocó sus restos, extrañado. Era como si hubieran incinerado un cuerpo humano en cuestión de instantes, un visto y no visto. Ya estaba cerca del fragor de lo que debía de ser el enfrentamiento.
Desde su posición pudo ver a dos hombres más. Escuchó sus palabras y se quedó detrás del tronco de un árbol, junto a un charco de sangre y más restos de cenizas. La sangre ya estaba un poco seca, pero desprendía un olor bastante fuerte.
El viento soplaba desde donde estaban los otros tres sujetos, así que podía oírles sin problemas. ¿Acaso esa niña era una vampiresa? ¿Eran ellos esos cazadores de los que había oído hablar?

por **Zero Kiryuu** Dom Ene 13, 2013 4:36 pm

Pese a que todo era una ilusión, el olor a sangre le hacía la boca agua. Pero tal vez fue eso, lo que lo mantenía a raya. Saber que no eran reales, que no había sangre en verdad. Igualmente, inconscientemente se pasó la lengua por los labios, aunque su sed estuviera controlada por su autoridad. Al menos por el momento. Porque, de lo único que en verdad tenía ganas, era de aplastar a esa maldita niña.

Captó perfectamente y al vuelo, la mirada de su maestro. Ya estaba teniendo cuidado, con sólo ver lo que era capaz una inofensiva -o no tan inofensiva- niña. Las ilusiones daban todo el realismo, eran completamente creíbles; pero él mantenía su mente agarrada a la división del bosque, en el que estaban en realidad. Echó la mirada atrás, desconfiado por lo que ocurría a sus espaldas. Comprobó que su maestro se encontraba de espaldas a él, cubriéndose así mutuamente durante el ataque. Una sonrisa cómplice también decoró su cara cuando Touga lo hizo. Si morían en esto, lo harían los dos. Él jamás lo dejaría abandonado en un lugar como ése, ni con un enemigo como aquél.

- Creía que ya estabas demasiado oxidado para estas cosas. - Dejó caer a su maestro, con sorna en sus palabras. Sabía que Touga ya tenía una edad, y eso era un impedimento para algunas cosas. Aunque no creía que ese factor llegara a venderlos, pues tenían el don de la experiencia. No entendió bien las palabras que éste le dijo después. ¿Desde cuándo se podía vencer a un enemigo en su territorio? Alzó una ceja, sujetando su arma al frente, con ambas manos. Confiaría en su maestro. Y si él decía aquéllo, creería en sus palabras hasta que se demostrara lo contrario. - ¿Por qué no te muestras y te dejas de escondidas? - Habló en voz alta, cansado de esperar a que la pequeña apareciera.

Y aunque estaban dentro de la ilusión, pudo percibir el olor de una cuarta persona. Allí se encontraba también el olor de Chie, disperso en la ilusión; aunque ahora no encontrara su paradero. Se giró, creyendo que había entrado también en la ilusión. Pero lo único que encontró, fue a Touga con su escopeta. Volvió a voltearse, pegando ambas espaldas.
- Creo que no estamos del todo solos. - Murmuró, dejando su pensamiento en voz alta. Ese olor no era ningún vampiro, era... un humano. Esperaba, que no fuera otra vez esa niña entrometida que lo único que buscaba era provocarle.

por **Chie** Dom Ene 13, 2013 8:44 pm

La pequeña observaba desde el aire, oculta ante los ojos de los cazadores que habían sido atrapados en su ilusión. Podría alejarse mas, esconderse en algún otro lugar, pero le gustaba observar de cerca, le divertía ver las reacciones que las personas tenían ante sus ilusiones. Desesperación, miedo, angustia, horror, sorpresa...¿cuáles podría presenciar esa noche?

La estrategia que emplearon le pareció buena, pero no sería suficiente para vencer a su ilusión. Chie se elevó algo mas por el alto techo de la habitación, sentándose en una de las vigas que lo cruzaban. Hizo caer al suelo varios cuerpos mas, con los rostros de personas que había visto en la fiesta, esperando distraerles de algún modo con ellos. Al mismo tiempo, unas manos ensangrentadas surgieron del suelo, aferrandose con fuerza a las piernas de los cazadores, tirando de ellos hacia abajo. El suelo comenzaba a hundirse.
-¿No queriais jugar? El juego consiste en encontrarme, si lo conseguís, tal vez os deje salir de aquí con vida -la voz de la chiquilla resonó por toda la habitación, no había manera de averiguar su procedencia ¿conseguirían dar con ella antes de que se aburriera? Lo cierto es que le daba igual, salieran de allí o no, ella pasaría un rato divertido antes de conocer la respuesta.

