Bosque

-No, la vi el otro día en la zona abandonada, atacó a un chico, me puse a la defensiva y huyó, la seguí y la encontré aquí chillando. No me da buena espina-informo a Kaname yme quedo pensativa, seguidamente miro a Yuuki-no te acerques a ella-digo preocupada, la muchacha tenía sed de sangre y antes Yuuki al ofrecerle que bebiera de su sangre, sencillamente no estaba pensando en beber un poco.

Supiro-Sé que puedes defenderte pero eres mi amiga, me preocupo solo eso, pero si te molesta yo me callo-La miro y luego me apoyo en un árbol, parece mentira pero ella tiene razón, solo que no me puedo quitar de la cabeza cuando era soolo una humana y supongo que ese sentimiento de protegerla no se va.

-No debe de estar muy lejos, podremos encontrarla fácilmente, ¿quieres que vayamos a buscarla?-sonrío. Luego me preparo y doy dos pasos hacia delante, el olor de la muchacha todavía perdura.

Asiento y salgo corriendo.

-Waaa que cansancio...- murmuró la pelliroja de ojos ámbar mientras salía de su dormitorio luego de haber dormido unas ¿cinco? ¿seis horas? No se acordaba con exactitud pero sabía que habían sido unas cuantas más de lo que elle esperaba...estiró sus brazos y se acarició sus cabellos con sus dedos.

Largó un suspiro y decidió salir fuera de la academia a gastar ko único que tenía: tiempo mientras miraba los pasillos y sentia la alfombra amortiguar sus pasos. Se tocó la ropa que llevaba puesta, el uniforme femenino nocturno, hizo una mueca de disgusto, demaciado blanco, le había gustado más el negro pero bueno...se tendría que acostumbrar...

Luego de salir del edificio de la Luna continuó con la caminata hasta llegar a un bosque, alzó una
ceja e hizo una mueca de disgusto ¿A quién se le ocurría fundar una escuela cerca de un bosque? Bueno...podría ser para clases de biología y esas cosas... pero igual seúía desagradándole, pfff...en fin,ya se acostumbraría, ¿no?

Habían pasado varíos minutos y ya quería volver a su dormitorio pero ¿Por dónde era el camino? -¡Ahhh!- exclamó molesta al verse totalemente perdida -Uff ¿Por donde voy?- se preguntó mirando de un lado a otro...pero finalmente decidió seguir caminando hacía la derecha, ¿Y si se perdía todavía más? Bueno...ya se había perdido, perderse en otro lugar ella no veía la diferencia...tarde o temprano volvería al dormitorio...

-Mmm...- murmuró luego ver a un muchacho más o menos de su edad, o eso le parecía, se acercó a él con cautela y le tocó el hombro para llamarle la atención.

Arisa alzó una de sus cejas, no esperaba una una respuesta tan ¿maleducada? ¿fría? ¿antipática? Muchos adjetivos para nombrarlo; ¿cierto? Bueno, no es que ella esperase que la trataran como una princesa o mucho menos como un ser humano cualquiera... -Mmh- meditó un poco antes de dar cualquier respuesta hasta que cerró sus ojos un momento tocándose su "cabecita fogosa" como una vez la llamaron, sí, eso era un apodo bobo pero no era lo importante ahora... -Bueeno...estaba jugando a que yo era Caperucita roja y me perdía en el bosque, sin la cansatita para la abuela...¿Usted quiere jugar conmigo? Si quiere puede ser el cazador o el Lobo Feroz.- le dijo con sarcasmo mientras entrecerraba los ojos.

Una loba blanca acechaba por el bosque, sus violetas ojos reflejaban, enfado, tristeza y varias emociones mas. Se sento bajo un arbol y coloco su cabeza sobre las patas, su hocico estaba manchado de una sangre roja carmesi que contrastaba notablemente con su pelaje.

La loba sintio un olor conocido, giro la mirada justo para ver al muchacho, estaba extrano, se levanto de golpe y gruño en direccion al chico, el pelo se le erizo, ese no era Nokku.

La loba lo miraba con desconfianza y cuando dijo eso cerro los ojos y otra vez aquella oscuridad volvio a invadir el cuerpo de la loba.
Camine con paso lento una falda negra hecha jirones giraba en torno a mis piernas un pequeño top negro con varias rajas en diagonal se ajustaba perfectamente a mi figura y unos tacones de infarto pisaban la humeda hierba.
-Crei que la unica que tenia problemas de bipolaridad era yo- Dije dejando que mi cabello ondeara suavemente al viento.

Me acerque lentamente a el con una sonrisa divertida en los labios, cuando estuve tan cerca de el que podia sentir su respiracion dije:
-Que lastima y a mi me apetecia jugar-

-¿Muñeca? Desde cuendo soy una muñeca, y yo que creia que el muñequito dulce eras tu- Dije acercandome un poco mas a el , si esque eso era ya posible, una sonrisa picara se dibujo en mi rostro, un muñequito dulce, esta claro que si.

Sonrei ante sus caricias y lo mire directamente a los ojos.
-MI muñequito- Digo poniendo mucho enfasis a la palabra ''mi''