Olivia Solberg

Si hay una palabra que describa a la perfección la forma de ser de Olivia es "optimista", parece ser que eso de pensar en positivo es cosa de familia y teniendo en cuenta las circunstancias en las que ha crecido no es de extrañar que siempre piense que cualquier situacion se puede solucionar e ir a mejor. No obstante, eso no indica que sea una persona realista, Liv tiene muy claro que para que las cosas salgan bien hay que trabajar en ello y esforzarse, por lo que ella da el cien por cien de sí misma para conseguir aquello que quiere. La energía que desprende es contagiosa, es capaz de hacer sonreir a cualquiera.

También hay que destacar que es cabezota a más no poder cuando quiere hacer algo, se esforzará al máximo para conseguirlo y, solo si el resultado no es el que esperaba, le dará la razón a aquellos que intentaron detenerla, pero aún así no se arrepentirá, es de las que piensan que de todo se aprende y que cuantas más experiencias acumule en su vida, más sabrá. Disfruta del proceso de aprendizaje, siempre está abierta a probar cosas nuevas, por muy alocado que suene todo esto, tiene los pies en la tierra y es cuidadosa con lo que hace, ya que quiere que sus planes de futuro sean exitosos.

Tras años de soportar a su hermano ha desarrollado una paciencia infinita, por lo que rara vez se enfada y cuando lo hace no es en exceso, es una chica empática y muy a menudo se pondrá en el lugar de la otra persona, tratando de comprender porque hace aquello que tanto le molesta. Es sensible y se preocupa mucho por los demás, en resumen, es un cacho de pan. A pesar de todo esto, Olivia no tiene un pelo de tonta, es más, de buenas a primeras es bastante desconfiada, no intentes engañarla porque no lo conseguirás, es muy buena pillando a los mentirosos y no hay nada que odie más que las mentiras, así que aquel que lo intente, puede llevarse un capón.

Al poco tiempo de que su familia se trasladara a Japón desde Noruega, nació Olivia. Sus primeros años de vida transcurrieron tranquilamente, era la princesita de la casa y todo el mundo la mimaba a pesar de ser un poco traviesa. Apenas acababa de cumplir los seis años cuando comenzó su entrenamiento como cazadora, a ella le encantaba, le gustaba eso de "jugar a pegarse" con su hermano mayor, pues al principio no tenía del todo claro para que servía todo eso que le enseñaban, pero poco a poco fue entendiendo que era todo aquello. Empezó a dejar de gustarle.

Dos años más tarde sus padres fallecieron durante una misión y ella quedó a cargo de su hermano mayor. La pequeña estaba destrozada, echaba de menos a sus padres y no comprendía del todo lo que había ocurrido, estuvo meses con pesadillas y se tiraba horas y horas llorando sin parar. Veía los esfuerzos que hacía su hermano para sacarlos adelante, como él siempre intentaba que ella fuera feliz y se recuperara poco a poco, Olivia sabía que intentaba ocultar todo lo que trabajaba para que ella pudiera comer cada día y a pesar de su corta edad, era consciente de que aquello no podría pagárselo nunca, por lo que intentaba ayudar todo lo que podía, encargándose de la casa, de que la comida siempre estuviera lista cuando Kol regresaba, además de llevar sus estudios al día. Se desvinculó totalmente de la profesión familiar, aunque mantenía un entrenamiento de vez en cuando para no perder facultades, lejos de ser vengativa y querer acabar con aquellos que asesinaron a sus padres, se negaba a adentrarse en aquel mundo que les había costado la vida, cada vez que su hermano salía (o sale) a alguna misión durante la noche, era incapaz de dormir.

En cuanto terminó los estudios de bachillerato buscó trabajo en el pueblo, actualmente trabaja de camarera en una cafetería, intenta ahorrar para poder abrir una pasteleria.

~Su sueño es poder abrir una pasteleria en el pueblo.
~Su hermano mayor es un heroe para ella, aunque jamás lo admitirá estando este delante.
~Continúa entrenando para no perder sus habilidades, pero jamás las usará si no es imprescindible.
~Todo el mundo la llama Liv.