Una nueva presencia apareció en el lugar. Humano. Chie sonrió divertida, los acontecimientos parecían ir en su favor, no era tarde para añadir un nuevo jugador a la partida. Expandió su ilusión, incluyéndole en la misma, ahora, estaba en la misma habitación que los cazadores.
-Oh, vaya, tenemos visita -canturreó- Bienvenido ¿quieres jugar con nosotros? -aunque se negara a ello, ya era tarde, no podría escapar.

por **Yagari Touga** Dom Ene 13, 2013 9:06 pm

Yagari sonrió de lado al escuchar ese comentario. ¿Oxidado? Oxidada está la espada de Kaien Cross. Touga se encontraba en perfectas condiciones. Con sus treinta años, era todo un experto, un hombre, y poseía la sabiduría adecuada junto a una experiencia de veinte años practicando su oficio. Que Zero no le jodiera con esas cosas. El día en que fuera viejo, seguiría ocupándose de esos despreciables vampiros tal y como lo hizo en el pasado; tal y como lo hacía ahora.

- No me subestimes, niño. No sabes de lo que son capaces estos huesos -bromeó por primera vez en mucho tiempo, permitiendo notar cierta calidez extraviada en sus palabras. Se sentía conforme de estar peleando junto a Zero luego de tanto tiempo. Escuchaba sus palabras y se enorgullecía de que él haya sido su pequeño discípulo hace años. Estos eran los momentos en donde Yagari creía que valió la pena tanto sacrificio.

Cuando Kiryuu mencionó que no estaban solos, Yagari sintió a aquel humano alrededor de ellos. Como no había podido sentir su presencia vampírica, supo al instante que se trataba de un mortal. Tsk, otro suicida más. No iba a preocuparse a menos que quedara inmerso en semejante situación, cuestión que le parecía de lo más razonable teniendo en cuenta quién era el enemigo. Y, justo en ese dichoso momento, comenzaron a caer cuerpos desde arriba. Yagari levantó la escopeta y disparó, desintegrando las ilusiones reales -paradoja interesante- que esa niña creaba. Pudo divisar que muchos rostros pertenecían a seres conocidos. Vio caer a Bella y disparó. Vio caer a Damaru y disparó. Vio caer a Ziel y disparó. Vio caer a Alexa y... disparó.

- Que no te engañe con sus trucos, recuerda que nada de esto es verdaderamente real -gruñó a Zero. En ese instante, sintió que algo aprisionaba sus tobillos. Bajó la mirada y observó cómo el suelo comenzaba a hundirse. Maldición. Apuntó con la escopeta y reventó en miles de pedazos esas asquerosas e intrépidas garras que osaron tocarle. Asimismo, disparó a las que aprisionaban a Zero. Cuando escuchó la voz de la niña, miró hacia arriba, pero no tenía tiempo que perder ubicando ahora mismo la procedencia del sonido. El piso se abría y hundía bajo sus pies.

- ¡Salta! -gritó a Zero con furia, ejecutando él aquel acto y librándose de aquel peligro. Cayó de pie a unos cuantos metros del lugar que desaparecía como si un agujero negro se estuviera formando allí. Miró a su alrededor y vio al humano. Esto no era nada bueno. ¿Qué hacía aquí? Esa niña no se conformaba con nada. Era insaciable en cuanto a muerte se tratase. Clavó su fría mirada en el recién llegado. No sabía si conocería la existencia de vampiros o no, pero eso la verdad poco importaba. Ahora mismo su vida corría peligro.

- ¡No te dejes engañar, pero salva tu pellejo lo más que puedas! -gritó al muchacho. Yagari estaba dispuesto a protegerle, pero también necesitaba algo de voluntad por parte del joven. Al fin y al cabo, por más cazador que él fuese, era humano también, y no podía abarcarlo todo.

por **Saitou Hajime** Dom Ene 13, 2013 10:00 pm

Le habían detectado, no era de extrañar, no eran simples humanos. Vio como todo a su alrededor comenzaba a cambiar y escuchó la voz de aquella niña. Había escuchado que los vampiros poseían extrañas habilidades, pero ¿Qué era aquello? ¿Acaso su cerebro le estaba jugando una mala pasada? Cerró los ojos por unos momentos y cuando volvió a abrirlos nada había cambiado. Una serie de cadáveres caían del techo y los cazadores se esforzaban en combatir a los inertes cuerpos que los amenazaban. Todo era muy extraño, pero Sai no perdió la tranquilidad, el hacía tiempo que ya no tenía nada que perder, había dejado de tener miedo a la muerte, aunque no les daría el placer de morir a esos asquerosos seres, los vampiros.
Escuchó las palabras del hombre del parche. Parecía algo afectado por la presencia de Sai, claro, era normal, un humano más al que proteger. Agarró la empuñadura de una de sus katanas y la sacó lentamente, empuñándola con una mano, con decisión y tranquilidad. Su pelo aun se mecía con el viento del bosque, eso quería decir que en realidad no estaban dentro de un edificio, pero Sai no pensaba en eso.
Solo dime donde y cuando hay que atacar
Susurró lo suficientemente alto para que el hombre de la escopeta le escuchara. Acto seguido se colocó a su lado en posición de defensa y esperó a que pasara algo, cualquier cosa, ya era hora de demostrar a los vampiros que no podían venir y llevarse todo lo que a el le importaba sin recibir a cambio lo que se merecen.

por **Fraiah B. Eslin** Dom Ene 13, 2013 11:16 pm

Fraiah se introdujo en el bosque tras dejar atrás la compañía de aquella muchacha. Tenía en cuenta su advertencia, pues llevaba razón. El lugar apestaba a vampiro y, por momentos, el aroma de la putrefacción de la carne llegaba a su minúscula nariz. Hizo una arcada, debido a que el olor era insoportable, pero no podía evitar que se colara por sus fosas nasales, sintiendo aquella esencia fétida en todo el cuerpo. Aún así, intentó mantener la compostura y no devolver al mundo exterior el helado que había consumido hace un rato con Nokku en aquella heladería.

Comenzó a caminar alejándose de la zona donde la esencia vampírica era más fuerte. Quería evitar a toda costa meterse en problemas. Sólo quería llegar hasta su equipaje y marcharse de allí. Y así fue como, entre aquella buena voluntad, dio con el claro rodeado de arbustos donde creía que había dejado su maleta. Escuchó voces a lo lejos, parecían gritos. Se estremeció, preguntándose qué estaría sucediendo. Sin embargo, no podía darse el lujo de ser curiosa ahora mismo. Estaba desarmada, friolenta y... humana. De ese modo, con el corazón en la garganta, comenzó a husmear entre las hojas hasta que, finalmente, dio con su objetivo.

- Al fin -susurró arrastrando la maleta entre un montón de hojas secas. Una vez la tuvo consigo, se marchó de allí con rapidez, en dirección a la Academia. No quería tentar al destino una vez más.

por **Zero Kiryuu** Lun Ene 14, 2013 8:19 pm

Como bien esperaba, el comentario pareció sacar el genio de Touga. Cerró los ojos, como si estuviera asintiendo. Al menos estar a cargo de tantos mocosos, no había cambiado el duro carácter de su Maestro. Era una especie de comprobación, aparte de sumarle un reto. Como en los viejos tiempos.

Alzó la vista cuando empezaron a caer cadáveres de arriba. ¿Qué demonios era aquéllo? Empezó a moverse, de acuerdo a cómo los cuerpos iban cayendo, para no quedar bajo uno de ellos. Seguramente era algo para dividirlos a ambos, y así poder atacar a cada uno por separado. Tsk. "Divide y vencerás", era algo que tenía muy presente. Pero no dejaría así como así de cubrirse con Yagari. A diferencia del otro cazador, no disparó. No conocía a ninguno de los que caían, porque él no acudió a la fiesta de Navidad. Además, era un desperdicio de balas, seguirían siendo cadáveres. Al fin y al cabo, esto eran sólo ilusiones demasiado reales. Cuando bajó la mirada para ver los cuerpos que habían caído, lo encontró. Kuran Kaname. Lo apuntó con su arma recta, sin piedad, como si realmente fuera él. Disfrutando del único disparo que ejecutó.
- Lo tengo muy presente. - Aclaró a su Maestro, un tanto borde, frente a su advertencia. Ya no era un crío, sabía darse cuenta por él mismo de las cosas. Era la principal razón por la que, el olor a sangre no le provocara tanta sed que si fuera real.

Algo empezó a tirar de él hacia dentro. Manos. Tiraban de sus piernas con el afán de introducirlo en ¿el suelo? Disparó a las pocas manos que Yagari no había disparado. Como una sola bala tocara su pierna, le metería él una en la entrepierna, tsk. Una vez logró zafarse de las manos que lo aprisionaban, saltó a la voz de Touga, cayendo en dirección contraria a éste y el humano. Había entrado en la ilusión. Una sonrisa maliciosa entró en sus labios, viendo cómo el humano parecía tener dos dedos de frente y proteger su propia vida. Tsk. Igualmente era un suicida por haber ido esa tarde al bosque. Le daba igual que lo supiera o que no. Pero no era momento para despistarse, debía encontrar el paradero de la pequeña. Notaba su olor, cierto, pero parecía concentrarse en un punto concreto, aunque la fragancia estuviera por toda la ilusión. La encontró subida en una de las vigas de la habitación que decoraba su ilusión. La apuntó y sin pensarlo dos veces, disparó.
Poco después percibió otra esencia humana. ¿Otra vez? Los humanos no le tenían demasiado aprecio a su vida, la verdad. Pero pareció marcharse antes de que Chie lograra encontrarla.

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